Capítulo 4.
Estos días habían sido muy difíciles para Elisa, desde lo que pasó con Ana no quiso separarse de su lado, y a pesar de que su hermana no quería ni verla, ella seguía cerca por cualquier cosa que pudiese necesitar.
Con Clarisa no podían contar, pues aun cuando Ana era su preferida, ella no estaba dispuesta a cuidarla , así que le endilgó la responsabilidad a Elisa, y ella solo se presentaba un rato durante el día para guardar las apariencias.
Luke siempre estuvo muy pendiente tanto de Elisa como de Ana, le llamaba seguido para estar al tanto de su recuperación, acordaron que juntos solucionarían lo que estaba sucediendo y le dijo que él se encargaría de Billy.
Llegó el día de salir del hospital, y cuando Elisa fue a recepción a cubrir el costo de los gastos médicos, se encontró con que Luke, ya había cancelado la factura.
-Vamos Ana, llegó el momento de ir a casa -le dijo Elisa a su hermana con voz dulce.
-No quiero ir a ningún lado contigo, dile a mamá que venga a buscarme, o a Billy-.
-Mamá no vendrá, ya la conoces, me pidió que te acompañe a casa, y en cuanto a ese desgraciado, ni siquiera deberías pensar en él después de lo que te hizo-.
-Cállate, estoy segura que si sabe lo que me sucedió él vendrá a buscarme-.
-No lo hará, sé que tal vez no debería decirte esto, pero necesito que abras los ojos de una buena vez, Billy se fue de viaje con Valeria, están viviendo una segunda luna de miel-.
-Eres una mentirosa, estás inventando esa calumnia para que Billy y yo nos separemos, pero eso nunca va a pasar -mientras respire seguiré amándolo concluyó Ana con vehemencia.
Por fin Ana dejó que Elisa la llevara a su casa, y cuando llegaron a la puerta del hospital, el chofer de Luke las estaba esperando para llevarlas.
-Señora Elisa, el señor Baker me pidió que la lleve a donde usted me diga-.
-Que gusto verlo Mat, no debieron haberse molestado, tengo mi coche en reparación, pero hubiésemos podido pedir un taxi-.
-De ninguna manera mi señora, para eso estoy yo aquí, y usted sabe que siempre que lo necesite, solo tiene que llamarme, independientemente de mi trabajo con los Baker-.
-Ay, qué lindo, el chofer queriéndose hacer el héroe, intervino Ana en forma despectiva-.
Elisa la miró furiosa, jamás le gustó presenciar maltrato alguno hacia los empleados, por eso todos la respetaban y le tenían mucho cariño, mientras estuvo casada con Luke, Elisa siempre procuró velar por ellos, y se comportaba en forma bondadosa con todos los que la rodeaban.
-Cuida tus palabras Ana, no seas desagradecida, Mat muy amablemente ha venido a buscarnos y ve como le hablas, no te voy a permitir que en mi presencia trates mal a nadie, y mucho menos a Mat, que es una persona tan querida para mí-.
Él la miró, y con una tierna sonrisa le agradeció el gesto, mientras que Ana se colocó los auriculares ignorándolos por completo.
-¿Y cómo está Jana?, tengo muy buenos recuerdos de ella-.
-Ella también la recuerda con cariño -contestó Mat -. Todos nos quedamos muy tristes cuando usted se fue, perdóneme, he sido muy atrevido, no debí decirle eso-.
-Descuida Mat, eso es cosa del pasado, y además no dijiste nada que no fuera cierto-.
Durante el trayecto, la conversación con Mat, había ayudado a que Elisa se relajara un poco, sabía que lo que le esperaba en casa de su madre no sería nada fácil, Clarisa estaría lista para atacarla sin piedad, y aun cuando estaba acostumbrada a sus ataques de histeria, a ella le seguía doliendo la falta de amor de su madre.
Clarisa las estaba esperando en la sala mientras se colocaba barniz en las uñas, siempre procuraba lucir impecable, pero a veces exageraba.
-Mi vida, gracias a Dios que ya te dieron de alta, yo quería ir a buscarte, pero últimamente no me he sentido muy bien -dijo Clarisa con su acostumbrado tono dramático.
-Mira que conveniente, enfermarte justo hoy que salí del hospital, y déjame decirte que no te creo en lo absoluto, se te ve muy buen semblante, espero que mi cuarto esté listo, estoy muy cansada y quiero recostarme -señaló Ana dejando a su madre boquiabierta.
Pasó lo que Elisa tanto temía, quedarse asolas con su mamá, lo cual sabía Clarisa aprovecharía para desquitar con ella todo el coraje que sentía por haberle estropeado sus planes para su hija consentida.
-Espero que hayas aprovechado estos días con Luke, tienes que reconquistarlo Elisa, esa sería la solución a todos nuestros problemas, no puedes dejar pasar esta oportunidad-.
-Yo no soy como tú mamá, y para que te quede claro, si busqué a Luke, no fue para reconquistarlo, sino para que me ayudara a solucionar lo de mi hermana con el canalla de Billy, así que deja de hacerte ilusiones, que ni él ni yo tenemos intenciones de volver a estar juntos-.
-Lo dicho hijita, heredaste el carácter de tu padre, los dos igual de imbéciles, siempre anteponiendo sus tontos escrúpulos, como si eso sirviera para algo-.
A Elisa le dolieron profundamente las palabras de su madre, con lo que había dicho comprobaba una vez más lo que ya sabía, ella jamás amó a su padre, al contrario, solo lo utilizó a su antojo.
-No te permito que te expreses así de mi padre, él era un santo y te amaba con toda su alma, y no es justo que hables de esa manera del que fue tu marido y el padre de tus hijas-.
-Vaya, mira como lo defiendes, me intriga saber si seguirías pensando igual si yo te rebelara algo muy interesante sobre tu querido e inmaculado papito, le dijo Clarisa con ironía-.
-No existe nada que puedas decirme que dañe la imagen que tengo de mi padre, y conociéndote, eres capaz de inventar cualquier cosa para desprestigiarlo-.
-Yo no estaría tan segura querida, pero tendrás que quedarte con la duda porque no pienso decírtelo, respondió la malvada mujer sembrando la duda en su hija-.
Elisa salió corriendo de casa de su madre, quería escapar a toda costa de ese lugar al cual tanto daño le hacía regresar, es por eso que casi no iba, porque los recuerdos de la única persona que realmente la había amado se agolpaban cada vez que llegaba.
Su padre siempre fue tan bueno y comprensivo con ella, incluso con Ana y su madre era considerado, a pesar de que su mamá se empeñaba en hacerle la vida miserable, él jamás hablaba mal de ella, la amaba tanto, más allá de todo y de todos, pero Clarisa jamás se conformaba con nada que él pudiese darle, siempre quería más, y no paraba de insultarlo y hacerle sentir su desamor.
Elisa se sentía sumamente vulnerable, así que le pidió al taxista que la llevara a la casa donde vivía cuando estaba casada con Luke, no sabía si aún la conservaba, pero al menos estar cerca le serviría para tranquilizarse, estaba a las afueras de la ciudad, y aquel lugar siempre le hacía sentir mucha paz, por lo que no dudó en ir para drenar un poco sus emociones.
Se bajó del coche, y comenzó a caminar sin rumbo, de repente se vio frente al que por tres años había sido su hogar.
Los recuerdos llegaron uno a uno a su mente, todo seguía igual, era como si el tiempo no hubiera pasado, su jardín lucía esplendoroso, seguro Mat lo cuidaba igual que siempre, se preguntaba ¿Por qué Luke no se había deshecho de aquella propiedad?, ¿seguiría frecuentando aquel lugar?.
La duda la embargaba, pensó que con su divorcio, él ya no querría saber nada de esa casa que edificaron juntos, lo habían planeado todo, y la dejaron tal cual los dos deseaban.
Los muebles, la decoración, todo les encantaba, esa casa representaba el comienzo de una vida feliz para ambos, allí pasaron los momentos más maravillosos, y el recuerdo de aquellas noches de pasión estaba más vivo que nunca.
Caminó sin parar por mucho tiempo, estaba distraída y sin darse cuenta tropezó y se lastimó el tobillo, el dolor era horrible, y aunque sabía que necesitaba pedir ayuda, no quería que Luke se enterara que estuvo en ese lugar.
Pasó un buen rato, y el tobillo se había inflamado considerablemente, estaba desesperada, ya casi era de noche y hacía frío.
Resignada a que tendría que pasar la noche allí, o bien pedir ayuda al servicio de la casa aun cuando eso la dejaría expuesta ante su exesposo, decidió disfrutar a medida de lo posible de la vista que le proporcionaba aquel lugar.
Se encontraba envuelta en sus pensamientos, cuando observó un coche que se acercaba, pero no se trataba de cualquier coche, era el mismo Luke en persona que estaba llegando al que antes fue su hogar.
Ahora sí que estaba perdida, no habría escapatoria, él pasaría por donde ella se encontraba y la descubriría sin que pudiese hacer nada para evitarlo.
No quería encontrarse con él, tan sólo verlo le movía todo en su interior, y en esa casa acentuaría aún más su tormento si se encontraban.
Capítulo 5. El peor miedo de Elisa se hizo presente, ya que Luke estaba del coche y se acercaba hacia donde ella se encontraba, lo miró y una holeada de emoción se dejó sentir, por una parte le preocupaba lo que él pudiera pensar sobre su presencia en la que había sido su casa, y por otro lado la sensación de verlo la hacía estremecer, él la miró, y un gesto de sorpresa se dibujó en su rostro. -¿Qué haces aquí? -preguntó Luke intrigado. Ella no sabía que contestar, le daba vuelta a los pensamientos para poder encontrar las palabras precisas. -Necesitaba respirar aire fresco, estos últimos días han sido muy estresantes -dijo ella. Luke observó una mueca de dolor en la cara de Elisa y preocupado se acercó un poco más para ayudarla. -¿Estás bien? -Estaba distraída, tropecé y me lastimé el tobillo. Sin mediar palabras, Luke la tomó en sus brazos y la llevó a la casa, Hana los vio e inmediatamente se ofreció a ayudarlos. -Elisa se lesionó el tobillo, necesitamos un poco de hi
Siempre fuiste tú. Capítulo seis.Al ver el nombre de la prometida de Luke en la pantalla de su celular, Elisa sintió como le hervía la sangre al imaginarse a esa mujer con el que había sido su marido, sabía que ya no tenía ningún derecho, y sin embargo no podía evitar que le doliera.Luke se apartó un poco para contestar la llamada, dejando a Elisa con una profunda tristeza.– ¿Qué pasó Diana?–preguntó Luke furioso por la interrupción.– ¿Y todavía me preguntas?, habíamos quedado de cenar juntos en casa de mis padres, no puede ser que lo hayas olvidado –le recriminó ella.– Tuve cosas que hacer Diana, por ahora no podré acompañarte, tal vez luego –dijo Luke cortando abruptamente la comunicación.El regresó junto a Elisa, quería seguir la charla donde la dejaron, pero ella no estaba dispuesta, se le veía visiblemente molesta y lo miraba con una profunda decepción aunado al dolor que estaba experimentando.– Necesito qué me aclares eso qué dijiste Elisa, ¿piensas que a estas alturas vo
Siempre fuiste tú. Capítulo siete.Elisa se encontraba en una encrucijada, estaba entre cumplir con la razón que le indicaba que ese hombre ya no le pertenecía, o dejarse llevar por sus instintos y por todo el mundo de sensaciones que Luke le provocaba, sabía que si sucumbía ante él, al día siguiente llegaría el arrepentimiento, pues volverían a ser dos extraños cuando las dudas aparecieran ante sus ojos.– Elisa, te extraño, sólo quiero estar contigo –decía él en su delirio.– No sabes lo que dices, Luke –espetó ella nerviosa por su cercanía.Pero Luke en ese momento no entendía razones, y sólo se dejó llevar por lo que inconscientemente estaba experimentando, por más esfuerzos que Eliza hacía por resistirse.Sus labios se encontraron, hambrientos de deseo, mientras la besaba no pudo mantenerse indiferente ante la pasión descomunal que su ex esposo despertaba en ella. Los besos y caricias aumentaron de tono, y la intensidad desbordaba sus cuerpos que se reclamaban y que parecían adq
Siempre fuiste tú. Capítulo 8 Elisa se quedó estupefacta cuando vio la imponente figura de su exmarido en la puerta, las emociones le estaban jugando una mala pasada, entre el alcohol y la nostalgia comenzó a sentirse insegura. – ¿Qué haces aquí Luke? –preguntó ella. – Olvidaste el collar qué te obsequió tu papá –respondió Luke mirándola de arriba abajo. – Gracias por traérmelo, este collar es muy importante para mí, es uno de los pocos recuerdos que tengo de mi papá –respondió agradecida. – Lo sé, ¿puedo pasar o estás acompañada? –la interrogó. – Tengo compañía –expresó ella con doble intención. – Entonces no te interrumpo más –comentó Luke bastante molesto. Cuándo él se disponía a marcharse, Karen intervino salvando la situación. – En efecto guapo, Elisa está acompañada pero por mí, así que no tienes que preocuparte, yo ya me iba –dijo ella mientras se marchaba para dejarlos a solas. Luke se sintió avergonzado por lo que acababa de ocurrir, se estaba comportando como un ex
Siempre fuiste tú. Capítulo nueve.Después de la escena de celos que le hizo Toni en el ascensor, Elisa subió a toda prisa a la oficina, estaba sumamente molesta con él, jamás se espero una reacción como esa, en todo el tiempo de conocerle nunca antes se había comportado de una manera tan extraña. Abrió la puerta, todavía la impresión se dibujaba en su rostro, Karen la miró, y no pudo evitar preguntarle acerca de lo que había ocurrido.– ¿Qué te pasó? Pareciera que viste un fantasma – exclamó Karen preocupada.– Estoy furiosa, iba llegando a la empresa cuando Tony me interceptó, y hubieras visto la escena de celos que me armó, como si él tuviera algún derecho sobre mi – contestó Elisa bastante molesta.– Hasta que al fin te das cuenta, llevo mucho tiempo diciéndote que ese hombre se muere por ti, y tú te empeñabas en negarlo– Señaló Karen.– No tiene ningún derecho a comportarse de esa forma, yo jamás le he dado motivos para que piense algo que no es, sabe que sólo lo veo como mi jefe
Siempre fuiste tú. Capítulo 10.Diana nunca imaginó encontrarse a su prometido con otra mujer, lo que había visto era algo imperdonable, no entendía cómo Luke podía estarle haciendo algo semejante, precisamente a ella, una mujer refinada, de alta sociedad, hija de uno de los empresarios más importantes del país, por lo que pudo presenciar, la mujer con la que supuestamente la estaba engañando, era alguien insignificante, totalmente opuesta a la posición de su futuro esposo.– ¿Pero qué significa esto? – Preguntó indignada.– ¿Qué haces aquí Diana?, ¿Acaso me estás siguiendo? – Le recriminó.Diana miró a Elisa de arriba a abajo con desprecio, y después se dirigió a Luke.– No estás en condiciones de pedirme ninguna explicación, eres el menos indicado para reprocharme algo, estoy esperando que me contestes, ¿quién es esta mujer? – Volvió a preguntar echando chispas por los ojos.– Quiero que te vayas Diana, luego hablaremos tú y yo – exigió él.– por supuesto que no me iré hasta no reci
Siempre fuiste tú. Capítulo 11.La noche estaba cargada de electricidad, resultaba propicia para que el amor qué estaba oculto desde que se divorciaron pudiera renacer con más fuerza que nunca. Él la miraba de una forma especial, y ella no podía resistirse al encanto natural que ese hombre poseía.– Espero que las cosas con tu prometida se hayan solucionado – dijo Elisa de repente.– No quiero hablar de ese tema ahora – contestó él.– No veo de qué podamos hablar tú y yo, y si saco este tema a la luz es porque resulta necesario, ella no se encontró en tu casa y surgió aquel malentendido, y ya te dije que no me gusta que se piensen cosas de mí que no son– dijo ella.– No tengo que darle explicaciones a nadie Elisa, me conoces perfectamente y sabes que no me gusta que me controlen, y no tengo porque hacer excepciones con Diana – explicó.– Pues deberías, al fin de cuentas te vas a casar con ella y es mejor que las cosas estén claras entre los dos – contestó.– ¿Por qué te preocupa tanto
Siempre fuiste tú.Capítulo 12.Elisa estaba bastante molesta, no entendía cuáles eran las intenciones de Luke al llevarla a esa casa donde habían tantos recuerdos.–¿Qué es lo que pretendes trayéndome aquí? –reclamó Elisa.- Tenemos que hablar, ya te lo dije – contestó Luke.- ¿En qué idioma te digo que no quiero hablar contigo?, todo está dicho entre nosotros –inquirió ella.- Debiste buscarme para aclarar las cosas entre nosotros, jamás debimos permitir que nuestro matrimonio se terminara por un absurdo malentendido –señaló él con tristeza.- Es muy fácil reclamarme y justificarte, pero te recuerdo que tampoco hiciste nada por intentar solucionarlo –le recriminó.En los ojos de Luke se reflejaba una profunda tristeza al escuchar las palabras de Elisa, sabía que ella tenía toda la razón, y le dolía demasiado darse cuenta de que lo echó todo a perder debido a sus celos enfermizos.Por otra parte, Clarisa y Ana acababan de regresar del viaje que Luke les había regalado como pretexto p