Fue un beso suave, pero algo triste.

Pietro la dejó tomar de sus labios lo que Lily quisiera, sin apuros siguió su ritmo. Aunque su cuerpo reaccionara a ella de manera refleja.

Por su parte, Lily se sentía pequeña y frágil al llorar, pero pegada a su pecho era como estar en un lugar seguro.

Quería más de todo el cariño que sentía en la suavidad de los labios de Pietro, pero como él era mucho más alto que ella, aún sentada sobre su falda, tenía que estirar el cuello para poder alcanzarlo.

Buscando una posición más cómoda, se acomodó sobre él con las rodillas a los costados de Pietro.

Pietro, a disposición de Lily, intentaba contener la reacción de su entrepierna, sabía que no era momento para tener otros pensamientos, o eso creyó hasta que Lily profundizó el beso y comenzó a mover su cadera contra su pantalón.

- Lily, por favor - susurró contra su boca, sin abrir los ojos - no te muevas

- ¿No dijiste que podíamos repetir lo de anoche en tu oficina? - sonreía con los ojos húmedos

El cer