Delilah y yo nos reunimos con los gerentes de la panadería por la tarde y nos aseguramos de que comprendan todas sus responsabilidades. También les proporcionamos información de contacto de respaldo y les aseguramos que confiamos completamente en ellos. Es la primera vez que ambas nos vamos a ir al mismo tiempo, así que hacemos todo lo posible para ocultar nuestros nervios y darles el mayor ánimo posible. Ayudamos a preparar los ingredientes secos durante un par de horas para que tengan menos trabajo sin nosotras.

Marco nos abre la puerta trasera cuando nosotras estamos listas para irnos. El Aston Martin Superleggera azul medianoche de Bronx está en espera en el callejón. Bronx polarizó las ventanas lo suficientemente oscuras como para que no pueda verlo adentro, pero no puedo imaginarlo dejando que nadie más lo conduzca. Miro hacia el callejón y no veo ninguno de los sedán que suelen conducir los guardias, excepto el que Marco usó para llevarnos a la panadería. El coche de Bronx solo