Nos sentamos y charlamos un rato sobre nuestras parejas hasta que nos acabamos los batidos y dejamos los vasos a un lado.

“Muy bien, señoritas, tengo algunas cosas que quiero discutir con ustedes, pero necesito su palabra de que mantendrán esto entre nosotras”, digo solemnemente.

“Por supuesto, Kas. Sabes que puedes confiar en mí con cualquier cosa”. Delilah niega con la cabeza, sin entender por qué cuestionaría su lealtad.

“Kas, puedes confiar en mí. Guardo muchos secretos sobre mi investigación de muchas personas, incluso a veces de ti también”. Musu toma mi mano y me mira a los ojos.

“Gracias, señoritas. Todo esto se queda con nosotras en esta habitación. Si queremos volver a hablar de eso, es solo entre las tres”, reafirmo mis palabras.

Ambas me miran y asienten. Les cuento mi conversación con Leticia. Todo, desde mis habilidades, sus habilidades y las diversas habilidades de nuestras hermanas.

“¿Por qué quieres mantener esto en secreto?”, pregunta Delilah. “Parece que tus he