Punto de vista de Kas.Café y chocolate negro. Mochaccino. Lo huelo antes de abrir los ojos. Bronx. Mi pareja. Él regresó a casa. Me pidió que no me fuera. Me duele la cabeza de tanto llorar, pero siento que su olor me calma. Me aferro a su camisa con fuerza y lo acerco a mi nariz mientras respiro hondo. Siento su mano acariciando suavemente mi espalda. "¿Estás despierta, amor?". Oigo su voz áspera desde fuera del capullo en el que me tiene envuelta. Asiento con la cabeza y él abre sus grandes brazos para poder mirarme. "¿Estás lista para hablar?", me pregunta con dulzura mientras me aparta el flequillo de los ojos. "No sé", le digo con sinceridad: "Ya no quiero llorar". Bronx suspira profundamente y sacude la cabeza como si no supiera qué decir. Se frota las manos en la cara antes de continuar: "Kas, t-tengo algunas cosas que confesarte y estoy seguro de que te vas a enfadar, pero necesito decírtelo". “¿Algo que confesarme?”, dije chillando."Oh, Diosa mía, ¿en serio está
Me agacho y trato de parecer lo más pequeña posible. Siento un nudo de lágrimas en la garganta, pero me niego a que me vea llorar mientras le vuelvo a suplicar: "Ryan, por favor, no lo hagas. No quieres hacer esto". Me castañetean los dientes y tiemblo mientras el viento gélido se arremolina a mi alrededor. Miro por el costado del profundo barranco. El río del fondo es de un rojo oscuro furioso a la luz de la luna y tiene trozos gigantescos de hielo y nieve arremolinándose en la corriente. Río Sangriento. Si intento saltar, moriré en las rocas oxidadas que hay bajo la superficie. Si estuviera en forma de lobo tal vez tendría una oportunidad. Tal vez. Esa no es una opción ahora. Me doy la vuelta para enfrentarme a mi destino. "¡Por favor! ¡Por favor, no lo hagas, Ryan! ¡Dagger, por favor, déjame hablar con Ryan!". Pido misericordia. El viento sopla con fuerza contra mi piel desnuda, congelándome hasta los huesos. Tiemblo violentamente, deseando estar en un lugar cálido. Me abrazo a
Cuando me despierto, Marco está sentado en la esquina de la habitación. Se levanta y se acerca a mí cuando ve que me muevo. "Luna, estás despierta. Todo el mundo se va a sentir muy aliviado". Suspira. "Marco, ¿cuánto tiempo estuve dormida?". Me froto los ojos. Todavía me siento agotada. "Has estado entrando y saliendo de la conciencia durante unos dos días, Luna". Aparto la mirada de él mientras pienso en los acontecimientos que han llevado a este momento. "Llámame Kas, Marco. No soy la Luna de nadie", me burlo. "Vale, Kas, ya que vamos a ser casuales ahora, no voy a andar con tapujos". Su voz es tranquila, pero su tono profesional ha desaparecido y su acento español es mucho más marcado de lo que estoy acostumbrada a escuchar de él. "En primer lugar, quiero disculparme por haberte lastimado. Estaba haciendo lo que mi Alfa me ordenó. Se sentía como algo malo y me di cuenta de que estaba mal y debería haber sabido que era una mala idea, maldita sea. Tenía tantas ganas de dec
Me inclino hacia Bronx y me acurruco en el hueco de su brazo, colocando mi brazo sobre su pecho. Toma su mano y me da unas débiles palmaditas en el brazo. "Cariño, necesito que me escuches. ¿De acuerdo?". Su voz sigue siendo rasposa y tranquila. "Bronx, tienes que descansar", protesto. "No te preocupes, ella me ha puesto mucha morfina en ese goteo, me dormiré pronto, pero antes tengo que sacarme esto. Por favor". Me siento para poder mirarlo a los ojos. "La he cagado, Kas. Debería haberte dicho lo que pasaba", me cuenta toda su teoría de que mis visiones tenían que ver con Ryan y que necesitaba estar angustiada para tener una. Él pensó que iba a ser la única manera de adelantarse a Ryan y detenerlo en lo que sea que estaba planeando después del incendio de la casa de la manada. Así que él y Milo idearon un plan descabellado para desencadenar una visión y ponerlo en marcha. Sabían que los ataques de los salvajes eran una distracción planeada por Ryan, pero necesitaban pruebas.
En algún momento me quedé dormida porque escuché un crujido. Me levanto de un salto y veo a Bronx intentando salir de la cama. "Oh no, Buster", le regaño. "Vuelve a la cama". "Tengo que orinar, Kas", se queja Bronx. "Bueno, pero entonces espera un segundo". Pulso el botón de llamada a la enfermera. Oigo una vocecita por el intercomunicador de la pared y pido que envíen a un enfermero para que lo ayude. Porque ni cagando voy a dejar que una enfermera lo ayude. El enfermero entra rápidamente y ayuda a Bronx a ir al baño. Cuando vuelve a la cama y nos quedamos solos de nuevo, él me tiende la mano. "Estás muy guapa ahora mismo, Kas. Por favor, ven aquí, cariño, deja que te huela". Su ojo parece un poco vidrioso. Estoy segura de que los analgésicos influyen en sus palabras, pero sonrío, de todos modos. Me subo a la cama, pero no dejo que me rodee con sus brazos todavía. "Antes de eso, déjame ver si puedo curarte más. Recuéstate". Él obedece y le pongo las manos encima. Esta ve
Al día siguiente, Bronx decide querer bajar a cenar. "¿Estás seguro, cariño? El doctor ha dicho que tienes que tomártelo con calma unos días más", le pregunto mientras se pone una camisa de botones. "Sí, cariño. Tengo que pedir algunas disculpas. No, tengo que pedir muchas disculpas a todo el mundo. No voy a esconderme en mi apartamento. Tengo que dar la cara", dice con decisión. Se pone un parche azul oscuro en el ojo a juego con su ropa y se mira en el espejo. Se ve guapo, con el cabello negro oscuro peinado hacia atrás y el rostro aceitunado recién afeitado. Cuando entramos en el comedor, la multitud queda en silencio. Aprieto la mano de Bronx para tranquilizarlo y vamos a la parte delantera de la sala. Se para delante de nuestra mesa y mira hacia el comedor. Mira a nuestra manada, respira hondo y reconoce su error. Admite plenamente que se dejó llevar por el intento de protegerme y que se equivocó. Le asegura a todos que las cosas serán diferentes a partir de ahora y que y
El jueves, James llamó a Marco. Marco pone el altavoz y escucha mientras James le dice que me lleve a su casa para entrenar. Quieren enseñarme más sobre el combate cuerpo a cuerpo en espacios reducidos. Dos contra uno. "James, ¿ya le dijiste a tu pareja? Tres lobos realizando un combate cuerpo a cuerpo dentro de tu casa... quiero decir, tu casa donde vive tu pareja pacifista", le pregunto, escéptica de este plan. "Sí, Delilah está totalmente de acuerdo con ello. Ahora entiende que hay que saber más que solo bloquear y escapar de las presas. Además, ha dicho que si rompemos algo le servirá de excusa para usar mi dinero para ir de compras. Hablando de eso, ha dicho que te traigas un cambio de ropa, que te duches en nuestra casa y que te vayas de compras con ella cuando terminemos". Me rio a carcajadas. "De acuerdo, lo haré". Marco y yo vamos de camino a la casa de James y Delilah. Iba a tocar la puerta, pero ya estaba abierta. Miro a Marco, quien se encoge de hombros y desenfunda
Me quedo con la boca abierta. "¿E-esta es toda la tienda?". "Sí querida, tu prometido dijo que estabas un poco nerviosa porque los demás clientes de la tienda vieran algunas cicatrices de quemadura, así que me pagó para que cerrara la tienda por el día y trajera todo aquí. Así estarás en la intimidad de tu propia casa. ¿Quién soy yo para decir que no si Bronx Mason llama personalmente diciendo que se va a casar? Por cierto, es una mansión preciosa, ¡con tantos empleados!"."Oh, gracias, señora. Son como familia. No puedo imaginar lo que haríamos sin ellos", digo todavía asombrada mientras miro alrededor de mi salón. Está claro que ella es humana, así que no podemos dejar de lado que somos hombres lobo. No sé por qué le impresiona tanto que Bronx la llame personalmente, pero él es consciente de que ya no me importa que la gente vea mis cicatrices. Es solo una fachada. Hoy en día me siento más cómoda con mi cuerpo, pero aun así, es un gesto muy dulce por su parte. Ahora no tengo que t