Febrero 15 2010.
La mañana era fría y solitaria, en la casa no se escuchaba ningún tipo de ruido.Una joven de largo cabello negro despertó alterada, luego de maldecir bajó hasta la cocina para preparar el desayuno.—Mierda se me fue una cáscara en los huevos, de malas serán huevos crujientes. —Dijo la chica sin dejar de batir los los huevos revueltos.—Jul.—Si pequeña ¿Qué haces despierta? —empero la muchacha ahora exprimiendo unas naranjas.—Feliz cumpleaños Juliette. —Hoy mi hermana mayor cumplía dieciocho años, cuando sea grande como mi hermana Juliette quiero ser como ella.—Enana ve a alistarte se te hará tarde, si te ganas un reporte ya sabes en la tarde no habrá caricaturas.—Yo me quiero quedar contigo jul.Miró a su hermana menor molesta, ya habían tenido varias veces la misma conversación, pero la pequeña simplemente parecía no escucharla.—Gabrielle ya hemos hablado de esto, no me hagas volver a repetirlo.—Solo quiero ayudarte.—¡Pues me ayudas más si te vas a la jodida escuela y dejas de insistir con lo mismo! —reclamó Juliette perdiendo la paciencia con su hermana menor.Salí de la cocina corriendo lo más rápido que pude, no quería llorar frente a mi hermana mayor.—Merde. —"Carajo". Musitó la muchacha frotando su frente.—Juliette ¿Por qué tan molesta mi niña? —inquirió una mujer delgada, de tes blanca cabello castaño claro y grandes ojos azules a medio abrir.—¿Qué haces levantada ma? Sabes que no debes pararte de la cama...—No, no, no cariño yo pregunté primero, dime ¿Por qué la cara larga?—No es nada madre solo Gabrielle y sus boberías de niña —dijo una irritada Juliette, sirviendo un plato a su madre de huevos revueltos y pan de centeno—, ya que estás aquí ven y come tu desayuno aquí.La castaña tomó asiento en la mesa para tomar sus alimentos. —Gracias por los alimentos Juliette, pero retomando el tema te pido por favor que tengas más paciencia con tu hermanita, se que haces mucho jul, aunque Gabrielle sea a veces algo caprichosa. Recuerda que solo es una niña y hay muchas cosas que una niña de nueve años no entiende.—Lo se madre, seré más tolerante con la pulga. —Dijo Juliette con tono de fastidio.—Hija, no lo tomes como regaño linda, solo ponte en lugar de Gabrielle solo es una niña y no entiende muchas cosas.Se levantó del asiento del comedor, se acercó a su madre besó su mejilla, para luego regalarle una sonrisa Gabrielle era algo latosa pero su madre tenía razón, su hermanita era solo una niña.•••Marzo 01 2010.Se supone era un día diferente, dónde comería pastel y dónde, habría regalos y globos, pero hoy no era así.—¿Estás lista enana? —preguntó Juliette entrando a la habitación de su hermana menor.—Jul, no me gusta usar cosas negras —me quejé mirándome al espejo, no me gustan los colores oscuros—, a mamá tampoco le gustaban los colores oscuros, decía que eran tristes y apagados.—Gabrielle linda es el funeral de nuestra madre, estamos de luto y se usa la ropa negra cuando estamos de luto. —explico Juliette atando el listón del vestido la niña.—A mamá no le gustaría ver a todos vestidos de negro.La pelinegra mayor le dió la vuelta a Gabrielle para mirarla, la tomó de los hombros y se inclinó a su altura. —Escucha pequeña solo usa el vestido a mamá le gustaba mucho como se te ve ese vestido.—Esta bien. —Dije jugando nerviosa con mis dedos, aún me costaba asimilar que ya mi madre no estaba.Una mujer llegó a la habitación tocó la puerta llamando la atención.—¡Tia Claire! —tenía tiempo sin ver a mi tía favorita, bueno era mi única tía, pero no podía verla tan seguido porque vivía en Florida.—Feliz cumpleaños cariño. —La robusta mujer abrazó a su sobrina.—¿Cuando llegaste tía? —pregunté deshaciendo el abrazo.—Acabo de llegar pequeña, abajo está el tío Jack está preguntando por ti para darte tu obsequio, ve por él. —Dijo la mujer para quedar sola con la mayor de sus sobrinas.Ya solas la mujer tomó asiento en la cama invitando a que Juliette también se sentara.—Linda lamento mucho lo de tu madre, tú...—Yo no estaba lista —dijo Juliette comenzando a derramar algunas lágrimas—, mamá dijo que resistiría, ella... —Las palabras no salían de los labios de la joven pelinegra.—Es que escapó de las manos de tu madre, linda Hanna luchó pero...—No lo digas por favor, no termines esa oración.—Escucha linda mírame, hey mírame —pidió la mujer tomando a la muchacha de las mejillas —, escucha pequeña, Hanna habló conmigo ella sabía que esto podía pasar por eso me pidió que hablara contigo Juliette, me dijo que las llevara conmigo.—¿Hasta Florida? —empero la pelinegra levantándose de la cama—, tía no podemos dejar a papá solo, nuestra vida está aquí, nuestra casa está aquí.—Jul linda escucha —se levantó de la cama siguió los pasos de su sobrina—, escucha mi niña hermosa, se que te duele, se que está es tu casa pero tú y Gabrielle no pueden quedarse solas.—Papá está con nosotras y si, ya lo sé últimamente las cosas son diferentes para él, pero es porque está igual de triste que nosotras —Juliette se negaba a aceptar dejar solo a su padre—, además tía yo llevo tiempo así, puedo cuidar de la casa y de Gabrielle y buscaré un trabajo...—Debes estudiar Jul, sacar una carrera. —Insistió la mujer a su sobrina, sabía que su hermano tenía problemas con algunas sustancias y no quería arrastrar a sus sobrinas a eso, Hanna se lo había pedido.-Flashback-—Hola linda ¿Como estas? —inquirió la mujer sentándose en una silla junto a la cama.—Estoy bien Claire, algunos días si me siento algo mal pero es normal. —Explicaba Hanna esbozando una sonrisa para tranquilizar a su cuñada.—Valentina quiere que vayas con ella, tú y las niñas.Hanna dejó de sonreír sabía que su tiempo en este mundo era corto, pero no quería dejar solos a sus hijas y a su esposo.—Agradezco el ofrecimiento de mi amiga, pero no puedo dejar a Fabien solo, se que mi enfermedad no lo ha tomado bien Claire...—Hanna piensa un poco en Juliette y en Gabrielle que apenas es una niña. —Acotó Claire con un dejo de reproche, no entendía porque su cuñada estaba tan resignada a morir.—Ya mi lucha está por terminar son nueve años, descansé un tiempo pero volvió más fuerte y ya no hay nada para mí y no creas que no pienso en Juliette y en mi pequeña Gabrielle; lo hago a cada momento, cada maldito día.Su voz se quebró, las lágrimas comenzaron a correr de sus mejillas como riachuelos.Claire lloró en silencio al ver a quien por tanto tiempo consideró su hermana menor, muriendo lentamente.—Me gustaría pedirle algo a Valentina se que suena atrevido, pero no tengo a quién acudir.—Yo le daré tu mensaje ya que en este momento está en Grecia.—Mi amiga nunca cambia, su espíritu de gitana nunca se apaga —dejó de hablar comenzó a toser de a poco recuperó la compostura—, quiero pedirle a Valentina que ayude a mis hijas, se que Fabien no está bien, es mucha carga para Juliette es una jovencita y Gabrielle una niña pequeña para lidiar con tanto.—Si está bien yo se lo diré linda pero ya deja de llorar, no te hace bien estar así.Claire tomó las manos de Hanna entre las suyas. —No pienses en eso ahora sabes que las chicas estarán bien y cuando el momento llegue no estarán solas.Abrazó a la castaña dándole su apoyo, Hanna y su hermano Fabien habían pasado por mucho para defender su amor, pero la salud de Hanna se vió gravemente afectada por un agresivo cáncer que se descubrió cuando descubrió que su segunda hija venía en camino; luchó contra el cáncer, pero pocos años después la enfermedad volvió más fuerte.—No has hablado con tus padres yo creo...—No, no ellos dijeron muy claramente que el día que me casé con tu hermano, ellos ya no tenían hija, aunque me hubiera gustado volver a verlos eso no es posible. Nathan Schneider es un hombre que no retrocede...—¿Pero tu madre?—Mi madre obedece a mi padre sin objeción alguna, amo a mi madre pero desde pequeña siempre ha sido así. Solo quiero que que Juliette vuelva a ser la misma chica sonriente de antes, que sus únicos problemas sean los de una adolescente de su edad, quiero que Gabrielle deje de llorar por las noches pidiendo por mi.————Juliette solo piénsalo si —dijo Claire acomodando el vestido de la pelinegra—, por ahora mejor bajemos que se hará tarde.•••Era sábado en la tarde mi hermana y yo habíamos pasado la mañana limpiando el jardín de la casa, mamá tenía poco de haber fallecido; aún me costaba asimilar que ya no la volvería a ver, pero Juliette siempre estaba a mi lado.—Enana hoy en la mañana hice limonada ve y sirve para las dos.—Si.Fui a la cocina tome un par de vasos, en cuanto estaba sirviendo la limonada, escuché la puerta abrirse. Volví a guardar la jarra en el refrigerador y salí de nuevo al jardín.—Jul papá llegó. —Dije entregando el vaso a mi hermana.—¿No te dijo nada? —cuestionó Juliette dando un trago a la fría bebida.Negué con la cabeza, papá se había ido desde hace dos días mi hermana pasaba las noches esperando pero él no regresó.—Niñas —llamó un hombre delgado, de cabello negro un poco largo, piel blanca y grandes ojos azules dónde destacaban las ojeras, su aspecto era desordenado y destilaba un aroma a licor y humo de cigarro.—¿Dónde estuviste? —empero Juliette con molestia.—A ver mocosa le vas bajando a tu tono de voz aquí el padre soy yo.—¡Entonces compórtate como un jodido padre! —gritó Juliette derramando algunas lágrimas.Sentí miedo y ganas de llorar, papá nunca había golpeado a mi hermana, pero Juliette tampoco le había gritado antes a papá.Juliette dejó caer el vaso por la bofetada que su padre le propinó en la mejilla derecha.La pelinegra cubrió su enrojecida mejilla con su mano, miraba a su padre furiosa —golpeame todo lo que quieras, pero eso no quitará que mamá no esté aquí, eres un desastre como padre...—¡Jul! —tenía miedo de que papá volviera a golpear a mi hermana corrí con ella abrazándola con fuerza—, ya no pelees no quiero que te vuelvan a pegar por favor no lo hagas.Tomó a Gabrielle de los hombros, luego se inclinó a su altura regalándole una sonrisa a la pequeña aferrada a su cuerpo. —Enana no te preocupes si ve a tu habitación papá y yo solo hablaremos.—¿Lo prometes?—oui nain maintenant suve je t'atteindrai (si enana ahora sube ya te alcanzo). —Dijo la mayor de las hermanas.Esperó que Gabrielle entrara a la casa para hablar con su padre.—Me iré a Florida.—No tienes permiso...—No te estoy pidiendo permiso soy adulta, más sin embargo necesito tu autorización para llevarme a Gabrielle conmigo. —Habló con frialdad había decidido quedarse y no dejar solo a su padre, pero por encima de todo estaba el bienestar de su hermana pequeña.—¿Y como demonios piensas mantenerte tú, y además a una niña pequeña? —cuestionó Fabien con ironía—, por favor Juliette se sensata.—La amiga de mamá me ofreció trabajo, me dijo que podré continuar mis estudios y se hará responsable de la educación de Gabrielle.—Ah era eso la gran Valentina Lombardi, la viuda millonaria —dijo Fabien con mofa—, está bien Juliette tú ganas te daré lo que quieras para que te lleves a Gabrielle, después de todo yo tenía pensado enviar a tu hermana con la familia de tu madre, pero pensandolo bien dudo que los Schneider la acepten.—Definitivamente no te reconozco padre, no te preocupes Gabrielle ya no será una molestia para ti. —la pelinegra entró a la casa dando zancadas molesta con la actitud egoísta de su padre.Ya solo en el jardín se sentó en el césped, no era que no quisiera a su pequeña hija pero simplemente no quería herirla verla no era sencillo sin sentir molesta y sabía que era absurdo sentirse así; Gabrielle era solo una niña pero por más que lo intentaba no podía con el embarazo de la pequeña la salud de su esposa se deterioró mucho aún así Hanna insistió en tener a la niña.•••marzo 31 de 2010—Ya te dije Gabrielle ¿En qué idioma te hablo niña? —dijo Juliette hastiada de repetir lo mismo—, te irás conmigo a Florida papá no puede cuidarte. —La pelinegra mayor hacía maletas molesta, aún vestía de negro por el luto de la muerte de su madre.—Pero y la escuela y mis amigos, así no podré llevarle flores a mamá.Suplicaba, con las mejillas empapadas de lágrimas.—Gabrielle no podemos quedarnos tía Claire me consiguió un buen trabajo, en casa de buenas personas, la señora de la casa me aceptó contigo, irás a una buena escuela, harás buenos amigos papá le llevará flores a mamá. —Juliette abrazó a la niña esto no era fácil, pero era lo mejor para ambas él padre de ambas estaba ahogado en la bebida por la muerte de Hanna su esposa y madre de ambas chicas, a parte no quería cuidar de Gabrielle pero ella no tenía corazón para decirle eso a una niña.Ambas tomaron un taxi a la estación de autobús, tía Claire las esperaba a ambas chicas para despedirse y entregar los boletos.—Juliette ya sabes se una buena chica y cuida de nuestra petit colibri, aquí están los boletos, ya te explique cómo debes pórtarte, también como le gustan las cosas a doña Valentina. —La mujer solo repetía y Juliette solo rodaba los ojos cansada, de oír lo mismo.—Tia Claire ¿Puedo pedirte algo? —le entregué a a mi tía, mi alcancía de cerdito.—Si Gabrielle. —La mujer estaba confundida, no sabía por qué la pequeña le daba su alcancía.—Es para que le lleves flores a mamá, Juliette dice que papá le llevará flores, pero no le creo a ella le gustan los girasoles y las rosas amarillas. —Claire con las palabras de la pequeña pelinegra, sentía un nudo en la garganta.La mujer volvió a darle la alcancía a la pequeña y la abrazó muy fuerte. —No seas tonta petit colibri yo le llevaré flores a tu madre, de parte de las dos si, sigue ahorrando pequeña. —Dijo la mujer mayor acariciando la coronilla de la niña.Ambas pelinegras subieron al autobús, era casi media noche y el frío se ponía más fuerte,—Jul tengo frío. —Me quejé por la baja de temperatura.Juliette sacó de su mochila una pequeña cobija color, lavanda y abrigó a su hermana.—Hermana ¿Puedo hacerte una pregunta? —no sabía cómo Jul iba a tomar mi pregunta, pero aún así quería saber.—Si enana claro que puedes.—¿Por qué papá no me quiere?A Juliette la tomó por sorpresa la pregunta, su padre había cambiado mucho con la reciente muerte de la madre de ambas, pero la sequedad con la pequeña, venía de hace tiempo atrás.—Papá te quiere enana pero por ahora no esta bien, está muy triste mejor duerme si. —Dijo la mayor cerrando los ojos.El amanecer llegó y con ello, también el autobús a Miami, Juliette estiraba el cuerpo, pues estar tanto tiempo sentada le había entumecido el cuerpo, sarandeaba a su pequeña hermana para despertarla, pues la niña tenía el sueño pesado.Salieron del autobús, ya habían llegado a su destino, el chófer de la familia Lombardi las esperaba para llevarlas a su nueva recidencia.Ambas chicas quedaron asombradas con el lujoso auto, pero en el camino no cerraban la boca, por las lujosas mansiones que veían camino a la recidencia Lombardi.—Muy bien señoritas llegamos.—Decía el sonriente chófer abriendo la puerta del auto.—¡Hermana viviremos aquí! —solo había visto casas así en la tele. estaba asombrada por la enorme mansión, que tenía un hermoso jardín.Juliette tocó el timbre y una mujer vestida con su uniforme de empleada de servicio; las recibió amablemente haciéndolas pasar.—Ustedes deben ser las muchachas, que la señora Valentina espera de Atlanta ¿verdad?Ambas asintieron ante la afirmac
Los primeros rayos de sol se colaban, anoche olvide cerrar la ventana.—¡Señor sol solo cinco minutos más! —rogaba al astro rey, un minuto después sonó el despertador, hice caso omiso de la alarma y seguí durmiendo.Juliette quien venía avisarle a su hermanita, que el desayuno estaba listo y que se apresurara; pero Gabrielle seguía aún dormida como si nada.—¿Qué haré contigo enana? —dijo la mayor de las hermanas, cansada de lo mismo, Juliette tomó las mantas que cubrían a la niña menor y de un tirón las quito todas.Gabrielle por el tirón y el frío se vio obligada a levantarse. —Jul ¿Por qué me quitas las mantas? —preguntaba frotando mi ojo derecho.—¡Gabrielle son casi las ocho de la mañana pequeña holgazán, ya deberías estar desayunando para irte a la escuela!Juliette estaba molesta, ya no sabía que hacer con ese mal hábito de su hermana menor.—¡ESCUELA! —brinqué de la cama directo a ponerme el uniforme, casi caí al suelo poniendome los calcetines, no era que no me gustara
—¿Entonces no te dió permiso? —preguntaba Charlotte deprimida, al otro lado de la llamada. —Si Charlie discúlpame con tus padres lamento, haberlos hecho gastar en mi boleto lo... —Quedé con las palabras a medias, pues mi hermana entraba a la habitación. —Charlie hablamos luego aún no termino mis deberes de matemáticas. Charlotte se despidió de su amiga y está después finalizó la llamada. Juliette dejó la canasta con ropa limpia en la cama, para luego sentarse frente a su hermana menor, de verdad debían tener una charla. —Así que los señores Shinomoto habían ya comprado tu boleto señorita. —Más que pregunta era una afirmación. —Si bueno hermana te lo dije Charlotte y yo teníamos planeado este viaje, como ya tenía tu permiso, los padres de Charlotte habían comprado los boletos y recuerda tú firmaste mi permiso de viaje. —Dije con simpleza no quería hablar mucho del tema, saber que no viajaré me ponía desanimada. —¡Gabrielle me haces quedar como la bruja del cuento! —gritó Jul
Llegué a la mansión estaba tan feliz, que la sonrisa no desaparecía de mi rostro, estaba que no lo creía le confesaría mis sentimientos a Helios. Entré por la cocina allí estaba, mi hermana lavando los platos y Sisi los secaba y guardaba, mientras Carlota limpiaba la encimera de la cocina. —Buenas tardes a todas.—Saludé para luego darle un beso a mi hermana en la mejilla. —¿Y esa muestra de cariño Gabrielle? —preguntó Juliette extrañada. —Estoy feliz. —Respondí sin borrar aún la sonrisa de mi rostro. —¿Y a qué se debe tanta felicidad? —Interrogaba Juliette a su pequeña hermana. No supe que decir si le contaba a Juliette mis planes, me castigaría hasta cumplir la mayoría de edad —¡Iré a París hermana es motivo suficiente para estar feliz! —técnicamente no menti pues ese viaje también me tenía emocionada. —Mmm creo esa sonrisita es por otro motivo. —Dijo Sisi con una sonrisa pícara, dando un codazo en las costillas de Gabrielle de manera cómplice. —¿Qué? Obvio es por el viaje q
Entró de manera abrupta al estudio de su jefa, era irrespetuosa su entrada pero pero debía hablar, de otra manera sentía que explotaría. Valentina la miró con sorpresa no esperaba verla allí y menos tan tarde. —¿Qué haces despierta tan tarde? —cuestionó la pelirroja quitándose sus anteojos haciendo a un lado el libro que tenía en sus nanos—, debes descansar...—¿Por qué le dijo que si? —replicó airada la pelinegra. —¿Ah? —Gabrielle, hablo de mi hermana ¿Por qué la dejó trabajar aquí? —cuestionó acercándose al escritorio—, yo le dije que nos iríamos de la mansión, no hacía falta meter a mi hermana pequeña en esto, usted ya ha hecho mucho por mi y Gabrielle me da p...—Pena —finalizó Valentina lo que la joven pelinegra pensaba decir—, tú y la pequeña Gabrielle definitivamente son hijas de su madre, ambas igual de tercas, si acepté es porque no quiero verlas pasar carencias y es lo que pasará en el momento que se vayan, tú necesitas reposo y Gabrielle es una niña...—Volveremos a casa
Salí de de la habitación y volví a la cocina, Carlota me regañó por tardar tanto, me mandó mover algunos muebles del salón junto a Sisi, pusimos algunas mesas y muebles minimalistas, Sisi, mi hermana y yo decoramos el lugar siguiendo instrucciones de Carlota. Todo quedó muy bien, pero aún no me sacaba de la mente el ¿Por qué rechazo a Zack? Si después de todo se ve que le intereso, es lindo, gracioso y se ve que es buen chico. —¡Gabrielle! —gritó Juliette sacándome de mis lagunas mentales. —¿Por qué me gritas? —pregunté tapándome mis oídos. —¡Porqué te hablo y no contestas enana! —Bueno ya respondí, ahora dime ¿Qué quieres? —A ver si te concentras, ven debemos cambiarnos el uniforme y estar listas para recibir a los invitados, de la cena. —¿Cuál cena? Esto más bien es fiesta. —Intervino Sisi de manera jocosa. —Lo que sea ya vamos, o se nos hará tarde. •••Ya cambiadas, con ese feo vestido negro y zapatos del mismo color pero de tacón, mi hermana, Sisi y yo estábamos listas.
Comía mi cereal en silencio, era domingo apenas el sol salía mi idea era irme a la biblioteca, y volver a la mansión de noche mi plan del fin de semana era aburrido lo sé pero debía asegurarme ir a la universidad. —Buenos días mi adorada coletitas. —Se escuchó una voz cantarina entrar a la cocina. Escuchar a Sisi me hizo atragantar, con el cereal, definitivamente debí levantarme más temprano «solo finge demencia y Sisi te dejará tranquila». —Buenos días Sisi.—Respondí el saludo calmada, tenía esperanzas, de que Sisi no me interrogara por lo que vió anoche, enserio tenía esperanzas. —Tú y yo tenemos una conversación pendiente mi pequeña coletitas ¿Quieres comenzar? —cuestionó la castaña con voz cantarina, mientras se sentaba frente a mí, descansando sus brazos en la encimera. Y ahí estaba yo, despidiéndome de mis planes de huir temprano, para evitar a Sisi y sus muchas preguntas. —¿Y bien Gabrielle...? —volvió a hablar la castaña en tono de interrogatorio, la escena de la noch
La tarde llegó y al llegar del centro comercial, me sorprendió el auto de Zack en la mansión, Lara apagó su auto y ambas bajamos. Yo me fui de inmediato a la entrada de la cocina, me iba a ir a mi habitación para por fin poder estudiar un poco y no perder mi día libre, pero mi hermana me detuvo a medio camino y nuevamente yo y el estudio nos perderíamos esa cita. —Gabrielle tú y yo tenemos que hablar. —Juliette se veía molesta. El semblante de mi hermana no era el mejor, no podía evitar preguntarme si algo había hecho mal, o aún peor temía que Sisi le hubiera contado todo, pensé mejor la situación y descarte la última opción de haber sido eso mi hermana no estaría así sería mucho peor. —¿Ahora? —pregunté con fastidio solo quería estudiar y por lo visto ese domingo no se iba a poder. —Si señorita ahora. —Siseo la pelinegra mayor muy molesta. —Sueltalo entonces. —Dije sentandome frente a la encimera. —viste el auto que es