—¿Enserio? —no podía ocultar la emoción de niña que tenía, todos me miraban raro, pero no di importancia—, si es mentira no te volveré a pasar palabra Charlotte. —Te lo juro iré a verte a ti y a mis sobrinos, bueno más a mis sobrinos que a ti, pero te veré qué es lo que a final de cuentas importa. —Dijo la rubia en la pantalla del teléfono en manos de Gabrielle. —Eres una consentidora pero te adoro estaré muy feliz de verte, te juro que no te podrás deshacer de mi mientras estés aquí en Florida. —Creo que serás tú la que no se podrá deshacer de mi, tengo muchas cosas que contarte. —¿Cuando vendrás? —pregunté esperando que la respuesta sea pronto, o al menos un aproximado. —En una semana estaré contigo. —Respondió Charlotte mostrando el boleto en la pantalla. —¡Genial! —sabia que las personas a mi al rededor me miraban raro, pero no me importaba. —Bueno te dejo cariño tengo cosas que hacer. La llamada finalizó dejé a un lado el celular, la noticia del regreso de mi mejor amiga
No podía conciliar el sueño el día de hoy fué una montaña rusa de emociones, por un lado estaba el regreso de Charlotte aunque sea poco tiempo podré ver de nuevo a mi amiga, por otro lado estaba el encuentro con esa mujer después de una vida sin ella. —¿Qué querrá? —no podía evitar cuestionarme lo mismo, sabía que era mi abuela, pero no podía evitar preguntarme a cada momento ¿Por qué ahora?, ¿Por qué buscarnos después de tanto tiempo? Me levanté así no iba a poder dormir decidí ir por un vaso de agua a ver si así lograba aclarar un poco mis ideas. —Mamá ¿Tú qué habrías hecho? —esa pregunta no dejaba de martillarme en la mente. Luego de ir por el agua regresé a mi habitación, tomé el celular de mi mesa de noche, era ya más de media noche, al desbloquear el móvil me percato que el mensaje de Helios aún está abierto. —No supe que responder, lo que si es seguro es que te veré mañana. Con ese pensamiento volví a la cama de a poco el sueño comenzaba a hacer mis párpados pescados ha
—Darius no quiero que te lastime está situación —dijo enfrentando a su primo, sus palabras no fueron las mejores, pero enserio quería abrir los ojos del muchacho ciegamente enamorado—; por favor escúchame... —Angie ya pareces una novela de Jane Austen —dijo él con fastidio rodando los ojos, apoyando su mano en el respaldo del sofá—, escucha solo nos estamos conociendo. —Darius no es eso. —¿Entonces qué? —empero confundido él rubio, por la cantidad de peros de su amiga y prima Ángela—. Es soltera yo también lo soy, nos llevamos bien y lo más importante no me es indiferente Ángela... El rubio paró con su cadena de alegatos, pues su celular comenzó a sonar, al ver el nombre en la pantalla respondió. —Si dime. Ángela se acercó a Darius, este tenía un semblante preocupado. —¿Qué ocurre...? Guardó silencio pues su primo se lo pidió. —Escucha Mimi tranquila ya vamos si, llamaré a Luck. Colgó la llamada dejó unos cuantos billetes en la mesa, para luego ponerse de pie. —Tenemos que
Estaba en silencio mientras miraba la televisión, Juliette me hablaba pero su voz era lejana para mí. —¿Gabrielle estás ahí? —inquirió la pelinegra tomando a su hermana menor de su hombro —, Gabi escucha es solo un programa de chismes y...—¡Pero ese programa me está dejando por los suelos! —no quería gritarle a Jul, ella no era la culpable pero estaba muy enojada con todas las mentiras que esa mujer soltaba. —Hermana si está mal que dijeran todas esas cosas, tambien dijeron cosas de la familia de nuestra madre...—Eso no me importa, lo que me molesta es que me dejaran como una mujer deshonesta que engañé a Zackary con Helios; hermana tu, tú sabes que no sería yo no soy así...Las palabras no salían solo comencé a llorar consumida en mi rabia y desesperación por todas esas mentiras. —¡Escucha! —Dijo Juliette alzando la voz, halando a su hermana menor hasta que está quedó de pie—, son solo chismes Gabrielle tú sabes el tipo de mujer que eres y te aseguro que Zackary y incluso Helios
Esperaba su respuesta, sus labios no se movían él se consumía en su ansiedad, Gabrielle estaba estática en sus brazos, aún sostenía sus mejillas sonrojadas. —Gabrielle —susurró despacio—, nena por favor dime algo. —Helios yo... No sabía que decir, es decir una parte de mi quería decir que si, pero por otro lado estaba mi lado precavido que siempre me hacía dudar de todo. —Gabrielle no hay presión si no tienes una respuesta en este momento yo entenderé —queria que dijera que si, quería hacerla feliz y trabajaría duro en ello, pero si ella quería tiempo él, le daría todo el que necesitase —Si aún no estás lista yo lo entenderé. —Gracias Helios prometo darte una respuesta si —no había caído en cuenta que aún estaba en sus brazos, nuevamente un extraño hormigueo recorrió mi cuerpo deshice el abrazo retrocediendo unos pasos—, si gustas puedes pasar y ver a los niños. Metió las manos en los bolsillos de su chaqueta, quería decir que si y subir al departamento y ver a sus hijos un mo
—¿Buscas algo en especial? —preguntó Charlotte acomodando sus anteojos. —Todo está precioso pero nada me logra convencer lo suficiente Charlie. —Es un bebé Gabrielle no te quiebres la cabeza buscando algo que la criatura usará unas pocas veces porque crecerá muy rápido. —Respondió la rubia encogiéndose de hombros. Lo que mi amiga dijo tenía mucho sentido, lo ideal sería regalar algo que la bebita de Mía pudiera usar por mucho tiempo. —Tienes razón Charlie. —Siempre la tengo linda —habló la rubia con fingida arrogancia—, ahora escoge algo lindo y vamos que ya Nina nos espera, además tienes que llevar a los mellizos con el señor estrella pop. —Dijo la rubia de anteojos con sarcasmo. —Esta bien ya voy. Caminé hasta encontrarme con una hermosa mantita de bebé de color turquesa, con unas estrellitas y lunitas de fondo, la tela era afelpada y suavecita. —Eso está muy bonito —opinó Charlotte que se acercaba con los mellizos en la carriola—, mira viene con un peluchito miniatura en fo
Batía la mezcla para el desayuno, tenía ganas de waffles y jarabe de maple. —Pensé que no despertarias —habló Juliette apoyando los codos en la encimera de granito—, ¿Estuvo buena la noche? —Inquirió la pelinegra de ojos chocolate metiéndose una fresa a la boca. —No imaginas cuanto. —Respondia con ironía.—Eso no suena muy convincente de tu parte. —Refutó Juliette apoyando su cabeza sobre su mano. —¿Quieres café? —ofrecí mientras sacaba un par de waffles de la waflera. —Por favor. Serví el café a mi hermana y también puse tres waffles en un plato, vertí jarabe de maple y por último puse unas cuantas fresas y arándanos encima de los waffles. —Yomi. —Espero y te guste. —Siempre me gustan amo tus waffles. —¿Alguien dijo waffles? Una rubia de aspecto desordenado se acercó a la encimera, tomó asiento también junto a la pelinegra. —bon Appetit Jul. —Dijo la rubia luego de un gran bostezo. —Merci cheri. —Respondió Juliette abanicando un poco el potente olor a licor que salió con e
Tenía al menos quince minutos viendo su reflejo en la taza de café frente a ella, no esperaba verlo de nuevo, al menos no tan pronto.—¿Estás bien Charlotte? —¿Eh? —aquella voz la sacó de sus cavilaciones—, si Jul estoy bien ¿Por qué lo preguntas? —inquirió la rubia alzando su esmeralda mirada. —Linda lo pregunta porque hace más de veinte minutos te serví esa taza de café y ya está frío y ni siquiera has tomado un sorbo. —Estoy bien no te preocupes Juliette. —Si tú lo dices yo te creo linda, pero tu carita dice otra cosa —dijo Juliette sentandose frente a la rubia de anteojos. —Juliette, Gabrielle tenía toda la razón cuando dice que tú tienes un sexto sentido, que eres como sabueso. —Rió Charlotte haciendo a un lado la taza de café. —Bueno no es que tenga un sexto sentido, o sea un sabueso emicional Charlie. —A no ¿Y entonces qué es? —empero Charlotte con curiosidad. —No linda, yo también tuve tu edad, pasé por todas esas etapas además crié a Gabrielle aunque solo soy su herman