En cuanto salí de la universidad corrí de inmediato a casa, Juliette tenía que volver a la floristería y debía recibir a la señora Valentina y a mi Solecito, si tenía tiempo podría preparar algo dulce y rico a mi pequeña pelirroja. Al abrir la puerta casi dejo caer las llaves por la impresión en el recibidor estaba mi hermana con Helios. —Hola Gabrielle menos mal llegas, ya voy tarde tengo a unos cuantos proveedores que atender, estás en casa Helios. —Se despidió la pelinegra mayor saliendo del departamento. Selene corrió a mis brazos, su carita estaba llena de migajas de galleta. —Hola nena algo me dice que estuviste comiendo galletas. —Tomé a la pequeña en brazos Helios aún no decía nada y honestamente su silencio me desconcentraba. Flashback—Supe que retomaste tus estudios Gabrielle, me alegra que sigas adelante. —Gracias —me limité a responder tratando de no sonar incómoda—, pensé que era tu madre quien vendría hoy. —Oh si lamento no avisarte, se que soy de tus personas n
No estaba seguro de si Gabrielle aceptaría ir con él, ya que los últimos meses lo ha estado evitando, en cierta manera la entendía aunque en el fondo se alegraba de que finalmente se decidiera acompañarlos al parque. —¡Más mami! —pedía la pequeña pelirroja, que alzaba sus piernitas y se sujetaba con fuerza a las cadenas del columpio. —Mi Solecito te vas a marear. —Ver a Selene así era lo que por mucho tiempo esperaba, quería verla correr y jugar como todos los niños de su edad, Sofia siempre me llamaba para preguntar por la pequeña a pesar de llegar a un acuerdo con Helios aún no era capaz de ir a verla. Mi teléfono sonó —aguarda un momento si —al ver la pantalla de mi celular, me pareció extraño era un número desconocido, cuando estaba a punto de guardar el celular en mi bolsillo un texto llegó. "Te espero mañana en el mismo lugar está vez yo invito el caramel macchiato que tanto te gusta". —Aún usas fundas de celular con muñequitos, Gabrielle algunas cosas nunca cambian —comentó
Mía servía un refrescante vaso de jugo de naranja recién hecho a su hermana menor Ángela. —¿Qué tal tu escapada a Grecia? —preguntaba la emocionada rubia con voz cantarina—, anda cuenta incluído los detalles sucios. El comentario de Mía hizo a Ángela atragantarse con un poco de jugo de naranja —¡Mía! —gritó una avergonzada Ángela, por la falta de tacto de su hermana—, estuvo increíble nunca ni en mis más locos sueños imaginé conocer tan bellos lugares. —Pero las vacaciones terminaron y debes volver a la mugre universidad a Londres. —Dijo Mía hastiada dando un trago a su bebida; extrañaría mucho a Ángela, más que su hermana se había vuelto su mejor amiga. —También te extrañaré, pero solo será hasta que el semestre termine luego seguiré mis estudios aquí Mía. —¡Tú también regresaras genial! —gritó Mia emocionada. —¿Alguien más? —preguntaba Ángela confundida por lo que su hermana había dicho. —Oh si olvide decirte Darius está aquí en Miami, se esta quedando conmigo unos días en lo
Ya había visto a ese sujeto, lo que no entendía era ¿Por qué estaba ahí en casa de su amigo?—Disculpa ¿Se te ofrece algo? —preguntó el rubio de mirada grisacea con amabilidad. —Esta Luck. —Dijo Helios con hostilidad en su voz. —No...Darius dejó de hablar pues Mía salió de la casa parándose junto al rubio. —Hola Helios —saludó la embarazada con una radiante sonrisa—, escuché que preguntabas por mi Luck, si quieres puedes esperarlo no tarda en regresar. —Mía...—Ya debo irme Mimi voy tarde a la universidad. —Dijo el muchacho despidiéndose de la rubia. —Puedo venir luego Mía...—No, no, no de ninguna manera ya luck está por regresar y ya estás aquí. No te vayas —pidió Mía en un tono infantil acercándose a los mellizos—, quédate hice pastel de zanahoria de seguro la pequeña Solecito querrá una gran rebanada. —Habló la rubia tomando a la pequeña Selene de la nano. —Si quiero. —Respondió la pequeña emocionada. —Esta bien nos quedaremos. —Respondió el rubio tomando la invitación de M
Valentina leía el periódico mientras tomaba el té una nota en especial llamó su atención. —Nathan y Alexandra Schnieder, regresan a Estados Unidos. —¿Qué querrán? —se cuestionó curiosa la pelirroja, desde la perdida de Hanna ellos habían dejado el país. Isotta llegó a la terraza llamando la atención de la pelirroja. —Dime cuñada ¿A qué debo tu visita? —preguntó la pelirroja con un aire de ironía en sus palabras, haciendo énfasis en la palabra querida. —Muy forzada Valentina tú no me tragas y yo tampoco te soporto, ambas podemos vivir con eso —la elegante pelinegra de traje sastre blanco tomó asiento frente a Valentina—, veo que estás poniéndote al día y ya sabes que los Schnieder, ya están aquí. —Eso puedo verlo linda, pero no veo que tiene eso de importante la familia Schnieder, no es de mi agrado y tú lo sabes, dejaron a mi amiga a su suerte cuando más los necesitó dejaron a sus nietas a su suerte, dime algo Isotta ¿Qué te trajo aquí? Eres feliz siendo la ceo del grupo Lomb
—¿Enserio? —no podía ocultar la emoción de niña que tenía, todos me miraban raro, pero no di importancia—, si es mentira no te volveré a pasar palabra Charlotte. —Te lo juro iré a verte a ti y a mis sobrinos, bueno más a mis sobrinos que a ti, pero te veré qué es lo que a final de cuentas importa. —Dijo la rubia en la pantalla del teléfono en manos de Gabrielle. —Eres una consentidora pero te adoro estaré muy feliz de verte, te juro que no te podrás deshacer de mi mientras estés aquí en Florida. —Creo que serás tú la que no se podrá deshacer de mi, tengo muchas cosas que contarte. —¿Cuando vendrás? —pregunté esperando que la respuesta sea pronto, o al menos un aproximado. —En una semana estaré contigo. —Respondió Charlotte mostrando el boleto en la pantalla. —¡Genial! —sabia que las personas a mi al rededor me miraban raro, pero no me importaba. —Bueno te dejo cariño tengo cosas que hacer. La llamada finalizó dejé a un lado el celular, la noticia del regreso de mi mejor amiga
No podía conciliar el sueño el día de hoy fué una montaña rusa de emociones, por un lado estaba el regreso de Charlotte aunque sea poco tiempo podré ver de nuevo a mi amiga, por otro lado estaba el encuentro con esa mujer después de una vida sin ella. —¿Qué querrá? —no podía evitar cuestionarme lo mismo, sabía que era mi abuela, pero no podía evitar preguntarme a cada momento ¿Por qué ahora?, ¿Por qué buscarnos después de tanto tiempo? Me levanté así no iba a poder dormir decidí ir por un vaso de agua a ver si así lograba aclarar un poco mis ideas. —Mamá ¿Tú qué habrías hecho? —esa pregunta no dejaba de martillarme en la mente. Luego de ir por el agua regresé a mi habitación, tomé el celular de mi mesa de noche, era ya más de media noche, al desbloquear el móvil me percato que el mensaje de Helios aún está abierto. —No supe que responder, lo que si es seguro es que te veré mañana. Con ese pensamiento volví a la cama de a poco el sueño comenzaba a hacer mis párpados pescados ha
—Darius no quiero que te lastime está situación —dijo enfrentando a su primo, sus palabras no fueron las mejores, pero enserio quería abrir los ojos del muchacho ciegamente enamorado—; por favor escúchame... —Angie ya pareces una novela de Jane Austen —dijo él con fastidio rodando los ojos, apoyando su mano en el respaldo del sofá—, escucha solo nos estamos conociendo. —Darius no es eso. —¿Entonces qué? —empero confundido él rubio, por la cantidad de peros de su amiga y prima Ángela—. Es soltera yo también lo soy, nos llevamos bien y lo más importante no me es indiferente Ángela... El rubio paró con su cadena de alegatos, pues su celular comenzó a sonar, al ver el nombre en la pantalla respondió. —Si dime. Ángela se acercó a Darius, este tenía un semblante preocupado. —¿Qué ocurre...? Guardó silencio pues su primo se lo pidió. —Escucha Mimi tranquila ya vamos si, llamaré a Luck. Colgó la llamada dejó unos cuantos billetes en la mesa, para luego ponerse de pie. —Tenemos que