Se preguntaba ¿Cómo explicar a los pequeños lo que le pasaba a Helios? Los niños insisten mucho y preguntan donde estaba su padre.
—Helios. —Susurró la pelinegra recostando su espalda en la fría pared del pasillo del hospital.—Gabrielle.Alzó la mirada buscando a la persona que le habló.—Señora Valentina. —Musitó sin ánimos.—Hija descansa llevas toda la noche y parte del día en esto...—No me iré. —Respondió la pelinegra decidida.—Los niños está mañana me preguntaron por ti y por Helios, están preocupados, los mellizos están pequeños pero aún así preguntan pero Selene ya es más grande y no para de preguntarme por su padre, anoche se quedó en tu cama.—Sol...—Solecito es una niña muy madura —dijo la pelirroja esbozando una sonrisa de boca cerrada—, creo que tú cómo psicóloga podrás explicarle a los niños y en especial a Selene, lo que está pasando con Helios la niña no para de hacer preguntasEl amanecer estaba próximo dormía tranquilo y eso me calmó mucho Artemis a pesar de nuestra conversación de anoche no dejaba de sentir culpa, descansaba su cabeza en su cálido pecho, sus latidos lograban aún después de tanto tiempo llenarme de una paz infinita paz, una paz que en este momento de verdad necesitaba aunque sea solo un momento. Intenté levantarme con cuidado de no despertar a Artemis, cuando ya estaba por salir de la cama, unos fuertes brazos me tomaron de la cintura haciéndome volver a la cama. —¿A dónde pensabas ir? —Pensé que dormiría un poco más mi príncipe helado. —Dije con coquetería. —Aún no respondes mi ángel. —Primero iré a ver a nuestra pequeña Lara, ya debe tener hambre, luego me ducho para irme al hospital hoy dan de alta a Emily y quiero estar con Gabrielle no quiero dejarla sola en un momento así. —Tienes razón yo iré contigo. —Pero Artemis...—No Ángela, no me pidas que me quedé aquí yo debo estar con mi hermano, también. —Entiendo, bueno en una hor
Habían preparado todo para que despertara del coma al que se le indujo, todo estaba listo para ir bajando las dosis de sus medicamentos y así el rubio fuera despertando. —El pulmón ha comenzado a mostrar avances señora Lombardi está por despertar en cualquier momento. —Muchas gracias doctor. El médico tomó de nuevo la historia del paciente para hacer unas anotaciones —Bueno en un momento vuelvo a ver al paciente. —El médico se retiró dejando sola a la pelinegra. —Despierta bello durmiente —susurró la pelinegra acariando la mejilla del durmiente rubio—, vamos Helios por favor. -Flashback- —Inducir un coma ¿Pero por qué? —cuestionó Gabrielle levantándose de la silla. —Es necesario Helios debe estar en reposo absoluto y no forzarse de lo contrario colapsaría. —Pero dijo que estaría bien...—Gabrielle estará bien ve esto como una solución, el doctor dice que con el coma inducido Helios no hará esfuerzo y...—Ángela eso puedo entenderlo ¿Pero por qué ahora y no antes? —Ya le ex
Seis años después. Desperté porque sentía mucho peso a mi alrededor, intenté levantarme pero fue imposible con los dos bultos que no me dejaban moverme con libertad. —Mi principe helado ¿Estás despierto? —pregunté bajito para no despertar a los dos bultos a mi alrededor. —Si mi ángel estoy despierto hace rato. —Respondió Artemis en un tono bajo de voz. —¿Puedes hacer el desayuno? —pedí de manera tierna a Artemis—, es que no quiero despertar a las niñas.El pelinegro alzó una ceja no muy convencido, del alegato de su esposa a no querer hacer el desayuno. —Tienes razón mi ángel yo le haré el desayuno a mis tres princesas, en vez de ir a el lago, en casa de Nicholas y Rose nos quedaremos en casa todo el día en la cama.Dijo aquello para comprobar si cierto par de niñas rubias, seguían dormidas de verdad. —¡Estoy despierta yo quiero ir al lago! —exclamaba la pequeña Lara haciendo pucheros. —Caiste en la trampa de papá Lara, eres bien mensa. —Reprendía una ceñuda Emily a su hermana m
Emily se separó de sus primas iba camino al lago, siguiendo a cierto chico de cabello rubio platinado, pero no sé percató que su pequeña hermana la seguía, hasta que la niña pisó una rama quedando al descubierto. —¿Qué haces aquí Lara? —preguntó la rubia mayor, bajito para que Lucien no la escuchara. —Lo mismo que haces tú aquí. —Respondió la pequeña Lara sacando su lengua con burla.—Vete con las demás yo ya regreso. —Ordenó Emily irritada. —¿Qué vas hacer hermana? —inquirió la rubia pequeña Emily ya irritada por su hermanita, sólo quería estar un momento sola y ya siendo honesta, ni ella sabía que estaba haciendo ahí, solo sabía que no quería irse. —¿Qué hacen aquí niñas?—preguntó Lucien, él creía que a esta hora el lago estaba solo, para nadar tranquilo un rato. El plan de Emily de mirar a Lucien desde lejos, oficialmente estaba arruinado, notó la toalla en los hombros del muchacho y supo exactamente qué decir. —Vi...vine a nadar p...pero mi hermanita, me siguió. —Decía una
—Ya cálmate Angie al menos en este momento, lo menos que quieres es que Emily lo sepa ¿Verdad? —cuestionó Mía sentandose en la orilla de la cama junto a su hermana menor. —Si pero...—Pero nada Ángela —reprocho la mayor de las hermanas—, deja de actuar como demente si, llamaras más la atención y aunque creas que no te entiendo, si te entiendo esa mujer no merece estar en libertad. —Se adelantó Mía a lo que su hermana alegraría. —Si Mía está bien. —Respondí meditando en las palabras de mi hermana, dandome de cuenta que tenía razón en sus palabras. —Se puede. —Vico pasa, claro que puedes. —Dije al ver a mi prima en el umbral de la puerta. —Me enviaron por ti linda, al parecer tu hija cree que estás molesta. —Bueno las dejo solas chicas tengo un montón de cosas que hacer. —Dijo Mia poniéndose de pie. Mía salió de la habitación dejando a Ángela en compañía de Victoria. —¿Y bien? Linda ¿Qué te ocurre Angie? —inquirió la rubia de corto cabello rubio cenizo, conocía a Ángela como
—¿Aún estás enojada? Negué como respuesta, subí las rodillas a mi pecho tomando mis piernas como soporte mirando el lago. —,¿Segura? —Si Artemis, creo que en realidad no estuve enojada contigo, creo que me exalte un poco y por eso parecía que estaba enojada. —Te entiendo cuando Nataniel me contó yo reaccioné igual que tú mi ángel, pero cree nada pasará a nuestra niña o alguien más. —Artemis es algo que tú no puedes asegurar, Victoria me dijo algo que es muy cierto y no es bueno que Emily lo sepa nuestra hija tardó mucho en sanar sus traumas con ese secuestro. —Estoy de acuerdo con Victoria en no hacer ruido con este tema. Tomó la mano de Ángela entrelazando sus dedos. —Hoy en la mañana extrañé darte tus buenos días. Lo dicho por Artemis me hizo recordar lo sucedido hoy en la mañana. —¿Estás bien? —pregunto Artemis tocando la frente de su esposa—, estás roja. —Anoche no fuim
Isotta miró seria a la pelirroja a su lado en este momento no se sentía en condiciones de alzar la voz aunque quisiera hacerlo. —Isotta ya estamos aquí tal como tú lo requeriste. —Si tía ¿Para qué nos necesitas? —empero Helios extrañado—, es raro la toda poderosa Isotta Lombardi nunca necesita de nadie, o eso es lo que das a entender. —Habló el rubio de anteojos con ironía. —Preferiría prescindir de su innecesaria presencia —comentó la mujer con un dejo de ironía en su voz—, pero da la casualidad que está es una decisión que no debo tomar sola. —Es sobre lo que habíamos hablado ¿Verdad? —cuestionó Artemis cerrando el folder que estaba frente a ella. El pelinegro había hablado hace un par de días con Isotta sobre el futuro de la dirección de la compañía. —Así es querido Artemis —dijo la mujer seguida de un asentimiento de cabeza—, muchachos se que ustedes no están interesados en llevar las riendas del grupo Lombardi y yo no tuve problemas en asumir la responsabilidad de todo pu
Se alegró al ver un rostro conocido. —Ami me alegra verte. —A mi igual. —Respondió la sonriente doctora Parker. —Y dime Ami ¿Por qué el cambio? —Inquirió el pelinegro. —Bueno la verdad era esto o California y no quería estar lejos de mis seres queridos, además desde que cambiamos a Alana de escuela es más extrovertida y un cambio así sería retroceder y obviamente Abel no quería irse. —Te entiendo. —Bueno esto hay que celebrarlo cardiología ha ganado una doctora excelente. —Halagó el pelinegro a una de las mejores amigas de su esposa. —Artemis —llamó Helios llegando a la cafetería. —Hola Helios ¿Estás libre? —Si y por eso te busco tú y yo tenemos un tema de conversación. —Si lo sé es verdad, tú y yo tenemos un asunto que no puede tratar. —Secundó Artemis de acuerdo con su hermano menor. Ami entendió que el tema era importante y su presencia estaba demás, se levantó de su sil