— ¿Qué tal te ha parecido la cena? ¿Si pasé la prueba como chef? — Vittoria sonrió mientras terminaba su último bocado.
Locantore no se atrevía a levantar la mirada por miedo a que ella lo viera en sus ojos, viera el temor que tenía de decirle lo que estaba pasando con su padre.
— Está deliciosa, creo que si sigues así dejarás a la chef sin trabajo — ÉL respondió intentando ser gracioso, pero el tono neutro de su voz lo delató, aunque Vittoria no tenía tanto tiempo conociéndolo, sabía que Vicencio era un hombre diáfano, de esos que parecen un cristal en el que puedes ver dentro.
Ella observó su cara de póker y no le gusto para nada, algo estaba ocultando.
— Luisana, ¿Y a ti que te pareció?
— ¡Que se parece mucho a lo que mamá cocinaba, ¡Me enc
Allegra estaba muy preocupada, Russo le había dicho que saldría a dar una vuelta y no llegó en todo el día, tampoco había contestado su móvil, luego, entrada la noche, recibió un mensaje en el que le informaba que estaba de incógnito buscando algo importante, que confiara en él y no selo dijera a nadie.«No puedes ser, piensa tomar la ley por su propia mano», ella pensó y marcó de inmediato a Arianna, pero luego, después del primer repique del teléfono, colgó la llamada.«No, debo confiar en él, me pidió que no se lo dijera a nadie, por ahora voy a esperar, pero si no toma mis llamadas tendré que avisar a Arianna para que esté prevenida, y a Flavio, es el único en quien confío en el equipo por ahora…Vicencio pasó la noche preocupado, había sobrepasado los límites con Vittoria y
— ¿A dónde vamos? Hemos recorrido mucho nada todavía.— Estamos muy cerca.— Vamos, que ese médico tuyo debe tener mucho dinero, ¡He!— Algo, es dueño de una clínica.— Ah… claro, ya veo que ha de tener “algo” de dinero.Cruzaron al última esquina antes de entrar en la calle en donde estaba la casa de Locantore.— Ya llegamos, es ahí — anuncio deteniendo la motocicleta frente a la residencia de Locantore.Ambos bajaron de la máquina y Francesco se acercó a tocar el timbre. Una mujer que trabajaba en la casa se asomó por la mirilla.— ¿A quién busca?— ¿Está en casa el doctor Locantore?— Oh, sí, él está en casa, pero me temo que está indispuesto.— ¿Indispuesto? ¿Qué
Vittoria ingresó en el despacho de su padre por la puerta de atrás, con cuidado para no ser vista. Abrió los cajones del antiguo escritorio de cedro de Don Eugenio y buscó en los lugares ocultos, en donde guardaba las cosas importantes, halló el fajo de dinero que mantenía para los imprevistos y lo guardó en un bolsillo.Luego se giró en redondo y movió la pintura de la pared, una exquisita obra de Frida Kahlo por la que su padre había pagado una fortuna a un coleccionista, y que ella personalmente le inspiraba mucha fuerza como mujer luchadora.Vittoria Introdujo la combinación cuidadosamente, esa caja fuerte se las traía, no era tan práctica como la suya, era un modelo mucho viejo y su padre insistía en mantenerla en uso. Giró el disco para un lado y para el otro recordando cómo era el sonido cuando ya estaba a punto de abrir y cuando estaba muy lejos de ha
Giorgia salió del hospital psiquiátrico echando chispas. Ofendida en extremo porque el viejo decrépito de Eugenio Giuliani ¡La había puesto en su lugar!Subió al auto y puso el motor en marcha pisando a fondo sin importarle mucho mirar por donde iba, tomó el móvil y marcó a Carlo para darle los detalles de la visita y el contarle del enorme fracaso que había sido tratar de manipularlo, ¡El viejo era un desgraciado!— ¿Giorgia? Dime que ya saliste y que todo está bien — Carlo contestó con palabras rápidas mientras le daba instrucciones a uno de sus hombres haciendo señas.— ¡Fue un desastre!— ¿Cómo que fue un desastre? ¿No pudiste con el viejo?Giorgia no lo podía creer ¿Cómo era tan cínico? Si el trabajo pesado siempre lo hacía ella, además de ensu
Vittoria apretaba el paso y mantenía la cabeza baja para no llamar mucho la atención, seguía caminando con el sobre en la mano mientras la gente en la calle se le quedaba mirando.Estaba consciente de que su terrible aspecto gritaba problemas, y de que solo era cuestión de tiempo a qué alguien la detuviera o avisara a las autoridades.Prácticamente, iba corriendo cuando al cruzar una esquina se tropezó de frente con un hombre mayor.— Señorita, mire usted por dónde camina! — La increpó el anciano mientras ella se inclinaba a recoger sus cosas.El hombre se la quedó mirando y notó que evidentemente la chica estaba en problemas.— ¿Le sucede algo, señorita? ¿La han atacado? ¿Está herida? — preguntó con insistencia.Vittoria levantó la mirada y negó con la cabeza.— No, no se preocupe, solo tuve un accidente y caí en un charco de lodo — Ella intentó justificar su aspecto.— ¿Está segura? No ha llovido... — apuntó de forma suspicaz.Vittoria sintió un frío recorrer su espalda al saberse at
Vittoria sintió por primera vez en mucho tiempo un chorro de esperanza, su corazón saltó de alegría en su pecho y sus piernas, aunque adoloridas, se movieron instintivamente hacia Francesco.— ¡Francesco, viniste por mí! — Lo dijo más para sí misma mientras comenzaba a moverse hacia él.— ¡Corre, ahora! — Romano gritó alargando la mano en su dirección.Ruso se bajó de la motocicleta y miró a Francesco con expresión grave.— ¡Llévatela! — Dijo con seguridad — Yo trataré de ganarles algo de tiempo.— ¿Qué? ¡No! — Romano negó con la cabeza — ¡Sube de nuevo!, ¿A dónde vas a ir? ¡Corres peligro!— No te preocupes por mí, estoy entrenado, no es la primera vez que hago algo como esto — Sin una pizca de inseguridad en su mirada.La camioneta derrapó muy cerca de Vittoria, pero ella no se detuvo, siguió corriendo hacia Francesco, directo hacia la motocicleta. Media docena de hombres de negro y armados hasta los dientes salió de la camioneta, moviéndose con rapidez hacia la joven que no dejaba
La policía fue alertada por Marco, y se pusieron puestos de vigilancia cada cierto tramo y en lugares de tráfico obligatorio, Francesco debió evadir varios de ellos por las principales arterias viales hasta comprender que estaban en las vías más transitadas, las que él tomaría para desplazarse.Se detuvo. No podía seguir avanzando por la ruta más obvia.— Amor, ¿Pasa algo? — Vittoria preguntó mientras él apagaba la máquina en una callejuela y se bajaba de la motocicleta.Él extendió sus manos hacia ella y la ayudó a bajar.— ¡Sucede que, con tanta adrenalina, no me he detenido un minuto para abrazarte Vittoria!Abriendo los brazos y rodeando a Vittoria tiernamente mientras ella se colgaba de su cuello con ansias.— ¡Me hiciste mucha falta! — él susurró a su oído con suavidad — No hubo día en que no pensara en ti, en que no me preocupara por tu bienestar, en que no me partiera el cráneo, en pensar como rayos regresar a ti… pero debía darle un poco de tiempo a todo esto, no podía arries
— ¡Tony, me tenías muy preocupada! ¿Por qué te fuiste así sin decirme nada? — Allegra lo miró a los ojos tratando de hallar la respuesta en ellos.Él la tomó por los hombros con delicadeza e inspiró profundo.— No podía decírtelo, no quería preocuparte, además, darte información era ponerte en riesgo, ese loco de Santoni está completamente fuera de sí, ha hecho cosas increíblemente sucias, marchita todo lo que toca.— Pero él no sabe que tú estás relacionado con el caso.— No estoy seguro de que no lo sepa, tienen tentáculos en todas partes, y Marco trabaja para él, no quiero a ese tipo acercándose a ti o al niño, ¡Si me entero de que él está asechándote, no pensaría dos veces para matarlo!Allegra se llevó las manos a la boca.— ¡No Tony! No hables de ese modo, me asustas…Russo la tomo por el rostro y acarició sus mejillas.— Allegra, ¡Tú y el niño son mi mundo! No podría permitir que un loco como él les haga daño, ya tú sufriste bastante en el pasado, y no permitiré que pases por a