Giorgia salió del hospital psiquiátrico echando chispas. Ofendida en extremo porque el viejo decrépito de Eugenio Giuliani ¡La había puesto en su lugar!
Subió al auto y puso el motor en marcha pisando a fondo sin importarle mucho mirar por donde iba, tomó el móvil y marcó a Carlo para darle los detalles de la visita y el contarle del enorme fracaso que había sido tratar de manipularlo, ¡El viejo era un desgraciado!
— ¿Giorgia? Dime que ya saliste y que todo está bien — Carlo contestó con palabras rápidas mientras le daba instrucciones a uno de sus hombres haciendo señas.
— ¡Fue un desastre!
— ¿Cómo que fue un desastre? ¿No pudiste con el viejo?
Giorgia no lo podía creer ¿Cómo era tan cínico? Si el trabajo pesado siempre lo hacía ella, además de ensu
Vittoria apretaba el paso y mantenía la cabeza baja para no llamar mucho la atención, seguía caminando con el sobre en la mano mientras la gente en la calle se le quedaba mirando.Estaba consciente de que su terrible aspecto gritaba problemas, y de que solo era cuestión de tiempo a qué alguien la detuviera o avisara a las autoridades.Prácticamente, iba corriendo cuando al cruzar una esquina se tropezó de frente con un hombre mayor.— Señorita, mire usted por dónde camina! — La increpó el anciano mientras ella se inclinaba a recoger sus cosas.El hombre se la quedó mirando y notó que evidentemente la chica estaba en problemas.— ¿Le sucede algo, señorita? ¿La han atacado? ¿Está herida? — preguntó con insistencia.Vittoria levantó la mirada y negó con la cabeza.— No, no se preocupe, solo tuve un accidente y caí en un charco de lodo — Ella intentó justificar su aspecto.— ¿Está segura? No ha llovido... — apuntó de forma suspicaz.Vittoria sintió un frío recorrer su espalda al saberse at
Vittoria sintió por primera vez en mucho tiempo un chorro de esperanza, su corazón saltó de alegría en su pecho y sus piernas, aunque adoloridas, se movieron instintivamente hacia Francesco.— ¡Francesco, viniste por mí! — Lo dijo más para sí misma mientras comenzaba a moverse hacia él.— ¡Corre, ahora! — Romano gritó alargando la mano en su dirección.Ruso se bajó de la motocicleta y miró a Francesco con expresión grave.— ¡Llévatela! — Dijo con seguridad — Yo trataré de ganarles algo de tiempo.— ¿Qué? ¡No! — Romano negó con la cabeza — ¡Sube de nuevo!, ¿A dónde vas a ir? ¡Corres peligro!— No te preocupes por mí, estoy entrenado, no es la primera vez que hago algo como esto — Sin una pizca de inseguridad en su mirada.La camioneta derrapó muy cerca de Vittoria, pero ella no se detuvo, siguió corriendo hacia Francesco, directo hacia la motocicleta. Media docena de hombres de negro y armados hasta los dientes salió de la camioneta, moviéndose con rapidez hacia la joven que no dejaba
La policía fue alertada por Marco, y se pusieron puestos de vigilancia cada cierto tramo y en lugares de tráfico obligatorio, Francesco debió evadir varios de ellos por las principales arterias viales hasta comprender que estaban en las vías más transitadas, las que él tomaría para desplazarse.Se detuvo. No podía seguir avanzando por la ruta más obvia.— Amor, ¿Pasa algo? — Vittoria preguntó mientras él apagaba la máquina en una callejuela y se bajaba de la motocicleta.Él extendió sus manos hacia ella y la ayudó a bajar.— ¡Sucede que, con tanta adrenalina, no me he detenido un minuto para abrazarte Vittoria!Abriendo los brazos y rodeando a Vittoria tiernamente mientras ella se colgaba de su cuello con ansias.— ¡Me hiciste mucha falta! — él susurró a su oído con suavidad — No hubo día en que no pensara en ti, en que no me preocupara por tu bienestar, en que no me partiera el cráneo, en pensar como rayos regresar a ti… pero debía darle un poco de tiempo a todo esto, no podía arries
— ¡Tony, me tenías muy preocupada! ¿Por qué te fuiste así sin decirme nada? — Allegra lo miró a los ojos tratando de hallar la respuesta en ellos.Él la tomó por los hombros con delicadeza e inspiró profundo.— No podía decírtelo, no quería preocuparte, además, darte información era ponerte en riesgo, ese loco de Santoni está completamente fuera de sí, ha hecho cosas increíblemente sucias, marchita todo lo que toca.— Pero él no sabe que tú estás relacionado con el caso.— No estoy seguro de que no lo sepa, tienen tentáculos en todas partes, y Marco trabaja para él, no quiero a ese tipo acercándose a ti o al niño, ¡Si me entero de que él está asechándote, no pensaría dos veces para matarlo!Allegra se llevó las manos a la boca.— ¡No Tony! No hables de ese modo, me asustas…Russo la tomo por el rostro y acarició sus mejillas.— Allegra, ¡Tú y el niño son mi mundo! No podría permitir que un loco como él les haga daño, ya tú sufriste bastante en el pasado, y no permitiré que pases por a
Las puertas de metal plateado y brillante como un espejo se abrieron y Francesco tiró de la mano de Vittoria para guiarla por el pasillo hasta la puerta de la habitación.— Es esta — Ella advirtió el nerviosismo de él mientras pasaba la tarjeta magnética para abrir.La empujó dentro con suavidad y cerró la puerta tras él.La rodeó por la cintura y sin perder tiempo posó sus labios sobre los de ella con desesperación.— Creo que deberíamos darnos una ducha… — ella propuso y los ojos de [el brillaron con la idea.— Me parece genial.Ambos se movieron dando tumbos por la habitación mientras se deshacían de su ropa y la dejaban regada por el suelo sin dejar de besarse. Entraron a la ducha y Francesco dejó salir el agua tibia y deliciosa mientras dejaba un camino de besos en el cuello de Vittoria y recorría con sus manos sus pechos firmes.Ella apretaba sus glúteos atrayéndolo hacia su pelvis en un compás de movimientos que incitaban cada más al deseo de fundirse en el cuerpo de él desespe
Luca se acercó para darle un beso más antes de irse.— Luca, no me retrases más… — La abogada rogó a su marido que parecia no haber quedado del todo satisfecho y esperaba continuar con el encuentro íntimo — Por favor amor...— ¿No vas a decirme que bien valió la pena el retraso? — Le dijo ayudándola a colgar la bolsa de la nena en su hombro con sus cosas.Ella lo miró con picardía y sonrió.— Bien, no puedo quejarme, pero ya debo irme, tengo que dejar a Juliette con su nana antes de seguir hasta donde Allegra, así que ya basta de arrumacos, sabes que si sigues regresaré a meterte de nuevo a la habitación.— Ve tranquila, me estás comunicando, yo también tengo pendientes en la oficina, pero si necesitas algo me avisas, o si quieres que vaya por la niña.— ¡Gracias c
Cualquiera hubiera pensado que el más sorprendido con la noticia había sido el Capitán de la División de policía, pero no, el más sorprendido fue Russo, las habilidades de Arianna lo tenían con la boca abierta, pero intentó no dejar ver la impresión delante del Capitán.No tardó mucho en llegar el oficial superior que con la información para todo el Departamento en la que instalaba a Antonio Russo como nuevo Capitán y pedía al anterior que desocupara la oficina.La vergüenza y el odio en el rostro del hombre contra Russo, era muy evidente, así como la clara división de los que apoyaban y aplaudían el cambio, como de aquellos con mala cara que, Antonio intuyó, estaban preocupados por lo que su nombramiento podría hacer en sus negocios sucios. Pero por ahora no se encargaría de eso.¡Primero lo primero! Resolvería lo de Francesco y Vittoria, y después se dedicaría a la situación de los policías sucios.— ¿Qué tal mi sorpresa? — Arianna le preguntó esbozando una enorme sonrisa.— Me has
— No pensé que se abriera tanto a conversar con nosotros… — Comentó Vittoria después de haber salido de la casa de Greta — Grabo está muy herido por todo lo sucedido… — Sí, pero si queremos que nos apoye con todo esto debe ser ahora, después puede que se arrepienta, o que quiera renunciar a la Compañía y dejar a alguien que pueda ser manipulable por Carlo, así que hay que actuar ahora, creo que lo mejor sería avisar a Russo de que Gabriele tiene como prueba los mensajes que tu nana le envió a su nieto. — Es cierto, hay que avisar a Russo. — El problema es que está inactivo, pero de todas maneras conoce gente en la policía que nos puede ayudar. — Por otro lado, están los documentos que Vicencio tiene en contra del psiquiatra, debemos llamarlo para que los ponga a la orden de la policía. — No, debe entregárselos a Russo, no confío en nadie más para esto — aseguró convencido — Será mejor que vallamos hasta su casa, es la única forma de hablar como se debe. Tomaron otro taxi y despué