Parrow se empieza a vestir silenciosamente sumido en sus pensamientos, mientras que Anastasia está algo disgustada por no tener una respuesta concreta, así que ella es la primera en salir de la pequeña habitación.—espera, salgamos juntos— dice aquel hombre que la hace perder la cordura—si quieres intentarlo, ten prioridadElla abre la otra puerta que conduce hacia las escaleras para salir del sótano y Parrow sonríe levemente, literal está contento porque será padre nuevamente y podrá remediar sus errores de manera que este bebé que los une aún más, podrá ser esa demostración de su cambio.Ana sube los escalones y Leandro al verla no comprende porque ahora está con una expresión en su rostro de enojó si hace poco la escuchó gemir feliz de la vida.—¿Y esa cara?—¡Que te importa!— Anastasia al ver venir a Cáceres se detiene para darle tregua—¡Por fin, Sebastián!— exclama Leandro mirándolo con el ceño fruncido —calma amigo, lo mejor se hace esperar— Parrow le sonríe llamando su aten
—lo lamento mucho cariño— la señora Camelia la abraza, sabe lo sentimental que es Anastasia —eso si es que fuerte, ¿Quieres ir?— pregunta Parrow suavizando su voz —deseo hacerlo, pero con tantas cosas en casa, el trabajo— Ana suspira profundamente—son tus amigas, puedes ir mañana a primera hora, yo me encargo de los niños y del trabajo— se apresura a decir Sebastián—animo cariño, es el cumpleaños de tus hijos, entiendo que estés triste y delicada, pero ellos también te necesitan—tienes razón madre, y gracias Sebastián, mañana a primera hora voy para darle mi apoyo a la familia Villarreal, vamos que no quiero hacer esperar a los niños— Ana se coloca de pie, pero se sorprendió cuando Parrow la tomo de la mano y le roba un beso que la deja sin aliento—me adelantó, ustedes derrochan mucho amor— la señora Camelia se marcha con una gran sonrisa —puedes refugiarte en mí, no estás sola, aquí estoy para tí ¿Estamos?— Ana siente su corazón palpitando con fuerza, por más que quiere hace
Anastasia al ver la intención de Parrow, el querer marcharse, toma posesión de sus labios, lo empieza a domar con su lengua, haciendo un leve movimiento envolvente, uno que lo hizo erizar y cambiar su mirada a deseo y perdición. —¿Estás más tranquilo?— pregunta con voz seductora—aun estoy estresado, pero hay una forma de quitarme esta amargura— Parrow la carga como un bulto y la lleva hacia el despacho—¿No puede ser para después? Nos están esperando en la fiesta ¿Lo olvidas?— Ana pasa saliva, le encanta cuando él es dominante—lo hubieras pensado antes de besarme de esa manera— la voz ronca de Sebastián provocó una corriente eléctrica, un cosquilleo en su intimidadParrow ingresa al despacho y luego cierra la puerta con seguro, se dirige al escritorio y allí la hace sentarse. —tengo un deseo, y es hacerte mía en mi escritorio—no me llama la atención hacerlo cuando sé que lo hiciste con la puta de Cáceres— Ana arquea una ceja al saber que dió en el blanco —cambiare todo, y no hable
—deja los rodeos Cáceres, ¿Qué está pasando?—esto es delicado, pero primero que todo quiero que le des un seguro monetario a mi bebé, tu estás nuevamente con esa... mujer, te exijo que mi hijo reciba una mensualidad gratificante ya que soy madre soltera y que se ha quedado sin trabajo—¡Carajo Cáceres! Es una falta de respeto que vengas aquí por eso, cuando sabes perfectamente que al bebé no le va a faltar nada, dime la verdad ¿A qué has venido?— pregunta con impaciencia —yo...—¡Maldita mujer!— Ana llega como alma poseída por el diablo agarrando a Cáceres del cabello —eres cómplice de María de eso no me cabe duda—¡Suéltame!— gruñó Cáceres tratando de soltarse de su agarré —¡Has venido para ver cómo es la mansión! Quieres hacernos daño, te has vuelto su cómplice para lastimarme porque no aceptas que Parrow y yo estemos juntos ¡Bruja!—¡Ana, debes mantener la calma por tu bebé!— aconseja Leandro y Parrow la agarra de la cintura alejándola de Cáceres —¡No puedo! Sé que ella ha veni
—Leandro que bueno verte— Parrow está agitado —¿Qué sucede amigo?— pregunta Leandro acercándose más —me llamo Cáceres, María se comunicó con ella y le dijo para verse en un hotel y llevar a cabo su plan —¿Cual hotel?— pregunta Leandro con extrañeza—el hotel Rowles —espera... a mí me envió un mensaje donde decía que me esperaba en el hotel Coleman —¿A qué está jugando esa perra?— gruño Parrow por lo bajo, no quiere que sus hijos o su madre lo escuchen —no lo sé, esto es muy raro, ella insiste en vernos, pero no quiero fallar aunque te admito que es tentador para mí—Leandro, entiendo tu posición— Parrow suspira —necesito que María este tras las rejas para que mis hijos y mi mujer puedan estar en paz, debo ir a la casa, por favor quédate y cuida a los niños, aunque la mansión está escoltada no confío, tengo un mal presentimiento con toda esta mierda, además, no confío en Cáceres—yo tampoco, vete tranquilo hermano, me quedaré aquí—en dado caso, si es necesario que te veas con Ma
Anastasia sale en busca de su madre, caminando entre la familia Villarreal, Johana al verla se sorprende, no pensó en que ella viniera realmente.—¿Ana...?— toca su hombro para llamar su atención Anastasia se exalta un poco y voltea a mirarla estupefacta. —¿Qué te sucede cariño?— Anastasia mira a su alrededor buscando a su madre —Ana... me estás asustando, estás pálida Anastasia fija su mirada en Johana y luego la abraza fuertemente. —lo... lamento, es que ví a mi madre—¿Tu madre? ¿La señora Camelia?—no, mi madre real—¡Santo Jesús! Ana, eso no es bueno—lo siento, no quiero preocuparte sé que estás triste por la perdida de un gran hombre, vengo a darles mi apoyo —gracias por estar aquí Ana, pero deberías llamar a tu familia, no es por ser mala sangre, pero cuando un familiar fallecido aparece, y más en un cementerio es porque algo malo sucedió o va a suceder Ana pasa saliva, recuerda lo que está pasando con María y Cáceres, dándole una crisis nerviosa. Ella busca su celular mó
—¡Dios!— Ana se sorprendió, aunque odiaba a Cáceres, no le deseaba la muerte y menos en pleno embarazo, eso la preocupó pensando en ella, en su embarazo y que le pase lo mismo que Cáceres—Ana, regresa por favor— Parrow necesita tenerla a su lado—estando con los Villareal no me va a pasar nada, ellos nos están ofreciendo su ayuda, debes estar con los niños, ya me comunique con Calvo, María está demente, quiero destruirla, y no te preocupes que hoy mismo estaré a tu lado, lamento la perdida de tu hijo...Parrow le da la espalda a Leandro y baja su mirada, las lágrimas se hacen presentes deslizándose por sus mejillas —esa mujer pagará, lo juro Sebastián, no estás solo mi amor, te amo con toda mi alma— aquellas palabras alientan el corazón de Parrow, el cual está destrozado —¿Me amas, cariño? Perdóname por todo lo malo que te hice, te quiero abrazar, necesito tenerte a mi lado, yo te amo más, con toda mi alma, me muero por tí— las Villareal están escuchando esa conversación, y es que l
—señor Parrow...— acerca caminando muy sensual hasta llegar a él y posar sus manos en los hombros, que él al sentirla inmediatamente se gira para quedar frente a ella —no te acerques, no sé que carajos haces aquí—solo quiero pasar un rato agradable contigo—eres hermosa, pero mi mujer... no quiero perderla nuevamente— suspira —no tienes idea de lo que me ha costado que ella me dijera que me ama, de verdad no quiero meter la pata, tú me rechazabas no entiendo porque carajos ahora estás aquí, sin que te pague o te haya llamado, o quizás es una trampa de María para alejarme de mi mujer —respira... no tienes por qué pensar mal, entonces estás enamorado— Ella sonríe levemente—y mucho, además he tenido unos días de mierda, deberías... no sé, hacer tu vida, salir de ese mundo, no es bueno que muchos hombres te deseen—yo no me acuesto con ningún hombre señor Parrow, solo bailaba para olvidarme de los problemas tormentosos Ella se acerca al centro de mesa, y agarra el pequeño control, al