Sophia trata de entender lo que dice Robert Trivan. Pero llega a la conclusión de que nada concuerda.
- ¿Por que usted querría hacerse cargo de mi bebé? Ademas, dijo hijo. Puede que sea una niña.
Robert deja de mirarla y da la vuelta a su silla, se pone a mirar la vista.
- Estás en un gran aprieto y yo quiero ayudarte. ¿Que tiene de malo? Soy tu jefe. Es mi deber velar por el bienestar de mis empleados.
- Pero sólo tiene que darme un bono de embarazo o algo así. No decirme que quiere ser el padre de mi bebé.
- Como dije, quiero ayudarte.
- ¡Entonces debería proponerle ésto a todas las mujeres embarazadas que fueron abandonadas por su prometido, esposo o novio! ¡Lo que dice es un disparate!
Robert se cansa de sus gritos y se acerca a ella rápidamente, se detiene muy cerca de ella, ambos están mirándose fijamante. Sophia voltea su mirada. Robert levanta una mano, siente la necesidad de tocar su rostro pero su mano queda en el aire.
- No me odies, por favor.
Sophia reacciona a sus palabras y sus ojos se fijan en él.
- ¿Que dijo?
Robert reacciona, sale de sus pensamientos.
- Que no me odie por la ayuda que le daré. Creo que debe darme las gracias por lo que haré por usted. No todos los días un millonario se le acerca y le propone mejorarle la vida.
- ¿Mejorar mi vida? ¡Usted ni siquiera es de mi confianza señor hielo! ¡Puedo arreglármelas yo sola sin su "ayuda"! ¿Cree que soy tonta? ¡Usted quiere que yo sea su amante! ¡Todo el mundo conoce su fama de mujeriego! ¿Usted cree que yo le voy a creer ese cuento de que quiere ser padre? ¡Y si usted cree que cualquier mujer caería en esta proposición pues vaya y propongaselo a la primera mujer embarazada que encuentre porque yo no acepto su grosera propuesta!
Robert camina y vuelve a sentarse en su silla.
- Hablaremos de ésto más tarde, señorita Lorenz, tengo mucho trabajo por hacer.
Sophia aprieta sus puños con fuerza, la ira la carcome. Robert toma el teléfono y llama a su secretaria.
- Olivia, la señorita aquí presente debe volver a su trabajo. Acompáñala.
- Puedo irme sola.
Robert cuelga, asiente y sonríe. Sophia sale de la oficina furiosa. Olivia, la secretaria la mira marcharse rápidamente.
- ¿Qué le pasa a ese tipo? Debe estar muy loco si cree que me va a manipular con ese disparate de que quiere a mi bebé como hijo. Jamás aceptaré esa locura.
Sophia se sienta en su silla y golpea su escritorio. Todos voltean a mirarla. Cristian llega y toca sus hombros.
- ¿Que pasó Sophia? ¿Recuperaste tu trabajo?
- Si...
Dice Sophia de mala gana.
- Pensé que el señor hielo no tendría compasión contigo. Ahora menos que estás embarazada.
- No creerás lo compasivo que fué. Tanto que hasta me hizo una propuesta descabellada.
Cristian mira para los lados, observando si hay alguien escuchando su conversación.
- ¿Te propuso matrimonio?
- Algo peor que eso. Quiere hacerse cargo de mi embarazo, ser el padre de mi bebé.
- ¿Qué?
Cristian lo grita tan fuerte que los empleados chismosos los miran.
- ¡Eso es genial!
Sophia lo golpea.
- ¿Como que genial? Ese tipo es un psicópata, un pervertido, quien sabe cuales son sus verdaderas intenciones.
- ¿Que le dijiste?
- ¿Que crees? Que le llevara su estúpida propuesta a otra embarazada y a mi me dejara en paz.
- Quizás te insista. Además, eres hermosa, puede ser que esté enamorado de ti en secreto y aprovechó ésta oportunidad para declararse.
Sophia niega con la cabeza.
- Que enamorado ni que nada. Es un psicópata, Cristian. Una persona normal no te propone tal cosa. Debo ordenar algunos papeles de mi jefe. Hablamos luego.
Sophia toma unos archivo y empieza a revisarlos.
- Creo que deberías meditarlo un poco. Tal vez no sea una mala idea lo que te propone.
Cristian le sonríe, le guiña el ojo y se va a su escritorio. Sophia ve llegar a su jefe, Mike Williams, que era el mejor amigo de Robert Trivan. De algo estaba segura era que eran personas muy distintas, no podía creer que eran mejores amigos. Era como juntar el agua y el aceite.
- Sophia, no me pases llamadas. Estaré en mi oficina revisando unos documentos importantes que me envió Robert.
- Ni me lo nombre.
Mike la observa con el ceño fruncido.
- ¿Qué?
Sophia sonríe.
- Que no le nombraré ninguna llamada señor Williams.
- Muy bien, saca las copias que te pedí ayer y traémelas por favor.
- Enseguida.
Sophia pensaba que Mike era un buen jefe, nada parecido al hielo del CEO. Sacó las copias de los documentos, ordenó algunos papeles que Mike tenía que firmar y ya había transcurrido parte del dia, hasta que vió su reloj.
- Son las 6:30.pm. Debo correr para tomar el autobús.
Toma sus abrigo, su cartera y telefóno y camina hacia la oficina de Mike.
- Jefe, ya terminé mi trabajo, me gustaría saber si me puedo ir antes. Mi mamá me está esperando en casa.
- Claro. Nos vemos mañana. Abrígate bien, está haciendo frío afuera.
- Bien, hasta mañana.
Ambos se miran, sonríen y Mike vuelve a poner su vista en sus documentos. Sophia cierra la puerta y camina por el pasillo. En la entrada del edificio se encuentra a Cristian que la está esperando con dos vasos de café.
- Luego de una jornada intensa, un buen café es el mejor relajante.
- Gracias. Tomemos el autobús. Debo llegar a mi casa lo antes posible.
- ¿Oliver ya llegó?
- Ni me lo nombres. Además, te dije que me abandonó y ya sabes lo de la querida esposa furiosa. No puedo creer que Oliver me haya mentido tanto tiempo. Soy una tonta.
- Es un imbécil. Si lo tuviera al frente le partiría la cara.
- Tomemos el autobús.
Sophia sale con su café en mano y Cristian la sigue. El viaje en autobús es tranquilo y sin charla. Sophia se se despide de su amigo y se baja, su casa queda relativamente así que no tiene que caminar mucho.
- Mamá, ya llegué.
- ¡Hija! ¡Te espérabamos con ansias!
Sophia se quita el abrigo.
- ¿Que pasa?
- Ven, sientate.
- Mamá, dime. Me tienes en ascuas.
- Tu hermano y yo hemos descubierto algo.
Sophia empezó a sudar y dudar. ¿Será que su madre y Frank ya sabían lo de Oliver? No podía ser posible.
- ¿Descubierto que?
- Hemos descubierto la forma para que arregles tu vida.
- No entiendo.
- Mamá se refiera a Mike Williams, tu jefe.
Sophia mira a su hermano Frank que llega a la sala y se sienta en el sofá.
- ¿Que tiene que ver mi jefe con arreglar mi vida?
- Investigamos sobre él y descubrimos que está soltero.
- ¿Y?
Sophia frunce el ceño. Su madre la toma de las manos.
- Es tu oportunidad para cazar a un hombre adinerado. Y como es tu jefe puedes atraparlo más fácilmente.
- ¿Qué les pasa a ustedes dos? ¿Enloquecieron?
Su madre y hermano la miran en silencio.
- ¡La solución a nuestros problemas económicos no es cazar a un hombre con dinero!
- Si, lo es.
Dice su hermano mientras se levanta.
- ¡Tienes la oportunidad de salir de éste agujero donde estas! ¡Y sacarnos a nosotros también!¡ ¡ Somos tu familia! ¿No te da verguenza pensar en ti misma? ¡Y ese novio que tienes! ¡Es un mantenido! ¡Nunca he visto que trabaje! ¡Tú lo mantienes! ¡Alcahueta!
Sophia siente que unas lágrimas salen de sus ojos. Está a punto de romperse.
- ¡Ustedes también me piden dinero! Y tú, Frank... ¿Tienes derecho a reclamarme algo? Tampoco trabajas, eres el perro faldero de mi madre, sufres de mamitis, eres un hombre de 26 años que le debería dar verguenza depender de alguien. ¡Eres un parásito viviente!
- ¡No te atrevas a insultarme!
Frank se acerca y levanta la mano pero su madre lo detiene.
- ¡No discutan más!
Sophia llora y su madre toma sus manos.
- Hija, creo que deberías...
- Oliver me dejó.
Su madre y hermano la observan.
- ¿Qué?
- Oliver me abandonó, dijo que ya no me amaba y que se iría muy lejos para reencontrarse consigo mismo.
Su hermano Frank se sorprende.
- ¿Reencontrarse consigo mismo? Ese tipo es un completo idiota. No entiendo que le viste.
- Además.
Su madre y hermano la miran de nuevo.
- Estoy embarazada. Me hice la prueba antes de ir al trabajo ésta mañana.
- ¿Qué?
Su madre la suelta y empieza a caminar nerviosa.
- ¿Y de paso te embarazas de él? Hermana, que buen plan tenías. Oliver es un idiota pero tú...
- ¡Silencio Frank!
Su madre lo calla y mira a a Sophia.
- Ahora, con más razón necesitas conquistar a Mike Williams, puedes acostarte con él, luego decirle que estás embarazada, que él es el padre y...
- ¡No lo haré!
Sophia grita.
- ¿Acaso no ven como me siento? ¿No pueden darse cuenta de que estoy rota por dentro? ¿Que clase de familia son ustedes? ¿Y tú? Madre... ¿No te sientes mal al saber que a tu hija la ha abandonado el hombre que ella ama? ¿No se te mueve el corazón? ¡Soy tu hija!
Sophia se seca las lágrimas con su manga y sonríe.
- Ustedes sólo ven en mi la vía de escape de ésta situación económica. Como un cuerpo que se vende. Sólo eso.
Su madre y Frank bajan la cabeza al escuchar sus palabras.
- Queremos lo mejor para ti.
- ¡Basta!
Sophia trata de calmarse pero escucha que su teléfono empieza a sonar.
- No conozco éste numero.
- Responde.
Dice su madre de repente.
- ¿Hola? ¿Quién es?
- Baja, estoy en la entrada.
Sophia cuelga.
- ¿Como es que el señor hielo tiene mi número?
- ¿Señor qué?
Pregunta su madre viéndola con rareza.
- ¿Quién se cree ese tipo para venir a mi casa?
Sophia toma su abrigo y sale rápidamente. Su madre y su hermano se miran sin entender nada. Sophia llega a la entrada y ve a Robert recostado en su auto súper costoso.
- Vives en una zona peligrosa.
Sophia lo mira con ira en sus ojos.
- ¿Me está acosando?
- No.
Dice él a la ligera.
- Hicimos un trato.
- ¡Yo no acepté su trato! ¿Está loco? ¡Váyase de aquí ahora!
Robert acomoda su postura.
- No te alteres, le puede hacer daño al bebé.
- ¡Es mi bebé! ¡Sólo mío! ¿Entendió?
Robert empieza a perder la paciencia, abre la puerta trasera de su auto y toma una caja blanca con un lazo rosa.
- Toma.
- ¿Qué es eso?
- Ábrela y verás.
Sophia frunce el ceño con disgusto. Pero abre la caja y se queda atónita por lo que ve.
- Es tu vestido de novia. Nos casaremos.
- Usted está loco. Es un enfermo mental.Sophia toma el vestido y lo lanza al piso pero Robert lo recoge antes de caer al piso. Se acerca a ella lentamente.- No te conviene comportarte asi. Créeme.Sophia sonríe sarcásticamente.- ¿Ahora me está amenazando?- No es una amenaza, lo digo porque en tu estado alterarte puede causarle daño a tu hijo.- ¡Estoy harta de que diga la palabra hijo! ¿Que? ¿Además de psicópata es adivina para saber el sexo del bebé?Robert toma sus palabras como graciosas y se ríe.- Señorita Lorenz, tiene buen sentido del humor. Lo del sexo del bebé, es una corazonada, nada más. ¿Tiene algo de malo o raro?Sophia se acerca a él lentamente buscando la revancha.- ¡Si! ¡Usted es raro! Sophia grita y Robert sólo se ríe.- ¿Qué le parece tan gracioso?- Como le dije antes, tiene buen sentido del humor. Pero mal sentido para escojer a los hombres.Sophia lo toma de su camisa con ambas manos.- Llamaré a la policía.- Yo soy la policía.Robert posa sus manos sobre l
- No puedes tomar decisiones por mi. Ya soy un hombre.Dice Robert con completa seguridad. Su abuelo suspira y acomoda su manta.- No estás en posición de negarte.- Así es guapo. Nuestro matrimonio es irreversible.Elisa dice para ser notada, desde que entró se siente como un cero a la izquiera. Robert se levanta, toma uno de sus brazos y la lleva al pasillo. Su abuelo se queda mirando su acción con recelo.- Éste muchacho hará que me muera antes de tiempo.Robert suelta el brazo de Elisa mientras ve alrededor, no hay nadie mirando.- ¿Que tramas?Elisa frunce el ceño.- ¿Que tramo de qué?- No te hagas la desentendida. Lo nuestro se acabó hace tiempo. A decir verdad, ni siquiera fue algo en serio. Elisa piensa en que decir, él tenía razón, hace mucho ellos anduvieron de forma casual: besos, sexo y citas nocturas, sólo eso. Pero Elisa lo disfruto mucho, y su misión era recuperar a Robert de la forma que sea.- ¡Respóndeme!- ¿Por que te enojas conmigo? Yo no tengo nada que ver con é
Sophia abre los ojos, ve el reloj en la mesita de noche. - ¿Son las 6:30a.m? Se levanta y se coloca sus zapatillas, se dirige al espejo de su maquillador, se sienta y se mira. - Sólo fué una pesadilla Sophia, no te hicieron ninguna propuesta descabellada ayer. Todo fué un terrible sueño. Sonríe, se levanta y se dirige al baño a ducharse. Sophia rebobina lo ocurrido, Robert Trivan queriendo hacerse cargo de su embarazo y de ella. Ella no creía en nada de lo que pasó. Las gotas de la regadera caen en sus ojos, se sentía tan fresca y serena. El momento de relajación que necesitaba. Sale de la ducha y va a su armario, escoje una falda negra y un camisa manga larga. Se viste y va de nuevo a su maquillador. Se peina el cabello y se coloca su habitual maquillaje. Trivan Company tenía muchas reglas, una de ellas era que las empleadas no usaran mucho maquillaje, o nada en absoluto. Las reglas las había anunciado Robert Trivan. - No me extraña para nada. Dice Sophia mientras se mira por ú
- ¿No me digas que estás interesado en mi secretaria?Suelta Mike.- ¿Y qué pasa si te digo que sí?Robert lo mira con cara seria y vuelve a firmar unos documentos.- No pensé que Sophia fuera tu tipo. Te gustan las mujeres más...Robert deja de firmar y se recuesta en su silla.- ¿Despampanantes? Si, tienes toda la razón. Pero eso era antes. Cambié.Mike resopla y se sienta indignado.- No quiero que le hagas daño a Sophia. Ella es una buena persona.- ¿Ahora la conoces bien? Sin embargo, no sabías que ella está embarazada.Mike frunce el ceño.- Ella no me había dicho nada. Me siento traicionado. Soy su jefe.Robert sonríe, se levanta, camina hacia el sofá y se sirve algo de whisky del estante.- Crees que no me doy cuenta por qué lo haces.Robert deja de mover su trago y voltea a mirar a su amigo.- ¿Hacer qué?- Fijarte en ella.Robert deja de beber su whisky.- Ella es hermosa. Cualquier hombre quedaría encantado con ella.- Ella te recuerda a Elisa. ¿No es así?Un silencio se ap
- ¿Que es eso tan urgente que quiere decirme señor Trivan? Su madre Genna y su hermamo Frank ponen atención a la llamada al escuchar el nombre del hombre que lo sacaría de la pobreza. Sophia escucha un breve suspiro tras el teléfono. - Sólo baja. Robert cuelga y Sophia se queda pensando. - ¿Será que mi jefe le dijo algo? ¿Ambos tuvieron una pelea después que me fui? ¡Debe ser eso! Su madre y hermano la miran con rareza pero escuchando atentamente sus palabras. - ¿De qué hablas hermana? ¿Estás hablando con algun amigo imaginario? Frank voltea a ver a los lados. - Cállate. Mamá, debo salir. ¿Puedes esperar a que a hable con el señor Trivan? Su madre asiente con una sonrisa. - Por supuesto hija, ve y a habla con él. - De acuerdo. Ya regreso. Sophia se coloca su abrigo, camina hacia la puerta y su madre y hermano se asoman por la ventana, se podía ver claramente a Robert Trivan desde ese lugar. - ¿Será que viene a convercerla? - A menos que le ponga una camisa de fuerza lo d
Sophia mira fijamente a Robert, asimilando sus palabras. - ¿A qué te refieres con casarte? Ella pregunta y él sólo voltea a ver a otro lado. - Me casaré en dos semanas. Sophia cree que está hablando de la descabellada propuesta. - ¿Aún sigues con ese plan después de todo lo que me has dicho hace unos minutos? Sophia pregunta con ironía y Robert suspira. - No me refiero a lo que te propuse. Me casaré en dos semanas con otra mujer. En el momento en que Robert suelta esas palabras aparecen la madre de Sophia y su hermano. - ¡Señor Trivan! ¡Que gusto verlo nuevamente! Dice Genna, Frank lo mira de reojo y no dice nada. - Un placer verla señora Genna. Está muy hermosa ésta noche. Robert dice tomando su mano y plantando un leve beso. Frank y Sophia miran la escena con recelo. Genna se sorprende. - ¿Que cosas dices muchacho? Sólo soy una vieja arrugada como una pasa. El comentario hace soltar una sonrisa de todos. - Yo la veo muy joven. Robert sonríe. Sophia siente que va a e
- ¿Usted es Elisa?Pregunta Sophia desconcertada.- Si, soy yo.Sophia suelta su mano y voltea a mirar a Robert que está sentado sin decir ninguna palabra, ni siquiera la mira de regereso.- ¿Que es eso que traes en tus manos?Elisa pregunta mirando la caja y Sophia vuelve en si y recuerda a lo que venía.- Es un regalo.Robert observa a Sophia sorprendido y Elisa lo observa.- Quiero decir. Yo estaba comprometida a casarme pero cancelé la boda a último minuto. En ésta caja está un vestido de novia que me regaló el señor Trivan. Elisa recciona con furia y se acerca a Robert.- No sabía que hacías caridad a tus empleados Robert.- La señorita Lorenz es de pocos recursos y quise tener un buen gesto con ella y su prometido... O debería decir ex prometido.Él dice en voz alta las últimas palabras haciendo que Sophia se enoje.- Yo... Elisa voltea a verla y Robert sigue mirando papeles.- Sólo vine a devolverle el vestido señor Trivan. No me parece adecuado que lo conserve. Puede devolve
- ¿Quién es esa mujer? Preguntó Elisa mirando a Robert. - ¿Acaso no se presentaron? Dice él a la ligera. - Debo admitir que es muy bonita. Pero no más que yo. Dice ella riéndose. Elisa se calla y observa a Robert que está en silencio. - La mujer que me dijiste era ella. - ¿Qué? Pregunta él sin hacerle caso. - La mujer con la que te quieres casar es ella. - ¿De qué hablas? - No soy tan tonta. Me dijiste que no te casarías conmigo porque había otra mujer. Es ella. Hasta te devolvió el vestido de novia que me imagino le compraste. Robert se levanta y camina hacia ella. - No digas disparates. Ella tenía un prometido, iba a casarse con él. Y definitivamente no era yo. ¿Crees que soy de esos jefes que le coquetean a sus empleadas? Él se coloca la chaqueta y camina hacia la puerta. Elisa toma la caja furiosa por sus palabras y la lanza hacia él. - ¿Estás loca? - ¡No quieras verme la cara Robert! ¡Esa Sophia es la mujer con la que estabas coqueteando! Dice ella con voz alta.