- Mamá, voy llegando al trabajo.
- De acuerdo hija, no te olvides de comunicarte con tu hermano. Necesita de tu apoyo para conseguir el trabajo en Trivan Company.
Sophia de detiene de repente.
- ¿Hola? ¿Hija? ¿Estás ahí?
- Si mamá, aquí estoy. Tengo que colgar.
Sophia cuelga y mete su teléfono en su cartera. Estaba enfrente de la empresa donde trabajaban desde hace 2 años, se sentía agradecida que sus padre le hubieran pagado los estudios, ya que gracias a ellos era lo que era hoy en dia: secretaria del asistente en jefe del CEO, si, era un logro para ella, a pesar de tener un titulo de Diseñador gráfico. Pero llevaba 5 años de relación con Oliver, su novio, se habían comprometido solo unos meses atrás, y la boda era en sólo 2 meses.
- Todo sea por el bien de mi nueva familia.
Dice Sophia mientras se toca el vientre con una sonrisa en los labios. Ella llega a su puesto y coloca su cartera.
- Amiga, debes de contarme todo.
Dice su amigo, Cristian.
- ¿Contarte que?
- ¿Como que qué? Vas a casarte, quiero ser el padrino. Dime que si.
Sophia sonríe.
- De acuerdo, lo serás. Además, la familia Sainz Lorenz tiene un nuevo integrante.
Cristian se lleva las manos a la boca.
- ¿Qué?
- Estoy embarazada, pero Oliver aún no lo sabe, quiero darle la sospresa.
Cristian se queda atónito.
- ¡Seré tío!
- Shhh, no quiero que la gente se entere, ya sabes como son con los chismes.
Cristian se tapa la boca de repente.
- Lo siento. Estoy muy feliz por ti. Ese bebé es una bendición.
Sophia asiente.
- Lo es. Por eso, decidí renunciar al trabajo.
- ¿Que? ¿Renunciar?
- Si, quiero dedicarme a mi bebé y a Oliver, llevaré mi carta de renuncia a Recursos Humanos.
Sophia toma su carta de renuncia de su mesa pero Cristian la detiene.
- ¿No estás tomando una decisión apresurada? Puedes seguir trabajando y tener ahorros para cuando el bebé nazca.
Sophia piensa lo que dice su amigo, pero sabe que Oliver velará por su bienestar. Su trabajo ahora es lo de menos.
- Mi decisión es la correcta. Hablamos luego.
Sophia le posa su mano a Cristian en el hombro, sonríe y empieza a caminar. Su amigo la mira moviendo la cabeza en forma de negación.
- Hola, quiero renunciar a mi puesto, aquí esta mi carta de renuncia.
Mary, de Recuersos Humanos toma el documento y la mira.
- De todos los empleados, eras la última en mi lista que lo haría.
- Ya estuve suficiente tiempo aquí. Además, me voy a casar pronto.
Mary asiente.
- Y con más razón, necesitas el trabajo, una boda implica gastos.
- Oliver se encargará de eso.
Mary no dice nada.
- Por el hecho de que renuncie, no quiere decir que dejaremos de ser amigas, te invitare a la boda. ¡Estarás en primera fila! ¡No! ¡Serás una de mis madrinas! ¿Que dices?
Mary sonríe y le da un cálido abrazo.
- Será un placer. Espero que Oliver sea un buen esposo.
- Lo será. Nos mantendremos en contacto. Hasta luego.
Se abrazan y Sophia camina hacia el pasillo. De repente siente su teléfono sonar.
- ¿Un mensaje de Oliver? Nunca me escribe a ésta hora.
Mensaje de: OLIVER. 9:00a.m
Sophia, ya no quiero casarme contigo, no te amo, nuestro compromiso queda cancelado, me iré muy lejos, quiero reencontrarme conmigo mismo, no pienso volver, espero que seas feliz.
- ¿Que?
Sophia siente nauseas y mareos, de repente, se agarra de una pared cercana. Ve un asiento, se calma y se sienta. Ella mira unos pies al frente de ella.
- ¿Eres Sophia Lorenz?
Sophia mira a la persona, una mujer de unos 25 años, menor que ella, viste muy elegante.
- Soy yo.
La desconocida la mira de arriba a abajo con esceptismo.
- No puedo creer que Oliver tenga un amorío con una chica como tú. Pareces una pueblerina.
- ¿Amorío? No entiendo.
La mujer saca su teléfono, lo revisa y vuelve a mirar a Sophia.
- Un amorío, con mi marido.
Sophia no puede creer lo que está escuchando.
- ¿Tu marido? Oliver es mi prometido, tenemos una relación desde hace 5 años. ¿Con que derecho vienes tú a decirme todo esto?
- Con todo el derecho que tengo de ser su esposa, Oliver está casado conmigo.
- ¡Mentira!
- No, no lo es. ¿Quieres pruebas? Miralas.
La mujer le muestra fotos de Oliver y ella el día día de su boda. Ambos se ven muy felices.
- No, esto no puede ser verdad. ¡Oliver es mi prometido! ¿Como te atreves a hacer esta calumnia contra él?
- A ver... Déjame preguntarte algo? ¿Adońde crees que iba Oliver realmente cuando te decía que se iba de viaje de negocios?
Sophia la mira con laǵrimas en los ojos, el mareo parece quere volver.
- Venía a verme, ha pasado más tiempo conmigo, que contigo. Y sobre la boda, nos casamos hace dos años.
- ¡Oliver me ama! ¡Él es incapaz de engañarme de esta manera!
La mujer se ríe descardamente.
- No, no te ama. Me ama a mi. ¿Acaso no me ves? Soy rica, le doy la vida de lujos que se merece. Pero contigo, sólo pasa miserias, trabajas de secretaria ganando un sueldo miserable. Deberías buscarte a alguien de tu nivel.
- ¡No me quitarás a Oliver!
- ¡Él es mío!
La mujer suelta una cachetada a Sophia.
- Esto es una advertencia, deja en paz a mi marido, si no lo haces. ¡Sabrás de lo que soy capaz!
La mujer se aleja mientras algunos empleados miran lo ocurrido y susurran cosas entre ellos. Cristian llega de repente y toma de la mano a Sophia.
- Sophia ¿Que paso? ¿Quien era esa mujer?
- La esposa de Oliver.
- Pero si la esposa de Oliver vas a ser tú.
Sophia sonríe sarcásticamente mientras se seca las lágrimas con la mano.
- Al parecer mi prometido tiene una doble vida.
- Puede ser un malentendido. No te alteres, le puede hacer daño al bebé.
Sophia se acomoda la ropa.
- Debo hablar con el CEO. Debido a las nuevas noticias necesito recuperar mi trabajo.
- Está bien, te acompaño.
Cristian la toma de los hombros y la guía hacia la oficina de Robert Trivan. Llegan a puerta, Sophia puede ver a Robert desde afuera, él está escribiendo en unos papeles y no nota su presencia.
- Debo hablar con el CEO, por favor.
- No puedes entrar sin una cita previa, lo siento.
La secretaria la mira pero luego sigue tecleando.
- Es urgente, digale que necesito hablar con él.
- No puedes entrar sin una cita previa.
- ¿Acaso eres un robot que ya tiene las respuestas automaticas? ¡Te estoy diciendo que quiero hablar con el CEO!
- Sophia calmate.
Cristian intenta calmarla.
- Dile a tu querido jefe que quiero hablar con él, ahora.
La secretaria recibe una llamada, ella responde.
- ¿Si? Señor Trivan.
Sophia mira a la secretaria, luego mira a Robert que la está mirando desde su escrirorio. Está hablando por el teléfono.
- Si señor Trivan, como usted diga.
Sophia quita la mirada de Robert y vuelve a mirar a la secretaria.
- Puede pasar, pero sólo usted.
Cristian mira de la secretaria Sophia y asiente.
- De acuerdo, debo volver a mi puesto, cualquier cosa que necesitas me mandas un mensaje.
- Está bien.
Sohia sonríe y abre la puerta de la oficina, sentía que tendría un encuentro con satanás, o con "el señor hielo" como le decían muchos en la empresa. Sophia se acomodó la falda.
- Estoy aquí para...
- Es mi empresa, por lo tanto, sé todo lo que ocurre dentro de ella.
- Quiero mi puesto de nuevo, necesito el trabajo.
- Es curiosa la manera en que actúa señorita Lorenz, renunció porque ya no le gustaba el trabajo o tenía cosas mejores a las que dedicarse, y ahora viene a mi oficina a pedirme que haga como si nada ha pasado.
Sophia siente que va a explotar de la rabia.
- Yo... lo hice porque pensé que... yo... me iba a casar pronto...
- ¿Iba a casarse? ¿Ya no?
Robert la mira muy seriamente.
- No. Me enteré hace unos minutos que mi prometido está casado con una mujer desde hace dos años.
Hay un fuerte silencio en la oficina.
- Señorita Lorenz ¿No cree usted que si es su prometido es porque lo conoce muy bien y sabe que cosas podría hacerle y cuales no? Si se iba a casar con él es porque confiaba ciegamente en él.
Sophia levanta la mirada, se puede ver el dolor en sus ojos.
- Si, confíe ciegamente en él. Por eso me engañó como una estúpida. Y ahora yo...
Sophia se toca el vientre delicadamente, baja la cabeza y empieza a llorar. Robert sólo la observa.
- Está embarazada.
Completa Robert la frase por ella.
- Si, estoy embarazada, y por mi bebé, necesito trabajar, debo sacarlo adelante como sea.
Robert resopla.
- Muy bien, puede volver su trabajo, señorita Lorenz.
Sophia se seca la lágrimas y sonríe.
- Muchas gracias señor Trivan.
Sophia se voltea y empieza a caminar hacia la puerta.
- Puede volver al trabajo, pero con una condición.
Sophia se voltea y lo mira sin entender.
- ¿Condición? No me diga que...
- Me haré cargo del bebé.
Suelta él de repente.
- Perdón pero no entiendo. ¿Usted se quiere hacer cargo de mi bebé?
Robert asiente.
- No sólo quiero hacerme cargo. Quiero ser el padre de su hijo.
Sophia lo mira con ganas de decir algo pero está tan confundida que las palabras no salen de su boca. Robert la mira.
- Usted debe estar bromeando ¿Verdad?
- No, estoy hablando muy en serio. Quiero ser el padre de ese bebé.
Sophia trata de entender lo que dice Robert Trivan. Pero llega a la conclusión de que nada concuerda.- ¿Por que usted querría hacerse cargo de mi bebé? Ademas, dijo hijo. Puede que sea una niña.Robert deja de mirarla y da la vuelta a su silla, se pone a mirar la vista.- Estás en un gran aprieto y yo quiero ayudarte. ¿Que tiene de malo? Soy tu jefe. Es mi deber velar por el bienestar de mis empleados.- Pero sólo tiene que darme un bono de embarazo o algo así. No decirme que quiere ser el padre de mi bebé. - Como dije, quiero ayudarte.- ¡Entonces debería proponerle ésto a todas las mujeres embarazadas que fueron abandonadas por su prometido, esposo o novio! ¡Lo que dice es un disparate!Robert se cansa de sus gritos y se acerca a ella rápidamente, se detiene muy cerca de ella, ambos están mirándose fijamante. Sophia voltea su mirada. Robert levanta una mano, siente la necesidad de tocar su rostro pero su mano queda en el aire.- No me odies, por favor.Sophia reacciona a sus palab
- Usted está loco. Es un enfermo mental.Sophia toma el vestido y lo lanza al piso pero Robert lo recoge antes de caer al piso. Se acerca a ella lentamente.- No te conviene comportarte asi. Créeme.Sophia sonríe sarcásticamente.- ¿Ahora me está amenazando?- No es una amenaza, lo digo porque en tu estado alterarte puede causarle daño a tu hijo.- ¡Estoy harta de que diga la palabra hijo! ¿Que? ¿Además de psicópata es adivina para saber el sexo del bebé?Robert toma sus palabras como graciosas y se ríe.- Señorita Lorenz, tiene buen sentido del humor. Lo del sexo del bebé, es una corazonada, nada más. ¿Tiene algo de malo o raro?Sophia se acerca a él lentamente buscando la revancha.- ¡Si! ¡Usted es raro! Sophia grita y Robert sólo se ríe.- ¿Qué le parece tan gracioso?- Como le dije antes, tiene buen sentido del humor. Pero mal sentido para escojer a los hombres.Sophia lo toma de su camisa con ambas manos.- Llamaré a la policía.- Yo soy la policía.Robert posa sus manos sobre l
- No puedes tomar decisiones por mi. Ya soy un hombre.Dice Robert con completa seguridad. Su abuelo suspira y acomoda su manta.- No estás en posición de negarte.- Así es guapo. Nuestro matrimonio es irreversible.Elisa dice para ser notada, desde que entró se siente como un cero a la izquiera. Robert se levanta, toma uno de sus brazos y la lleva al pasillo. Su abuelo se queda mirando su acción con recelo.- Éste muchacho hará que me muera antes de tiempo.Robert suelta el brazo de Elisa mientras ve alrededor, no hay nadie mirando.- ¿Que tramas?Elisa frunce el ceño.- ¿Que tramo de qué?- No te hagas la desentendida. Lo nuestro se acabó hace tiempo. A decir verdad, ni siquiera fue algo en serio. Elisa piensa en que decir, él tenía razón, hace mucho ellos anduvieron de forma casual: besos, sexo y citas nocturas, sólo eso. Pero Elisa lo disfruto mucho, y su misión era recuperar a Robert de la forma que sea.- ¡Respóndeme!- ¿Por que te enojas conmigo? Yo no tengo nada que ver con é
Sophia abre los ojos, ve el reloj en la mesita de noche. - ¿Son las 6:30a.m? Se levanta y se coloca sus zapatillas, se dirige al espejo de su maquillador, se sienta y se mira. - Sólo fué una pesadilla Sophia, no te hicieron ninguna propuesta descabellada ayer. Todo fué un terrible sueño. Sonríe, se levanta y se dirige al baño a ducharse. Sophia rebobina lo ocurrido, Robert Trivan queriendo hacerse cargo de su embarazo y de ella. Ella no creía en nada de lo que pasó. Las gotas de la regadera caen en sus ojos, se sentía tan fresca y serena. El momento de relajación que necesitaba. Sale de la ducha y va a su armario, escoje una falda negra y un camisa manga larga. Se viste y va de nuevo a su maquillador. Se peina el cabello y se coloca su habitual maquillaje. Trivan Company tenía muchas reglas, una de ellas era que las empleadas no usaran mucho maquillaje, o nada en absoluto. Las reglas las había anunciado Robert Trivan. - No me extraña para nada. Dice Sophia mientras se mira por ú
- ¿No me digas que estás interesado en mi secretaria?Suelta Mike.- ¿Y qué pasa si te digo que sí?Robert lo mira con cara seria y vuelve a firmar unos documentos.- No pensé que Sophia fuera tu tipo. Te gustan las mujeres más...Robert deja de firmar y se recuesta en su silla.- ¿Despampanantes? Si, tienes toda la razón. Pero eso era antes. Cambié.Mike resopla y se sienta indignado.- No quiero que le hagas daño a Sophia. Ella es una buena persona.- ¿Ahora la conoces bien? Sin embargo, no sabías que ella está embarazada.Mike frunce el ceño.- Ella no me había dicho nada. Me siento traicionado. Soy su jefe.Robert sonríe, se levanta, camina hacia el sofá y se sirve algo de whisky del estante.- Crees que no me doy cuenta por qué lo haces.Robert deja de mover su trago y voltea a mirar a su amigo.- ¿Hacer qué?- Fijarte en ella.Robert deja de beber su whisky.- Ella es hermosa. Cualquier hombre quedaría encantado con ella.- Ella te recuerda a Elisa. ¿No es así?Un silencio se ap
- ¿Que es eso tan urgente que quiere decirme señor Trivan? Su madre Genna y su hermamo Frank ponen atención a la llamada al escuchar el nombre del hombre que lo sacaría de la pobreza. Sophia escucha un breve suspiro tras el teléfono. - Sólo baja. Robert cuelga y Sophia se queda pensando. - ¿Será que mi jefe le dijo algo? ¿Ambos tuvieron una pelea después que me fui? ¡Debe ser eso! Su madre y hermano la miran con rareza pero escuchando atentamente sus palabras. - ¿De qué hablas hermana? ¿Estás hablando con algun amigo imaginario? Frank voltea a ver a los lados. - Cállate. Mamá, debo salir. ¿Puedes esperar a que a hable con el señor Trivan? Su madre asiente con una sonrisa. - Por supuesto hija, ve y a habla con él. - De acuerdo. Ya regreso. Sophia se coloca su abrigo, camina hacia la puerta y su madre y hermano se asoman por la ventana, se podía ver claramente a Robert Trivan desde ese lugar. - ¿Será que viene a convercerla? - A menos que le ponga una camisa de fuerza lo d
Sophia mira fijamente a Robert, asimilando sus palabras. - ¿A qué te refieres con casarte? Ella pregunta y él sólo voltea a ver a otro lado. - Me casaré en dos semanas. Sophia cree que está hablando de la descabellada propuesta. - ¿Aún sigues con ese plan después de todo lo que me has dicho hace unos minutos? Sophia pregunta con ironía y Robert suspira. - No me refiero a lo que te propuse. Me casaré en dos semanas con otra mujer. En el momento en que Robert suelta esas palabras aparecen la madre de Sophia y su hermano. - ¡Señor Trivan! ¡Que gusto verlo nuevamente! Dice Genna, Frank lo mira de reojo y no dice nada. - Un placer verla señora Genna. Está muy hermosa ésta noche. Robert dice tomando su mano y plantando un leve beso. Frank y Sophia miran la escena con recelo. Genna se sorprende. - ¿Que cosas dices muchacho? Sólo soy una vieja arrugada como una pasa. El comentario hace soltar una sonrisa de todos. - Yo la veo muy joven. Robert sonríe. Sophia siente que va a e
- ¿Usted es Elisa?Pregunta Sophia desconcertada.- Si, soy yo.Sophia suelta su mano y voltea a mirar a Robert que está sentado sin decir ninguna palabra, ni siquiera la mira de regereso.- ¿Que es eso que traes en tus manos?Elisa pregunta mirando la caja y Sophia vuelve en si y recuerda a lo que venía.- Es un regalo.Robert observa a Sophia sorprendido y Elisa lo observa.- Quiero decir. Yo estaba comprometida a casarme pero cancelé la boda a último minuto. En ésta caja está un vestido de novia que me regaló el señor Trivan. Elisa recciona con furia y se acerca a Robert.- No sabía que hacías caridad a tus empleados Robert.- La señorita Lorenz es de pocos recursos y quise tener un buen gesto con ella y su prometido... O debería decir ex prometido.Él dice en voz alta las últimas palabras haciendo que Sophia se enoje.- Yo... Elisa voltea a verla y Robert sigue mirando papeles.- Sólo vine a devolverle el vestido señor Trivan. No me parece adecuado que lo conserve. Puede devolve