- Usted está loco. Es un enfermo mental.
Sophia toma el vestido y lo lanza al piso pero Robert lo recoge antes de caer al piso. Se acerca a ella lentamente.
- No te conviene comportarte asi. Créeme.
Sophia sonríe sarcásticamente.
- ¿Ahora me está amenazando?
- No es una amenaza, lo digo porque en tu estado alterarte puede causarle daño a tu hijo.
- ¡Estoy harta de que diga la palabra hijo! ¿Que? ¿Además de psicópata es adivina para saber el sexo del bebé?
Robert toma sus palabras como graciosas y se ríe.
- Señorita Lorenz, tiene buen sentido del humor. Lo del sexo del bebé, es una corazonada, nada más. ¿Tiene algo de malo o raro?
Sophia se acerca a él lentamente buscando la revancha.
- ¡Si! ¡Usted es raro!
Sophia grita y Robert sólo se ríe.
- ¿Qué le parece tan gracioso?
- Como le dije antes, tiene buen sentido del humor. Pero mal sentido para escojer a los hombres.
Sophia lo toma de su camisa con ambas manos.
- Llamaré a la policía.
- Yo soy la policía.
Robert posa sus manos sobre las de ella. Los ojos de Sophia van a su sonrisa. Escucha unos pasos que se acercan, lo suelta y voltea a ver quienes vienen.
- Lo que faltaba.
Dice Sophia al ver a su madre y Frank.
- ¿Quién es éste hombre, hija?
- Soy Robert Trivan, el CEO de Trivan Company, mucho gusto.
Robert alza su mano saludando. La madre de Sophia desconfía pero le da la mano.
- Mucho gusto.
- Parecía que discutían.
Soltó su hermano mientras se cruzaba de brazos y los miraba a ambos.
- No discutiamos. Estábamos hablando cosas del trabajo.
Dice Sophia pero su madre y hermano se miran dudosos.
- Soy su prometido.
Suelta Robert de repente. Sophia, su madre y su hermano abren la boca del asombro.
- ¡¿Prometido?!
Gritan los tres.
- Sophia... ¿Acaso tu prometido no es Oliver? ¿O es que estás jugando un doble play?
Dice Frank con burla y su madre lo pellizca, él grita del dolor.
- ¡Cállate!
- Mamá, él no es mi prometido, es sólo un malentendido. Yo no...
- En esa caja está su vestido de novia, lo compré en su talla.
Dice Robert señalando el regalo.
- ¿Y el anillo?
Pregunta la madre de Sophia con emoción.
- ¡Mamá!
Grita Sophia pero su madre sigue mirando con admiración a Robert.
- Cierto, lo olvidé. Lo compraré mañana.
Dice él con una sonrisa galante y su madre queda hipnotizada. Frank la toma por un brazo.
- Madre, ésto no era no que planeamos. Se supone que Sophia debe conquistar a Mike Williams, no a éste hombre.
- ¿Eres idiota? Éste hombre es mucho más rico que Mike Williams, es el dueño de Trivan Company. Ni siquiera tuvimos que crear algún plan, él solo se está ofreciendo en bandeja de plata. Además, es muy guapo.
Hablan bajo entre ellos y Sophia sólo los observa con atención. Robert camina hacia su auto.
- Aclarado todo. Debo irme.
- ¡Ey! ¡Espere un segundo!
Robert se detiene, Sophia sólo observa.
- Usted ha dicho que es el prometido de mi hija. Quiero saber si ésto es una especie de broma, ya que el prometido de Sophia se llama Oliver.
Robert se cruza de brazos.
- Entonces debe de saber que Oliver abandonó a su hija.
- Sophia me contó sobre eso apenas llegó pero... ¿Por que quiere casarse con ella? Sophia nunca me habló de usted. Y ella no es de esas mujeres que coquetean con otros hombres.
Sophia mira a su madre anonada.
- Señora...
- Genna.
Rober asiente.
- Señora Genna, quiero ayudar a Sophia, eso es todo. Su prometido la ha dejado a su suerte. Además, tarde o temprano su hija se casará de nuevo y el hombre con el que se case pasará a criar a su hijo. Es el sentido lógico de las cosas.
Sophia siente impotencia el escuchar las arrogantes palabras de Robert.
- Yo no he aceptado su...
- De acuerdo.
Interrumpe su madre, Sophia no puede creerlo, ha sido vendida al mejor póstor por su propia madre.
- Yo apoyo lo que está haciendo por ella, no cualquier hombre se haría cargo de un hijo que no es suyo. Eso demuestra que usted es un buen hombre.
- Lo dudo...
Susurra Sophia disgustada mirando el bonito jardín. Su madre sonríe y le da la mano a Robert. Frank no entiende nada pero aun así asiente. Los cuatro escuchan unas sirenas y un vehículo de la policía se detiene en frente de ellos.
- ¿La policía?
Pregunta sorprendida la madre de Sophia. Un oficial se baja y camina hacia ellos.
- Buenas noches, nos han informado de un hombre acosando a una mujer.
- ¿Qué?
Grita la mamá de Sophia.
- Yo los llamé.
Admite Frank y todos voltean a verlo.
- No hay ningún problema, oficial, mi hijo sólo estaba bromeando.
- La próxima vez sea más responsable, no nos haga perder el tiempo, es muy valioso y en éste momento puede haber alguien necesitando ayuda realmente.
El oficial reconoce a Robert.
- ¿Robert? Casi no te reconozco.
Ambos se saludan amigablemente.
- ¿Se conocen?
Pregunta Sophia.
- Estudiamos juntos en la escuela.
Responde el oficial y Sophia voltea su mirada y se cruza de brazos. A ésto se refería de que él era la policía. Arrogante.
- Debo seguir con mi trabajo. Robert, quedemos para jugar Baloncesto un día de éstos. Como en los viejos tiempos.
- Claro, cuando quieras.
Se despiden, la patrulla arranca, avanza y se aleja hasta no verse.
- ¡La próxima vez piensa dos veces antes de actuar!
La madre de Sophia le grita a Frank.
- Pensé que Sophia estaba en peligro.
- ¡Dos veces!
Su madre señala con dos de sus dedos.
- Ahora si debo irme, fué un placer conocerlos.
- El placer es todo nuestro.
La madre de Sophia toma a Robert de una mano en señal de agradecimiento.
- Mi hija es muy afortunada al encontrar a un hombre como usted.
Robert sonríe. Mira a Sophia y camina hacia su auto. Observa de nuevo a Sophia y arranca.
- ¿Por que aprobaste ésta ridiculez? ¡Ahora ese loco no me dejará en paz!
Grita Sophia, tuerce sus puños y camina hacia dentro de prisa.
- Hija, vas al cielo y vas llorando. Es un hombre guapísimo, tiene unos ojos hermosos, es millonario, tiene una empresa y quiere darte todo su dinero. Si yo tuviera tu edad aceptaría sin pestañear.
- No es mi tipo. Además, Oliver es el padre, no él.
- Olvidate del idiota de Oliver. ¡Te dejó! ¿Crees que le importas? La respuesta es no. Elije al guapo adinerado.
Llegan al apartamento.
- Voy a mi habitación, estoy muy cansada.
Dice Sophia llevando la caja infernal en manos y dejando con la palabra en la boca a su madre. Su hermano se sienta en el sofá y enciende el televisor.
- Ella aceptará, yo me encargaré de eso.
Dice Genna mirando a Frank.
- Hay algo en él que me hace desconfiar. Es como si tramara algo. Necesito averiguar que es. No me como el cuento de que quiera a mi hermana realmente. Está jugando algún juego macabro con ella.
Dice Frank en susurros y su madre no le hace caso.
Sophia se recuesta en su cama disgustada, fué un pésimo día para muchas cosas, excepto entererarse de su embarazo, era lo único que la hacía feliz entre tantos problemas. Sube la mirada y observa la caja que le dió Robert. Se levanta, la toma y recuerda todas las tonterías que le había dicho Robert. La toma con tanta fuerza que la caja empieza a arrugarse. Sophia la lanza hacia la pared.
- ¡No te aceptaré! ¡Nunca!
Con frustración, ella ve la caja, unas lágrimas caen de su rostro. Camina hacia la caja, recoje el vestido y toca su linda tela y la pedrería.
- Eres el vestido infernal, pero eres muy hermoso.
Robert va en la autopista, va con la ventana baja y recibiendo la brisa de la noche fría, odiaba el invierno, hasta ése día. El día en que ella se había ido, el día que lo abandonó para irse muy lejos. Una lágrima cae por su rostro pero se limpia con su mano. Juro no llorar pero cuando se trata de esa mujer sus sentimientos salen disparados y no puede controlarlos. Su teléfono suena y sale de sus pensamientos.
- Voy llegando, madre.
- Hijo debes llegar lo más rápido posible, tu abuelo tiene algo importante que decirte.
- De acuerdo.
Robert llega a su casa que era una gran mansión a las afueras de la ciudad. Estaciona su auto, se baja, y camina rápidamente hacia dentro.
- ¿Mamá? ¿Qué pasa?
- Ve a la habitación de tu abuelo, necesita hablar contigo.
- ¿Le pasa algo?
- Sólo ve, hijo.
Robert se preocupa ante las palabras de su madre y corre hacia donde está su abuelo. Entra a su habitación, lo mira y se acerca rápidamente a él.
- Abuelo... ¿Estás bien?
- Robert... Llegaste...
- Si... ¿Te sientes mal?
- No... Estoy muy feliz de que hayas venido rápido. Tengo algo que decirte...
Robert siente extraña la forma en que habla.
- ¿Qué pasa abuelo?
- Robert... Debes casarte lo más rápido posible. No me queda mucho tiempo de vida. Mis días están contados.
- No digas eso, vivirás mucho tiempo.
Su abuelo tose y Robert lo sostiene en sus brazos.
- Cuando un anciando dice que le queda poco tiempo en éste mundo debes de creerle. Estoy my enfermo, ya no hay cura para mi enfermedad. Sólo me queda resiganarme y esperas la muerte.
- No digas eso abuelo. Buscaré a los mejores médicos y te curaremos, lo prometo. Confía en mí.
Su abuelo sonríe y pasa una mano por el cabello de Robert. Robert quiere llorar pero no puede. Sus lágrimas no salen.
- Quiero estar presente en tu boda. No podrér ver a mis bisnietos pero me reconforta vivir el momento en que te cases. Quiero verte feliz y con una hermosa mujer a tu lado.
- Y así será. No pienses demasiado.
Robert sonríe pero con preocupación en sus ojos.
- Yo quiero decirte que...
- Arreglé un matrimonio para ti.
Robert se levanta ante lo dicho.
- ¿Qué?
- Te casarás en una semana. Entre más rápido mejor.
Robert se queda inmóvil.
- Pero yo...
- Tu prometida está aquí.
Robert lo mira atónito.
- ¿Quién?...
La puerta se abre y Robert ve a una mujer entrar.
- ¿Elisa?
- Hola, Robert.
Elisa agita su cabello para hacerse notar y Robert voltea a ver a su abuelo negando con la cabeza.
- Te casarás con Elisa. Y no tienes la opción de negarte.
- No puedes tomar decisiones por mi. Ya soy un hombre.Dice Robert con completa seguridad. Su abuelo suspira y acomoda su manta.- No estás en posición de negarte.- Así es guapo. Nuestro matrimonio es irreversible.Elisa dice para ser notada, desde que entró se siente como un cero a la izquiera. Robert se levanta, toma uno de sus brazos y la lleva al pasillo. Su abuelo se queda mirando su acción con recelo.- Éste muchacho hará que me muera antes de tiempo.Robert suelta el brazo de Elisa mientras ve alrededor, no hay nadie mirando.- ¿Que tramas?Elisa frunce el ceño.- ¿Que tramo de qué?- No te hagas la desentendida. Lo nuestro se acabó hace tiempo. A decir verdad, ni siquiera fue algo en serio. Elisa piensa en que decir, él tenía razón, hace mucho ellos anduvieron de forma casual: besos, sexo y citas nocturas, sólo eso. Pero Elisa lo disfruto mucho, y su misión era recuperar a Robert de la forma que sea.- ¡Respóndeme!- ¿Por que te enojas conmigo? Yo no tengo nada que ver con é
Sophia abre los ojos, ve el reloj en la mesita de noche. - ¿Son las 6:30a.m? Se levanta y se coloca sus zapatillas, se dirige al espejo de su maquillador, se sienta y se mira. - Sólo fué una pesadilla Sophia, no te hicieron ninguna propuesta descabellada ayer. Todo fué un terrible sueño. Sonríe, se levanta y se dirige al baño a ducharse. Sophia rebobina lo ocurrido, Robert Trivan queriendo hacerse cargo de su embarazo y de ella. Ella no creía en nada de lo que pasó. Las gotas de la regadera caen en sus ojos, se sentía tan fresca y serena. El momento de relajación que necesitaba. Sale de la ducha y va a su armario, escoje una falda negra y un camisa manga larga. Se viste y va de nuevo a su maquillador. Se peina el cabello y se coloca su habitual maquillaje. Trivan Company tenía muchas reglas, una de ellas era que las empleadas no usaran mucho maquillaje, o nada en absoluto. Las reglas las había anunciado Robert Trivan. - No me extraña para nada. Dice Sophia mientras se mira por ú
- ¿No me digas que estás interesado en mi secretaria?Suelta Mike.- ¿Y qué pasa si te digo que sí?Robert lo mira con cara seria y vuelve a firmar unos documentos.- No pensé que Sophia fuera tu tipo. Te gustan las mujeres más...Robert deja de firmar y se recuesta en su silla.- ¿Despampanantes? Si, tienes toda la razón. Pero eso era antes. Cambié.Mike resopla y se sienta indignado.- No quiero que le hagas daño a Sophia. Ella es una buena persona.- ¿Ahora la conoces bien? Sin embargo, no sabías que ella está embarazada.Mike frunce el ceño.- Ella no me había dicho nada. Me siento traicionado. Soy su jefe.Robert sonríe, se levanta, camina hacia el sofá y se sirve algo de whisky del estante.- Crees que no me doy cuenta por qué lo haces.Robert deja de mover su trago y voltea a mirar a su amigo.- ¿Hacer qué?- Fijarte en ella.Robert deja de beber su whisky.- Ella es hermosa. Cualquier hombre quedaría encantado con ella.- Ella te recuerda a Elisa. ¿No es así?Un silencio se ap
- ¿Que es eso tan urgente que quiere decirme señor Trivan? Su madre Genna y su hermamo Frank ponen atención a la llamada al escuchar el nombre del hombre que lo sacaría de la pobreza. Sophia escucha un breve suspiro tras el teléfono. - Sólo baja. Robert cuelga y Sophia se queda pensando. - ¿Será que mi jefe le dijo algo? ¿Ambos tuvieron una pelea después que me fui? ¡Debe ser eso! Su madre y hermano la miran con rareza pero escuchando atentamente sus palabras. - ¿De qué hablas hermana? ¿Estás hablando con algun amigo imaginario? Frank voltea a ver a los lados. - Cállate. Mamá, debo salir. ¿Puedes esperar a que a hable con el señor Trivan? Su madre asiente con una sonrisa. - Por supuesto hija, ve y a habla con él. - De acuerdo. Ya regreso. Sophia se coloca su abrigo, camina hacia la puerta y su madre y hermano se asoman por la ventana, se podía ver claramente a Robert Trivan desde ese lugar. - ¿Será que viene a convercerla? - A menos que le ponga una camisa de fuerza lo d
Sophia mira fijamente a Robert, asimilando sus palabras. - ¿A qué te refieres con casarte? Ella pregunta y él sólo voltea a ver a otro lado. - Me casaré en dos semanas. Sophia cree que está hablando de la descabellada propuesta. - ¿Aún sigues con ese plan después de todo lo que me has dicho hace unos minutos? Sophia pregunta con ironía y Robert suspira. - No me refiero a lo que te propuse. Me casaré en dos semanas con otra mujer. En el momento en que Robert suelta esas palabras aparecen la madre de Sophia y su hermano. - ¡Señor Trivan! ¡Que gusto verlo nuevamente! Dice Genna, Frank lo mira de reojo y no dice nada. - Un placer verla señora Genna. Está muy hermosa ésta noche. Robert dice tomando su mano y plantando un leve beso. Frank y Sophia miran la escena con recelo. Genna se sorprende. - ¿Que cosas dices muchacho? Sólo soy una vieja arrugada como una pasa. El comentario hace soltar una sonrisa de todos. - Yo la veo muy joven. Robert sonríe. Sophia siente que va a e
- ¿Usted es Elisa?Pregunta Sophia desconcertada.- Si, soy yo.Sophia suelta su mano y voltea a mirar a Robert que está sentado sin decir ninguna palabra, ni siquiera la mira de regereso.- ¿Que es eso que traes en tus manos?Elisa pregunta mirando la caja y Sophia vuelve en si y recuerda a lo que venía.- Es un regalo.Robert observa a Sophia sorprendido y Elisa lo observa.- Quiero decir. Yo estaba comprometida a casarme pero cancelé la boda a último minuto. En ésta caja está un vestido de novia que me regaló el señor Trivan. Elisa recciona con furia y se acerca a Robert.- No sabía que hacías caridad a tus empleados Robert.- La señorita Lorenz es de pocos recursos y quise tener un buen gesto con ella y su prometido... O debería decir ex prometido.Él dice en voz alta las últimas palabras haciendo que Sophia se enoje.- Yo... Elisa voltea a verla y Robert sigue mirando papeles.- Sólo vine a devolverle el vestido señor Trivan. No me parece adecuado que lo conserve. Puede devolve
- ¿Quién es esa mujer? Preguntó Elisa mirando a Robert. - ¿Acaso no se presentaron? Dice él a la ligera. - Debo admitir que es muy bonita. Pero no más que yo. Dice ella riéndose. Elisa se calla y observa a Robert que está en silencio. - La mujer que me dijiste era ella. - ¿Qué? Pregunta él sin hacerle caso. - La mujer con la que te quieres casar es ella. - ¿De qué hablas? - No soy tan tonta. Me dijiste que no te casarías conmigo porque había otra mujer. Es ella. Hasta te devolvió el vestido de novia que me imagino le compraste. Robert se levanta y camina hacia ella. - No digas disparates. Ella tenía un prometido, iba a casarse con él. Y definitivamente no era yo. ¿Crees que soy de esos jefes que le coquetean a sus empleadas? Él se coloca la chaqueta y camina hacia la puerta. Elisa toma la caja furiosa por sus palabras y la lanza hacia él. - ¿Estás loca? - ¡No quieras verme la cara Robert! ¡Esa Sophia es la mujer con la que estabas coqueteando! Dice ella con voz alta.
Ana, la cocinera que estaba en el jardin hablando con Thomas el jardinero entra a la cocina y ve las piezas esparcidas en el piso.- ¿Que ha pasado aquí?Daniel sigue recogiendo el desastre en silencio.- Daniel. ¿Que pasó?Pregunta arrodillándose para ayudarlo. Él la toma por un brazo y la ayuda a levantarse.- No se preocupe. Yo recogeré todo ésto. Es mi culpa.Ana lo observa y sonríe.- Eres un buen muchacho. Y muy guapo. Puedes conseguir un mejor trabajo que éste.Le dice Ana poniendo una mano en su hombro.- Mi padre está muy enfermo, debo ayudarlo con las medicinas. En estos momentos, mi madre, mi padre y mi hermana pequeña dependen de mi. Además, la paga de los Trivan no es mala, al contrario, es un buen salario. No puedo darme el lujo de dejar éste trabajo para pasar tiempo consiguiendo otro.- Llevas sólo unos meses aquí pero hablas con mucho cariño de los Trivan. Pero te doy la razón. Son buenas personas, a pesar de todo el dinero que tienen.Ana se ríe.- Es mi deber estar