Aunque Austin había aceptado dormir con Ashley, él prefirió no hacerlo por el momento, porque sentía que era muy pronto para que ambos tuvieran ese tipo de relación, es por eso amablemente le insistió a la joven que desistiera de la idea, y al final la pelinegra aceptó sintiéndose algo avergonzada porque el rubio en ese momento, debía estar pensando lo peor de ella.
«Iré con calma »pensaba Ashley cuando Austin le dijo aquello en ese momento.
Y así de esa manera, días después que todo quedó dicho y hecho, Ashley decidió irse a vivir a la casa de su “prometido” justamente como se había estipulado en el contrato. La joven con la ayuda del secretario Daniel y otros trabajadores, se habían encargado de traer todas las cosas de su recámara y parte de las cosas que tenia en su anterior departamento, para el nuevo lugar
Una semana después: Ashley se había despertado temprano en la mañana, y una vez mas no había tenido señales de Austin por ninguna parte. Luego de que ella se mudara oficialmente en su casa, habían sido muy pocas las ocasiones en donde ellos dos volvieron a encontrarse, porque el rubio siempre llegaba muy tarde, y se iba muy temprano. Quizás por dos días seguidos Ashley lo esperó en la sala para hablar con él, pero ella no estaba acostumbrada a desvelarse, ni siquiera lo hizo en sus tiempos de estudiante, es por eso que en esas dos ocasiones se quedaba dormida, sin embargo, en la mañana aparecía en su cama. La joven asumía que algún sirviente de Austin la llevaba a su habitación. No obstante, lo que ella no sabía, era que el mismo Austin era quien la llevaba a su cama, usando la excusa que él no deseaba que la pelinegra se enfermara por el frío de la noche, ya que siempre dormía con la puerta del jardín abierta. La verdad era q
Cuando el pastel estaba listo, Ashley lo decoró como si fuera un pastel de cumpleaños, le tomó toda la mañana, pero al final el postre tenía una apariencia hermosa, porque la joven se dedicó mucho, tanto así que le tomó varias fotografías para tenerlas de recuerdo. En cuanto terminó ella decidió ir en taxi hasta la oficina principal de Austin, porque pensaba que si le decía al chofer, este le diría al rubio, y su sorpresa se arruinaría. Ella sabía que Austin era dueño de todo un edificio el cual se llamaba: “Collins Corporation” que era la sede principal de todos las empresas que el rubio tenía. Cualquiera sabia donde quedaba ese lugar, porque era uno de los edificios mas grandes de la ciudad, y además estaba ubicado en la zona mas hermosa, es por eso que no se le hizo difícil darle la dirección al taxista para llegar a su destino. Cuando ella se bajó del taxi, buscó un lugar donde sentarse afuera del edificio para arreglarle un poco más, aunque ya lo había hecho en el taxi,
Cuando Austin sacó a Ashley de su oficina, suspiró con cansancio regresando a su asiento nuevamente. De esa manera, él continuó revisando y firmando papeles, pero en esta ocasión su mente se encontraba distraída, porque recordaba el rostro que tenía Ashley cuando él le dijo aquellas palabras. Al ver que no podía concentrarse, Austin se acomodó en su asiento mientras se pasaba las manos por su rostro terminando en su cabello, pensando que esa mujer lo tenía demasiado confundido, y eso era algo que él no le agradaba. Debía enfocarse en hundir a Brandon, ya todo estaba moviéndose entre las sombras, Austin le daba quizás unos seis meses para dejar en la ruina a ese malnacido, sin embargo, ese era el mismo tiempo que debía permanecer al lado de su hija la cual, le estaba colmando la paciencia de una forma que él jamás imaginó. El hombre cerró sus ojos por un instante, para descansar su vista fatigada, recordando a Ashley y el pastel que había traído: dijo que era de piña, ese era
Dos días despuésJustamente como había dicho Austin, en ese momento se encontraba una importante reportera junto con la pareja más popular del momento, para entrevistarlos y tener de primera mano la primicia de la fecha de casamiento del importante y guapo millonario Austin Collins, junto con la polémica heredera Ashley Lewis. En ese momento, se encontraban en la hermosa terraza de la casa de cambo del rubio, el cual había decidido hacer la entrevista ahí, porque no deseaba que los medios de comunicación supieran el lugar donde él vivía.Durante la entrevista la pareja estaba sentada juntos, mientras el hombre le sujetaba una de sus manos a la joven pelinegra, sin dejar de sonreír frente a la cámara, actuando como el hombre soñado por cualquier mujer. Sin demasiado esfuerzo, Austin tenía un aura encantadora
Dos semanas más tardeLa entrevista entre Ashley y Austin había sido todo un éxito, y no había nadie que no hablara acerca de lo hermosamente enamorados que lucía la pareja entre el millonario y la heredera. La parte del beso y la confesión de Austin, sobre que fue lo primero que le gustó de Ashley se hizo viral en las redes sociales, tanto así que ya habían apodado al rubio entre los internautas como “el hombre perfecto”. El furor entre la pareja era tanto, que ya los consideraban como una pareja real a nivel nacional, principalmente por el indudable atractivo físico de Austin, sumándole su poder económico, y Ashley por ser una heredera y por su belleza encantadora, eran tan hermosos y perfectos, que muchos consideraban su relación como sacada de algún drama televisivo o un cuento de hadas.Sin embargo, a puertas cerrada
Cuando llegan al pent-house que Austin usaba de vez en cuando, en esas ocasiones que el trabajo era mucho y no le daba tiempo de ir a casa, el rubio enciende las luces y Ashley puede ver que el lugar era el típico apartamento de soltero, con la misma estética gris y minimalista la cual ella ya estaba habituada a ver, porque de esa forma también estaba decorada su mansión, al parecer a Austin no le agradaba el color, ni los detalles hogareños, porque conforme se adentraban al lujoso pent-house, Ashley se podía dar cuenta que en ninguna parte habían fotografías familiares, o cualquier otro indicio que indicara calidez al entorno. Así pues, cuando Ashley vio suficiente, se acercó hacia la enorme ventana que tenia la sala, la cual le daba una vista perfecta de toda la ciudad nocturna, sin duda alguna la vista era increíble, pero al dueño parecía no importarle, o quizás ya estaba tan acostumbrado a ver ese panorama, que ya no le impresionaba tanto como a ella. De esa manera, cuan
Así pues, los minutos se convirtieron en horas, y Austin aun despierto en la sala, veía la tiempo en su celular dándose cuenta que eran las dos de la mañana. Él en ese momento, asumió que Ashley ya debía estar dormida, es por eso que con un paso lento, se encaminó hacia la habitación, viendo como la joven estaba acostada a un lado de la cama. «Me acostaré con sumo cuidado, y cuando despierte ella no se dará cuenta »piensa Austin yendo con sumo cuidado a la cama. Él sabía que sus acciones no eran las más inteligentes del mundo, sin embargo Austin las atribuía a que se encontraba tan cansado que ya no estaba actuando racionalmente, ya que en ese instante él deseaba acostarse al lado de la joven, por el simple hecho de sentirse acompañado, y porque él todavía recordaba lo bien que durmió en aquella ocasión, cuando se acostó junto a ella la primera vez que Ashley se quedó en su casa. Así pues, él hombre sin hacer nada de ruido
En la mañana siguienteLa primera en despertar fue Ashley. La joven lentamente abrió sus ojos estirando su cuerpo sin notar de momento la presencia de Austin a su lado. Pero luego cuando ella se volteó, observó como el rubio tenia el ceño fruncido mientras dormía, su frente se encontraba sudorosa mientras emitía pequeños susurros dormido. Era evidente para la pelinegra que el hombre en ese instante estaba teniendo una pesadilla, es por eso que ella se apresuró a despertarlo, tocándole uno de sus brazos, sintiendo como este se encontraba rígido.—Austin… —murmura Ashley porque juzgando por como él lucía, parecía que la pesadilla que estaba teniendo era terrible — Austin, despierta, Austin —llama la chica mientras agitaba el cuerpo del rubio.Y luego después de qu