En la mañana siguiente
La primera en despertar fue Ashley. La joven lentamente abrió sus ojos estirando su cuerpo sin notar de momento la presencia de Austin a su lado. Pero luego cuando ella se volteó, observó como el rubio tenia el ceño fruncido mientras dormía, su frente se encontraba sudorosa mientras emitía pequeños susurros dormido. Era evidente para la pelinegra que el hombre en ese instante estaba teniendo una pesadilla, es por eso que ella se apresuró a despertarlo, tocándole uno de sus brazos, sintiendo como este se encontraba rígido.
—Austin… —murmura Ashley porque juzgando por como él lucía, parecía que la pesadilla que estaba teniendo era terrible — Austin, despierta, Austin —llama la chica mientras agitaba el cuerpo del rubio.
Y luego después de qu
—¡Yo saldré con tu ropa!, me parece bien, es cómoda y no llama la atención —Dice Ashley, dando una vueltita para que Austin la viera.En ese momento, la joven cargaba un pantalón deportivo de algodón negro, y una camiseta de algodón color gris, que le pertenecía a Austin. Él la miró por un segundo, pensando que todo lo que usaba se le veía bien, sin embargo él jamás permitiría que ella saliera así a la calle, pero en ese instante él no era “Austin Collins” es por esa razón que aceptó que su “esposa” usara lo que ella deseaba ese día.—Estoy de acuerdo si te sientes cómoda, me parece bien. Yo saldré con esta misma ropa entonces —comenta Austin con una mínima sonrisa.Ashley abre un poco sus ojos, porque esa sonrisa que dibuj
—Comencé a tatuarme cuando tenía dieciocho años —comenta Austin mientras Ashley estaba muy atenta escuchando — quería cubrir marcas que tenía.Al decir eso, Austin se levanta la manga de su camiseta, mostrándole a Ashley el tatuaje con forma tribal que tenía, él tomó la mano de la joven y permitió que tocara esa zona de su piel para que se diera cuenta que había partes abultadas, que dejaban en evidencia que ahí tenia una cicatriz. La pelinegra se sorprendió bastante porque no se esperaba que Austin tuviera ese tipo de marcas en su cuerpo.—¿Qué te ocurrió ahí? —pregunta la joven porque el tamaño de la cicatriz era importante.—Tuve un accidente trabajando, no estaba acostumbrado, así que al principio me lastimaba bastante. Comencé a trabajar desde
Luego de aquella corta conversación por medio de mensajes de texto, Ashley terminó de comer el desayuno que Austin le había preparado, para luego entrar al baño y asear su cuerpo. Cuando ella terminó de ducharse, fue nuevamente hacia el closet de Austin para buscar algo que ponerse. Como la joven se encontraba sola, ella aprovechó el momento para revisar mas de la cuenta las cosas del rubio. Ashley con mucha paciencia, empezó a ver la ropa que el hombre tenía en su closet, la mayoría estaban en escala de grises, comenzando desde el blanco hasta llegar al negro. Por lo visto ella comprendió que al hombre no le agradaba el color, porque en sus prendas no encontró nada llamativo. —Al parecer Austin cuando no usa trajes costosos, viste con ropa deportiva sencilla… no tiene mucho estilo para ser tan millonario —murmura Ashley, porque además de las camisas y trajes, solo encontró camisetas de algodón, sudaderas entre otros. Fácilmente se pudo
Ese mismo día, al anochecer Eran quizás las ocho de la noche, cuando Ashley se le había ocurrido preparar la cena, le había enviado varios mensajes de texto al rubio preguntándole a que hora llegaría, pero él no respondió ninguno. La joven asumía que Austin se encontraba muy ocupado, y sus dudas eran resueltas, cuando llamaba al secretario Daniel para corroborar sus sospechas, y él le decía que su jefe de momento no podía responder. Sin embargo pasadas las nueve de la noche, Ashley no lo soportó mas y tuvo que llamar al rubio, porque la comida que había preparado hace dos horas, ya estaba fría en la mesa. Y así de esa forma, luego de varios intentos, finalmente Austin responde: —¡Austin, al fin puedo hablar contigo! —exclama Ashley sintiéndose feliz de inmediato —hice la cena, te va a encantar ¿A qué hora vienes? “Hola Ashley… no debiste preparar la cena” —¿Por qué n
Luego que el rubio escuchó que Ashley se encontraba muy “risueña” con su antiguo amigo, no le agradó en lo absoluto, pero a pesar de su inusual molestia por aquella inesperada noticia, Austin decidió restarle importancia pensando que no estaba mal que Ashley tuviera un reencuentro con amistades pasadas. Sin embargo aunque deseaba pensar de esa forma, todavía le seguía molestando el hecho que esa amistad, fuese con un hombre.«¿Qué me sucede?, no debería importarme esto, ¿es que acaso Ashley no puede pasarla bien con un viejo amigo?, ella es una joven normal y cuando esta farsa termine será libre de hacer lo que desee »piensa Austin para excusar sus sentimientos.—Señor Austin ¿Me está escuchando?De inmediato, Austin alza su mirada hacia el secretario Daniel, porque al parecer desde hace bastant
Cuando terminaron de besarse, Ashley se acercó a Austin para abrazarlo, ella no entendía porque él estaba actuando de esa forma, porque de repente se acercó a besarla en privado, sin cámaras que los estuvieran grabando y extraños tomándoles fotografías. No le importaba las razones, y ella que era tan simple, aceptó la muestra de cariño sin chistar, porque la pelinegra no podía ocultar lo mucho que le gustaba ese hombre a pesar que él hacia lo que le daba la gana con ella. Sin embargo, lo que Ashley no sabía, era que en ese momento, mientras el rubio correspondía el abrazo que ella le estaba dando, él prefirió dejar de pensar, de reprimirse porque se sentía cansado de vivir siendo un hombre infeliz por tantos años, es por ese motivo que Austin también abrazaba a Ashley con fuerza mientras decía:—Vamos a casa&hell
Cuando terminan de hacer el amor Austin y Ashley se mantienen en la cama acostados. La joven aprovecha para acercarse a él acariciando su pecho, y luego aprovechando para tocar su torso desnudo viendo que en sus costados el rubio también tenía tatuajes, y cuando lo tocaba en esas zonas, podía sentir áreas abultadas. La pelinegra de inmediato recordó cuando él le mencionó que sus tatuajes eran solo para cubrir cicatrices, y aunque deseó preguntar que le había pasado en esas zonas que tocaba, prefirió no hacerlo porque ese momento ella se encontraba en el cielo y no iba a bajar, hasta que decidió confesar diciendo:—Austin…—¿Dime? —pregunta el hombre, volteándose para verla.—Esta fue mi primera vez… si vistes que no supe moverme o algo, es por eso —confiesa Ashley, al instante que
Al día siguiente: Ashley se había levantado temprano en la mañana, y cuando se sentó en la cama, sentía como si hubiese corrido una maratón, de lo mucho que le dolía el cuerpo, principalmente sus piernas. La pelinegra con sumo cuidado se levantó llevándose una mano a sus caderas mientras caminaba como una anciana de sesenta años, sabiendo que el responsable de sus achaques era Austin. Jamás imaginó que su primera vez iba ser de esa forma, pero lo peor de todo, es que ella le gustó las “dos versiones” de Austin: la sutil, y la ruda. Pero ella no quería admitirlo abiertamente porque se sentía impura por tan solo pensarlo, ya que durante toda la noche, recordó cuando Austin limpiaba sus partes íntimas, su cuerpo tonificado y tatuado, su hermoso rostro, su voz, la forma como… —¡Que me sucede, yo no soy así! —exclama Ashley sintiendo que en ese momento, había abierto una caja de pandora.