AVRIL STEEL
El juicio de Chapman fue breve pero intenso. Tres mujeres jóvenes y hermosas se presentaron en el estrado, llorando, acusando al doctor de haberlas tocado indebidamente. Cualquiera que no conociera a Chapman les creería, pues en verdad parecían devastadas y sus palabras entrecortadas y lágrimas tocaron el corazón del jurado, incluso yo me sentí tentada en creerles.
El abogado de las chicas pedía una condena de cinco a diez años, lo cual parecía demasiado, el juez solo dictó tres años, uno por cada mujer. Fue curioso, un recuerdo más se desbloqueó, era John cuando éramos adolescentes, mientras nos columpiábamos suavemente en aquel parque: «Avril, siempre pide más de lo que necesitas… para que te den justo lo que quieres. Si necesitas un auto, pide un helicóptero, porque de pedir el auto, te darán una bici
AVRIL STEEL—Entenderá que la custodia de la señorita Steel… —No terminó de hablar el detective cuando John lo interrumpió mientras acariciaba mi mejilla con extrema delicadeza.—Tengo entendido que la señorita Steel ha recuperado la memoria, esa era la única condición que la mantenía atada al doctor. Dada la situación, ella es libre de ir a donde quiera y con quien quiera —contestó con una voz tan suave como la seda. Cuando levanté mi mirada hacia él, me sentí pequeña y vulnerable.No era el hombre de mis recuerdos, esa aura de poder y ferocidad lo hacían ver imponente y peligroso. Nunca usó sus recursos para intimidar a los demás. Nunca se dejó envenenar por el poder, hasta hoy. Aun así, pese a que había cambiado, mi corazón seguía latiendo desbocado, quer&iacut
AVRIL STEELLlegué al cuarto de los niños, con Amber pegada a mi pierna. Fue lindo verla y su olor y cariño me hacían sentir tan bien que no paré de abrazarla y besarla en todo momento. Cuando me acerqué a la cuna, mi corazón se volvió a acelerar. George estaba dormido al lado de Mary, era curioso como sujetaban sus manitas. Eran hijos de diferentes padres y parecían tan unidos.Acerqué mi mano hacia Mary y no pude evitar notar cierto parecido a Rita, puse mi otra mano en mi pecho, dándome cuenta de que no solo tenía su asqueroso y negro corazón latiendo dentro de mí, sino que también tenía a su hija. ¿En verdad podría ser una buena madre para esa niña?Jugué con Amber en el piso, arrullé a los pequeños, asistida por un par de niñeras que parecían haber sido contratadas espec&iacu
AVRIL STEEL Cada segundo de esa cena fue hermoso, comimos, reímos, recordamos y no fui capaz de pensar en nada más que en él. Me di cuenta de que, pese a todos los cambios que había sufrido mi vida, había algo constante en ella, y eso era John. Conservando ese buen humor, subimos hacia la habitación tomados de la mano, compartiendo risas en voz baja para no despertar a los niños. Cuando llegamos a la puerta, él se detuvo, como si hubiera un campo de fuerza que no le permitía entrar. Desconcertada, ladeé la cabeza, preguntando en silencio, mostrando mi confusión. —No quiero incomodarte… —susurró con media sonrisa—. Puedes quedarte aquí, yo dormiré en la habitación de huéspedes. Tomó mi mano con delicadeza y la besó. Sabía que estaba tan ansioso como yo de que esa noche compartiéramos la cama, mi corazón lo exigía, así que cuando quiso soltar mi mano, yo me aferré. —Pasa la noche conmigo… —pedí en un suspiro y tiré de él. Sabía
AVRIL STEELRecostada en la cama, ahogué un suspiro en cuando sus labios se presionaron contra mi intimidad y sus dedos se aferraron como ganchos a mis muslos, los cuales peleaban por cerrarse y apresar la cabeza de John entre mis piernas.Mis caderas empezaron a moverse sin que pudiera controlarlas, frotándome contra su rostro, envuelta en espasmos. Mis dedos se enredaron en las sábanas y mi cuerpo se arqueó cuando sus labios dieron paso a su legua, húmeda y caliente, que se retorcía, saciándose con mi sabor, torturándome y dándome tregua cuando sus dientes decidían morder mis suaves muslos.Cuando estuve a punto de liberar un grito de placer, su mano se posó en mi boca, silenciándome, mientras su cuerpo presionaba el mío contra la cama, reduciendo mi capacidad de respirar, pero sintiendo su piel adherida a la mía. —Shhh… —susurr
AVRIL STEELTenía el cuerpo molido y una enorme sonrisa en el rostro. Me estiré en la cama y abrí los ojos con sorpresa al notar que John no se encontraba a mi lado. Me senté intentando mantener la sábana por encima de mis pechos y me di cuenta de que había un hermoso adorno de flores con una nota.«Lamento irme de pronto, pero tenía un asunto que resolver. Volveré en un par de horas. Pídele al chef lo que quieras para desayunar. Te amo, osita», no pude evitar morderme los labios y pegué la nota a mi pecho, la cual tenía su perfume, como si sus palabras no fueran suficientes para acelerar mi corazón.Sin poder borrar la sonrisa, me di prisa, me alisté lo mejor que pude y corrí hacia la habitación de los niños. Amber aún estaba dormida, con medio cuerpo colgando del borde de la cama, mientras que los bebés come
AVRIL STEELAvancé en sigilo, sin quitarle la mirada de encima. Cuando llegó al garaje, forzó la puerta para poder entrar. ¿Era un ladrón? No me sorprendería, la casa era muy bonita y llamativa. Me mordí los labios y fui presa de un arranque de valentía. Saqué mi teléfono y marqué el número de John.Con cuidado pasé por la puerta en cuanto escuché su voz. —¿Avril? ¿Todo bien? Ya voy en camino… —No alcancé a contestarle cuando un golpe en mi mano me hizo tirar el aparato.Adolorida, volteé hacia un costado encontrándome con el trabajador descarriado. —¡John! ¡Se metieron a robar! —grité con la esperanza de que me pudiera escuchar, antes de que el hombre me cubriera la boca con una mano, mientras que su brazo me rodeaba, sujetándome por la cintura para que no p
AVRIL STEEL—¿Ayudarme? ¿De qué manera? ¿Como ayudó a su esposa y a su hijo? —pregunté envalentonándome—. Sé lo que hizo con ella… Sé que es un maldito golpeador. No quiera venderme la imagen de un héroe cuando usted es peor. Lastimó a la mujer que juró proteger y amar, dañó a su hijo, ¿cree que el pequeño no veía todo desde su escondite?—No sé de qué esta hablando, señorita Steel —contestó con media sonrisa, pero noté en sus ojos que estaba furioso. ¿Le había atinado? ¿Mi poder de deducción era acertado y él era el exesposo de Clary?El mismo paso que dio hacia mí, yo lo retrocedí, hasta darme cuenta de que mi espalda estaba contra la pared. ¿Sería muy arriesgado correr hacia mi única salida? Tenía que arriesgarme, así que le pedí a mis piernas que no me fallaran y salí corriendo, pasando por su costado. Antes de alcanzar la puerta, me tomó del brazo, deteniéndome mientras encajaba sus dedos en mi piel de manera dolorosa.—¿De donde sacaste todas esas tonterías? ¿Quién te dijo…?No
AVRIL STEELCuando abrí los ojos me encontraba en la habitación principal. Me senté, aún confundida, buscando una explicación ya que no recordaba haber salido de la habitación de los niños durante la noche, entonces me encontré con las espaldas anchas de John, estaba sentado en la orilla, en completo silencio.Gateé hasta él y vi su rostro consumido por la incertidumbre mientras se frotaba las manos. Sus nudillos estaban enrojecidos e inflamados y supuse lo que había hecho con el detective. Posé mis manos sobre las suyas, trayéndolo de regreso a la realidad, de nuevo volví a ver a mi dulce y tierno John, quien me dedicó una sonrisa.—Te quedaste dormida en la cama de Amber… —dijo en cuanto apoyé mi frente en su mejilla.—Te amo, ¿lo sabes?—Yo también te amo, osita —contestó tomándome por el mentón—. Más de lo que te imaginas.Froté mi mejilla contra la suya mientras me aferraba a él, intentando reconfortarlo con cariño y ternura. De pronto me tomó por la cintura y me sentó en su rega