AVRIL STEEL
—¿Crees que lo hará? —preguntó John caminando de un lado para otro, pensando en lo que le había platicado.
—Creo que… sí. Aunque no lo quiera admitir, Chapman ha desarrollado un lazo especial con Clary, si descubre que Steve fue quien la golpeó, estoy segura de que se alejará de él y no solo eso, hará todo lo posible para destruirlo. No dejará que lo que le ocurrió a ella pase en vano.
John revisó su reloj y entornó los ojos. —Le haré una visita…
—¡No creo que sea buena idea! —exclamé acercándome a él—. No tolerará verte.
—Necesito hablar con él… Creo que no le molestará que quitemos de nuestro camino a Steve antes de destruirnos entre nosotros —dijo John con tranquilidad, pero sus palabras solo me alte
ALISSA BROWN—Tal vez si le das otro beso, se despierte… —escuché la voz de Amber en la lejanía—. Hablo en serio, hay un libro que lo confirma.—Amber… Los libros de princesas no pueden ser tomados como un manual de sobrevivencia —respondió Damián—. Aunque… bien podría intentarlo.—¡Sí! ¡Si no funciona, de todas maneras, podemos esperar a que se despierte solita! —exclamó la pequeña con emoción.Abrí los ojos nerviosa por lo que iba a ocurrir, y sin fijarme, intenté levantarme, pero mi cabeza chocó con la de Damián que ya estaba a punto de volverme a besar. Ambos terminamos con las manos en la frente y viendo estrellitas.—¡Qué golpazo! —exclamó Amber cubriendo su boca con ambas manos.—¿Estás bien? &mdas
AVRIL STEELAl no poder encontrar a Chapman, decidí pasar a ver a Clary. En cuanto atravesamos la puerta de su cuarto, sentí que mi alma abandonó mi cuerpo y los ojos me escocieron. La pobre estaba postrada en la cama, llena de sensores y aparatos. Me acerqué lentamente y acaricié su mano amoratada. ¡¿Qué le había hecho ese imbécil?!—Clary… —dije su nombre con tristeza mientras veía su rostro lleno de lesiones—. ¿Cómo te pudo hacer esto? Es un maldito monstruo…Entonces sentí la mano de John sobre mi hombro, ansioso por consolarme. —Esto no se quedará así. Te lo prometo.—¿Qué harás, John? ¿También lo atropellarás? —preguntó Chapman entrando a la habitación, con paso veloz y una actitud arrogante. No parecía contento
ALISSA BROWNRetrocedí con las manos al aire y el miedo en las pupilas, pero ese hombre parecía que no quería dejar cabos sueltos. El arma se disparó en el momento que yo cerré los ojos. El calor y el ardor se apoderaron de mi pómulo, cuando me di cuenta estaba en el piso, con la mejilla sangrante. Intenté ponerme de pie de inmediato y entonces vi a Damián peleando contra ese hombre, forcejeando por el dominio del arma.Me acerqué a la niñera que aún seguía viva y aproveché para liberarla, de inmediato le dije dónde estaba Amber. La mujer corrió hacia la cuna y tomó al pequeño George en brazos, el cual había comenzado a llorar desesperado por el ruido de la batalla. Mientras la niñera salía de la habitación, aterrada y cuidando de que no le tocara ningún golpe, yo me precipité a la cuna, cuando
HENRY CHAPMANVi mi reloj por decima vez, mientras mis pensamientos se habían convertido en un enjambre embravecido dentro de mi cabeza. Steve me había informado de la detención de John. Habían decomisado el auto con el que había matado a Rita. Este era mi momento para cobrar venganza y lo único que tenía que hacer era… no hacer nada, y solo esperar.—Mary es su hija —dijo Clary, rompiendo el silencio, llamando mi atención—. Rita se metió con un hombre casado para cumplir con su ambición. Me pregunto si lo cautivó desde un principio, tal vez la desesperación de Steve por no poder estar con ella como quería hacia que descargara toda su frustración en mí…—O tal vez siempre ha sido un golpeador… —contesté suspirando con molestia.—Eso no exenta a Rita de haber obrado mal. Los hombres casados no se tocan… ahí es donde te das cuenta lo vil que puede ser una mujer. Ya me doy cuenta del odio que le tenían Avril y John.Giré furioso hacia ella y me acerqué a su cama. —¿En verdad te molesta t
JOHN FOSTER Había llegado mi hora, Damián tuvo razón, debí deshacerme de ese auto mucho antes. Ahora estaba con un pie dentro de la cárcel y me temía que la pena capital fuera una opción. No había conseguido ningún abogado, y pese a que sabía que tenía todo para perder, me sentía particularmente tranquilo, supongo que era en parte porque no sentía culpabilidad por lo que hice. Aún escuchaba la voz desesperada de Avril, indignada cuando le pedí que no se presentara. Quería enfrentar esto yo solo y mantenerla lo más lejos de este problema, aún así volteaba de vez en vez, examinando las bancas detrás de mí, esperando verla sentada en alguna, sufriendo. El juicio siguió su curso y las pruebas eran difíciles de debatir. Todo estaba en mi contra y el detective solo sonreía, de seguro imaginándome en la silla eléctrica. Durante el breve receso se acercó para regodearse. —John Foster… Un gran empresario, joven y exitoso, condenado por matar a una mujer inocente —dijo entornando los ojos.
AVRIL STEELCubrí gran parte de mi cabeza con la capucha de mi sudadera. Unos pantalones de mezclilla cómodos y unos tenis resistentes por si tenía que correr, brincar o hacer cualquier malabar que demostrara mi escasa condición física.El lugar no era el más elegante o pretencioso, incluso me resultaba curioso que un policía viviera tranquilamente en un barrio de apariencia peligrosa. Me adentré en el callejón que llevaba a las escaleras para incendios. Intentando que estas no crujieran conforme subía.Conté las ventanas y llegué a la del departamento que sospechaba era del detective. Intenté abrirla, pero tenía el seguro puesto. Desviando el rostro y respirando profundamente, le di el primer codazo, hecho que solo me causó dolor. ¡No era la indicada para hacer vandalismo!—¿Avril? —escuché una vocecita dentro del departamento, se trataba de Scott quien me veía con los ojos bien abiertos, cargados de esperanza—. ¡Avril! —gritó angustiado y se precipitó hacia la ventana, comenzando a
AVRIL STEEL—¡John! —grité con todas mis fuerzas y la puerta se comenzó a sacudir. Me intenté levantar y correr hacia él, pero nuevamente Steve me tomó por la capucha de mi sudadera, tirando de mí.Con dificultad me quité la prenda, dejándola en la mano del detective y dándome la oportunidad de volver a correr hacia la puerta, pero apenas di un par de pasos antes de que me tomara por el brazo y me azotara contra la pared, al mismo tiempo que las bisagras cedían y la puerta caía al piso, dejando entrar no solo a John, sino también a Chapman.—Estas personas mataron a tu hija y tu ¿estás de su lado? —preguntó Steve encajando la punta de su pistola en mi abdomen, convenciéndome de esa manera para quedarme quieta.—Esto se acabó, Steve… Si lastimas a Avril… —dijo Chapman, pero de inmediato Steve lo interrumpió:—¿Cómo es que se pudo enamorar de una mujer como esta? ¿Se da cuenta de como lo está manipulando, doctor? ¡Abra los putos ojos! ¡¿De qué lado está?!—¿Enamorarme de Avril? Tal vez…
AVRIL STEELDespués de declarar la muerte del detective Steve dentro de la cárcel, nuestro juicio fluyó rápido y se resolvió de la misma manera gracias al equipo jurídico del doctor Chapman. La paz regresó a nuestras vidas y por fin John y yo pudimos tener la familia que tanto queríamos. La casa la vendió y se compró algo más lindo cerca de la de mis padres.Fue cuestión de tiempo para que la boda se celebrara, dos años sonaba mucho, pero en realidad pasaron como agua.—Te ves hermosísima —dijo Alissa acomodando mi cabello y viendo mi reflejo en el espejo.Posé mi mano sobre la suya, que aún cubría mi hombro y le sonreí. —Cuando regresemos de la luna de miel, te prometo que te daré un año sabático para que te vayas de aventura con Damián. ¡Pero!…—Ya sé… —Me interrumpió torciendo los ojos—. Damián y yo cuidaremos de los niños mientras John y tú regresan. Creo que cada vez somos mejores niñeros.Después de compartir una breve carcajada, la estreché con dulzura. En ese momento la puerta