La media noche casi llegaba y nosotros corríamos por aquella autopista desolada, creo que nunca vi tantos carros lujosos en el mismo sitio, el Corvette C6 marrón de Erick, el Bugatti Veyron de Kate, la camioneta Mercedes Benz G 63 Amg blindado en la que andaba Matthew, el BMW Gran Coupe Pininfarina Lusso que yo manejaba y las tres hummer h2 SUV blindadas y negras donde se transportaban los escoltas, al menos iba bien preparado a rescatar a mi hermana, lo que sea que fuera necesario para eso. Pensaba en ese estado y aunque no pasaría ni cerca de mi antigua casa que todavía era mía, no me hacía ni la más mínima gracia tener que regresar ahí, habían pasado siete años desde que decidí irme y dejar ahí todos los demonios de mi pasado, que tuvieran un estado completo para ellos solos no me importaba, un estado completo que me recordara que ahí era donde mi historia había comenzado– Chicos – Llamé– Si – Respondió Kate– Si señor– Si cariño– Creo que ya sé dónde la tiene – Creí recordar algu
***– Tú no puedes cambiarme – Dije– Yo no quiero cambiarte – Respondió – No quiero que cambies, no quiero que seas distinto– No soy compasivo, no soy justo, no puedo amar y creo que en realidad no quiero – Solté como un desahogo que nunca había tenido – No sé hacerlo de otro modo, no sé hacerlo de otra manera, no puedo, ¡no se!– Y no quiero, yo no quiero que lo hagas de otro modo, ¿Acaso no te has preguntado porque sigo aquí? Contigo– No, ¿Porque? – Cuestioné intrigado– ¿Qué voy a hacer contigo?***Desperté sacudiéndome aquel sueño y miré a mí alrededor a ver si había despertado del que vivía y si, ahí seguía colgado con las manos casi negras, era probable que las perdiera, de pronto un recuerdo me invadió. Siempre me sorprendió el entendimiento de Sara, nunca me exigió cosas, ni me pidió nunca nada, y bueno, ahora sabía que ella era una parte de mí que no conocía. ¿Era posible eso? ¿Era posible que alguien supiera algo de ti y que tú mismo no? se podía decir que ese era mi mie
Me encontraba recostado sobre el ventanal observándola, jugamos bastante rato eran casi las tres de la madrugada, estaba parado viéndola junto a una taza de café caliente, habíamos sacado el sillón negro que estaba en la mazmorra y lo habíamos colocado al frente del panorámico, me acerqué un poco y ella se removió entre la sabana– ¿Qué haces ahí parado viéndome como un fantasma? – Cuestionó con voz algo ronca– Admirándote, apreciándote, y dando las gracias de que estés aquí a mi lado y por poder tenerte– ¡Hum! Bueno, sigue ahí en lo tuyo – Se giró y se arropó hasta la cabeza, yo caminé y me senté en el borde junto a sus pies – ¿Cómo una persona puede ser tan desequilibrada e intrigante a la vez?– ¿Confías en mí? – Pregunté sin hacer caso a su comentario– ¿Cómo puedo confiar en alguien que esta llenó de misterios y secretos?– Hablo en serio – Le bajé la sabana hasta el cuello y me miró – Puede que sea una casualidad, pero, ¿Por qué ahora? ¿Porque ahora que soy joven y famoso? ¿Por
Bajamos y bordeamos la casa hasta la puerta principal donde tocamos el timbre, esperamos algunos segundos y nos abrió una chica del servicio que nos hizo pasar muy amablemente, miré la hora y ya eran la una de tarde con algunos minutos.– ¿Ya están todos? – Preguntó Andy mientras arrastraba su maleta– Si Ayana, Kenny y Elena señor eran los que faltaban y ya llegaron– ¿Y dónde está el señor? – Se encuentran todos en el comedor – Respondió amablemente la chicaAndy le preguntaba cosas a aquella chica como si hubiera estado mucho tiempo fuera y mientras, yo miraba la gran casa, el piso y las paredes eran de piedras, la puerta principal estaba en el centro de la casa y al entrar se lograba apreciar un pasillo de quizás cuatro metros de ancho y que se extendía hasta el final por la parte de atrás de la casa, por donde debimos haber entrado, todo tenía un aspecto muy antiguo, algunas alfombras eran de color rojas y algunas otras cosas de color negras, artefactos en metal y pocas puertas par
Me mantenía despierto mientras veía como los primeros rayos de luz comenzaban a iluminar el sitio, pensando en cosas que quizás nadie más pensaría, como de costumbre, Sara permanecía dormida sobre mi pecho, estábamos acostados en el sofá de descanso de aquel cuarto que ahora habíamos adoptado como nuestro y, aunque no era tan grande cabíamos los dos en ese sofá, eché una mirada inquisitiva a los muchacho que permanecían dormidos aun y aquella imagen un poco divertida para mí provocó una sonrisa en mis labios, algunos chicos tirados por todo el suelo y las chicas sobre los sofás, tenía algo de descendía e inclusive ternura, ver a las personas con las que has compartido grandes momentos y que fueran tan apacibles y frágiles aunque uno conociera sus lados más perversos– Veo que te diviertes – Su voz me distrajo y volteé a verla– Un poco – Respondí– Umm, Ya veo – Comentó removiéndose un poco – ¿De qué te ríes?– De nada en específico – Dije – Un refrán quizás – Desvié levantando mis homb
Habían pasado ya tres meses desde que habíamos llegado a esta casa que habíamos hecho nuestro hogar, todo había sido muy diferente a como lo pensé, a como creía que pasarían las cosas, sin embargo, después de todo había llegado el día de irse, el día de volver al mundo real, a la rutina y a una vida enajenada entre el embeleso diario de los deberes cotidianos, vidas alejadas de este campo, de esta vista y esta paz en la que podía cerrar los ojos y oír el vuelo de un pájaro a kilómetros de distancia, lejos de esta paz donde me podía sentir tranquilo– ¿Estás listo? – Preguntó Sara juntándose a mi lado a observar la lluvia caer junto a nuestras tazas humeantes de café parados bajo el marco de aquella puerta principal– Siempre cariño, pero parece que la naturaleza no quiere que volvamos al mundo real– Cierto, también llevo días pensando lo mismo, hace poco que llegamos y ya pasaron tres meses, ya dentro de poco se acaba el año y hasta siento que aprendí muchas cosas – La miré y curvé m
Se avecinaban tiempos tormentosos, aquella carta que me había enviado mi primo no pronosticaba nada bueno hacia mí ni para nadie que estuviera a mi alrededor, hacia un año que habían pasado los sucesos que ahora me traían problemas, intente calmarme después de pensar en todo lo que pasaría y ahora me encontraba sentado frente a Sara quien no paraba de hacer preguntas, me levanté nuevamente sin prestarle atención a lo que decía y me dirigí a Matthew– Necesitaremos protección, unos radios, esta vez quiero uno para mí, los mismos carros de siempre y las mismas personas de siempre, también llama a mi abogado– Sí, señor ya me pongo en eso– ¡Ah! Espera, te pediré algo más y espero lo tomes como un favor personal que te podrás cobrar cuando quieras– Sabe que no es necesario, señor, yo siempre estaré para usted– Si, lo sé, esta vez te necesitare más que nunca Matthew– Claro que sí, cuente siempre conmigo, señor– Siempre lo hago, por eso gracias – Dije extendiendo mi mano y él la estrechó,
Me he dado cuenta que el mundo es un relativo orden de caos perfectamente organizado, con énfasis en las ciudades, sobre todo el centro de estas, el vivir cada día conlleva a la diaria y rutinaria monotonía que absorbe a todos los seres humanos, como si respirar, comer u otra necesidad básica no fueran necesarias para que las acciones cambiasen, ya que cuando las cosas faltan es que pensamos en lo importante que son, es un mundo que convive casi en automático como si fueran maquinas sistematizadas. Si, el mundo es un desorden que convive armoniosamente. A veces, en ocasiones, uno puede creer que sabe lo que va a pasar, que lo tiene todo controlado, pero lo cierto es que el destino siempre nos tiene algo preparado, algo con lo que siempre va a sorprendernos para bien, para mal o para algo más allá que simplemente no podamos entender y para comprender siempre es necesario cuestionar todo y ser capaces como para cambiar un ideal por completo, aunque nos llamen loco porque quien lo esta e