Elliot me dejó pensando, ¿a qué se refería con eso? Lo miré extraña por un segundo y le pregunté: -¿A qué te refieres con >? -Ambos lo sabemos -fue la única respuesta que me dio y se marchó. Me dejó allí pensando en todo y nada. Tenía razón, ambos sabíamos porque lo decía, pero no creía que David llegara a tanto. Con más razón debía moverme lo más rápido posible,no podía permitir que David hiciera algo que luego lo destruya. Tomé mi móvil e hice una llamada. A los pocos repiques me contestaron: -¿Sí? Buenas tardes, ¿con quién hablo? -me preguntan del otro lado de la pantalla. -Buenas tardes -respondo el saludo, habla Karla -no tenía que decir más nada, mi voz la reconoció de inmediato. -Hola, querida -dice alegre-, tiempo sin saber de ti. ¿Cómo has estado? -Mal -digo sin más-, he estado en el hospital, hace unas horas un amigo también. -¿Qué has dicho? ¿Dónde estás? -En casa de mi prometido -no había secretos entre esa persona y yo así que no deb
A simple vista a mí hermano le parecía que todo iba bien. Ya que ha estado viendo guardaespaldas aquí y allá. Pero, aún así necesitaba de él, de su seguridad, de su apoyo. -Me sorprende que no te hayas vueltos loca, aún -me dice de repente. -Lo mismo he pensado -le respondo un poco divertida. -¿Son tuyos o de todos? -pregunta señalando a los guardaespaldas. -Míos, pero mientras haya visita pues de todos. -Sé que te sonará loco -me dice pensativo-, pero creo que exageras. -¿En qué? -pregunto confusa. -No me necesitas, no mi seguridad -dice mirándome-, pero eso no quiere decir que no te daré mi apoyo. Luego de decir esto, se sentó con mi padrino y el resto de los chicos. Mientras, que yo estaba en la cocina viendo las noticias y preparando algo de comer. Se me cae un plato cuando escucho en la televisión: -Nos acaban de confirmar que el señor Patricio, hermano del ex prometido de la señora Karla García ha fallecido en un accidente automovilístico hace unos cuántos minutos. Se di
Luego de las presentaciones, todos se pusieron hablar, hablar, hablar y hablar. Mientras que yo, no sabía que pensar, que hacer, como reaccionar. Estaba tan nerviosa, tan asustada que en verdad no encontraba como podría estar tranquila como ellos. -Karla -me llama mi hermano-, ¿estás bien? -¿Eh? -estaba tan metida en mi mundo que no había escuchado lo que me decía-. ¿Cómo? -Te he hecho un pregunta -me dice alzando una ceja-. Qué, ¿si estás bien? -vuelve a preguntar? -Eh, sí. Un poco. Lo mejor que puedo -le respondí, tratando de sonreírle. -Todo estará bien -afirmó con seguridad y una gran sonrisa-. Todo estará bien. Se levantó y me abrazó fuerte. No me soltó hasta por unos segundos más tarde. Recuerdo que cuándo pequeña, le temía a la oscuridad, pensaba que en cualquier momento algún monstruo empezaría a seguirme por toda la casa mientras iba apagando las luces. Alejandro, para "ayudarme" con el miedo, me asustó una noche. No sé cómo le hizo, pero colocó un muñeco detrás de
Me dejó pensando muchas cosas. Al igual que Elliot cuando me dijo que hablara con David. Ambos sabían lo que era capaz de hacer, y era lo más temía. Por eso llamé a mi hermano, sé que él me ayudará y saldremos de esto pronto. Al menos, eso esperaba con todas mis fuerzas. No podía seguir viviendo esta pesadilla un día mas. Antes de volverme loca tendría que enviarme al manicomio. Mi concuñada me miró dulcemente, me alegré de por lo menos tener una amiga cerca. Extrañaba a Carmen, ha sido mi mejor amiga desde hace tanto tiempo y no he podido vivir sin ella desde entonces. En ese momento, David y mi hermano pasaron por delante de la habitación y se pararon en la entrada, nos miraron, sonrieron y siguieron. Supuse que le estaría mostrando a Alejandro donde sería su habitación mientras estuviera con nosotros. Para ser honesta, me sorprendió el simple hecho que David y él se llevaran. Ambas eran celosos cuando trataba de mí, pero sabía y estaba segura que se llevaban tan bien solo por do
-¿Hay algo que quieras decirme? -le pregunto, Sabiendo que había algo más detrás. -De él nada -me responde-. De Jorge -le da un sorbo a su café y me mira-, sé que no tiene nada que ver con todo esto, pero como sabes, piensa vengarse por lo de su hermano. -Lo sé -le digo con voz temblorosa-, me ha llamado y me lo ha dicho claramente. -¿Te ha dicho algo más? -No. Solo eso. -¿Cuándo piensan casarse? -me pregunta cambiando de tema? Su pregunta hace que lo mire directamente a los ojos. No me podría creer que estuviéramos hablando sobre mi boda. Pero me calmaba saber que al menos él, estaría en mi boda. Mi padre no tendrá oportunidad de conocer a David, ni David a él pero, Alejandro era lo más cercano a un padre. Él, mi abuelo y mi padrino han visto por mí desde que lo perdí. -Quién lo diría, tú hablándome de mi boda -bromeó. -Algún día tenía que pasar. Debes darme tiempo para hacerme a la idea. -Lo tendrás. No creo que David quiera casarse tan rápido, es muy meticuloso -le
-No les prestes atención, linda -dice mi concuñada-. Lo hacen para ponernos celosas, pero son incapaces de moverse en este preciso momento. -No me molestaría que compartan tiempo de hombres -le digo con una sonrisa cómplice-. Podemos hacer lo mismo. Hay un lugar perfecto dónde podemos ir. -Oh, perfecto entonces -dice mientras me devuelve la sonrisa-. Chicos, que os vaya genial. Nos levantamos y nos dirigimos a la cocina dejándolos a todos en la sala boquiabiertos. Si quieren jugar con fuego, tendrán que aprender a quemarse. Nos escondimos detrás de la puerta y escuchamos mientras hablaban. -Mi hermana no es así -empieza a Alejandro-. Seguro es para darte celos. -Y lo consiguió -dice Elliot un poco divertido, luego se esfumó su sonrisa y se puso serio-. Hasta yo tengo celos. -Veo que no conoces a tu hermana -David estaba muy serio-. Lo digo porque ya no es una niña. Y actúa por impulso. -Lo sé, lo sé -dice mi hermano-, por lo mismo te lo digo. -Ha cambiado -le repite Ell
-¿Estás bien? -pregunta mi concuñada-. Estás temblando, Karla. -¿Eh? -fue lo único que pude decir. -¿Estás bien? -vuelve a preguntar. -Oh, claro. Estoy bien. -No debieron hacer eso, ¿eh? -pregunta mi hermano. -No empieces -le regaño-. No estoy de ánimos. -Lo siento. Veré si ya se le pasó la molestia a mi cuñado. Era la primera vez que decía "cuñado" a David y el corazón me dio un vuelco. Quizá mi boda y mi relación con David ahora se compliquen por una pequeña broma estúpida. Conozco lo suficiente a ese hombre cómo para saber lo que piensa en momentos así. -Todo estará bien -me calma Elliot de golpe. No lo había escuchado entrar-. Actuó por impulso. Él no es así, nunca. -Estoy de acuerdo -dice su prometida-. La ira del momento, no te preocupes. -¿Dónde está? -Con tu hermano. En el pasillo de arriba -responde Elliot-. Dales unos minutos. No querrás subir aún. -Creo que enfrentarse a dos de ustedes no es fácil -intenta bromear mi concuñada-. Así que, debes darle tie
-No sé que decirte. -No tienes porque decirme algo, cuñada. Basta con que estés aquí para saber que lo adoras. -Y mucho -digo con una sonrisa-. No creí que amar con tanta intensidad se pudiera. -Amor verdadero -dice Elliot-. Así lo llaman. Intentamos dar lo mejor de nosotros por la persona que amamos. -Dímelo a mí -dice mi hermano sentándose a mi lado-. La he arruinado tantas veces que ya no sé que hacer para arreglar el próximo error. -Hombres -dice mi concuñada sentándose al lado de Elliot-. No cometas más y ya está. -Fácil decirlo -responde Alejandro-. Mi mujer no es nada fácil. Peleamos casi todo el día. Por cualquier cosa. -Sin peleas, no hay diversión -responde Elliot-. Es lo mejor y lo peor de las relaciones, las peleas no acaban. -Y el amor tampoco -responde su prometida. -El hambre mucho menos -bromea Elliot. -En unos minutos está lista la cena, calma -dice divertido mi hermano-. Debemos ser paciente para todo. -Mi prometido no es nada paciente cuando tiene