Me dejó pensando muchas cosas. Al igual que Elliot cuando me dijo que hablara con David. Ambos sabían lo que era capaz de hacer, y era lo más temía. Por eso llamé a mi hermano, sé que él me ayudará y saldremos de esto pronto. Al menos, eso esperaba con todas mis fuerzas. No podía seguir viviendo esta pesadilla un día mas. Antes de volverme loca tendría que enviarme al manicomio. Mi concuñada me miró dulcemente, me alegré de por lo menos tener una amiga cerca. Extrañaba a Carmen, ha sido mi mejor amiga desde hace tanto tiempo y no he podido vivir sin ella desde entonces. En ese momento, David y mi hermano pasaron por delante de la habitación y se pararon en la entrada, nos miraron, sonrieron y siguieron. Supuse que le estaría mostrando a Alejandro donde sería su habitación mientras estuviera con nosotros. Para ser honesta, me sorprendió el simple hecho que David y él se llevaran. Ambas eran celosos cuando trataba de mí, pero sabía y estaba segura que se llevaban tan bien solo por do
-¿Hay algo que quieras decirme? -le pregunto, Sabiendo que había algo más detrás. -De él nada -me responde-. De Jorge -le da un sorbo a su café y me mira-, sé que no tiene nada que ver con todo esto, pero como sabes, piensa vengarse por lo de su hermano. -Lo sé -le digo con voz temblorosa-, me ha llamado y me lo ha dicho claramente. -¿Te ha dicho algo más? -No. Solo eso. -¿Cuándo piensan casarse? -me pregunta cambiando de tema? Su pregunta hace que lo mire directamente a los ojos. No me podría creer que estuviéramos hablando sobre mi boda. Pero me calmaba saber que al menos él, estaría en mi boda. Mi padre no tendrá oportunidad de conocer a David, ni David a él pero, Alejandro era lo más cercano a un padre. Él, mi abuelo y mi padrino han visto por mí desde que lo perdí. -Quién lo diría, tú hablándome de mi boda -bromeó. -Algún día tenía que pasar. Debes darme tiempo para hacerme a la idea. -Lo tendrás. No creo que David quiera casarse tan rápido, es muy meticuloso -le
-No les prestes atención, linda -dice mi concuñada-. Lo hacen para ponernos celosas, pero son incapaces de moverse en este preciso momento. -No me molestaría que compartan tiempo de hombres -le digo con una sonrisa cómplice-. Podemos hacer lo mismo. Hay un lugar perfecto dónde podemos ir. -Oh, perfecto entonces -dice mientras me devuelve la sonrisa-. Chicos, que os vaya genial. Nos levantamos y nos dirigimos a la cocina dejándolos a todos en la sala boquiabiertos. Si quieren jugar con fuego, tendrán que aprender a quemarse. Nos escondimos detrás de la puerta y escuchamos mientras hablaban. -Mi hermana no es así -empieza a Alejandro-. Seguro es para darte celos. -Y lo consiguió -dice Elliot un poco divertido, luego se esfumó su sonrisa y se puso serio-. Hasta yo tengo celos. -Veo que no conoces a tu hermana -David estaba muy serio-. Lo digo porque ya no es una niña. Y actúa por impulso. -Lo sé, lo sé -dice mi hermano-, por lo mismo te lo digo. -Ha cambiado -le repite Ell
-¿Estás bien? -pregunta mi concuñada-. Estás temblando, Karla. -¿Eh? -fue lo único que pude decir. -¿Estás bien? -vuelve a preguntar. -Oh, claro. Estoy bien. -No debieron hacer eso, ¿eh? -pregunta mi hermano. -No empieces -le regaño-. No estoy de ánimos. -Lo siento. Veré si ya se le pasó la molestia a mi cuñado. Era la primera vez que decía "cuñado" a David y el corazón me dio un vuelco. Quizá mi boda y mi relación con David ahora se compliquen por una pequeña broma estúpida. Conozco lo suficiente a ese hombre cómo para saber lo que piensa en momentos así. -Todo estará bien -me calma Elliot de golpe. No lo había escuchado entrar-. Actuó por impulso. Él no es así, nunca. -Estoy de acuerdo -dice su prometida-. La ira del momento, no te preocupes. -¿Dónde está? -Con tu hermano. En el pasillo de arriba -responde Elliot-. Dales unos minutos. No querrás subir aún. -Creo que enfrentarse a dos de ustedes no es fácil -intenta bromear mi concuñada-. Así que, debes darle tie
-No sé que decirte. -No tienes porque decirme algo, cuñada. Basta con que estés aquí para saber que lo adoras. -Y mucho -digo con una sonrisa-. No creí que amar con tanta intensidad se pudiera. -Amor verdadero -dice Elliot-. Así lo llaman. Intentamos dar lo mejor de nosotros por la persona que amamos. -Dímelo a mí -dice mi hermano sentándose a mi lado-. La he arruinado tantas veces que ya no sé que hacer para arreglar el próximo error. -Hombres -dice mi concuñada sentándose al lado de Elliot-. No cometas más y ya está. -Fácil decirlo -responde Alejandro-. Mi mujer no es nada fácil. Peleamos casi todo el día. Por cualquier cosa. -Sin peleas, no hay diversión -responde Elliot-. Es lo mejor y lo peor de las relaciones, las peleas no acaban. -Y el amor tampoco -responde su prometida. -El hambre mucho menos -bromea Elliot. -En unos minutos está lista la cena, calma -dice divertido mi hermano-. Debemos ser paciente para todo. -Mi prometido no es nada paciente cuando tiene
Cuando bajamos nos encontramos con los chicos en la sala, esperando por nosotros para ir a comer. Lo sé ya que mi hermano nunca podía sentarse a la mesa sin que yo estuviera. Puedo decir con toda seguridad que les pidió a los chicos que esperaran por nosotros. -Por fin -dice Elliot un poco enojado pero a la vez divertido-. Estaba que me desmayaba. -No seas exagerado -le regaña su prometida-. Si acabamos de sacar la bandeja del honor. -Lamentamos hacerlos esperar -dice David-. Creo que le debía unas cuantas explicaciones a Karla. -Y unas disculpas -responde Elliot serio-. Sobre todo una disculpa. -Lo ha hecho -le aseguro con una sonrisa-. Vamos a comer. Elliot fue el primero en levantarse de sofá y se dirigió a la cocina seguido de Alejandro .Mientras que su prometida los veía con cara de enojada pero al vernos soltó una carcajada contagiosa. -Elliot no está de humor -nos dice. -Nunca lo está -responde David divertido-. Pero con la cena se la pasa. Al menos por un rato -e
Luego de saber que Elliot no le dolía la mano, David y yo salimos al jardín trasero. Dónde habían dos columpios. Flores en cada lugar que mirara. Me pregunto porqué están estos columpios acá. Si David no tiene hijos, ni sobrinos. ¿O sí tendrá y no me lo ha dicho? ¿Tendrá un hijo o una hija con Sofía, o con otra mujer? >, me regañó mi subconsciente. Lo miré confusa y creo que entendió mi confusión ya que se limitó a explicarme: -Los hice para mis hermanos más pequeños -empieza a decirme-. Mi madre se casó de nuevo y tuvo una niña y un niño. Kelly, de 5 años y, Richard, de 7 años. Mi madre siempre de visita. Ni Elliot ni Carmen los conocen, mi madre no quería que lo supiéramos, no sé porqué. -Me encantaría conocer a tu madre -le digo con una sonrisa-. ¿Te gustan los niños? -Me va bien con ellos. -¿Quieres tener hijos? -pregunto sentándome en uno de los columpios. -Sí -responde sentándose en el otro columpio-. Me encantaría tenerlos. Y aún más me e
Lo mejor de todo fue despertar a su lado. Él tenía su brazo encima de mí, su mano puesta en mi vientre con delicadeza, como cuidado que nadie le haga daño a su futuro hijo o hija. Vi el reloj que estaba en la mesita de mi lado y pude visualizar que eran las 4 de la madrugada. Aún era temprano para levantarme, con cuidado quite el brazo de David y me levanté para ir al baño. Me eché un poquito de agua en la cara para refrescarme y vi que mis mejillas tenían su color natural. Sonreí al espejo y cuando estaba lista para salir y volverme acostar escuché los gritos de David. De nuevo su pesadilla. -¡NO! ¡NO! ¡NOOO! -gritó fuertemente-. ¡Déjame en paz! ¡Aléjate! -¡David! ¡David, cariño, despierta! -lo moví lo más que pude y seguía dormido, inmerso en su pesadilla. Los gritos despertaron a todos. En cuestión de segundos la cama estaba rodeada por los demás, con cara de preocupación. -¿Qué pasa? -pregunta mi hermano colocándose a mi lado. -Siempre tiene pesadilla -le respondo movie