-Pero... las placas -dice Elliot sin entender-, ¿eran tuyas? -Sí y no -le respondo-. Sí eran mías, pero no tengo las costillas tan lastimadas. No la han editado, están algunas partidas pero poco a poco mejoraré. -Sí que eres fuerte -me dice aún más sorprendido-. ¡TREMENDO MUJERÓN TIENES, HERMANO! -le dice a David. -Pero... -dice David-, ¿cómo te has defendido? -Dos meses entrenando boxeo y karate -le respondo-. No creas que fueron vacaciones las que me tomé. -A partir de ahora -me dice un poco divertido-, te tendré miedo. -Somos dos -dice Elliot también divertido. -Deberían -les digo-, deberían. -miro a Patricio y digo-: ¿Pueden hacer algo por mí? -Claro -dice mi cuñado serio-, lo que tú quieras. -Llévenlo a casa de su madre -digo seria-, no sólo tú me tendrás miedo -le digo a Patricio. Salimos de esa habitación y subimos a la oficina de Elliot. Estando allí sus empleados escucharon detenidamente la orden de Elliot. Llevarían a Patricio a casa de los padres de Jorge
-También te quiero -le respondo-, gracias. Llegamos poco después a la casa, David había comido postre en la cafetería así que me pidió que no le preparará nada para el almuerzo. Me decidí en hacer una tostada con huevo revuelto y tocino, ya que cocinaría para una sola persona. -¿Sólo eso comerás? -preguntó cuando me senté en el sofá. -Sí, no tengo mucho apetito. -le respondo-. Además, no iba a cocinar algo que solo iba a comer yo. -Tienes razón -dice tocándome la rodilla, tienes toda la razón. Comí mientras veía televisión junto con David. Casi me ahogo cuando escucho las noticias. -Hay rumores que el señor David García tiene nueva conquista. Y no es más que la misma señorita que dejó plantado al señor Jorge en el altar hace dos meses. ¿Le diría que NO por qué le era infiel con David García? ¿El amorío empezó después de dejar plantado a su prometido en el altar? No sabemos con detalles, pero nos han informado que la señorita Karla y el señor David están viviendo juntos en c
Ver la cara de David, fue lo peor. Primera vez que yo lo veía tan mal, tan asustado. Le indique a los guardaespaldas que cuidaran a David, a regañadientes pero todos se pusieron a su alrededor. Al igual me cuidaban a mí, pero su prioridad era él. Mi humor se volvió tenso, quería hacer algo pero no sabía qué. Saqué mi teléfono y llamé a Elliot. Al segundo tono me contestó: -Cu... -no lograba entender-, cuñada. -¿Estás bien? -le pregunto. -No -dice-, no lo estoy. -¿Por qué? ¿Qué pasa? -empiezo a preguntar. -Tu cuñado no está bien, ¿acaso no escuchas? -una voz gruesa está del otro lado. -¿Qué quieres? -pregunté enojada. -VENGANZA, M*****A ZORR* -era Patricio. Colgué, dejé a los chicos y salí corriendo. Abrí la puerta de golpe, entré y cerré la puerta con seguro. Escuché a David llamarme pero no me importó, necesitaba saber cómo estaba mi cuñado. Lo vi, golpeado, herido, me entraron ganas de llorar. Me tapé la boca con la mano y miré a Patricio. -Eres un maldit* sinico. D
Elliot me dejó pensando, ¿a qué se refería con eso? Lo miré extraña por un segundo y le pregunté: -¿A qué te refieres con >? -Ambos lo sabemos -fue la única respuesta que me dio y se marchó. Me dejó allí pensando en todo y nada. Tenía razón, ambos sabíamos porque lo decía, pero no creía que David llegara a tanto. Con más razón debía moverme lo más rápido posible,no podía permitir que David hiciera algo que luego lo destruya. Tomé mi móvil e hice una llamada. A los pocos repiques me contestaron: -¿Sí? Buenas tardes, ¿con quién hablo? -me preguntan del otro lado de la pantalla. -Buenas tardes -respondo el saludo, habla Karla -no tenía que decir más nada, mi voz la reconoció de inmediato. -Hola, querida -dice alegre-, tiempo sin saber de ti. ¿Cómo has estado? -Mal -digo sin más-, he estado en el hospital, hace unas horas un amigo también. -¿Qué has dicho? ¿Dónde estás? -En casa de mi prometido -no había secretos entre esa persona y yo así que no deb
A simple vista a mí hermano le parecía que todo iba bien. Ya que ha estado viendo guardaespaldas aquí y allá. Pero, aún así necesitaba de él, de su seguridad, de su apoyo. -Me sorprende que no te hayas vueltos loca, aún -me dice de repente. -Lo mismo he pensado -le respondo un poco divertida. -¿Son tuyos o de todos? -pregunta señalando a los guardaespaldas. -Míos, pero mientras haya visita pues de todos. -Sé que te sonará loco -me dice pensativo-, pero creo que exageras. -¿En qué? -pregunto confusa. -No me necesitas, no mi seguridad -dice mirándome-, pero eso no quiere decir que no te daré mi apoyo. Luego de decir esto, se sentó con mi padrino y el resto de los chicos. Mientras, que yo estaba en la cocina viendo las noticias y preparando algo de comer. Se me cae un plato cuando escucho en la televisión: -Nos acaban de confirmar que el señor Patricio, hermano del ex prometido de la señora Karla García ha fallecido en un accidente automovilístico hace unos cuántos minutos. Se di
Luego de las presentaciones, todos se pusieron hablar, hablar, hablar y hablar. Mientras que yo, no sabía que pensar, que hacer, como reaccionar. Estaba tan nerviosa, tan asustada que en verdad no encontraba como podría estar tranquila como ellos. -Karla -me llama mi hermano-, ¿estás bien? -¿Eh? -estaba tan metida en mi mundo que no había escuchado lo que me decía-. ¿Cómo? -Te he hecho un pregunta -me dice alzando una ceja-. Qué, ¿si estás bien? -vuelve a preguntar? -Eh, sí. Un poco. Lo mejor que puedo -le respondí, tratando de sonreírle. -Todo estará bien -afirmó con seguridad y una gran sonrisa-. Todo estará bien. Se levantó y me abrazó fuerte. No me soltó hasta por unos segundos más tarde. Recuerdo que cuándo pequeña, le temía a la oscuridad, pensaba que en cualquier momento algún monstruo empezaría a seguirme por toda la casa mientras iba apagando las luces. Alejandro, para "ayudarme" con el miedo, me asustó una noche. No sé cómo le hizo, pero colocó un muñeco detrás de
Me dejó pensando muchas cosas. Al igual que Elliot cuando me dijo que hablara con David. Ambos sabían lo que era capaz de hacer, y era lo más temía. Por eso llamé a mi hermano, sé que él me ayudará y saldremos de esto pronto. Al menos, eso esperaba con todas mis fuerzas. No podía seguir viviendo esta pesadilla un día mas. Antes de volverme loca tendría que enviarme al manicomio. Mi concuñada me miró dulcemente, me alegré de por lo menos tener una amiga cerca. Extrañaba a Carmen, ha sido mi mejor amiga desde hace tanto tiempo y no he podido vivir sin ella desde entonces. En ese momento, David y mi hermano pasaron por delante de la habitación y se pararon en la entrada, nos miraron, sonrieron y siguieron. Supuse que le estaría mostrando a Alejandro donde sería su habitación mientras estuviera con nosotros. Para ser honesta, me sorprendió el simple hecho que David y él se llevaran. Ambas eran celosos cuando trataba de mí, pero sabía y estaba segura que se llevaban tan bien solo por do
-¿Hay algo que quieras decirme? -le pregunto, Sabiendo que había algo más detrás. -De él nada -me responde-. De Jorge -le da un sorbo a su café y me mira-, sé que no tiene nada que ver con todo esto, pero como sabes, piensa vengarse por lo de su hermano. -Lo sé -le digo con voz temblorosa-, me ha llamado y me lo ha dicho claramente. -¿Te ha dicho algo más? -No. Solo eso. -¿Cuándo piensan casarse? -me pregunta cambiando de tema? Su pregunta hace que lo mire directamente a los ojos. No me podría creer que estuviéramos hablando sobre mi boda. Pero me calmaba saber que al menos él, estaría en mi boda. Mi padre no tendrá oportunidad de conocer a David, ni David a él pero, Alejandro era lo más cercano a un padre. Él, mi abuelo y mi padrino han visto por mí desde que lo perdí. -Quién lo diría, tú hablándome de mi boda -bromeó. -Algún día tenía que pasar. Debes darme tiempo para hacerme a la idea. -Lo tendrás. No creo que David quiera casarse tan rápido, es muy meticuloso -le