Dicho esto, él se retiró no sé a dónde. Y yo hice lo mismo. Volví a la casa y no me sorprendí cuando ví a mi hermano cerca de la puerta.-Escu... escuchaste? -pregunté con voz apagada.Tenía unas tremendas ganas de llorar. ¿Cómo podemos pensar o creer, que ocultando las cosas y mintiendonos a nosotros mismos las cosas se harán realidad? ¿Por qué tuve que mentirle a Gregorio? ¿Por qué carajos sigo mintiendome a mí misma?-Sí -respondió él y me sonrió-. Karla... -me miró fijamente a los ojos y, susurró- sabes que a mí puedes contarme la verdad.-¿De qué hablas?-Sé que mientes -respondió sin más-. Te conozco. Lo conozco. Si descubrí que tú le gustabas, ¿cómo no descubrir lo mismo de tu parte? ¿Por qué no le dijiste que sientes lo mismo, o que en el pasado te gustaba? Por qué sé que es así.Esa pregunta me pilló por sorpresa. Lo miré... lo miré... lo miré y no dejaba de mirarlo con los ojos muy abiertos.-Estás loco -dije riendo, pero mi risa salió nerviosa-. Alejandro, por favor, que es
Luego de haber hecho el amor, está vez con más cuidado y calmado, David me llevo a la ducha en sus brazos y, con delicadeza me dejó en la bañera. Se colocó detrás de mí y poco a poco fue lavandome. Me sentía cansada así que le agradezco el gesto.-¿Por qué? -pregunté de golpe, mientras sentía sus manos frotando mi vientre.-¿Por qué, que cariño?-¿Por qué me quieres? -pregunté más claro.Sentí como su comisura se levantó un poco. Luego me besó la cabeza y me hizo girar en su simple y rápido movimiento para quedar delante de él, para luego responder:-Porque en mi vida han pasado un par de mujeres luego que Sofía -dijo sin rodeos- y ninguna de ella me hizo olvidar todo el mal. Claro, no niego que sólo las usaba para el sexo -¡vaya,vaya!-. La verdad nunca me gustaron más haya del sexo, Kar. Pero tú, tú me haz hecho olvidar todo lo malo de mi vida. ¿Cómo? Pues la verdad no tengo ni idea. Sólo sé y estoy seguro que me sacaste de mi rutina. Jamás en la vida había aceptado más de un arma en
Delante de las cámaras los nervios estaban por atacar. No sé cómo no me había desmayado aún pero creo que en cualquier momento lo haría. Sin embargo, reuní todas mis fuerzas y me calme. No era momento de hacer un espectáculo.-¿Estás bien? -pregunta mi amiga-. Te noto un poco nerviosa.Me sonrióamablemente y me toma de la mano.-Lo suficientemente bien cómo para seguir -le respondo segura-. Estaré bien, te lo prometo.-Bien, entonces empecemos.-Empezamos en... -dijo un hombre- tres, dos, uno -hizo señas a mi amiga y sin problemas empezó el programa.-Buenos días, tengan todos los teleoyentes el día de hoy -dijo ella con mucho ánimo-. Ésta mañana traemos a una mujer dispuesta a decirnos una verdad -siguió- una verdad que nos dejará impactados, según las pruebas que nos va a mostrar. Espero estén tan pendiente desde casita, así cómo nosotros desde aquí -me miró y sonrió-. Ésta mujer ya a estado aquí una vez. Ya nos mostró pruebas contra su ex. Pero hoy... -tomó una pausa- hoy nos trae
Al entrar al apartamento, vi algo extraño pero no le presté atención. Seguro los chicos habían estado aquí dentro antes de ir a la oficina, o quizá estaban aquí y no donde dijeron.Elliot y Gregorio fueron a la cocina por algo de beber, mientras que yo me dirigí a mi antigua habitación. Tenía que terminar de sacar mis cosas de aquí y darle más espacio a Carmen para sus cosas, TODAS sus cosas. En mi habitación también vi algo diferente y ya me estaba entrando el pánico, así que rápidamente tomé mi bolso de viaje y alisté todo. Salí inmediatamente de mi habitación y me encontré con los chicos en la sala. Bajamos y, cuando iba a montarme al auto, recordé que olvidé mi laptop.-Vuelvo en cinco segundos, chicos -digo volteando-. Olvidé mi laptop. No tardo.-Voy contigo -dijo Elliot.-Estaré bien, cuñado.Asintió y subí de nuevo. Me tomó unos segundos llegar a mi habitación cuando recibí una llamada:-Sal de ahí, Karla, es una trampa.-Esto... esto debe ser una broma.-Luego te explico, car
Llegamos a casa y el primero en llegar a mí fue David. Me abrazó tan fuerte que sentí que en cualquier momento me partiría en dos pero no fue así.-Vas a lastimarla -le dijo Elliot para calmarlo-. Están bien, David, no hay nada de preocuparse.-¿Qué pasó? -le preguntó molesto-. Te dije que no te movieras de su lado.-Solo iba por su laptop, David -respondió él en defensa-. Antes habíamos revisado todo el lugar y no había nadie.-Vi algo raro en el apartamento -dije.-¿Qué viste? -preguntó Alejandro colocándose a nuestro lado.-En mi apartamento hay un espejo en la sala -expliqué-. Cuando volteé para ir a mi habitación, ví un sombra o eso pensé. No dije nada porque pensé que había Sido mi imaginación o yo qué sé. Luego, entré a mi habitación y Vi mi laptop en mi cama, fuera de su bolso y yo siempre la tengo guardada en mi armario.-¿Estás segura que no la dejaste allí cuando nos vinimos? -preguntó Elliot-. ¿Pudo Carmen haberla agarrado?-Carmen no se mete en mi habitación al menos que
Me solté del brazo de David y me fui a la cocina, dejando a los tres hombres allí mirándose cómo bobos. Querían distraerme, no recordarme todo esto, pero no los culpaba en no poder hacerlo siempre.Al entrar a la cocina, me encontré con mi suegra, mi abuela, mi tía, Marcela y mis cuñadas. Todas las mujeres de la casa.-Hola, querida -saludó mi abuela-. Raquel te preparó algo de comer.-Ya iba a llevártelo -dijo Raquel y me regaló su genuina sonrisa-. ¿Cómo te sientes? ¿Tienes apetito? Si no quieres esto, podemos prepararte algo más -dijo dudosa.Miré a la mesa y Raquel había preparado un puré de papas y una sopa de pollo, se veía riquísimo. Tenía mucha hambre. Mi embarazo no me daba créditos.Le sonreí y negué con la cabeza.-No te preocupes, cuñada -le dije amable-. Se ve riquísimo y muero de hambre. Podré comerme un camión de piedras.-El embarazo no te créditos, ¿eh? -bromeó mi tía.Todas nos reímos de su comentario. Me senté y me deleité con la rica comida que Raquel había prepara
Nos sentamos en la grama. Carmen se tumbó y, tras darme un empujoncito, me tumbó a su lado.Era de noche ya. Se veían algunas estrellas. Carmen señalaba alguna nube y juntas tratabamos de adivinar alguna figura.-Sin duda es una almohada -dije.-Claro que no -dijo ella-. Es una goma.-¿Una goma? -pregunté divertida.-Sí, de esas dulces que te gustan -respondió señalando.-Un Marshmallow, Carmen -dije divertida-. Así se llaman.-Como se llame -me reí de su tono y me dió un golpecito-. Pero si se parece-Aquí están -dijo Álvaro tras nosotras-. Las estábamos buscando.-No estábamos tan perdidas -respondió Carmen levantándose.-Karla, preguntan los chicos si quieres hacer la fogata ahora o más tarde.-Oh, vamos -dije levantándome-. Ya están saliendo las estrellas.Carmen me tomó de la mano y, seguidas de Álvaro, fuimos a la parte de atrás de la casa. Allí se encontraban todos. Riendo y divirtiéndose.-¿Listas? -pregunta mi hermano con los fósforos en la mano.Ambos asentimos y vimos como
-Había una vez -empezó David- una chica preciosa que desde pequeña sufría.-Con el pasar del tiempo -continuó mi hermano- su padre la comprometió con el hijo de su mejor amigo, sin importarle nada.-La chica con el tiempo se enamoró -siguió mi cuñada-. Era feliz. Hasta que él empezó a hacerla sufrir de nuevo.No me estaba gustando para nada está historia. Porque era la mía. Y no era justo ni para Jorge ni para mí. Sin embargo, me mordí la lengua y escuché.-La golpeaba -dijo Jorge-, le gritaba, la empujaba, la trataba mal. Cuando llegaba borracho era peor -su voz sonaba llena de odio-. Una noche llegó más ebrio de lo normal -continuó- e hizo lo que nunca pensó hacerle. La hizo suya a la fuerza y se tiró a dormir sin importarle lo que le hiciera el amigo que lo había llevado a casa. Otra noche volvió más borracho aun y, estando inconsciente la tiró por la escaleras.-Causando la pérdida de su bebé -añadí en voz baja.Aquello salió de mi garganta como lava hirviendo. Me quemaba horrores