Me preparé para lo peor. No había algo que no estuviera destruido.Los vidrios rotos, sillas y mesas destruidas, se habían llevado algunas cosas de las oficinas. En el preciso momento que entré sentí como mi corazón se detuvo. Era horrible.-¿Te encuentras bien? -preguntó Alejandro tomándome de la mano-. Puedo revisar yo.-Lo haremos ambos -dije en tono tranquilo y seguro.Él hizo un gesto de afirmación y les indico a los chicos seguir revisando los perímetros afuera. Alejandro no pensaba arriesgarse a que los culpables nos estuvieran esperando.-Lo resolveremos. Siempre lo hacemos.Y tenía razón. Siempre podíamos resolver todo, pero esta vez no sabía si podía. Y lo más cierto era que David tampoco dejaría que me esforzara.Lo vi salir de una oficina. La del director. La oficina de mi padre. Con un retrato en la mano.-Está roto -dice en tono triste-. ¿Son tus padres?Preguntó mientras me pasaba el retrato.-Sí, son ellos.Respondí lo más calmada que pude. No quería preocupar a los ch
Salí de la habitación a la hora de la cena.Los chicos estaban en la sala conversando y yo me fui a la cocina. No me sorprendió solo ver a mi cuñada, pues sabía que Carmen y Raquel no estarían tan dispuestas de nada. Al menos no por ahora. Necesitaban descansar tanto como yo.-Te hacía en cama -dice ella al verme.-Estaba aburrida. Y Marisol se fue a la habitación con los niños a jugar videojuegos.No moví un dedo. Me hizo mala cara cuando lo intenté y no quería más drama. Me senté a verla cocinar. Siempre me había gustado como cocinaba, tanto o más que Alejandro.-Preparé tu comida preferida -dice agarrando un plato-. Solamente para ti. Los demás pueden verte comer -y se ríe.-Oh, que delicia -digo con emoción -. Me encanta como lo haces. Siempre he querido hacerlo así, pero la verdad no se compara.-Siempre se los hago a los niños cuando enferma -me cuenta-. A veces se "enferman" cada semana. Al principio les creía pero caí en cuentas que solo era una táctica para que les cocinara.
Besé sus labios y le agarré la cabeza hasta que estuve preparado para dejarla ir. Soy así de posesivo después del sexo con ella. No me gusta separarme justo después, y como se encontraba encima de mí, no me tenía que preocupar de no aplastarla y podía quedarme un poquito más.Empujé hondo otra vez y la hice gemir con lujuria contra mis labios.-¿Quieres más? -preguntó con una voz que mezclaba satisfacción y sorpresa.-Solo si tú quieres -dije-. Nunca te rechazaría y me gusta cuando me asaltas, pero creía que tenías la regla...-No. Para mí es distinto por las pastillas que me tomo. No me dura apenas, un día tal vez, en todo caso..., a veces ni siquiera.. -empezó a besarme por el pecho y me dio un mordisquito en el pezón.Dios, cómo me gustaba. Sus atenciones hicieron que volviese a ponerme a tono y que me entrara un imperioso deseo de una segunda ronda.-Creo que me vas a matar, mujer..., de la mejor manera -pude decir, pero fue lo último que pronunciamos en un rato. Mi Medusa se habí
Llamé a Raquel por segunda vez y me volvió a salir el buzón de voz, por lo que dejé un mensaje diciendo que iba de camino. Me preguntaba qué estaría haciendo para no contesta y traté de imaginar algo como darse un baño, hacer ejercicio con los auriculares puestos o haber dejado el teléfono en modo silencio.Luché contra mis preocupaciones. En primer lugar, aún no estaba familiarizado con ese sentimiento, pero al mismo tiempo tampoco era algo que podía dejar a un lado. Me preocupaba por Raquel constantemente. Y solo por que todo esto fuese nuevo para mí no significaba que resultase más fácil de entender. Era un novato total que aprendía sobre la marcha.El apartamento se encontraba tan silencioso como una tumba cuando entré. Sentí que la ansiedad alcanzaba unos niveles muy desagradables y empecé a buscar.-¿Raquel?Solo reinó el silencio. No estaba haciendo ejercicio y era evidente que no se hallaba en mi despacho. Tampoco estaba fuera en la terraza. El baño era mi última esperanza. Mi
La Galería Nacional de Retratos es un lugar magnífico para celebrar eventos y con el que estoy muy familiarizado, puesto que he estado allí en muchas ocasiones encargándome de la seguridad, algunas veces como invitado y una o dos con una cita.Pero nunca así.Raquel le daba un nuevo significado al concepto de posesión. Al menos para mí lo hacía. Pensé que no iba a poder sobrevivir hasta el final de la noche por tener que aguantar a toda la gente que quería hablar con ella.Estaba preciosa y perfecta con su vestido violeta de encaje y sus zapatos pateados; por fuera era la pura imagen de una modelo, pero por dentro esa mente artística suya era brillante y respetada por el trabajo que hacía en su campo. Mi chica era famosa esa noche. También me ayudaba mucho ver mi regalo alrededor de su cuello. ¡Es mía, gente! ¡Mía! ¡Y que no se os olvide, joder! La decisión de exponer a lady Perceval fue efectivamente un éxito. La habían puesto como ejemplo en la explicación del proceso de conservaci
Mientras llevaba a Raquel a la Galería Victoriana, no pude evitar pensar que se estaba refiriendo a ella misma metafóricamente con la última parte: Ha estado escondida en la oscuridad demasiado tiempo. Me alegró por alguna razón.En solo un momento, Raquel ya estaba envuelta en otra ronda de entrevistas y yo casi desaparecí en un segundo plano y la dejé a lo suyo. Apenas estaba empezando en su carrera y quería que tuviese éxito por unas cuanta razones. Una, era su sueño, y dos, un buen trabajo en su campo la mantendría en Londres conmigo. Yo estaba tan motivado como mi chica.-¿Disfrutando del espectáculo? -la voz de Ivan en mi hombro.-Me alegro de que hayas podido venir esta noche. Nos preguntábamos si nos honrarías con tu presencia. Raquel quiere presentarte a su amiga -miré alrededor buscando a Gabrielle con su vestido verde pero no la vi.-Parece que Raquel está muy ocupada ahora mismo -miró a mi chica con admiración-. Tal vez después.-Mira, Ivan, hoy me han mandado una seudoame
Quedé totalmente impactada con el hecho de que hubo una amenaza de bomba, y supongo que mi rostro era un poema ya que Elliot me sonrió y me sobo la espalda con cuidado. -La verdad fue muy escalofriante pero salimos ilesos. No nos pasó nada y es lo importante. -Sí, pero ¿y si no fuese sido simplemente una amenaza y estallara una bomba sin previo aviso? Y entonces vi en su rostro un asomo de pánico. Supongo que nunca se hizo esa pregunta todo este tiempo. Pero tenía razón, lo importante es que estaban ilesos y fuera de Londres. Eso me hizo pensar en que no he ido y me encantaría ir, pero sin todo ese trajín que pasaron. Me entristecía el hecho de que Raquel tuviera que pasar por todo, pero era confortante saber que tenía amigos y también a un novio como Elliot. -No lo he pensado nunca -dice Elliot-. Pero si fuese sido así, no estaría contando esto y lo sabemos muy bien. Me dedicó una sonrisa genuina y no sé cómo pero tranquilizó y más el hecho de que estuviera allí,
Ya ha pasado una semana desde que todo acabó. Hemos estado tranquilos, viajando del pueblo a la casa. David nos ha ayudado a Alejandro y a mí en las instalaciones nuevas de la empresa. Se ha remodelado gran parte, los empleados están ayudando, pues no querían quedar sin trabajar.-¿Qué tal va todo? -pregunté a los chicos-. Les he traído merienda.-Hola, jefa -dice uno de ellos sonriendo-. ¿Cómo ha estado? ¿Qué le parece?-Está quedando muy bien -le devuelvo la sonrisa-. ¿Dónde está mi hermano?-Está adentro, señora -responde otro de ellos-. Con su prometido. Revisando algunos planos.-Bien, gracias -digo adiós con la mano-. Qué disfruten. Mi cuñada los hizo, quedaron riquísimos.El cambio iba bien, pero cada día que entraba me daba tristeza no ver la empresa como lo era antes. Mi padre se había esforzado tanto y todo su esfuerzo se derrumbó. Pero por otra parte, un nuevo comienzo no dañaba nada. Estarían orgullosos y tranquilos al saber que Alejandro y yo por fin nos haríamos cargo de