Hola queridas lectoras que se mantienen en las sombras, quería mandarles un enorme saludo por parte de Nikolai que a pesar de que lean, pero no comenten o no apoyen mucho el las quiere más de lo que se imaginan.. Pórtense muy mal. ———— Nikolai 25 de mayor del 2023. Abro la puerta del jet privado con todo lo necesario en mi cintura. Paso la mano por mí cabello y el frío clima de Suiza me recibe, pero gracias a mí chaleco no podría pescar ningún resfriado o algo peor; aunque mi cuerpo lo que tiene de caliente lo tiene de fuerte. La pelinegra arregla su trenza, toma todas sus armas para acercarse a dónde me encuentro. —Tengo hambre —anuncia colocándose bien sus guantes a la vez que presiona un botón del traje volviéndolo de un material resistente a las fuertes ventiscas. —Cómeme la polla; es un alimento muy importante —la molesto acercando mi boca a su oreja, mordiéndo el lóbulo de esta con brusquedad, erizando los bellos de su piel.
Canarias; España. Sekhmet 27 de mayo del 2019. Desde siempre me he esforzado por mantenerme en una de las primeras filas del ejército, empeñándome por no ser vista como la hija de una de las mujeres más importantes en los descubrimientos médicos; mucho menos como la hija de un hombre importante por sus logros en la milicia. Muchos me ven por encima del hombro creyéndose más de lo que son, imponiendo que ser hijos de personas con reconocimiento pueden verse superiores a otros, a quienes hemos luchado por ganarnos nuestros propios méritos con garras y dientes. Siento el estruendoso y molesto sonido de la campana que indica que es el comienzo de nuestro entrenamiento. Aun somnolienta me levanto de la cama apresurando mi paso cuando suena la segunda alarrma. Cubro mis labios por el bostezo que se escapa de estos y adentro mi cuerpo en el interior del baño de aquella habitación pequeña. Los entrenamientos de ayer resultaron ser más agotadores de lo que puedo admitir, el can
Nikolai.. 28 de mayo del 2023. Deslizo las manos por mi cabello con la frustración abordando cada partícula de mi sistema, sintiendo las estupidas ganas de agarrar a la pelinegra del cuello y devorarla con ansias y deseos constantes. Relamo mis labios acabando con la llamada que resalta mis ganas de acabar con la mayoría de mis problemas. Las palabras de Sekhmet las siento como dagas de doble filo cortando cada fibra latente, se repiten como una música sin rumbo que acaba con la poca paciencia que poseo. Paso la mano por mi cabello frustrado, caliente y molesto. El deseo, y las ganas me están superando más de lo que me gustaría admitir porque la verdad está en que, no importa lo jodido que sea todo, tampoco es el hecho de que vine a esta organización a llevar acabo misiones de alto estándar para proteger mi imagen, también para acabar con uno de mis peores enemigos que más me ha tocado las pelotas. —¡Hija de la gran puta! —escupo terminando de colocar los papeles funcio
Sekhmet: 29 de mayo del 2023 Acomodo mi cuerpo en el asiento de mi motocicleta para luego colocarme el casco, siento el motor vibrar bajo mi peso, aumentando la adrenalina que corre por mis venas dejándome percibir la euforia que provoca en cada parte de mi cuerpo. Mis latidos se aceleran, entreabro mis labios un poco para después sin dar tiempo salir a toda marcha del parqueo de la sucursal. Aumento la velocidad de mi YAMUHA negra mientras siento cada una de mis fibras vibrar por la descarga de adrenalina que se apodera de todo mi cuerpo. Mi vestimenta consta de unos shorts cortos con perlas blancas y negras, una mini blusa con un escote con tirantes que deja ver mi ombligo, además que los tatuajes de mis brazos. Até mi cabello en una colega alta bien peinada para luego colocarme el casco de color negro. Los guantes que siempre uso permanecen en mis manos mientras estás suben más la velocidad de aquella motocicleta. La flecha que indica los kilómetros me muestra que
Sekhmet: 3 de junio del 2023. Aproximo mi cuerpo de manera sigilosa a la espalda de mi hermanito que se encuentra sentando en un banco mirando el cielo soleado. —Es hermoso no es verdad —anuncia ocasionando que en mis labios se forme una sonrisa cariñosa. —Lo sé —asiento tomando asiento a su lado. —¿Nunca te ha dado curiosidad saber si mamá está ahí? —interroga con sus ojos azules fijos en mis órbitas verdosas. —Claro que ha sido así mi sanguijuela —le riego su cabello escuchando algunos gruñidos por su parte. —La extraño mucho —su rostro se torna cabizbajo, nostálgico; provocando que una punzada se instale en mi pecho. —Y yo mi cielito —una idea cruza por mi mente llevándome a percibir el palpitar de mi corazón—, tengo una idea. Decir aquello es suficiente para que vuelva a fijar sus ojos en mi cuerpo curioso. —Iremos a ver a mamá al cementerio —descubro la sombra de una sonrisa que en segundos la puedo apreciar viendo sus ojitos arrugarse por la sonrisa.
Nikolai. : 4 de junio del 2023. Deslizo la mano por mi rostro con rabia y frustración. Siento mi corazón martillear en mi pecho con cada latido que ejecuta aquel órgano. Mis respiraciones son entrecortadas, mi cuerpo suda y mis pensamientos son opacados por el me gustas que esa pelinegra atrevida grito a los cuatro vientos sin temor a nada. Estrello mi puño contra la dura pared de concreto percibiendo el crujir de mis huesos siendo destrozados por la densidad de aquella roca. —¡AH! —un grito arrollador sale de mis labios con fuerza puede que llamando la atención de los otras soldados pero en estos momentos no puedo ni siquiera pensar en otra cosa que en lo que me hace sentir esas simples palabras pero salidas de los labios de Sekhmet. Mi visión se nubla y las ganas de salir de aquel lugar se arremolinan dentro de mí. Recojo mi chaqueta, mi celular y las llaves del auto. Abro la puerta encontrando a la rubia escuálida de mi secretaria. —Me voy —anuncio marchándome a
Sekhmet: Sebas y yo caminamos juntos de la mano a través del bello pasto de el cementerio. El sol está en su cúspide, calentando nuestra piel y siento mi corazón martillear con recuerdos de lo que sucedió minutos antes. «Eres una maldita estúpida» pienso cagándome en todo por haberme enamorado de aquel hijo de puta sin sentimientos que para empeorar se va a casar. Joder que me estaba usando como a una cualquiera y ni siquiera me di cuenta por andar como una posesa detrás de su polla. Presiento el crugir de mis dientes cuando ya nos acercamos a la tumba de mi madre, cierro mis ojos calmando las molestias, el dolor y todo lo que me daña para darle paso a la nostalgia de llevar años sin estar entre los amorosos brazos de mi madre. —Ya estamos aquí Sebas —anuncio deteniéndonos en donde yace el cuerpo de la mujer que más ame en este mundo de mierda dónde el dolor siempre es el sujeto de la ecuación. —Mamá; se que la última vez que nos vimos yo tenía creo que cinco años y ah
Nikolai: Mis ojos estaban atentos a la abarrotada calle de Londres esquivando autos a una velocidad peligrosa. Sentía mi sangre hervir con la imagen de la pelinegra todavía en mi mente. —Extrañaba estar a tu lado —murmura la castaña tomando mi mano que se encuentra encima de la palanca mientras como si su toque me quemara levanté mi mano liberándome de su agarre. —No me toques —escupí con mi mandíbula apretada mirando sus ojos marrones fijamente. —Tendremos un varoncito —cambia de tema obligando a que me pase la mano por el cabello cuando me detengo en un semáforo en con algunos carros delante de mí. —Me importa una mierda, yo no quiero a ese mocoso —hablo con asco y una mirada dura. —No digas eso, lo pondrás triste —se cubre su enorme panza con cierto temor, suelto un resoplido de molestia. —Me importa una basura como se ponga eso que llevas en tu vientre —vuelvo a ponerme en marcha cuando la luz cambia a verdes y los autos se ponen en marcha. —No le hagas caso