Capítulo 26Una oleada de calor se instaló en mi centro al sentir como las manos de Damián comenzaron a descender sobre mi entrepierna. Mi respiración se volvió agitada en el justo momento en que su dedo índice tocó descaradamente ese pedazo de carne que sobresalía de mí interior. Mordí mi labio inferior al recibir su estocada precisa y contundente en aquella entrada peligrosa que solo a él le permitía tocar.Sus manos rodearon mi cuello y gemí despacio al percibir su polla golpear mis glúteos. Mis pies se giraron para quedar cara a cara a mi novio, sus ojos azules y cristalinos penetraron los míos, entre tanto las yemas de sus dedos rozaban mis mejillas sonrientes. Su frente chocó con mi frente, ambos nos fundimos en un largo minuto de silencio, disfrutando de aquel momento antes de que la tragedia viniera y golpeara nuestras vidas.—Te amo tant
Capítulo 27Mi cuerpo tiembla al sentir como la bilis me sube hasta la garganta en el justo momento en que mis pies pisan por primera vez el reclusorio en donde se encuentra encerrada la madre de Damián. Limpié el sudor de mis manos con el borde de mi pantalón cuando la humedad de esta me invadió, los guardias revisaron cada centímetro de mi cuerpo apenas pasé a inspección, dejándome así un mal sabor de boca.Mis piernas inquietas caminaron un par de pasos más hasta llegar a un largo pasillo en donde un par de guardias más me hicieron un par de preguntas, todas las personas a mi alrededor me miraban insistentemente como si supieran quien era yo y que hacía en este lugar.Mordí mi labio inferior cuando mi propia voz no salía de mi garganta, tragué en seco intentando controlar mis emociones y no ser así tan obvia con todo esto. Necesitaba aquellas
Capítulo 28Mi estómago ruge al sentir el beso de despedida por parte de Damián aún siendo muy temprano en la mañana. Sus ojos se veían cansados, como si hubiese llorando toda la noche. Mi mano intranquila tomó la suya logrando que el magnate se estremeciera y negara dándose ánimos a sí mismo. Como pude me apoye sobre la cama y me senté en el borde de esta para así rodear mis delgados brazos alrededor de la cintura del señor Maxwell.Su cuerpo desprendía un olor a madera y cítricos que carcomió mis fosas nasales. Mi cabeza comenzó a darme vueltas cuando de un momento a otro empecé a aferrarme a él entre lágrimas. Estaba asustada, demasiado asustada como para dejarlo ir, pero debía entenderlo, muchas cosas estaban en juego hoy y confiaba en Damián Maxwell. Sabía que él regresaría y si no lo hac&iac
Capítulo 29Damián MaxwellUna hora antes.Mi piel me carcome al pensar que si algo sale mal, terminaré casado con Handrika y asesinándola el mismo día de nuestra boda. Mis pies caminan hacia una enorme habitación en donde algunas mujeres me estarán preparando para la ceremonia, mis pies se vuelven inquietos al quitarme las prendas que cubrían mi desnudez, mientras que muchas personas me observan con arrogancia y altivez.Trago en seco al finiquitar mi trabajo, mis ojos cristalinos me dejan ver con claridad mi reflejo sobre el cristal del espejo delante de mí, me siento mareado y agitado al percibir aquellos pensamientos que están comiendo mi cabeza. Mis manos comienzan a sudar al ver la silueta de mi futura esposa sobre el marco de la puerta de aquella habitación que me está acogiendo.Handrika Bekker luce hermosa como su maldad, y estoy seguro que si jamás
Capítulo 30Estoy tan confundida que no puedo mantener mis pensamientos con claridad dentro de mi cabeza. Mis ojos observan fijamente al hombre delante de mí, mientras él intenta explicarme algo que por obvias razones no comprendo, sus enormes manos cobijan mi rostro, pero dentro de mis oídos sólo podía escuchar ese extraño silbido que me hacía retumbar cada uno de mis movimientos.Un hilo de sudor se deslizó por el delicado y bien tallado rostro de Damián Maxwell, la punta de su nariz se hallaba rojiza quizás porque había llorando con anterioridad, su mandíbula tensa se hacía percatarme que nada de esto le gustaba y quizás al igual que yo tenía un mal presentimiento.Caminé un par de pasos lejos de él, mis manos se movían con brusquedad al recordar que todo este tiempo mis sospechas eran ciertas. Mauricio intentó matarme al enterarse sobre mis sentimientos hacia su mejor amigo; él y Handrika se habían confabulado para hacernos mucho daño y así poder cada uno cumplir su cometido.—Mau
Capítulo 31Una extraña, pero placentera sensación se apoderó del centro de mi cuerpo. Los ojos de Damián Maxwell barrieron cada centímetro de mi piel, mientras que mis manos tomaban el borde de aquella camisa blanca que usaba para su boda con Handrika Bekker y que por alguna razón ya no deseaba vérsela puesta. Mis dedos sudorosos y temblorosos quitaron los primeros botones intentando así dejarlo rápidamente desnudo delante de mí.Su labio inferior vibraba quizás al sentir el roce de mi cuerpo sobre el suyo, la punta de su nariz se hallaba rojiza por la oleada de calor que nos cobijaba a los dos, mis caderas comenzaron a moverse de atrás hacia adelante deseando sentirle más allá de lo permitido. Sus brazos rodearon mi cintura para así poder apretarme con mayor fuerza contra su miembro.Damián mordió su labio infe
Capítulo 32Damián Maxwell Tengo demasiado miedo de todo lo que podría suceder el día de hoy, Amelia gritó con impetuosidad al ver claramente como Mauricio disparó sin dudarlo en dirección hacia mí. El dolor intenso por aquella herida carcomió mi muslo izquierdo haciéndome caer de golpe al suelo. Mi cabeza comenzó a darme demasiadas vueltas por la pérdida exagerada de sangre.Mis manos apretaron rápidamente mis rodillas para volverme a colocarme en pie, de repente en mi campo de visión apareció la silueta delgada y pequeña de aquella mujer que me había torturado todo este tiempo; Handrika Bekker llevaba puesto un diminuto vestido rojo que la hacía lucir mucho más llena de maldad de lo que ya era. Sus ojos cristalinos ahora inyectados en sangre, deseaban con añ
Capítulo 33Minutos antesMe duele…Me duele tanto la cabeza que me es casi imposible abrir los ojos, mis hombros, espalda y estómago me arden por la golpiza que Handrika me propinó antes de encerrarme en este lugar. Intento colocarme en pie, pero mis piernas no me responden y entro en desesperación. Coloco las palmas de mis manos sobre el suelo áspero y como puedo logro abrir mis ojos.Todo a mi alrededor comienza a dar vueltas, así que me arrastro dolorosamente hacia la entrada, sin embargo mi corazón comienza a latir con desespero en el justo momento en que la silueta de Mauricio apareció delante de mí. Sus pies se detuvieron a unos cuantos pasos de donde yo me encontraba inmóvil y temblorosa. Una sonrisa ladina brotó de sus labios, paralizándome así rápidamente.—No te atrevas a tocarme… —Declaré con mi voz