Capítulo ocho .Stella palideció Al percatarse de quién venía a bordo del flamante vehículo, eran nada más y nada menos que Diana y Matt, las personas a las que menos necesitaba ver en ese momento, puesto que lo del dinero podía salir a relucir en cualquier momento, y eso para nada le convenía, ya que quedaría como una mentirosa ante los ojos de su familia, y por supuesto ante sus amigos.–Que linda es tu amiga Diana, hijita, se tomó la molestia de venir hasta el barrio para estar contigo–. Dijo su madre profundamente conmovida.Por supuesto que a Stella no le gustó para nada el comentario de su mamá, pues consideraba que ella siempre prefería a las demás personas por sobre ella, y eso le disgustaba de sobremanera.–Rossy, entren a la casa, enseguida las alcanzo–. Se apresuró a decir tratando de salir de aquella situación tan embarazosa.–Claro que no, sería una grosería no invitarlos a pasar a la casa después de lo bien que tu amiga se portó con nosotros al darnos el dinero para los
Capítulo nueve.Diana se sobresaltó al escuchar lo que le había dicho Stella. Sentía que aquellas palabras eran sinónimo de mala suerte, pues el hecho de perder el collar que con tanto amor su novio le había regalado, definitivamente la haría quedar muy mal ante sus ojos. Seguramente él pensaba que ella carecía de facultades para todo, y eso la ponía terriblemente triste.–No puedo decirle lo del collar – se dijo a sí misma.Odiaba tener que mentirle a Tom, pero dadas las circunstancias no le quedaba otra alternativa. Era el momento en el que conocería a sus padres y por ningún motivo podía permitir que la vieran como la chica frágil e inútil a la que seguramente se imaginaban. Después de todo, el collar tal vez aparecería por allí en algún lugar más tarde.–¿Vas a decírselo? – Le preguntó Stella.–Claro que no, me duele tener que decirle una mentira, pero no puedo hacerlo en este momento – le respondió con un profundo pesar.–No está nada bien que le mientas, deberías decirle la verd
Capítulo 10.–Tengo algo muy importante que anunciarles – les dijo Tom a todos los presentes.Al decir aquello, toda la atención se centró en el joven, nadie tenía ni la menor idea de qué les diría y, por lo tanto, una atmósfera de tensión se hizo presente en el lugar. El corazón de Diana parecía quererse salir de su pecho, esperaba que cualquier cosa que su novio tuviera para anunciar no fuera algo que pudiera ensombrecer la felicidad que habían disfrutado durante todo ese tiempo.—Sé que lo que estoy a punto de compartir con ustedes los tomará por sorpresa, pero les aseguro que es la decisión más importante de mi vida — expresó con bastante nerviosismo.Tomó la mano de Diana y sus hermosos ojos se clavaron en la joven.—Mi amor, perdóname por no haberte consultado antes, pero, cuando escuches lo que tengo que decirte, entenderás el porqué de mi decisión – siguió diciendo.El miedo inundó el corazón de Diana, ni siquiera pasaba por su mente de qué se trataría aquel anuncio, no obstan
Capítulo uno.Stella y Diana estaban sentadas en la gran sala de la opulenta mansión de los Richmond, la familia más adinerada del país, Benjamin, el padre de Diana, era uno de los empresarios más importantes a nivel internacional, cuya trasnacional estaba asentada en el más importante barrio de Londres. En cambio Stella, pertenecía a la clase baja y vivía en un barrio pobre, había conocido a Diana en la universidad gracias a una beca de estudios que obtuvo por sus excelentes promedios y desde entonces se habían vuelto inseparables. Diana se había quedado invidente desde muy pequeña, y ese era un complejo que le causaba gran inseguridad, pero desde que Stella había llegado a su vida, las cosas habían cambiado un poco para ella.–Estoy muy nerviosa, amiga, Tom viene mañana y yo no le he dicho que no puedo ver–manifestó Diana preocupada.Stella se acercó cariñosamente acariciándole el cabello a su amiga.–Tenías que haberlo hecho, Diana, no debes sentir preocupación por no poder ver, si
Capítulo dos.Las lágrimas comenzaron a resbalar por los ojos de Diana, en ese momento sintió una opresión en el pecho y un miedo incontrolable se apoderó de su ser. Era un secreto demasiado importante, y por fin entendía que no debió habérselo ocultado a Tom, ya que después de todo formaba parte de ella, y sería algo con lo que tendría que cargar por el resto de sus días, pero se había enamorado, y su relación iba tan bien que sintió terror de qué una revelación semejante pudiese estropearla.–¿Qué sucede, mi amor?, ¿Por qué estás llorando?–le preguntó el confundido.Ella trató de respirar profundo, buscando tranquilizarse, y Matt al ver la situación en la que se encontraba su amiga, decidió intervenir para suavizar un poco las cosas.–Diana, será mejor que nosotros nos retiremos para que ustedes puedan hablar con toda tranquilidad–pronunció el joven comprensivo.Stella quiso acercarse, pero Matt no se lo permitió, así que tomando a la chica de la mano, la arrastró hacia el jardín.–
Capítulo tres.Diana experimentó un miedo atroz, no sabía nadar y se sentía muy vulnerable dentro de aquella enorme piscina, el agua entraba por su boca impidiéndole la respiración, y su corazón empezó a latir de una manera descomunal. Los demás estaban tan distraídos que ni siquiera se dieron cuenta cuando ella cayó, pues sólo emitió un grito ahogado debido al gran susto que se llevó, movía con desesperación los pies y las manos tratando de mantenerse a flote pero era inútil, nada funcionaba, ella cada vez se sentía más débil, las fuerzas estaban disminuyendo con cada segundo que pasaba. Los chicos jugaban con una pelota, pero la actividad parecía entretener mucho más a Tom y a Stella, en cambio Matt, estaba muy celoso, así que desvió su mirada para que no se dieran cuenta de lo mal que se sentía, cuando de repente vio a Diana en el agua.– Dios mío– gritó el con todas sus fuerzas.Inmediatamente, Matt se dirigió a toda prisa hasta donde estaba ella, Tom también hizo lo propio, pero
Capítulo cuatro .Diana se levantó muy temprano, estaba verdaderamente emocionada por todo lo que había experimentado el día anterior, sentía que por fin la vida le estaba haciendo justicia enviándole a un hombre que pudiese entenderla. Stella estaba junto a ella y veía su imagen radiante, lo cual como siempre despertó esos celos enfermizos que la corroían.–Tengo que irme, Diana, mi hermana insiste en que tengo que buscar trabajo, no todos tenemos la suerte de tener un papá rico como tú–. Dijo en forma irónica. La verdad es que soy muy afortunada, pero no por el dinero de papá, sino por el ser humano tan maravilloso que hay en el–. Contestó ella pasando por alto el comentario que su amiga había hecho.–No me hagas caso, ya sabes que suelo tener un humor muy negro–.–Si quieres puedo decirle a papá que te proporcione un empleo dentro del corporativo Richmond–. Propone Diana con la buena intención que le caracteriza.Para Stella estar dentro del corporativo era una oferta muy tentado
Capítulo cinco .Stella no se esperaba aquella revelación, sencillamente no estaba preparada para asumir una responsabilidad que según ella estaba muy lejos de lo que se merecía.–Ese es tu problema, Rossy, ¿No te la pasas diciendo que eres la que ha sacado adelante a esta familia?, Pues ahora resuélvelo–. Soltó con total desparpajo.Rossy no daba crédito a lo que estaba escuchando, ¿Cómo era posible que Stella se comportara de aquella manera?, ¿Acaso no tenía corazón?, La furia se apoderó de la joven y cuando Stella quiso avanzar hacia su habitación, su hermana le cruzó el rostro de una bofetada.–Tu también vives en esta casa, así que no seas descarada y por primera vez en tu vida compórtate como alguien responsable–. La enfrentó.–Yo no soy como tú, Rossy, no me voy a conformar con un puesto de empleada cuando puedo tener el mundo mis pies si yo quisiera–. Espetó.–Deja ya de seguir soñando, pasar tanto tiempo en la casa de los Richmond te ha hecho mucho daño, tú no eres una muchac