P.O.V. Mia No pierdo de vista ninguno de los movimientos de ese español corpulento, atractivo como todo un dios griego; me doy cuenta de que ese siempre tema es para nada agradable y lo sé porque se ha alejado de mí, evadiendo mis preguntas o cambiándolas por otras. Sé que es muy arriesgado ser tan directa, sé que existe la posibilidad de que él desconfíe de mí y corro el riesgo de que tal vez se vaya y ahora sea él quien no quiera hablar conmigo y que todo mi plan se venga abajo. Pero no me siento tan mal porque sé que también deseaba estar con él, tenerlo de nuevo dentro de mí. Dejo de pensar en eso o volveré a ponerme cachonda. Debo de seguir y averiguar lo que pasó con esa mujer, ya que Tania está más empeñada en saber eso que ayudarme a salir. Noto cómo él sigue dudando de lo que le estoy preguntando. Así usaré mi ingenio para que él logre estar de mi parte y crea en mis palabras. Cubro mi cuerpo desnudo con la sábana para que no sea una distracción y es que no ni
—Tú eres el culpable. —Al decir esas palabras, veo cómo sus lágrimas bajan por las mejillas y, en un momento de ira, aprieta el vaso de cristal que trae en sus manos, rompiéndolo debido a la presión, causando que este se incruste en su mano, provocando que comience a sangrar. A mí me rompe el corazón porque estar escuchando todo eso, hasta yo sé que él es el que menos tiene la culpa. Así que, sin importarme que me encuentre desnuda, salto de la cama ignorando mi cuerpo adolorido debido a lo que pasó hace unos instantes y me acerco a él con un trozo de tela. Agarró su mano colocando la tela en la herida, impidiendo que se desangre. Ambos, por un leve momento, nos miramos con atención. Noto rápido el dolor en sus ojos, causando que mi corazón se apachurre y que, sin pensar, coloque mi mano en su mejilla. Su expresión cambia radicalmente; aparta su mano de su herida y se aleja de mí lo más lejos que puede, como si no quisiera que viera esa parte de él. Es como si no quisiera que lo vie
P.O.V. Adriano Hasta que por fin le he contado a alguien más de lo ocurrido ese día. Recuerdo que cuando le dije a mi padre, él se quedó con una expresión rara; sé que no me creyó. Él también pensó que yo la había matado y eso me hizo estar más molesto con él e hizo que nuestra relación se fuera a la chingada.También me sentí un tanto defraudado porque creí que él, por ser mi padre, me apoyaría, pero no solo me dejó morir. Aunque ahora, después de contarle a Mia, me siento diferente, como si un peso se fuera de mis hombros. No me imaginé lo mucho que necesitaba hablar con alguien que me comprendiera. También es de ayuda que ella sea psicóloga; siento que eso, en cierta parte, le ayuda a ella para comprender ambas partes y me siento mejor al oír que no es mi culpa, a pesar de que dentro de mí sigo sintiendo que sí lo es. Creo que eso es algo que nunca lograré superar en su totalidad. Sin embargo, esa sensación de bienestar se ha esfumado tan rápido al oír la pregunta que me está ha
P.O.V. Mia No sé qué pensar; mi cerebro se ha quedado helado y no tiene una respuesta clara para lo que él me acaba de preguntar. Además de cómo es que me ha adivinado, ¿qué acaso me estaba de leer la mente o qué? —¡CONTÉSTAME, MÍA! —eleva la voz asustándome. Pero ese grito solo ocasiona que me quede más en shock y que no sepa qué contestarle. Respiro hondo, intentando hacer que el aire fresco llegue a mi cerebro y me ayude a encontrar las palabras adecuadas. —¿Por qué crees que ella me mandó hacer eso? —preguntó, pero por la cara que acaba de poner me doy cuenta de que no fue la mejor respuesta. —Todavía lo preguntas, tú misma lo acabas de decir, lo hiciste por la lealtad a la familia, eso está más que claro para mí. —Y qué está claro porque yo no entiendo —mencionó porque todo esto solamente me confunde cada vez más. —¡Es obvio! ¡Quiere decir que aún estás de su lado, que a pesar de todo lo que te he dicho y de lo que sabes, la sigues apoyando ciegamente! —vocifera
P.O.V. Tania. Las horas han pasado y un nuevo día ha llegado. No pudo dormir absolutamente nada debido a la ansiedad de estar pensando en que si esa pequeña zorrita pudo conseguir la información que necesito. Solo espero que haya obtenido algo bueno que me indique o que me ayude a chantajear a Bastian y así poder obligarlo a que me ayude porque, sea como sea, necesito de la ayuda de ese hombre; es parte esencial de mi plan. Bajo las escaleras con calma y es que esta mañana me he puesto unos lindos tacones rojos que compré. Al llegar al primer piso, veo a Nicola, como siempre, de pie en ese sitio que se ha vuelto exclusivamente de él. Pero tengo algo pendiente que hablar con él. Así que me acerco. —Ven, necesito hablar contigo —murmuró y él asiente de mala gana. Lo llevo conmigo hasta la habitación más cercana donde podamos estar solos. Ambos entramos; él se voltea para cerrar la puerta mientras que me preparo… —¿De qué quieres hablar…? No dejo que termine, porque me lanzo dir
P.O.V. Bastian Mi llegada de nuevo a este país fue en medio de la noche, el cielo estrellado fue mi única compañera y cómplice. Es que tuvimos que viajar por zonas donde no fuera detectado el jet. No quiero que ninguno de mis enemigos se entere de que estoy aquí y quiera convencerme de iniciar una guerra con los Borbon porque esa no es mi intención o no por el momento, mientras tanto, Félix cumpla con la parte del trato. La verdad, no estaba muy convencido de aceptar, pero ahora creo que será lo mejor y más, sabiendo que nunca podré tener a Mia a mi lado. Quizá me odié; no obstante, verá con el tiempo qué es lo mejor además no soy un monstruo quizá con el tiempo me acepte. Mientras viajaba mande a uno de mis hombres a seguir a esa rubia que investigará todo de ella y al llegar obtuve toda la información me encanta mi equipo de trabajo siempre son muy eficientes y ahora mismo estamos vigilándola. Llevamos varios días aquí y es que no me siento preparado para regresar a la casa
—No sé por qué ese hombre está tan interesado en Mia; eso es algo que no logro entender. Pero lo que sí sé es que todo este desastre fue debido a Tania —agregó Nicola, pero sigo sin entenderle. —Explícate. —Verás, hace meses le ayudé a idear un plan para que la obsesión del señor Borbon cambiara y así ella pudiera ser libre para irse conmigo —menciona mientras que lo examino de pies a cabeza. —¿En qué consistía ese plan? —En encontrar a una mujer lo suficientemente leal a ella o lo suficientemente tonta como para tener intimidad con él, sin que supiera lo ocurrido con tu hermana —hace una pausa, esperando que no haya dicho algo que pueda molestarme. —Continúa. —Después se tomarían pruebas de la infidelidad para mostrárselas al señor Baltasar y así él pudiera reclamarle a Félix Borbon para poder llevar a cabo ese divorcio —dijo con calma. Porque creo que en este punto ya sabes lo ambicioso que puede ser el señor Mercier. —Lo sé —confirmó—. Pero lo que sigo sin entender es
P.O.V. AdrianoEsta noche ha sido tan terrible y amarga. Creí haber encontrado de nuevo a una mujer que le interesaba que no me tuviera miedo; sin embargo, no es así. Mia, mi bella Mia, me ha traicionado. Tan solo pensar en eso hace que mi corazón duela. Una nueva herida se ha creado en ese corazón lleno de cicatrices; creo que estoy maldito, nunca encontraré a una mujer que me ame de verdad.Lo que más me duele es que no le podré cumplir lo que tanto desea mi madre antes de que muera porque, a pesar de que los doctores han intentado de todo, ella sigue empeorando y sé que su muerte será inevitable. Ella nunca verá a un nieto a menos que. —No, eso es imposible, él no puede —me digo a mí mismo. Dejó de estar atormentándome con eso hace años; no sabemos de él, quién sabe si siga vivo. Me levanto del sofá y camino por mi habitación que está completamente a oscuras, hasta llegar a la mesa de la esquina donde están mis bebidas alcohólicas. Destapo la botella de cristal, estoy por servirm