Farh se despertó sola en la cama, con una sonrisa pensando en los momentos románticos, buscó a Carlo por la habitación con la mirada, sin encontrarlo.Tomó su teléfono para llamarlo, en ese momento se dio cuenta de la hora, era muy tarde, lo más seguro era que Carlo se encontrará en su oficina trabajando.Encontró sobre una silla la ropa que el ama de llaves había llevado, suspiró profundamente, Carlo era un hombre detallista, pensaba en todo.Se metió bajó el agua cálida, mientras se bañaba, recordó como Carlo la lavaba, había convertido el baño en toda una cesión de tiernas caricias, ese hombre le agradaba.Después de arreglarse, salió a la oficina, ahí estaba Carlo sentado frente a su escritorio, rodeado de documentos, se detuvo a observarlo un momento, su marido era sumamente atractivo, tenía suerte de tenerlo, pudo notar una expresión helada en el rostro.Pensó que tal vez tenía demasiado trabajo, se acercó a él y lo saludó con un tierno beso en la mejilla, después se colocó detr
Miley entregó el teléfono a Farh para que viera aquella imagen publicada en las redes, la pobre chica empezó a llorar de inmediato.El chico que había tomado la foto de ella sentada llorando sobre la acera, los comentarios bajo la foto eran hirientes, algunos la atacaban., mientras que otros se burlaban.—No hagas caso de esto, amiga, sabes que hay personas que sacan todas sus frustraciones de vida al comentar en las redes.—No podré llevar una vida tranquila jamás, siempre seré señalada por lo sucedido.Miley la abrazó para que se sintiera reconfortada, poco después el teléfono empezó a sonar con insistencia.—Es mamá —dijo Farh al ver que era el número de Mía.Farh no quiso contestar, su madre se daría cuenta en su tono de voz de que algo estaba sucediendo, un mensaje llegó en ese momento.—Farh, ¿Qué ha sucedido? Salimos para allá en unos minutos, vamos camino al aeropuerto.—Mis padres vienen hacia acá, presiento que se formará un gran lío en cuanto se enteren de lo que ha sucedid
Horas más tarde, al llegar a Dubái, Basima recibió a su nieta en la entrada del palacio, su andar era cada vez más lento, con lágrimas en los ojos la saludó con un tierno beso.— As-salamu alaikum, hafida (nieta).—Wa-alaikum as-salam, jida (abuela).Farh sentía una profunda tristeza al saber que su vida sería entre esas cuatro paredes por mucho tiempo, no sabía si podría soportarlo, estaba acostumbrada a ser libre.De pequeña había escuchado una historia entre los pasillos del palacio, su abuelo había mantenido encerradas a sus hijas y a su primera esposa, eso hasta que ellas lograron escapar años después.Permanecieron ocultas, temerosas de escapar de la ciudad, aterradas de volver a caer en manos de su padre, así fue hasta que Ahmed logró rescatarlas, las envió a norteamérica, en donde ellas cortaron toda comunicación con su familia, pues pensaban que Ahmed podría arrepentirse y comportarse tal y como lo había hecho su padre.Su abuelo había quedado como todo un villano, las person
Ahmed salió molesto de la habitación de su hija, se arrepentía de haber aceptado criar a su hija de una manera tan libre, bajo sus costumbres no hubiera ocurrido todo lo sucedido.Mía no sabía qué hacer, se sentía culpable, tal vez como madre debería de haber aconsejado mejor a su hija, se quedó al lado de la chica hasta que se quedó profundamente dormida, después se fue a su habitación para hablar con su marido.—¿Qué haremos? No pensé que pasara esto —esperaba que Ahmed hubiera pensado en una solución que no hiciera sufrir a Fahriye.—¿Te ha dicho quién es el padre? —preguntó desesperado.—No le he preguntado, estaba muy alterada, se ha dormido, Amira se ha quedado con ella, tememos que cometa alguna tontería.—No permitiré más chantajes de parte de nuestra hija, es necesario que madure —se sentía molesto con él mismo por haber cedido ante los caprichos de su hija.—No puedes ser tan duro con ella, ha pasado por mucho, no lo soportaría.—Mía, debes de entender que ya no podemos ser
Mía y Farh esperaban ansiosas que el médico les dijera el tiempo real de embarazo.—Por lo que estoy viendo aquí, este pequeño tiene nueve semanas de gestación.Mía pudo respirar después de escuchar aquello, de los males el menos, Carlo era un hombre equivocado sobre lo que había sucedido en el pasado, cambio Abdel era malvado, había hecho todo premeditadamente.—¿No hay posibilidad alguna de error? Hace algunos meses me estuve sintiendo mal, mareos y náuseas, ya sabe, todo eso.—Tengo muchos años de experiencia, toda una vida, así que no, no hay posibilidad de que me equivoque, situaciones de estrés o miedo también pueden provocar esos síntomas, sí usted estuvo bajo mucha presión eso podría ser la causa de sus náuseas y mareos.El médico le indicó los cuidados que debía tener, le dio algunos suplementos que ayudarían al crecimiento del bebé, y las fechas de control médico.—Gracias doctor, estaremos aquí para el seguimiento —agradeció Mía, mientras Farh no pudo evitar llorar con prof
Carlo se encontraba reunido con su abogado, daba vueltas de un lado a otro de su oficina, por un momento se sintió decidido a pedir el divorcio, pero al ver aquella fotografía de Fahriye y su vientre crecido, tenía duda de si ese bebé era su hijo.—Se puede ordenar una prueba de ADN fetal, pero no la recomiendo por el avanzado estado del embarazo, es una prueba invasiva y conlleva cierto riesgo, en las dos maneras en las que se puede obtener la muestra, deberán introducir una aguja en la cavidad amniótica a través de las paredes abdominal y uterina de la madre, este líquido contiene células fetales a partir de las cuales se obtendrá ADN bebé.—No tiene caso poner en riesgo a ese niño, tendré que esperar al momento de su nacimiento.—¿Qué piensa hacer si ese pequeño resulta ser su hijo?—Lo traeré a mi lado, jamás permitiría que un hijo mío crezca lejos de mí.—El Jeque se opondrá, debe de ser consciente de eso.—No le tengo miedo.—Sabe que haré lo posible por ganar el caso si ese niñ
En Dubái era el último día del Eid, la familia Assad había pasado los tres días previos haciendo oraciones en casa, pero ese día Basima les pidió que fueran a orar a la mezquita.Ahmed no estaba de acuerdo, debido al avanzado embarazo de su hija, pero Basima logró convencerlo, así que todos acudieron a la mezquita.—Será lo mejor, hijo, por Alá debemos de cumplir cuando menos un día con la oración en la mezquita.Miley que acompañaba a todos lados a su amiga, se vistió tal y como la ocasión lo requería, las mujeres cubiertas de pies a cabeza, tomaron su lugar en la parte de atrás de la mezquita, mientras Ahmed, Mohamed y Zafir se colocaban al frente tal y como el protocolo lo requería.Después de orar, la costumbre durante el último día del Eid era salir por la ciudad a celebrar, tanto residentes como turistas lo hacían.La ciudad bullía con diversas actividades, representaciones de bailes tradicionales, música y espectáculos especiales se llevaban a cabo en todas sus principales zona
Fahriye no podía creer lo que estaba sucediendo, al ver la sonrisa sardónica del hombre frente a ella, sintió temor y a la vez furia.—Hola, preciosa, ¿Me extrañaste? —el hombre preguntó aún sonriendo.—Eres un imbécil, ¿Cómo pudiste? —Farh deseaba tener la fuerza suficiente para ponerlo en su lugar inmediatamente.Farh no pudo contener toda la ira reprimida, alzó su mano para dirigirla hacia la cara de aquel descarado para golpearlo, él tomó su brazo fuertemente para evitarlo.—No te equivoques Fahriye, pobre de ti si te atreves a golpearme, olvidaré que soy un caballero y podría hacerte daño —sentenció mientras la miraba fijamente, la sonrisa en su rostro se había borrado.—¿Un caballero? Después de lo que me hiciste, ja, ja, ja —Farh se rió irónicamente.—He entendido que mi venganza no es contra ti, tú no tuviste que ver en la muerte de mis padres.—Dejame ir, Abdel —suplicó, aunque sabía que no la dejaría ir tan fácilmente.—No lo haré, sé que podremos ser felices junto a nuestro