Cuando Ahmed se marchó, el ambiente en torno a la mesa se sentía tenso y cargado de emociones negativas, Fariyeh sollozaba inconsolablemente en brazos de su madre, mientras Mohamed miraba a su alrededor con confusión y tristeza, Cambell, por su parte, intentaba calmar la situación.—Tranquilos, chicos, todo estará bien, vamos a terminar de cenar tratemos de olvidar el mal rato, ¿De acuerdo? —dijo Cambell en un intento de mitigar la tensión.Aisha asintió, mientras intentaba contener las lágrimas. Kareem volteó a verla, se sentía molesto por la manera en la que Ahmed la había tratado, no quería intervenir en la pelea de la pareja, pero sabía que su amigo estaba actuando de manera incorrecta.Después de una cena incómoda en la que apenas se cruzaron palabras, Aisha decidió llevar a los niños a casa, Mohamed y Fariyeh seguían visiblemente afectados por el comportamiento de su padre.Cuando llegaron a casa, Aisha llevó a sus hijos a su habitación y los acostó, intentó consolar a Fariyeh,
Cambell habló con Thara para que pidiera a Mía que les permitiera llevar a sus hijos por un helado, así podrían pasar tiempo con su hijo.Mía aceptó enseguida, a sus hijos les serviría para distraerse, no tenía idea de lo que Campbell pensaba hacer, por la tarde, el rubio y su familia pasaron por los pequeños.—No te preocupes por ellos, amiga, sabes que estarán seguros con nosotros, además nanny vendrá, así me ayudará a cuidarlos.—Lo sé, amiga, está bien que nana vaya con ustedes, porque créeme, estos niñ*s tienen energía de sobra.Cambell pensó que tendría que ingeniárselas para tomar las muestras de cabello de los pequeños sin que la nana se diera cuenta, después de todo sí lo viera tomando mechones de cabello, podría comentarlo a Mía, y ella sabría de qué se trataba aquello de inmediato.No fue difícil que consiguiera las muestras, las colocó dentro de unas pequeñas bolsas que ya tenía preparadas con el nombre de cada uno de los niñ*s, si algo le sobraba al rubio era ingenio para
Ahmed se le quedó viendo fijamente a Mía, ella hizo el intentó de alejarse, pero él apretó aún más su brazo.—Me estás lastimando, suéltame ahora mismo.—Primero vas a escucharme, puedes hacer de tu vida lo que desees, pero después de nuestro divorcio, con este tipo de comportamiento me humillas.—Por lo visto eso es lo único que te importa, no estoy dispuesta a sacrificarme porque tu te sientas bien, en el pasado sacrifique demasiado para poder estar a tu lado, así que hazte a un lado que seguiré bailando.—Aisha, no me retes, mira que puedo ser muy despiadado. —Siseó el árabe, ni él mismo sabía si estaba molesto porque ella se comportara liberalmente, o porque la había visto disfrutar en compañía de Kareem.—¿Aisha? No Ahmed, Aisha quedó en el pasado, así como lo que hubo entre nosotros, así que desde ahora en adelante te dirigirás a mí como Mía, que es mi verdadero nombre.Ahmed soltó el brazo de la chica, Mía se alejó de inmediato seguida por la profunda mirada del árabe, él no po
Mía y Ahmed no se vieron en los días siguientes, el día de la reunión las cosas no habían salido muy bien entre ellos, después de que Kareem saliera de la sala de reuniones, Ahmed la increpó sobre su comportamiento.Mía se dio cuenta de que era realmente inútil discutir con él, ya era hora de que le pusiera las cosas claras, quería que le entregará lo más rápido posible los documentos del divorcio, ella los firmaría enseguida para que él no volviera a atravesarse en su camino, ni a meterse en sus decisiones.Ahmed se sentía desesperado, esa fuerte sensación dentro de su pecho no lo dejaba en paz ni un solo segundo.El día del evento de la compañía llegó rápidamente, una lujosa limusina en color negr* llegó al evento, el chofer abrió la puerta, enseguida descendió un atractivo hombre, las cámaras de los reporteros se volcaron hacia él, se veía elegante y distinguido enfundado en ese traje.El hombre volteó hacia los lados, después de ajustar su corbata, volteó hacia el interior de la l
Ahmed caminó rápidamente hasta alcanzar a Lyna, la pelirroja mujer estaba por subir a la limusina.—Lyna, espera, por favor. —El árabe la tomó por el brazo, ella lo retiró golpeándolo con su mano.—Te he contado todo lo que he sufrido por culpa de esa mujer, incluso tú mismo sufriste infinidad de veces sus engaños, y aun así vas tras ella como si fueras un borreguito, ¿Hasta cuando Ahmed? ¿Hasta cuándo nos permitirás ser felices?Ahmed se sintió avergonzado, no quería hacer sufrir a Lyna, pero no entendía qué es lo que pasaba en su interior, no podía borrar de su memoria ni un solo instante el rostro de mía.Subieron a la limusina en completo silencio, cada uno se concentró en el paisaje urbano, Lyna pensaba en la manera de hacer que Ahmed cediera a sus exigencias, y él pensaba en la manera de poder dejar de pensar en Mía.En el evento, Mía sentía el estómago revuelto, cuando vio a Ahmed ir tras Lyna, bebió su copa de un solo trago, sabía perfectamente que el alcohol no le iba, pero s
Ahmed esperaba a Lyna para desayunar en un restaurante cercano, minutos después de que él salió de la casa, ella lo llamó para pedirle disculpas por lo grosera que se había portado, y para demostrar que era sincera, le pidió que la esperara en ese lugar.El árabe ya se estaba desesperando al ver que Lyna no llegaba, llamó a su celular sin recibir respuesta, empezó a preocuparse, ¿Y si le había pasado algo?Estaba por salir del lugar para ir a buscarla, cuando su celular empezó a sonar con insistencia, al ver quién llamaba se dio cuenta de que era la secretaria de Mía.—¿Qué pasa? —Le extraño que le llamara.—Señor, la señora Lyna ha entrado por la fuerza a la oficina de la señora Mía. —¡Demonios! Voy hacia allá enseguida. —Se levantó y se dirigió hacia la salida.El árabe se apresuró a llegar al corporativo, afortunadamente estaba cerca de la cafetería, entró prácticamente corriendo en el edificio.Al interior de la oficina de Mía, las dos mujeres permanecían mirándose fijamente, Lyn
Ahmed se quedó en su auto durante varios minutos, tratando de procesar la información que acababa de leer. Sus hijos… los niñ*s que había rechazado y humillado junto con su madre, eran suyos, la culpa y el remordimiento lo invadieron, pero también la ira hacia Lyna. ¿Cómo pudo mentirle de esa manera?Finalmente, decidió que tenía que enfrentar a Lyna, necesitaba respuestas y ella era la única que podía dárselas, decidido arrancó su auto y se dirigió hacia su casa.Mientras tanto, en la oficina de Mía, intentaba concentrarse en el trabajo, pero no podía evitar recordar lo sucedido con Lyna, no podía creer la audacia de esa mujer, y la actitud de Ahmed solo empeoraba las cosas. Estaba cansada de todo esto, de las mentiras, de las peleas, de la constante tensión, necesitaba un respiro.En ese momento, su teléfono sonó, era su abogado, quien le informó que había recibido los documentos de divorcio de Ahmed, Mía suspiró, sintiendo un nudo en el estómago, aunque sabía que era lo mejor, no
Ahmed salió de la cafetería, llamó inmediatamente a Cambell, el rubio se encontraba en un bar cercano, el árabe se dirigió hacia allá, al llegar, buscó con la mirada a su amigo, lo encontró sentado en una mesa en el rincón más apartado del bar.—Vaya, amigo, veo que algo anda mal contigo. —Ahmed se sorprendió al ver que Cambell estaba bebiendo directo de una botella—El pasado ha regresado y me tiene atormentado.—¿El pasado? Pues sí tu pasado te atormenta como el mío, hoy beberemos hasta olvidar amigo.Al dejar de tomar el medicamento que le daba Lyna, el árabe había empezado a tener pequeños recuerdos, sobre todo ese día, mientras había estado hablando con Aisha, recordó lo mucho que le gustaba su sonrisa, la mayoría de sus recuerdos seguían perdidos, pero lo poco que había logrado recordar, le hizo entender que ella en realidad sí era muy importante en su vida.—Mía ha firmado el divorcio. —Dijo mientras suspiraba.—¿Y tú? ¿Lo has firmado?—Firme las copias que están en poder de Ly