Lo único a lo que papá se le explicó es que mi secuestro fue por nuestra posición social, que Aleksander pagó la cifra que pedían sin meter a la policía, todo ese teatro montado para no decir la verdad y dejarse ver cómo realmente es. Así me informó Jake durante el viaje, pero nunca que la mafia estaba involucrada y mucho menos por Aleksander. A estas alturas papá sigue sin saber lo que hace mi marido. —Ellos solo buscaban dinero —me encojo de hombros —. Una vez tuvieron lo que pedían, me dejaron ir. Ha sido una experiencia horrorosa, por ende no quisiera seguir hablando del tema. —De acuerdo —suspira.—¿Cómo está Tom? —averiguo. Ahora que vive con Dominic en un piso en Manhattan, cerca de Central Park, ella se encariñó mucho con el gatito que al final le permití que se lo quedara. —Hermoso, es una bola de nieves, gordito y tienes que ver cuando le acaricio su pancita. Le encanta que lo haga —comenta sacándome una sonrisa, se expresa del animalito como si fuera su pequeño hijo. Me
Me despierto con el sol en la cara. La arrugas de las sábanas a mi par señalan la ausencia de Aleksander, se ha marchado pronto. Ya no estoy segura si ha ido al trabajo o no. Es lunes. Me levanto con flojera, después de la acción de anoche sinceramente me siento un poco agotada. Casi a regañadientes me dirijo al baño y lavo mi cara, a continuación cepillo mis dientes y voy por esa ducha que tanto necesita mi cuerpo. El agua es un aliciente que acaba de despertar todos mis sentidos. Salgo envuelta en un albornoz. Doy un respingo al notar que mi padre está ahí al borde de la cama. —Papá…—Buen día, Lunita. ¿Cómo amaneces? Toqué pero no me respondiste, imaginé que estarías en el baño. Ya tu madre y yo nos vamos a casa. Te ha preparado tu desayuno favorito —explica levantándose, ya se va. —Oh, gracias, papá. Espero que me visiten pronto, y debo decirte algo —me aproximo un poco nada más. Sus ojos conectan conmigo. —¿Qué pasa, cariño? —Bueno… ¿Alek ya se ha ido? —curioseo primeramen
Aún no dejo de pensar en la conversación telefónica de papá. No me agrada que se presente en el funeral de un mafioso, de hecho él no sabe que lo es, eso es peor aún. ¿Qué puedo hacer? Creo que nada. ¡Maldición! No me concentro en nada. Ni siquiera con el silencio que hay en casa, solo estamos Matthew y yo. Afuera los guardaespaldas. Mientras él sigue viendo una de sus películas animadas favorita, aprovecho de hacer un bolso con todo lo que necesitaré. Sigo pensando en Aleksander, ¿sabrá que papá irá a ese funeral? No estoy segura de que mi padre se lo haya comentado. Si el resto de los hombres conoce a Gregg como mi padre, eso lo expone, porque estoy casada con el enemigo y causante del asesinato de Ferreti. ¡Dios santo! Debo impedir que vaya a ese sitio. La única forma es contárselo a Aleksander. Sí, eso es lo que haré. De inmediato tomo el teléfono y le marco, para mi fortuna él me atiende de forma rápida. —Alek, necesito decirte algo.—Espero que sea realmente importante, e
La hora dorada del día llega, nos encuentra a mi hermana y a mí haciendo el almuerzo. Al final quedamos en hacer el pastel luego, puesto que como imaginé, no tenía los ingredientes necesarios. Dominic vendrá con las cosas, y así comerá con nosotras. —¿Vas a trabajar la semana que viene? —habla mientras corta las zanahorias. Su desempeño es impecable, parece que se ha estado esforzando en la cocina. —No estoy segura, al menos no estaré físicamente, puedo manejar mis pendientes desde la portátil, pero si de pronto algo requiere de que esté en persona, entonces iré. —Claro, papá quiere que haga mis pasantías en la compañía, la verdad es que estoy dudando —torce los labios. Me quedo sorprendida. Porque yo estuve en la compañía desde joven, tanto como una aprendiz hasta se manera profesional. Que ella no quiera me deja descolocada. —¿Por qué? Si puedo saberlo…—No es nada malo, solo que tenía en mente otra empresa, quiero experimentar, ¿sabes? Sin tratos especiales solo por ser la hi
Bato la cabeza, pensar en lo ocurrido aquel día tiene doble impacto. No nos cuidamos anoche, no lo recuerdo, y hace días que he dejado de tomar la píldora. Me preocupa eso, y me pregunto en la posibilidad de quedar embarazada de nuevo, no podría ser justo en este momento, no es el adecuado. No me preocuparé por algo sin fundamentos. Voy al baño, me quedo prendada al nuevo diseño. Este combina un mosaico blanco con brillos iridiscente junto con algunos elementos y luces LED color amarillo. El ambiente recuerda a un paisaje invierno y un cobijo de madera que es calentado por las llamas del fuego de la chimenea que aparece junto a la bañera. Me sumerjo un rato en la bañera. En la aparente tranquilo que emana el corto momento, digo corto porque debo apresurarme y ver a Matthew que lo dejé en la habitación durmiendo. Pero puede despertarse en cualquier momento. A solas me sumo en el pasado, grato o no sigo echándole de menos, y todavía no han pasado ni veinticuatro horas desde que lo v
P.O.V AleksanderLe hago señas al barman, lo intimido con la mirada, aunque no sea mi intención, de solo verme se siente cohibido. Idiota. Tal vez ha visto a mi equipo de seguridad merodeando en la zona, lo que le da una idea de cuan importante soy. —Whiskey, dos copas —ordeno.—Sí señor —se va por lo que he pedido. Miro alrededor, es un club común, baile provocativo de mujeres sobre un tubo, la destreza con la que se mueven no me apantalla, tampoco me siento atraído sexualmente hacia alguna de ellas. Esa parte de mí ya no existe, Luna ha hecho eso, si supiera que estoy frecuentando un sitio como este moriría de celos, cosa que sería absurdo.Un hombre puede estar rodeado por la tentación, pero si tiene autocontrol, no se fecunda el pecado. Creo en eso. He bebido ya dos copas de alcohol y sigo sin ver a Santos, ha elegido él mismo el lugar, y tiene el descaro de aparecerse cuando le viene en gana. Trato de mantener la calma, de no permitir que el enfado absorba la escasa paciencia q
Puedo llegar hasta el elevador. Una vez dentro de la caja metálica marco el número. En el ascensor me bamboleo de un lado al otro, sigo inestable, eso es tan frustrante. Solo quiero llegar a la cama y echarme a dormir por horas. No es lo que pasa. De solo abrir la puerta y sentir el sosiego tan marcado que se convierte en una zona desértica y soledad interminable, entonces me cuestiono tantas cosas, ¿así voy a terminar? No saber la respuesta me inquieta, antes ya lo estaba y no me preocupaba. Pero ahora no solo soy yo, también está Luna y Matthew. En pocas palabras yo soy un peligro inminente para ellos. Camino sin afán desde la entrada principal hasta tomar el barandal de la escalera que me conduce a la segunda planta. Me detengo a mitad del pasillo, solo a mirar que hay una puerta que no quiero empujar, es la nuestra. No me agrada tener que volver a sentir la ausencia de la cama en su lado. La noche pasa voraz, lenta. Entonces me tiro ahí, sobre el suelo frío del pasillo y saco
La mañana es una completa mierda, me duele la cabeza, es una fuerte resaca que me apuñala con fiereza. Me muevo en la cama, a duras penas, haciendo un esfuerzo sobre humano logro ponerme en pie y caminar hasta el baño. Busco en el vanitory una píldora para este infernal dolor. Pero no encuentro una sola. Joder.Voy a la habitación de nuevo y todo me da vueltas. Quiero volver a tirarme sobre la cama y olvidarme del mundo. No pasa mucho cuando ya está alguien tocando la puerta de forma tan insistente que me agobia. —¿Quién toca? —suelto malhumorado.Siento que la cabeza me va a explotar. —Señor, es Fred. ¿Se encuentra bien? —pregunta al otro lado de la puerta. Por supuesto que no estoy bien, esta jodida resaca me está matando. Lo pienso mentalmente, no se lo digo, o creerá que estoy muriendo literalmente y no es así. —Fred, no hay de qué preocuparse, me estoy arreglando, en un momento salgo. —Como usted ordene, ¿necesita algo? —Sí, tráeme una pastilla para la resaca, algo que sur