Pov Milena
Las horas parecían eternas, nunca me resultaron tan largas y pesadas las clases. Pero ahí estaba, contando los minutos para poder irme de una buena vez. Quería estar en mí casa.
Fue agotador pero pero fin terminé todas mis clases, ahora solo necesitaba llegar a casa, comer y no hacer nada por el resto del día.
Pero entonces recordé que Selene quería hacer el trabajo hoy, por lo que era más que seguro que iríamos a casa, al menos que ella quiera quedarse en la biblioteca.
Me ponga nerviosa, de todas formas estaré sola con ella y no se que pueda pasar después de lo de hoy. Sé que no es mí culpa, pero me siento mal por lo que vio y también por cómo se dieron las cosas.
S
Seguramente tendría que haberme fijado en personas normales y no en un par de chicas que se odiaban a muerte y yo ni siquiera sabía cual de las dos me gustaba más. Lucrecia parecía divertida, ella tenía una enorme sonrisa en su rostro. Por supuesto que no sabía que Selene se encontraba del otro lado y mucho menos hablando con mis padres. Ella a pesar de ser mi amiga no solía venir a mi casa, no le gustaba por alguna razón y tampoco es que alguna vez la obligué. No entendía muchas cosas que ella solía hacer, pero tampoco podía juzgarla, no le gustaban los padres en general. —Hola —dice ella, acomodando su cabello— ¿Puedo hablar con vos? Se veía hermosa con su conjunto deportivo.
Bueno, él no dijo nada y supe que tampoco había manera de mentirle en algo como esto. Mí madre había escuchado todo y solo podía contarle la verdad y esperar sus palabras. —Solo es... una confusión en mi cabeza, nada más. Ella muerde su labio inferior y me mira, está muy pensativa para mí gusto, no tengo idea de que pase por su mente. —¿Entonces sales con esas chicas o te gustan ambas? —Me gusta Lucrecia y comencé a sentir cosas por Selene—dije luego de un largo suspiro mientras muerdo mí labio inferior. Me pone más nerviosa que ella esté analizando esto como una terapeuta a qué esté hablando de cualquier cosa. Ella me invita a acercarme a ella en el sillón y me mira.
—Dicen que salí con un montón de chicas y todas esas cosas. Jamás hice nada extraño y si salí con chicas, pero jamás pasó nada más. Estoy segura de que Lucrecia es la responsable de eso y lo peor es que no sé si Milena le cree o no. —Las personas pueden decir muchas cosas, pero si esa chica solo se molesta en conocerte una pequeña parte, va a darse cuenta de que cualquier cosa mala que digan de vos en esa escuela es una total mentira. Sé que es difícil no darle importancia a esas cosas, pero sabes muy bien lo que sos, no importa lo que los demás digan sobre alguien que ni siquiera conocen. —Lo sé, pero no me importan los demás. Solo me interesa lo que Milena piense sobre mi. No quiero que ella esté pensando cualquier cosa que no es cierta. —Hasta donde estás contando, ella no dijo n
Pov Amy. —Está bien, no me digas nada—Damián intenta tranquilizarse—. Vamos a ir a casa y necesito detalles de eso. Muerdo mi labio inferior y asiento, después de todo intento pensar la manera en la que debo contarle esto sin que intente ir a enfrentar a Lucrecia de nuevo. Damián se enteró de que hace unos meses atrás tuvimos una pelea y ella rompió mi labio, por lo que la detesta de por sí. Pero tampoco hay manera de saltearme a esta chica, parece ser la protagonista de mis dramas en el último tiempo. Mi primo estacionó en su casa y ambos notamos que mi tío aún no había llegado, por lo que significaba que probablemente no comería acá. La caja de la pizza que encargamos quedó en la mesa ratona de su habitación junto con la c
Ella aún estaba algo tímida, pero hablaba con nosotras mientras movía su pie derecho y me miraba, como si no se animara a decirme algo. —Bueno chicas, yo tengo que irme a mi próxima clase—Abi se levantó—. Traten de no hacer cosas locas en el patio, eh. Chau, Mariana. Ellas se saludaron con un beso en la mejilla y luego mi mejor amiga desapareció de nuestra vista. No tengo idea de cual es su plan estúpido, pero sé que algo tiene en mente esa mujer. —Perdón por eso, ella hace ese tipo de chistes—dije avergonzada —No te preocupes, ella me cae bien—sonrió Me queda mirando con los labio inferior atrapado entre sus dientes y necesito tomar aire, ella me está ma
¿Porqué quiero hacer esto? Aún no lo sé, pero siento que en cierta parte mí desgracia amorosa con Abigail tiene que ver con su mejor amiga, entonces ahora no quiero que ella sea feliz. Milena quizás si sea una mujer como para ella, pero no lo merece, no puede tener lo que quiere y quiero hacer algo al respecto. Comencé a caminar hacia el pasillo, esperando encontrar a Abi por ahí, rogando que ella no haya entrado a ninguna clase.Casi no había nadie, la verdad y lo agradecía porque no quería que nadie me viera hablando con ella, no soportaría la idea de que mi amigos piensen que le hablo después de que saben que ella me engañó con Selene. Fue difícil encontrarlo, no puedo negar eso, ella estaba en una de las bancas al final del pasillo del ala oeste, comiendo una fruta mientras m
Pov Amy. Bueno, era algo extraño para mi que alguien me acompañara al taller, nadie solía ir allí. Milena parecía contenta, por un momento creí que ella no querría estar en un lugar como esos, donde había grasa por todas partes y seguramente ella pueda ensuciarse su ropa de marca. Cuando todos comenzaron a volver a clases fue nuestra oportunidad para poder irnos, el estacionamiento no estaba tan lejos y no había ningún profesor a la vista. La realidad es que no solía escaparme siempre, generalmente asistía a clases y tenía muy buenas notas, pero hoy no me sentía muy bien para poder prestar atención. Ese fue uno de los motivos por el cual me quedé en el patio todo el día, solo pensando y mirando hacia el horizonte hasta que Marie apareció. Milena siguió mis pasos hasta que lleg
—¿Querés conocer un poco el lugar?—ella está entusiasmada por esto y puedo notarlo en sus ojos. —Me encantaría. Ella era tan linda sonriendo que no puedo negarme a nada cuando me lo propone de esa manera. Terminamos recorriendo el lugar, había venido una sola vez y apenas lo pude ver, pero ahora si que me parecía interesante. Era muy grande e incluso lo parecía más por los alrededores vacíos y dentro de todo podría decirse que estaba muy ordenado. Ella explicó por encima para lo que servían las máquinas y cómo ella ayudaba allí dentro. Y no tengo idea ni del tiempo, ni de la cantidad de mates que llevó esa charla, pero no me importó. —Tengo que terminar con esto, sino van a matarme—ella sonríe mientras deja el termo en su lugar. —No te preocupes por mi, disfruto ver lo que haces—le sonrío—. ¿Qué es lo que le falta? —Solo tengo que lavarlo y eso. Vendrán a buscarlo más tarde. —En eso quizás pueda ayudarte.