—¿Que mierda haces? —gruñe en cuanto la rubia la suelta-
—No puedo aguantar más con todo esto —la mira—. Dime que es lo que hice mal para que me ignores, por favor.
—Uhhhh Lucrecia, ya deja todo esto —suspira—. ¿Porqué simplemente no puedes entender de que no quiero nada?
—Hace unos días no decías lo mismo ¿O te olvidas de nuestros mensajes? —levanta una ceja
—No, no lo olvido. Pero ya no quiero esto, me cansé de jugar.
—Ahora te cansaste —dice riendo entre dientes—. Pensé que te gustaba como te cogía.
—No me importa estar con una chica que piensa como un cerdo. No puedo permitir más que hables de esa manera, es repugnante.
—¿Estás con alguien? —frunce el ceño.
—Uhhh basta de esto. Sigue con tu vida.
—Agustin me lo dijo, pero no quise creerle —murmura mientras da vueltas dentro del salón— ¿Es Alison? —Abi pone los ojos en blanco— ¡
Milena sonrió con ternura y se acercó su novia, tomándola por las mejillas para unir sus labios. Selene estaba intentando aceptar todo, incluso comenzó a psicóloga pero aún seguían dentro de ella ciertas inseguridades con respecto a su cuerpo. No era para nada fácil que las personas no supieran sobre eso y que pudieran juzgarla o mirarla mal. Agradecía el hecho de que Milena haya sido tan abierta para escucharla y comprenderlo, se sentía más cómoda con ella hablando sobre el tema.-Mi amor, me encantas -murmuró contra su boca-. Incluso quiero confesarte de que estoy un poco... curiosa.-¿Estás curiosa? -pregunta abrazando su cintura.-Si, lo estoy.-¿Quieres....verlo? -mordió su labio inferior nerviosa-Diría que en otro momento, ahora sería un desastre -Selene quitó su tensión y comenzó a reír-. No creo que sea una buena idea que Damian suba y lo vea.-Mierda, que vergüenza de solo
Ellos estuvieron trabajando allí por el resto del día, la verdad es que Damian se había equivocado con el tiempo, porque ahora que tenían dos pares de manos extra para ayudarlos, ya que Chris llegó unos minutos después, solo faltaban algunos pequeños detalles, quizás mañana eso estaría listo después de todo.A pesar del buen ambiente que se respiraba en esa casa, del otro lado del pueblo se escuchaban unos gritos desconcertantes, Lucrecia discutía con su padre y Sebastian no podía soportar más sus berrinches.-¡No puedes prohibirme que vengan mis amigos a casa! -grita con furia-¡Puedo hacerlo, Lucrecia! ¡Soy tu padre! -Sebastian la miraba con rabia- ¡Tus amigos no me gustan!-¿Porqué no te gustan?-Porque son unos vagos buenos para nada, viven haciendo pelotudeces. ¡No quiero que termines igual!-¡Ni siquiera los conoces!-¿Que no los conozco? -dijo riendo- ¿Agusti
La música comenzó a escucharse al poco tiempo, la casa no estaba llena de personas, pero sí había unos cuántos amigos suyos.Ulises, Agustin, Lucas, Roberto, Brandom, Simón, Luciano, Ramiro, Magalí, Gastón, Mariano, Lourdes, Antonella, celeste, Franco y Eugenio eran los que acompañaban a la dueña de la casa. Todos eran amigos de diferentes pueblos, todos ellos asistían a la secundaria, excepto por Brandom y Roberto, ellos eran dos años mayores. El alcohol, la marihuana no fueron una excepción de esa fiesta, incluso se atrevía a comenzar a tomar como unos sedientos desde las nueve de la noche. Lucrecia ni siquiera se preocupaba por esa mierda, mañana no tenía escuela y el jueves había sido una total porquería.Dos toques en la puerta provocaron que pusiera los ojos en blanco e inhalara el humo de su cigarro nuevamente, sabía perfectamente de quién se trataba. El único imbécil que podría estar molestando en busca de un cuerpo caliente era Ulises.<
La música comenzó a escucharse al poco tiempo, la casa no estaba llena de personas, pero sí había unos cuántos amigos suyos.Ulises, Agustin, Lucas, Roberto, Brandom, Simón, Luciano, Ramiro, Magalí, Gastón, Mariano, Lourdes, Antonella, celeste, Franco y Eugenio eran los que acompañaban a la dueña de la casa. Todos eran amigos de diferentes pueblos, todos ellos asistían a la secundaria, excepto por Brandom y Roberto, ellos eran dos años mayores. El alcohol, la marihuana no fueron una excepción de esa fiesta, incluso se atrevía a comenzar a tomar como unos sedientos desde las nueve de la noche. Lucrecia ni siquiera se preocupaba por esa m****a, mañana no tenía escuela y el jueves había sido una total porquería.Dos toques en la puerta provocaron que pusiera los ojos en blanco e inhalara el humo de su cigarro nuevamente, sabía perfectamente de quién se trataba. El único imbécil que podría estar molestando en busca de un cuerpo caliente era Ulises.<
No podía negar de que era una propuesta excelente. Antes de esperar a que los miradores vengan por ella, simplemente podría presentarse a ese club y comenzar su carrera de una vez. Todo hubiera sido perfecto si tan solo esperaban unos cuatro meses para hacerla. Ella no podía irse ahora, dejar a su familia, ni a su novia, ni dejar la escuela así como a sí.No es que no le alegrara la noticia, pero no era el momento. Principalmente porque irse a otro club implicaba tener que dejar el del pueblo y ellos contaban con ella, el torneo estaba a la vuelta de la esquina y ganarlo sería una muy buena oportunidad para toda la secundaria.Ella le prometió a Cristian pensarlo con calma, tenía una semana para decidir que hacer.-¿Porqué esa cara? ¿Mi papá te dijo algo malo? -pregunta Milena una vez que la encuentra a mitad del camino.-No, no. Él no dijo nada, solo estaba pensando una cosa -murmura intentando sonreír- ¿En
No podía negar de que era una propuesta excelente. Antes de esperar a que los miradores vengan por ella, simplemente podría presentarse a ese club y comenzar su carrera de una vez. Todo hubiera sido perfecto si tan solo esperaban unos cuatro meses para hacerla. Ella no podía irse ahora, dejar a su familia, ni a su novia, ni dejar la escuela así como a sí.No es que no le alegrara la noticia, pero no era el momento. Principalmente porque irse a otro club implicaba tener que dejar el del pueblo y ellos contaban con ella, el torneo estaba a la vuelta de la esquina y ganarlo sería una muy buena oportunidad para toda la secundaria.Ella le prometió a Cristian pensarlo con calma, tenía una semana para decidir que hacer.-¿Porqué esa cara? ¿Mi papá te dijo algo malo? -pregunta Milena una vez que la encuentra a mitad del camino.-No, no. Él no dijo nada, solo estaba pensando una cosa -murmura intentando sonreír- ¿En
-Que hacés acá? -murmura con rabia mientras la ve levantar la pierna y terminar de subirse a su ventana.-Necesito hablar.-No tenés derecho a subir a mi habitación -ella da un paso hacia atrás cuando Lucrecia la mira.-No querés escucharme y es lo único que encontré. Deja de estar rechazándome todo el tiempo.-¿Escuchás lo que decís? -ríe sin gracia-. Estás forzando una situación, subiendo a mi cuarto cuando jamás te di permiso y me obligas a hablar con vos cuando no quiero.-¿Qué más querés decir de mi? -Lucrecia aguanta el sollozo que quiere salir- ¡Hago lo que puedo!-No grites porque si mi papá se levanta será peor -le dice mirándola fijamente- ¿Qué mierda más querés hablar?-Quiero hablar sobre nosotras -ella se sienta en su cama y frota
-Que sorpresas que trae el torneo ¿No?El corazón de Damian comenzó a latir rápidamente, su frente sudaba y ni siquiera tenía el valor de girar su rostro para mirarlo. Él sabía perfectamente de quién se trataba, al igual que Chris, quién se quedó totalmente estática.-Acompáñenme los dos -murmura antes de abrazarlos más para comenzar a caminar con ambos hacia atrás de la gente.Damian maldecía en voz baja, él sabía que tendría que haberle dicho a su padre y no que se enterara de esa manera. Estaba al tanto de que la protegía mucho y aunque lo conociera de toda la vida, Chris seguía siendo su pequeña. Edgar le dio un dura palmada al chico antes de sacar sus brazos y girar sobre ambos para mirarlos de frente, con los brazos cruzados y una ceja levantada.-¿En serio Damián? -dice mirándolo a él-Lo siento, yo... nosotros... queríamos decirle.-Querer, querer... -dice una sonrisa-. ¿Cuándo?-En realidad...-Bueno, papá. Tampoco