La última vez que la vi a ella fue hace unos meses atrás, cuando visitó el pueblo por los carnavales de verano, pero hacía mucho tiempo que no viajaba hasta aquí. Incluso este era un pueblo mucho más pequeño que el nuestro, aquí era más rural y solo se contaba con 284 habitantes.
—Le dices a tu abuela que estás deprimida, que quieres pasar un tiempo con ella y si me entero que le dices algo con respecto a toda esta mierda, no dudaré en acabar con vls de una vez.
—Mamá va a buscarme —le digo sin mirarlo
—Tu madre ni siquiera sabe a donde mierda vive, toma unas pastillas de mierda que le hacen olvidar hasta el apellido —pone los ojos en blanco—. Al parecer no es la única que quiere olvidar toda la mierda que nos trajiste.
Tuerzo la boca cuando él lo menciona, no sabía si creerlo o no, pero de lo que si estaba segura es de que mi madre se comería el cuento de que he querido venir a lo de mi abuela por volunta
Pov TamaraEstaba muy nerviosa, dando vueltas por mi casa, no podía entender que mierda era lo que estaba pasando. Para ser sincera estuve toda la semana metida en mi escritorio porque tenía un examen muy difícil en dos semanas entonces no hice más que estudiar y quedarme allí.Intenté llamar y mandarle mensajes a Selene durante todos estos días. Al principio no me preocupé, porque ella a veces era muy distraída y no me respondía, pero al menos la veía por el pueblo o cuando iba a la casa de mis padres, pero ahora al no tener el tiempo de ir hasta allí, no sabía absolutamente nada de ella.—Tranquilízate bebé, le harás un agujero al suelo—dice Julián acercándose a mi.—Es que no puedo entender que esa niña ni siquiera responda un mensaje de mierda. Fui esta mañana a la casa de mamá pero no había nadie.—¿Porqué no hablas con tu Abi? ¿Con tu mamá?—No sé donde esté mi madre. De
—Pedazo de mierda, voy a terminar con vos si volves a tocarme.—Por favor, déjalo—el señor frunce el ceño cuando la escucha—. No tiene caso, está borracho.—Señora, no puede quedarse con él—insiste—No voy a quedarme con él, me iré a casa.—¿Donde vive? ¿Puedo llevarla?—Señor, discúlpeme, pero no lo conozco.—Mi nombre es José.Karen comienza a caminar hacia la cabaña, intentando tomar sus cosas rápidamente e irse de allí. José la quiso seguir para intentar convencerla de que se vaya con él, pero el imbécil de Carlos quería insistir una vez más en golpearlo, por lo que él tuvo que girarse para tomar su puño y tirarlo al suelo una vez más.—¿No te conformas con nada?—le da un puñetazo en la cara y lo gira rápidamente para ponerlo boca a bajo.José medía casi dos metros, era mucho más grande queCar
—¿Hay alguna posibilidad de que ellas se hayan ido a alguna parte?—pregunta Abi—Mamá me lo hubiese dicho, no creo que ella se vaya sin avisarme.—Entonces no entiendo que mierda está pasando. Me siento una idiota por no darme cuenta antes, pero como Selene a veces se encierra en su mundo, pensé que quizás ella lo había hecho de nuevo.—Si, también pensé lo mismo, pero esto no es habitual.—Deberíamos ir con Edgard, él tiene que ayudarnos.—Llamaré a Julián para que le diga, ahora tenemos que ir a la casa de mis padres, estoy segura de que encontraremos algo.Tamara decidió dar la vuelta e ir primero hacia la guardia, quizás estaba perdiendo el tiempo buscando en la casa de nuevo, por lo que estacionó fuera y bajó rápidamente al ver a una compañera de su madre saliendo del hospital.—¡Julia!—grita Tamara al ver a la mujer—Tamara ¿
Narrador omnisciente—¿Que pasa que estás con esa cara? —pregunta su padre mientras conduce—Nada, papá. Solo tengo un poco de sueño.—Pensé que ibas a decirle a Selene que nos acompañara. ¿Sus padres no la dejaron?—No, no la dejaron —respondo sin gracia—Tendría que haber llamado a su madre —ella hace una mueca—. Bueno, para la próxima.—Si, seguro —murmura MilenaSi ella no había tenido muy clara la idea de lo que había pasado y de porqué la chica había desaparecido como si nada, ¿Que se supone que le diría a sus padres?Trató de no pensar mucho en ello, aunque de vez en cuando revisaba su celular por si tenía alguna noticia.Unas horas después habían llegado a la casa de su abuela. Lo primero que hizo fue abrazarla y llenarla de besos, la última vez que la había visto fue hace un año, en las últimas vacaciones.
Nos quedamos en la misma posición por unos minutos, la abrazaba fuerte contra mi, no sé cómo lo hacía, pero calmaba todo el dolor que sentía adentro. Levanté mi rostro y la miré, pude notar que ella también había llorado, así que con mi pulgar limpié delicadamente los restos de lágrimas y me quedé mirando sus preciosos ojos.Su mirada bajó hasta mis labios y luego nuevamente en mis ojos. Ella sonrió y luego se acercó a mis labios, rozándolos con los suyos.—¿Tenes idea de las ganas que tengo de besarte? —susurró.Nuestras narices chocaron y uní nuestros labios en un beso desesperado, ella lo correspondió de la misma manera, su boca caliente jugaba con la mía y aún no podía entender cómo había hecho para no besarla durante todos estos días.Sus labios eran la perdición.Comenzamos a caminar hacia atrás sin separarnos, su espalda chocó contra una de las paredes de madera y jadeé al sentir
Nos quedamos en la misma posición por unos minutos, la abrazaba fuerte contra mi, no sé cómo lo hacía, pero calmaba todo el dolor que sentía adentro. Levanté mi rostro y la miré, pude notar que ella también había llorado, así que con mi pulgar limpié delicadamente los restos de lágrimas y me quedé mirando sus preciosos ojos.Su mirada bajó hasta mis labios y luego nuevamente en mis ojos. Ella sonrió y luego se acercó a mis labios, rozándolos con los suyos.—¿Tenes idea de las ganas que tengo de besarte? —susurró.Nuestras narices chocaron y uní nuestros labios en un beso desesperado, ella lo correspondió de la misma manera, su boca caliente jugaba con la mía y aún no podía entender cómo había hecho para no besarla durante todos estos días.Sus labios eran la perdición.Comenzamos a caminar hacia atrás sin separarnos, su espalda chocó contra una de las paredes de madera y jadeé
Era una locura pensar que ella estaba acá, hasta hace unos días pensé que no volvería a verla o que no querría hablarme más.—Gracias por invitarme, pero debo ir a almorzar—se disculpa la morena—. Me encantaría quedarme, pero ya sabes como es la abuela.—Si queres puedes venir en la tarde. Y tú Sel, limpia esa boca y lleva a esta hermosa niña a su casa, toma las llaves de mi camioneta—dice levantándose para buscarla al lado de la puerta principal—Muchas gracias por la limonada, estaba riquísima —le dice ella con una sonrisa—Me alegra que te haya gustado, puedo hacer más para ustedes si regresan—responde alegre—Lo haré. Supongo que nos veremos en la fiesta del pueblo.—No tengas dudas de eso—mi abuela se despidió de Milena con un beso en la mejilla, besó mi cabeza y volvió a la cocina.La acompaño hasta la camioneta que estaba
Narrador omniscienteElla no lo pudo aguantar, desde el momento en el que lo trató como él. Le dió un puñetazo en la nariz que lo dejó sangrando.—No vuelvas a dirigirle la palabra, hijo de puta. Arruinate la vida si querés, pero deja en paz a mis hijas.Ya no había vuelta atrás, ahora es cuando Carlos se da cuenta de que aquella mirada no se la había dado en toda su vida. Porque ellos podrían haber tenido malos tiempos, pero Karen jamás lo miró con tanto odio y desprecio como ahora.—Voy a buscar mis cosas y las de Sel. Por favor, espérame.—Hacelo tranquila —le dice Javier.Él de puso en alerta cuando Carlos se movió, pero al notar que solo se iba al sillón y se sentaba, se quedó observando.En e