Capítulo: Entre mentiras y fotografíasStephen recorría los pasillos del hospital, con una carpeta de análisis bajo el brazo, el rostro sombrío y el corazón cansado.Cada día era más evidente que algo no cerraba.Los exámenes de su madre parecían demasiado graves para lo bien que ella lucía a simple vista. Aunque Margaret se esforzaba en actuar débil frente a él, Stephen —cardiólogo al fin— comenzaba a notar las incongruencias.Pero la lealtad y el amor por su familia lo retenían.Ese día, después de una ronda rápida de control, Stephen fue al consultorio de la cardióloga que seguía el caso. La misma doctora que,la semana pasada, había entregado los análisis "críticos".Ella lo recibió con amabilidad forzada.—Doctor Jones —dijo, evitando su mirada—. Ya está todo lo que necesitaba su madre. Yo... voy a transferir el caso a otro colega.Stephen frunció el ceño.—¿Por qué?La mujer respiró hondo, como buscando fuerzas.—Problemas personales. Prefiero no involucrarme más.Su madre tien
Capítulo – Sombras en el Té El reloj marcaba las cinco en punto cuando Margaret anunció, como quien lanza una orden, que irían a tomar el té.Ya estaba en su casa hacia varios días . Edward, cansado pero siempre dispuesto a complacerla, aceptó de inmediato. Emily sonrió débilmente, aunque sus ojos grises seguían mostrando una sombra de preocupación. Stephen, como cada tarde desde hacía semanas, se dejó arrastrar por la inercia, la culpa y el amor filial. Lo que no esperaban era que, como siempre, Amalia apareciera. Vestida impecablemente, con un vestido claro y una sonrisa que se quería tímida, pero resultaba forzada, Amalia se sumó a la mesa del te como si hubiera sido invitada. Stephen apretó la mandíbula. No dijo nada. No era su estilo armar escenas innecesarias. Pero cuando vio cómo Amalia ocupaba el lugar junto a él, cómo su madre le lanzaba miradas cargadas de silencioso mandato, sintió una punzada de enojo helado. Pidieron té, pastelillos, y la conversación giró en torn
Capítulo – Corriendo hacia Vos Desde el mensaje de Emily,se sentía con una fuerza interna que la hacía vibrar. En cómo, incluso sin verlo, podía sentirlo. En cómo, incluso en la distancia, su alma sabía que lo estaba esperando. Y así, con el corazón latiendo entre nervios y amor, Joselín emprendió el viaje más importante de su vida. Un viaje que no solo la llevaría a cruzar un continente,sino también a cruzar todas las mentiras, todas las sombras, todos los miedos. Porque a veces, la fe es el primer paso hacia el verdadero final feliz. Y Joselín estaba lista para darlo todo por él. Lista para correr hacia él. Los papeles se desbordaban sobre su escritorio. Los exámenes venideros ,las fechas de entrega y las pruebas finales. Todo parecía aplastarla, arrastrarla lejos de su sueño. Pero había una sola cosa que brillaba, intensa y clara, en el centro de su mente que era llegar a Stephen. Ya no podía esperar más. La distancia dolía como una herida abierta, profunda. Saber q
Capítulo – La Cena de la TraiciónLa noche caía suave sobre Londres, tiñendo las calles de un gris melancólico.Dentro de la casa de los Jones, la atmósfera era otra tan densa, cargada de segundas intenciones y Secretos de Traición que habitaban en esas cuatro paredes .Margaret, impecable en su bata de satén, sonreía con una paz fingida mientras organizaba la cena "familiar".Charlotte y Amalia habían llegado temprano, trayendo consigo esa risa forzada que a Stephen siempre le resultaba sospechosa y hasta irritante.Stephen, agotado, apenas probó bocado.Su mente estaba en otra parte.En Alicante con su futura esposa Joselín Torres.En cuánto la extrañaba.Amalia, en cambio, se movía con nerviosa eficiencia, sirviendo copas de vino, acomodando platos, asegurándose de estar cerca de Stephen a cada instante.—Vamos, Stephen, relájate un poco —dijo, sonriendo—. Brindemos por la recuperación de tu madre .Stephen levantó la copa por educación, sin entusiasmo.Lo que no vio fue el pequeño
Capítulo – La Telaraña—Mandala —susurró Charlotte, con una sonrisa torcida en los labios.Amalia, sentada junto a ella en el pequeño salón privado de la casa de Charlotte, revisaba las fotos una por una en su celular, el brillo de la malicia iluminándole el rostro.—¿Cuál mando primero, mamá? —preguntó, divertida.Charlotte se inclinó, revisando por encima de su hombro.—Esa —señaló con una uña perfecta pintada de rojo—. La del café en el hospital. Donde Stephen está sonriendo, relajado. Que parezca que todo es tan... natural entre ustedes.Amalia sonrió.Tocó la imagen.En un segundo, la foto voló a través del WhatsApp, directo al número de Jocelyn.—Listo —dijo.—Ahora esta —continuó Charlotte, señalando otra.Era la foto de una de esas tardes de té en las que Amalia, como un parásito, se deslizaba siempre al lado de Stephen.La imagen captaba el instante exacto en el que Amalia le rozaba la mano sobre la mesa, una caricia robada que, congelada en fotografía, parecía íntima.—Perfe
Capítulo – Bajo la Lluvia de las Mentiras El avión aterrizó en Londres bajo un cielo plomizo, teñido de un gris sucio que parecía arrastrar consigo todas las miserias del mundo. Las gotas golpeaban las ventanillas con una insistencia apagada, como si el cielo también supiera que aquel no era un día cualquiera. No para ella.Joselín, en su asiento junto a la ventanilla, sostuvo el celular apagado contra su pecho, como si con eso pudiera proteger lo poco que quedaba de su corazón. Aferrarse a ese aparato era aferrarse a una versión de la realidad que ya no existía.Antes de despegar, creyó que todo se podía resolver con una conversación. Una charla honesta. Iba decidida a hablar con Stephen, a entender, a mirar a los ojos al hombre que tanto amaba y pedirle explicaciones. No pensaba mal. No quería pensar mal. Él la amaba, ¿verdad? Todo esto debía ser un malentendido, una confusión, algo explicable.Pero el destino, cruel y puntual, le tenía preparada una bofetada.El último mensaje que
Capítulo – El Beso que Rompió el CorazónLa mañana en la casa de los Jones parecía tranquila, casi irreal.Margaret desayunaba como una dama enferma, flanqueada por Edward —que apenas tocaba su café— y Emily, que los observaba con una desconfianza que ya no disimulaba.El ambiente estaba tan cargado de tensión, que podía cortarse con un cuchillo.Charlotte y Amalia no tardaron en aparecer, como dos sombras perfumadas. Entraron sin anunciarse, como si fueran dueñas del lugar.—¿Nos sirven un café? —preguntó Charlotte, con esa sonrisa arrogante que nunca lograba disfrazar del todo.Margaret las invitó a sentarse con un gesto elegante. Emily apenas disimuló su fastidio.Stephen bajó las escaleras minutos después.Al verla, su expresión se endureció.“Otra vez estas mujeres… No tienen vida,” pensó, mientras reprimía un suspiro de hartazgo.Se sentó junto a Emily y comenzó a servirse café, con movimientos tensos.—Emily… consígueme un boleto para Alicante —le dijo en voz baja—. Hoy mismo.
Capítulo – La Verdad EstallaLa mañana en la casa de los Jones parecía tranquila, pero la tensión en el aire era densa como una tormenta a punto de romperse.Margaret desayunaba lentamente, vestida con su bata de satén, flanqueada por Edward —que apenas probaba su café— y Emily, que la observaba con una mezcla de decepción y desconfianza.Todo se sentía artificial.Cuando Charlotte y Amalia cruzaron el umbral sin anunciarse, como si fueran las dueñas del lugar, Emily apenas pudo contener un gesto de fastidio.—¿Nos sirven un café? —preguntó Charlotte, con esa sonrisa altanera que la hacía imposible de soportar.Margaret les indicó que se sentaran. Como si todo estuviera bajo control.Pero no lo estaba.**Stephen bajó las escaleras con el ceño fruncido. Apenas había dormido, su cuerpo estaba agotado… pero su corazón estaba peor.Ver a Amalia nuevamente fue el último empujón. Ya no lo soportaba.Se sentó al lado de Emily con gesto cansado.—Consígueme un boleto para Alicante —murmuró—.