Epílogo: El Legado de la FamiliaLa casa que Ismael y Carolina compraron finalmente estaba lista. Un hogar lleno de vida, con un jardín donde sus hijos darían sus primeros pasos.El sol iluminaba el comedor mientras la familia se reunía para celebrar el regreso de los bebés a casa. Gloria, con los pequeños en brazos, les cantaba una nana mientras todos la observaban con ternura.Verónica miró a Emanuel y tomó su mano con suavidad.—La familia es lo más importante, Emanuel.Él asintió, con la mirada llena de orgullo y amor.—Sí. Y si algo aprendimos de esta historia, es que los secretos, sobre todo los que hieren, solo traen dolor. Hay que hablar, confiar. Porque cuando las cosas se ocultan, solo se alargan las heridas.Verónica le acarició el rostro con ternura.—Pero nosotros tuvimos suerte… encontramos mujeres que nos llenaron de felicidad.Él sonrió, besándola en la frente.—Y ahora tenemos el mejor final posible… nuestra familia.Mientras el atardecer cubría la casa con su luz dor
Capítulo Extra: La Boda de Laura y MatíasLa emoción en el aire era palpable desde temprano. La casa de Laura era un torbellino de risas, vestidos colgados por todos lados y maquillaje desparramado sobre cada superficie posible. Mientras las mujeres corrían de un lado a otro ultimando detalles, Laura estaba sentada en el centro de todo, con un vestido de satén blanco colgando de la percha y una copa de champagne en la mano.—¡No puedo creerlo! —exclamó, con una risa nerviosa—. ¡Me caso en unas horas y todavía no sé cómo caminar con esos zapatos de princesa!Verónica, que estaba a su lado, le lanzó una mirada divertida.—Podrías haber elegido unos más cómodos.—¡Pero son divinos! —protestó Laura—. Y además, si me tropiezo en el altar, al menos seré una novia dramática y memorable.Todas rieron, pero en el fondo sabían que Laura era capaz de cualquier travesura, incluso en su propio casamiento.A la tarde, la pareja se casó por civil en el juzgado de paz. Fue una ceremonia sencilla, rod
Capítulo Extra: Un Reencuentro InesperadoLa boda de Laura y Matías era un estallido de alegría. Las luces de la catedral brillaban con un resplandor cálido, la música llenaba el aire y el amor se sentía en cada rincón. Pero en medio de la celebración, entre las risas y los brindis, Gloria experimentó algo que jamás había esperado esa noche: el regreso de un pedazo de su infancia.Se encontraba en un rincón del salón, observando con ternura cómo la familia celebraba. Verónica y Emanuel bailaban juntos, Ismael abrazaba a Carolina mientras esta se reía de una de sus bromas, y los pequeños jugaban en el césped con sus vestidos de gala, sintiéndose como príncipes y princesas.—No cambias nada, Gloria Sáenz.El sonido de esa voz profunda y familiar la hizo girar con el corazón dando un vuelco.Frente a ella estaba Humberto Fernández, un hombre de 65 años, canoso, de rostro amable y con esos mismos ojos pícaros que recordaba de su niñez.Gloria parpadeó varias veces, sin poder creerlo.—¿Hu
Capítulo Extra: El Camino de Georgina y la Boda de sus SueñosGeorgina nunca imaginó que su vida tomaría un giro tan hermoso después de todo lo que había vivido. Después de tener a Agustín, su vida se centró en ser madre, pero en el fondo, había algo que aún quería cumplir: su carrera universitaria.Con el apoyo incondicional de Alberto, quien siempre estuvo a su lado, tomó la decisión de regresar a la universidad y terminar su licenciatura en contabilidad.—Te queda solo un año y medio, amor —le dijo él una noche, mientras veían a Agustín dormir—. Es ahora o nunca.Georgina lo miró con ojos brillantes, agradecida.—¿Y si no puedo con todo?—Sí que podés —respondió él, con seguridad—. Además, Agustín ya es más grande y podemos dejarlo en la guardería. No estás sola en esto.Ese apoyo fue clave para que ella se animara a volver a estudiar. La familia Ferreira la respaldó en todo momento. Emanuel, Verónica y Carolina se convirtieron en pilares fundamentales para ella, sobre todo Carolin
Capítulo: Promesas al Atardecer El sol se hundía lentamente en el horizonte, pintando el cielo de tonos naranjas, rosados y dorados. La brisa del mar era cálida y juguetona, enredándose en los cabellos sueltos de los invitados y meciendo las ligeras telas blancas de sus atuendos. Todo en aquella playa parecía haber sido diseñado por el destino para enmarcar el amor de Georgina y Alberto, quienes, con el corazón latiendo al mismo ritmo, estaban a punto de prometerse amor eterno. Georgina caminaba descalza sobre la arena tibia, dejando tras de sí huellas ligeras que el viento y el agua borrarían con el tiempo, pero que en aquel instante la anclaban al presente, a ese momento sagrado en el que su vida cambiaría para siempre. Su vestido era sencillo, etéreo, como si hubiese sido tejido con la espuma del mar. Sus ojos reflejaban la emoción de cada paso que daba hacia él. Hacia su amor. Alberto la esperaba al final del pasillo improvisado con conchas y pétalos blancos, vestido del mismo
Capítulo: Promesas y Verdades La oficina tenía un aire especial aquel día. No era solo la rutina habitual de llamadas, correos y reuniones; había una energía distinta en el ambiente, una anticipación casi palpable que se reflejaba en las sonrisas y en los pequeños detalles que pasaban desapercibidos para la mayoría, pero no para Verónica. Ella se giró en su asiento y encontró la mirada de Emanuel sobre ella. Aquel hombre que, años atrás, le había pedido que fuera su novia de mentira y que, sin darse cuenta, se convirtió en el amor de su vida. Su relación había pasado por altos y bajos, por secretos y verdades a medias, pero al final, habían aprendido. Hoy, su lema era claro: la verdad y nunca más secretos. —¿Estás nerviosa? —preguntó él en voz baja, apoyándose en el respaldo de su silla con esa sonrisa suya que aún lograba desarmarla. —Un poco —admitió ella, girando el bolígrafo entre sus dedos—. Es un gran día para Gloria y Humberto. Emanuel asintió. Sabía lo mucho que signi
Capítulo: Entre Negocios y DestinoEl avión despegó suavemente, dejando atrás la ciudad y las preocupaciones cotidianas. Verónica y Emanuel se miraron con complicidad, sus manos entrelazadas en un gesto silencioso de apoyo mutuo. Sabían que este viaje de negocios no sería demasiado largo y que Alice estaba en las mejores manos con su abuela. Esa tranquilidad les permitía enfocarse en lo que venía… aunque ninguno imaginaba que el destino aún tenía algunas sorpresas guardadas.La brisa cálida de la ciudad costera los recibió al aterrizar. El hotel en el que se hospedaban era elegante pero acogedor, con una vista privilegiada hacia el mar. Desde el balcón, Verónica suspiró mientras veía el horizonte teñirse de tonos anaranjados con el atardecer.—Este lugar es hermoso —murmuró, recargándose en la baranda.Emanuel, que la observaba desde la cama, sonrió con ternura y se levantó para rodearla con sus brazos.—Casi tanto como tú —susurró en su oído, haciéndola estremecer.Ella giró el rostr
Capítulo: Bendiciones y Nuevas VidasEl almuerzo en familia transcurría entre risas, anécdotas y brindis que llenaban el hogar de una calidez especial. El aroma de la comida casera flotaba en el aire, y el sol de la tarde iluminaba la mesa larga donde todos compartían, creando un ambiente de felicidad pura.Verónica observaba la escena con una sonrisa serena, disfrutando de la algarabía de su familia. Desde que Ismael y Carolina anunciaron que esperaban otro bebé, el ambiente se tornó aún más festivo. La emoción de ver crecer la familia se reflejaba en cada mirada cómplice, en cada gesto de amor que se intercambiaban.Laura y Matías se miraron en silencio, compartiendo un secreto que pronto dejaría de serlo. Él entrelazó sus dedos con los de ella debajo de la mesa, sintiendo la calidez de su piel, y le dedicó una sonrisa cómplice. Sabían que era el momento perfecto.Cuando el bullicio dio un respiro, Matías aclaró su garganta, llamando la atención de todos.—Nosotros también tenemos a