CarolNos fuimos en mi auto como era de esperarse, Ximena me iba contando sobre cómo se sentía al ser la novia oficial de Klaus, aunque según ella nunca se lo pidió directamente, pero vamos estamos en pleno 2040. Quién sigue usando la frase «¿Quieres ser mi novia?» Creo que estamos lo suficientemente grandecitos para eso.Igual me encantaba escucharla, verla con esa sonrisa, la manera en que le brillaban los ojos, hacía tiempo que no le veía así, en realidad, creo nunca había visto a mi mejor amiga enamorada, pero le sienta bien y mientras ambos se quieran nada más debe importar.—Pero en serio, es un encanto —suspiró —suficiente de mí, ya he hablado demasiado.—No, no para nada, sígueme contando, sabes que me encanta saber cómo te sientes.—Pero—Pero nada —la interrumpí —eres la clase de amiga que siempre está para los demás, también mereces que te escuchen.—Aww —se llevó una mano al pecho —eres tan linda cuando te lo propones —golpeé ligeramente su hombro.—¿Segura que quieres que
Carol Este lugar era impresionante sin mencionar que también era costo, solo vinos, cualquier otro tipo de licor, cerveza, todo de la mejor calidad, y tenía show en vivo, supongo que lo mejor fue en la tarde y este era un ambiente más tranquilo, se podían ver los instrumentos ahí, una banda estaba tocando, estaba compuesta solo por hombres y reconocí la canción de inmediato, muy adecuada para el bar. Horns, de Bryce Fox debería ser puesta en todos lados sin duda. Nos quedamos en la barra y pedimos algo de beber, me sorprendió la rapidez con la que nos atendieron. —Una buena bebida, pero nada comparado a lo que prepara Klaus. —¿No lo dirás solo porque eres su novia? —No me negarás que es bueno en lo que hace. —Sí, tienes razón, nadie prepara tragos tan buenos como él. Me sorprendía no conocer este lugar, en los ratos libres que teníamos mi amiga y yo cuando trabajamos en el restaurante, solíamos salir a despejarnos a algún bar, podría jurar que conocía todos los de la zona, per
Carol De manera inconsciente me pongo de pie frente a Ximena, siento la necesidad de protegerla, aunque asumiendo el lugar en donde me encuentro, no creo tener muchas posibilidades de defenderme. Gregor no es estúpido, sabe cómo jugar sus cartas, solo espero que no se olvide de que es parte de la MOH, tiene principios, códigos que debe seguir e incluso un ser tan retorcido como él sabe las consecuencias de romper esas reglas. —¿Cómo está Nick? Espero que el Yex no le haya hecho mucho daño, la última vez me dijeron que se veía —finge que está pensando, en una palabra—. Ah, sí, moribundo, el pobre estaba en agonía si no mal recuerdo. —¿Cómo están tus guardias? Espero haberlos asesinado de manera correcta, si fallé házmelo saber, te prometo que practicaré mi puntería contigo. Se escucha su risa en todo el lugar como si cada cosa que dijera para él fuera un chiste, pero sé que mis palabras le calan. —Dejaste mucha sangre en la carretera tengo que admitirlo, todo un desastre, seguro
Carol Es todo lo que se me viene a la mente cuando pienso en la mafia: Negocios, sangre, muerte, poder. No creo que aspiren a algo más y estoy metida hasta los huesos, pero estoy bien con ello, en serio lo estoy. Cuando llegamos a casa bajo rápido para ver cómo sigue Ximena, entramos a la casa, se ve más relajada, pero aún le duele algo. —Dime por favor que no bebiste el Yex. —¡¿Yex?! —preguntan los chicos al mismo tiempo. —Larga historia —le resto importancia a los detalles. Ella niega. —No bebí, tiraste mi copa ¿Recuerdas? Solo me siento cansada, he estado así últimamente, no te preocupes. —La semana pasada no dejabas de sudar y tenías escalofríos, creo que deberíamos ir al doctor. —Que estoy bien —insiste —pero si te consuela iré pronto, aprovecharé otros estudios que se realizará Santi y me aseguraré de no tener nada. —Bien —le doy un apretón a su mano. —Tenemos un regalo —anuncia Klaus, feliz. —¿Regalo? ¿Qué celebramos? —Vamos, cariño —tomo su mano para ponerme de pi
Nick Ayer tuve una de las mejores noches de mi vida, lo digo en serio. Es como si todas las cosas se hubieran puesto en su lugar para darme un momento de tranquilidad, para empezar Gregor sabe que si no actúa como la bestia que es no podrá ganas las elecciones y es una pena, porque no pienso dejar que tome lo que es mío. El liderazgo de la MOH debe estar bajo un Lancaster. Con Gregor al mando seguro que manda todo al carajo, podemos ganar, de hecho, vamos a ganar y cuando todo el poder sea mío me desharé de esa escoria, pero primero quiero divertirme un rato. Con la mafia ahora en Virginia y en Canadá, tenemos ojos en todas partes, algún idiota está tratando de tendernos una trampa y no sé cuáles sean sus motivos, cuando los descubra sí que la pasaré en grande. Y luego está Carol, juro que anoche se veía tan exquisita, tan perfecta, pude haber admirado durante más tiempo su cuerpo desnudo, pero sabía que mi autocontrol tenía un límite, necesitaba tocarlo con desesperación, tenía
NickA veces desearía poder acabar con Gregor yo mismo, no soporto tenerlo cerca y mucho menos cuando estoy con Carol, sé que tratará de usarla para lastimarme y eso es algo que no puedo permitir. Nadie le pondrá una mano encima.—Tranquilo —levanta las manos —vengo en son de paz. Me sorprende lo fácil que es ponerte alterado con tan solo molestar a Carol, nunca imaginé que fuera tan importante para ti —se acerca para susurras algo—. La verdad es que todo este tiempo pensé que solo era un trofeo más.—¿Seguirás hablando estupideces o dirás algo útil?—Entiendo porque Nick está tan fascinado contigo, Carol. Eres una mujer de carácter, hoy no se encuentra a alguien como tú, pero me pregunto qué te hará tan especial como para que Nick esté dispuesto a sacrificarlo todo.—¿Qué quieres, Gregor?—Hablar, viejo amigo.—¿Y crees que me importa una mierda lo que tengas que decir?—Cuanta hostilidad, creí que con el pasar de los años tu humor mejoraría. Tienes mucho trabajo por delante, Carol,
NickPor suerte la comisaria no queda tan lejos, así que no tardaremos mucho en llegar.—¿Cómo sigue tu chica?—Mal, no sé qué tiene, insiste en que está bien, pero es evidente que no lo está, iremos al doctor pasado mañana —responde un tanto preocupado.—¿Qué doctor?—El mejor descuida, Carlos Graves, tendremos que ir lejos, pero no será problema, espero no te importe que me ausente unas horas.—No, descuida, pero ¿No sería más fácil ir a la capital?Bridgen también tiene buenos doctores.—Ahí tenemos el hospital de Paul Turner, aunque también tiene otro hospital en Chicago, no sé en cuál esté en estos momentos, y también es de los mejores en todo Hover.—Lo platicaré con Ximena, dejaré que ella lo decida.—En serio te enamoraste, no lo puedo creer.Estoy feliz por él, con todo lo que ha pasado creo que necesitaba a alguien a su lado y, aunque en un principio no creí que Ximena fuera la mejor opción, veo que se complementan, ambos se necesitan y se merecen el uno al otro.—Yo tampoco
Nick Aún puedo notar lo tenso que está Klaus, no ha querido darse la vuelta quizá para no encontrarse con los cuerpos, toma las bolsas de Yex con cuidado y las saca de ahí. —Era necesario —hablo ayudándolo y saliendo de ahí. No me dice nada, permanece callado detrás de mí y creo que vuelve a respirar cuando subimos al auto, guardamos en un cofre especial el Yex, no queremos arriesgarnos a que restos de droga queden por el auto. Incluso eso en el aire podría causar nuestra muerte, habrá que ser precavidos. —Tal vez tenían familia —se atreve a hablar cuando nos alejamos del callejón —esposa, tal vez tenían hijos. —Viudas y huérfanos ahora ¿Crees que es nuestro problema? El que trate de evitar esta conversación me parece una clara respuesta, por desgracia está obligado a hacer esto, no hay alternativa. —No podemos ir por la vida matando a cualquiera que se nos ponga en el camino. —Nos deshacemos de los obstáculos, Klaus, todo aquel que no está con nosotros está en nuestra contra