Tomé mi bolso, los exámenes, que estaban dentro de un sobre de papel y me fui. Estaba lloviendo bien, pero mojado. Regresé y compré un paraguas.Cuando pasé la puerta de la acera, vi a Francis que venía a tirar la basura en la basura.- ¿Por qué madrugar tanto para tirar la basura, vecino? – me burlé.- ¿A donde vas?- ¿Adónde voy, “marido”? Buenos días a usted también. Sonrió sarcásticamente.Se quedó allí serio, esperando la respuesta.Abrí el paraguas y respondí:- Médico.- ¿El alergólogo?Asenti.- Lo elijo.- No es necesario Francisco. Tomaré el autobús, no hay problema. No quiero molestar.- No es molesto. Además, está lloviendo.- No soy azúcar.- Casi lo es, por la cantidad de azúcar que consume.- Francisco, no...Ya estaba corriendo hacia la casa. No tardó ni cinco minutos y ya estaba aparcado junto a mí. Abrí la puerta y lo miré con cariño.- Gracias, Francisco. Eres un amor.- Yo se. – dijo, mirando al frente y conduciendo.- Y no convencido. - Bromeé.- ¿Harás los exámen
- Puedo apostar que no. - él se rió.Francis abrió la puerta antes que el doctor Marcelus.Me iba cuando el médico me tomó del brazo, con delicadeza:- Tu madre me invitó al Spring Fling.- ¡Agradable! Apuesto a que al doctor le gustará.- Dijo que vas a postularte para el título de reina de la ciudad.Me reí:- Esto no es nada importante, doctor. Corro desde los 15 años y confieso que no es porque me guste... es porque ella quiere.- Supongo. - Él sonrió. – Michelle tiene una personalidad fuerte.- Sí... Y el doctor ya se dio cuenta en poco tiempo, ¿no?- Bueno, si crees que 5 años no es mucho... Sí.- Cierto... Al final, cinco años es tiempo suficiente para conocer a mi madre.- Me gustaría ir. Pero no conozco a nadie allí... Así que si pudieras hacerme compañía, sería muy feliz.Lo miré fijamente sin saber qué responder. Pero Francis respondió por mí:- Por supuesto que será un honor hacerle compañía, doctor.Miré a Francis y luego al médico, que esperaba mi respuesta:- ¡Claro, do
Irina abrió la puerta. Se sorprendió un poco al verme:-Virginia?- ¿Ya ha vuelto Francis? Quiero decir... ¡Hola, Irina! Francis ha vuelto de donde se fue?- No querida.Volví a mirar el reloj y suspiré resignado. Maldita sea, volvió a llevar a Dothy a la cama. Siendo que hace unos minutos estaba fingiendo sentir algo por mí. ¿Y por qué debería preocuparme por los sentimientos de Francis? Yo mismo había decidido que solo seríamos amigos y que era lo mejor para los dos. Entonces, no tenía derecho a exigirle nada... Ni siquiera a mí mismo. Aunque decidiera quedarme con él, este sería exactamente mi futuro: desconfianza, miedo, inseguridad. Porque Francisco no era un hombre fiel, ni de relaciones serias. De hecho, ninguno de nosotros lo era. Nunca tuvimos relaciones estables.- ¿Quizás entres un poco y esperes? - ella invitó.- No, tudo bien. Volveré y prepararé algo para el almuerzo.- No es lo mismo. Tengo el almuerzo listo y me acaba de llamar Maurício que hubo un imprevisto y no va a
Dormí sin que mi madre y Liam hubieran llegado a casa esa noche... Y en la certeza de que Francis dormía conmigo y lejos de mí. El jueves volví a la tienda con mi madre para probarme el vestido de nuevo. Para mi tranquilidad, pero no puedo decir felicidad, lo hizo. Perdí las medidas que había ganado, concentrándome en hacer ejercicio toda la semana y cuando comía en exceso, vomitaba de inmediato. Pero no lo consideré una molestia. Era solo una táctica para bajar de peso en unos días, aunque todavía no la había usado. El vestido era hermoso. Pero nada me emocionó. Me gustaba el baile, pero quería algún día poder disfrutarlo sin tener que estar en el escenario desfilando y siendo juzgado y solo poder disfrutar de las últimas canciones y bailes. El baile anual, además del concurso de belleza, tenía como objetivo recaudar fondos para proyectos sociales de primavera. Por ello, siempre fue frecuentado por alcaldes y políticos de las ciudades vecinas. El año anterior, Andrew y Henry Cheval
Podría haber ignorado lo que vi y haberme marchado. Pero era más fuerte que yo. Levanté el pesado vestido con las manos y lo seguí, todavía descalza, deteniéndome frente a él, que me miraba sorprendido:- ¿Sierra?- ¿Qué carajo haces aquí? Casi grité.- Esta es mi colega de la universidad, Tereza. – presentó a la mujer, que ni siquiera tenía la capacidad de levantarse de su regazo.- Hola... - dije, apenas mirándola a la cara, volviendo mis ojos hacia él.- ¿Sierra? Es un placer conocerlo. Fran habla mucho de ti.- ¿Fran? Lo miré con incredulidad. – ¿Por qué no estabas en el baile?- Pasé por ahí... - Se quitó a la niña de su regazo. - Pero... Teresa lo encontró aburrido.La miré. Teresa era más alta que yo. No es un cuerpo delgado y curvilíneo. Ojos grandes y oscuros. Su cabello era negro y por la noche hasta se veía azulado. Eran extremadamente rectos y ella tenía flequillo largo. Un piercing en forma de aro adornaba su nariz y otro en su frente. Sus ojos estaban bien delineados en
- Mamá, no puedes acusar a la niña así."Vi…" suplicó. “Y exijo que a esta chica se le quite la faja y la corona. El título de Reina de la Primavera no le pertenece.Al mismo tiempo, el alcalde llamó a la policía y advirtió que probablemente Tamires había robado el dinero del balón.Tan pronto como salimos de la casa, dije, todavía estancada:- Mamá... Dime que estás segura de lo que hablas.- Tener. – confirmó ella.- Dime que no estás haciendo todo esto por la maldita corona y la faja de reina que no me importan.- Si no te importa a ti, me importa a mí.Siguió caminando rápidamente y yo la seguí:- Es sólo un título... Nada más. Gana una pequeña cantidad de dinero que no resuelve la vida de nadie. - reclamé.- Ganarás hasta el final...- Mamá, no me importa. Ya tengo guardadas cinco coronas y fajas. Puedo darte todo. Simplemente no arruines la vida de la pobre chica. Ella solo tiene 15 años.- ¿Crees que mentiría sobre algo tan serio, Virginia? ¿Es eso lo que piensas de tu madre? -
- Mamá, no quiero pensar que pudiste hacerle daño a la pobre niña por esta corona.- ¿Volverá a este tema? Trátame como si fuera un criminal.- No es un delincuente. Yo te amo madre. Pero me siento sofocado. Entré a la casa y ella me siguió.- ¿Asfixiado? Después de todo lo que he pasado contigo...- No empieces con tu discurso ridículo y repetitivo.Liam nos miró y se detuvo en las escaleras. Me parece que pensó en decir algo, pero se dio por vencido. Subió las escaleras y escuché que la puerta de su dormitorio se cerraba.- ¿Discurso ridículo? ¿Es así como me tratas?- Todo lo que has hecho por mí cobra a lo largo de mi vida. Mamá, tengo 21 años y hasta ahora solo he hecho lo que querías. Por favor... Déjame vivir mi vida... - No pude contener las lágrimas, que comenzaron a fluir.- ¿Llorar? ¿Quieres misericordia ahora? – se burló ella.- ¿Cómo puedes ser tan cruel? Mi padre se ha ido, yo me voy... Y Liam también se va. Y nos extrañarás. Porque nadie es feliz solo, ¿sabes?"Sí…" se
- ¿Te acuerdas de mi amiga Teresa?- No... "Yo" soy tu amigo, Francis. Teresa es una “oferta” tuya. - Yo corregí.- Lo que sea, maldita sea.- ¿Qué tiene ella?- Ella me propuso... Bueno, trío.Me senté en el banco, asombrado, mirándolo fijamente:- Y... ¿Qué tengo que ver yo con eso?- Siempre he querido hacer esto.- ¿Le preguntaste eso?- No... Ella me propuso matrimonio. - Él sonrió. – ¿No es eso magnífico?- ¿Y la propuesta eras tú, ella y otro hombre? ¿O tú, ella y otra mujer?- En realidad, pensamos en "tú", yo y ella.- ¿Qué? Casi grité.- Vamos, Vi. Haz eso por mí.- No voy a tener sexo contigo... Mucho menos con tu loco bisexual "amigo". Me gustan los hombres, Francisco.- Y yo de mujeres.- Así que vamos tú, yo y Marcelus. - Yo propuse.- Está bien, podemos pensar en esta posibilidad más tarde.- Estoy jodidamente bromeando. Ser sarcástico, irónico. Mierda... ¿Cómo puedes ser tan tonto?- Oye, no quise ofenderte. Esto es algo... Bueno, un deseo sexual de muchos años...- ¿F