- Yo no puedo hacer eso. Yo no maté a Irina y lo sabes. ¿Por qué la mataría si me quedé con Maurício por más de veinte años sin que ella lo supiera? ¿Y quién recuerda a esa chica del desfile?- Me acuerdo.- Virginia... Necesito devolver el dinero... O estoy jodido.Miré mi cara en el espejo retrovisor del auto. Entonces vi el cielo a través del cristal, con una luna menguante perfecta, como un cuadro enmarcado. Nunca he visto una estrella fugaz... Pero seguro que en ese momento mi sueño se estaba haciendo realidad. Se trataba de mi madre sufriendo por algo y pagando por lo que hizo. Eso me hizo mucho bien. ¿Debería culparme a mí misma por su dolor, siendo mi propia madre? No sé... Pero no sentí nada... Sin culpa. Me sentí inmensamente bien en ese momento.- Véndeme la casa. – le pregunté, sabiendo que eso era lo que más valoraba en la vida.- ¿Y dónde vivo?- En la calle... En la orilla del lago, en la pérgola de la plaza... No me importa.- Eres un desalmado. Ella colgó el teléfono.
El anhelo que tenía por su boca no terminó con ese beso, en medio del salón, en el Baile de Primavera. Necesitaba muchos más besos así. Y su lengua demandó la mía y sus labios consumieron los míos mientras sus brazos me presionaban contra su cuerpo caliente. He esperado tanto por ese momento... su olor, su sabor, su piel sobre la mía.Nos soltamos cuando no había más aire en nuestros pulmones. Limpié su boca manchada de lápiz labial con mis dedos, esparciendo más y más del rojo brillante alrededor de sus labios.- No te preocupes por eso. - el dice.Lo miré a los ojos y lo apreté contra mí, apoyando mi cabeza en su hombro.- ¿Podemos quedarnos aquí para siempre? Pregunté, con los ojos cerrados.- Si seguimos el ritmo de la música, creo que sí. - Acarició mi espalda y aspiró el aroma de mi cabello, besándolo después.Empecé a reír mientras lo sacaba de la mano de la vía. Regresamos a la barra. No quería sentarme en una de las mesas.- ¿Por qué no fuiste a mi graduación?- Era. - Confes
Fuimos a la pérgola y allí estaba la familiar figura del abogado esperándonos. Nos saludamos, hablamos de cosas sin importancia y firmamos los documentos.Se fue y solo estábamos Francis y yo allí. Nos miramos durante un rato. No sé qué pasaba por su cabeza, pero en la mía era como una película que solo nos tenía a nosotros dos como protagonistas, en varias etapas de nuestra vida, ahí, en ese lugar.- Yo... pensé en quedarme en tu... casa. Quiero decir, en tu antigua casa. Quería encontrar los videos que Irina dijo que tenía... Sobre el baile y... Nosotros dos. Si no te importa... Sé que la casa ha estado cerrada durante mucho tiempo, pero a mí me parece bien. Segundo regreso a mi casa.- En realidad, hice limpiar la casa. Por casualidad vine para quedarme hasta mañana, créeme. Empezó a reír.Lo miré, sin saber si realmente tenía la misma idea que yo.- ¿Quieres que crea eso? Arqueé una ceja, sonriendo juguetonamente.- Bueno, mi ropa está en mi antiguo cuarto. Así que tengo prueba de
- Esto solo puede ser una pesadilla. Dije, sin contenerme.- Necesitamos conversar. dijo mi madre. – Y es serio.- No tenemos nada de qué hablar. – dijo Francisco serio.- Hijo... Por favor. Solo una conversación. – insistió Mauricio.- No me llames hijo. Dejaste de ser mi padre en el momento en que lastimaste a mi madre y la traicionaste para toda la vida.- Francis, las cosas no son como crees...- ¿Y cómo están? - le preguntó. – Dime cómo son las cosas.- Tenemos que hablar... Y lo sabes. Miró a los ojos de su hijo.- Francis, escuchemos lo que tienen que decir. Tomé su mano.Sí, quería escuchar cuáles serían las excusas. O lo que tuvieran que decir. Me preguntaba qué dirían o preguntarían.Francis dio un paso atrás, permitiéndoles pasar por la puerta. Seguimos con las manos juntas. Los dedos se tocaban con cierta fuerza, como si no pudiéramos soltarlos porque eran peligrosos.Michelle se quedó mirando nuestras manos y sonrió sarcásticamente. No entiendo por qué, pero siempre vi ir
- ¡Yo no maté a Irina! grité, saltando sobre ella.Francis y Maurício se pusieron de pie, interviniendo mientras yo intentaba agredir físicamente a mi propia madre. ¡Hasta dónde ha llegado nuestra relación, Dios mío! La odiaba tanto... Quería lastimarla... Hacerla pagar por todo lo que hizo mal a las personas que la rodeaban.Francis me giró hacia él y me miró, mientras tomaba mis brazos con fuerza:- Vi... Termine... Por favor.- Yo no maté a Irina... - Me temblaban los labios. - Tienes que creerme...- Finalizar. - él gritó.Tragué saliva y continué, arriesgando todo lo que tenía:- Bajé mientras intentaban impedir que saliera por la puerta... Logré deshacerme de ella, que me sujetaba... - Miré a Michelle. - Y corrí a tu casa. Cuando llegué… – la escena parecía estar ocurriendo en ese momento, tan vívida que aún estaba en mi mente. "Estaba tirada en el suelo, al lado de las escaleras... Justo aquí..." Señalé. - Entonces... no tuve tiempo de decir la verdad. Era demasiado tarde... Pa
- Me gustó mucho la tienda. Me encantó el pasillo libre... Los estantes están bien construidos y combinan con el ambiente. No me gustó el candelabro... – Fui honesto. – Va en contra de todo. Pondría mejor iluminación en la parte de la caja también, pero integrada en el techo. La fachada exterior me pareció muy sencilla... No hay nada que llame la atención. Y el letrero de la tienda es anticuado... y vulgar.Ella solo me miró fijamente, sin decir nada. Pensé que estabas furioso. Fue entonces cuando ella sonrió ampliamente:- Me encantaron tus comentarios, Virginia.- Gracias.- Pero ya no voy a invertir en la tienda. Quiero un nuevo espacio. Pero todavía en primavera. Me gusta estar aquí... Y mis ventas son las esperadas. La gente ya no ha importado por su cuenta... Terminan viniendo aquí a buscar sus perfumes favoritos.- No necesitas un espacio tan grande como este. Un lugar más pequeño sería más acogedor.- Y... ¿Podrías hacer todo el proyecto por mí? ¿Externo e interno? Desde los c
- No, Francisco. Dom nunca lo reemplazó. De hecho, nunca quiso. Somos seres humanos... Y completamente imperfectos. Hice muchas cosas mal. Sé cuánto lo lastimé... Y me dolió. Pero me he culpado mucho por mi actitud en el pasado. Y yo también me perdoné. Me involucré con Dom hace un tiempo... tal como tú te involucraste con la rubia en el baile... y el otro que contestó el intercomunicador de tu apartamento una semana después. Aparte de los que no conocía, ¿verdad? Porque estoy seguro de que había muchos. Pero en mi caso, era solo él. Pero amor... nunca se la he dedicado a nadie más que a ti. – Logré decir todo lo que pensaba.Francis me miró fijamente durante un rato y pareció un poco más relajado.- Voy a cenar contigo... ¡Amigo! - Él sonrió.lo abracé:- Gracias. Es importante para mí... Tu presencia es muy importante.Salimos del espacio donde se llevó a cabo la ceremonia de graduación de la universidad. Encontré a Katrina llegando con su esposo. Estaban vestidos elegantemente y so
- Padrino? - Francis los miró sorprendido. – Yo… me siento halagado por la invitación. Y yo estaré allí, sí.- Padrino... Con Vi. Andrea me miró. - Queremos que seas la madrina de nuestra boda... Amiga.La abracé fuerte:- Yo... no puedo creer que mi hermanito se vaya a casar... - Negué con la cabeza, emocionada.- Entonces, ¿tendré que encontrar a esta mujer antes del baile de primavera? - Francis me miró, divertido.- No puedo ir, si lo prefieres. Lo miré seriamente.- Te buscaría... En el quinto de los infiernos, diablillo. - El me miró.- En dos meses... Tienes una cita. - Andrea sonrió.- Bueno, me gustaría quedarme más tiempo... Pero me tengo que ir. Perdón. - Dijo, despidiéndose de todos.Fui con él al coche.- ¿Viniste... a despedirte lejos de los demás? – preguntó en mi oído, haciéndome temblar solo con su cálido aliento en mi cuello.- No... vine a buscar mi canasta. ¿Por qué crees que no comí postre? Devoraré los algodones enteros... Mientras veo nuestra serie favorita junt