A Tania la encerraron en un cuarto de contención y registraron su habitación. Encontraron los frascos de brebaje que había ocultado y se los quitaron a todos, así como a sus privilegios.La pasaron al área común, donde debía compartir dormitorio con otras tres chicas.Aquellos cuartos parecían celdas, no tenían ventanas sino una rendija de ventilación. El baño era diminuto y su ropa debía tenerla sobre una mesa. No contaban con estantes ni cajoneras de ningún tipo.Aunque no la acusaron como la causante de aquel caos, sospechaban de ella y la mantenían vigilada.Lo que para muchos hubiese sido un castigo cruel y despiadado, para ella resultó un alivio. Ya no la tenían aislada, sino mezclada con el resto.La gente que la rodeaba ya no la veía con recelo y burla, ahora la mayoría mostraba confianza en ella y la trataban como una heroína por haberlos salvado con ayuda de los brebajes.El odio generalizado lo dirigían hacia los especialistas y el personal de salud y vigilancia, quienes se
Carlos salió del comedor hacia el patio común, seguido por Lucas. Tania enseguida se puso de pie y corrió para seguirlos, sin despedirse de nadie y sin dar explicaciones, pero dos guardias la detuvieron.Sin embargo, alguien les habló por los intercomunicadores que ya tenía puestos en las orejas dándoles instrucciones, así que decidieron darle paso.Ella se extrañó un instante por esa acción y miró hacia las cámaras de seguridad. Imaginó que al otro lado se hallaba su padre, vigilándola como siempre y propiciando momentos de tensión que la pusieran en riesgo.No quiso tardar mucho tiempo reflexionando sobre las acciones del hombre, solo aprovechó que tenía la vía franca y siguió su carrera hasta el patio común.Se fijó que Carlos y Lucas se dirigían a paso apresurado hacia el sector de castigos, así que corrió con mayor velocidad para alcanzarlos.—¡Lucas! —gritó, sin poder evitar que la emoción le atara un nudo en el pecho y humedeciera sus ojos con lágrimas de alegría.Él volteó, pe
Al despertar, aún se encontraba en el suelo del cuarto donde apilaban a los cadáveres. Estaba desnuda y sin ningún tipo de dolor físico, pero el sufrimiento que experimentaba en su alma la tenía derrotada.Pasó horas acostada boca arriba, con la mirada fija en el techo y las lágrimas corriéndole copiosas por las sienes.Comenzaba a cansarse de ser siempre la perdedora, a la que manipulaban y le arrancaban sin clemencia partes de sí.La que debía donar cada gota de su sangre sin oponer resistencia, porque decían que no le pertenecía, así como su propia vida.Se hartó de que la tuvieran contra la espada y la pared, siguiendo normas y respetando límites que otros imponían solo porque le temían.Consideró que era hora de darle un giro a aquella historia, de poner el destino de su parte y de asumir el liderazgo por el que había nacido.Era una hembra alfa, la guardiana de su propia existencia.Sin apoyarse del suelo se sentó y permaneció un instante allí, recuperando la cadencia de su resp
Los instintos de Tania estaban tan afilados que ella logró detener el puño de Lucas antes de que este se estrellara contra su cara. Luego lo empujó, utilizando su fuerza descomunal y haciendo que él volara por los aires y se estrellara contra la pared del otro lado de la habitación, cuarteando el concreto.Varios soldados se lanzaron sobre ella para atacarla, pero Tania los neutralizó estirando las manos hacia ellos con las palmas abiertas, así los golpeaba con su fuerza mental.Caminó en dirección a Lucas, solo él le importaba en ese momento.El hombre se puso de pie, algo perturbado por el golpe, pero, apenas se recuperó y la vio, su enfado cegó su visión y rugió amenazante antes de correr en su dirección.Tania con facilidad lo detuvo y se aferró a su torso para alzarlo y luego golpear su espalda contra el suelo. Lucas gritó por el dolor, pero ella no le dio oportunidad a recuperarse.Enseguida se sentó sobre él, a horcajadas, y apresó sus brazos con una mano mientras con la otra s
El grupo que había escapado por la carretera fue recogido por los militares que custodiaban la zona y llevados a galpones de seguridad, donde registraron sus datos y escucharon las historias de lo sucedido.Tania y Lucas se encontraban entre ellos. A ambos les daban los primeros auxilios.Algunos de los sobrevivientes llegaron a toparse con turistas o camioneros y fueron trasladados a poblados donde se pusieron en contacto con la policía local o con la prensa.Los hechos corrieron con rapidez en las redes sociales, levantando una intensa movilización hacia el lugar. No solo de militares y policías, sino también, de curiosos y periodistas.Mientras Tania recuperaba el aliento, a la espera de que Lucas despertara, esa parte de la selva venezolana, que antes era tranquila y silenciosa, ahora parecía un caldero en ebullición.Helicópteros de las fuerzas armadas del país sobrevolaban los cielos, grupos oficiales armados custodiaban cada una de las entradas y salidas de la región, el ejérci
Con mucha dificultad, Guerra logró sacar a Tania, a Lucas y a varios de sus compañeros del cuartel militar. Los oficiales no querían dejarla salir hasta no verificar las historias que los sobrevivientes a la catástrofe les habían relatado.Lo ayudó la intervención de un diplomático de gran peso político en la región, que medió frente a los generales y coroneles que se negaban al traslado.Los llevó en helicóptero a una finca propiedad de un amigo en el estado Miranda, muy cerca de Caracas. Allí comenzó las gestiones para sacarla del país, pero aquello pintaba imposible.Muchos poderosos, que habían escuchado sobre las últimas acciones llevadas a cabo por Tania y sobre los estudios que realizaban SupraCorp, comenzaron a interesarse en el tema.Les parecía muy atractivo como para dejarlo ir.Mientras el hombre movía todos sus contactos, los chicos procuraban recuperarse del trauma vivido.Tania, luego de darse una larga ducha, entró a la habitación que compartía con Vicky para cambiarse
Mientras el doctor Guerra y sus enfermeras le hacían una revisión a Lucas, Tania se mantenía muy quieta, apartada de ellos solo por algunos metros.Los veía ceñuda, desde la distancia, con la parte baja de la espalda recostada de una camilla y los brazos cruzados. Sacudía una de sus piernas con nerviosismo.El miedo y la preocupación la invadían y no podía evitar sentirse culpable. Estaba convencida de que la falta de memoria de Lucas era producto del veneno que ella lo había obligado a tomar en el laboratorio, para contrarrestar el impuesto por la gente de SupraCorp, que lo volvía un hombre/bestia.El que ella le facilitó era un brebaje fabricado con su sangre, mucho más potente que los anteriores, porque hasta tenía una apariencia diferente.El doctor Guerra le explicó que pudo haber sido preparado con el doble de la dosis recomendada de su sangre. Eso lo volvía más efectivo, pero también, más letal.¿Qué otras partes del organismo de Lucas estaban dañadas por su culpa? ¿Qué nivel d
Durante la madrugada del día siguiente, los trasladaron a los terrenos ganaderos ubicados en el estado Barinas.Se trataba de una porción de tierra enorme, con una casa de concreto y madera en el centro, que contaba con más de doce habitaciones y salones amplios. A su alrededor se extendían valles ideales para el pastoreo de vacas y de ovejas.Llegaron tan cansados que enseguida les concedieron una habitación para que recuperaran energías. Tania se quedó con Lucas en el dormitorio ubicado más al fondo, donde se escuchara menos el alboroto de la gente que se quedaría con ellos para vigilarlos y atenderlos.—¿Qué esperan de mí? —preguntó Lucas con angustia una vez que estuvieron solos.El hombre se había sentado en el borde de la cama con actitud derrotada. Seguía asustado por la falta de memoria. Odiaba no entender lo que sucedía.—Mañana te harán unas pruebas para descubrir qué está sucediendo en tu mente y cómo repararlo —explicó Tania aproximándose y acuclillándose frente a él y tom