Ese día las pruebas psicológicas no fueron tan agobiantes como las anteriores, aunque Tania sabía que aquello se debía a que Flora había evitado ciertos estudios. En algunas pruebas la mujer repitió los registros de días anteriores, concediéndole tiempo de descanso entre uno y otro.Como estaban solas en el laboratorio, nadie se fijó en lo que sucedía, pero Tania sentía una gran curiosidad.—¿No te vigilan a través de las cámaras de seguridad? —le preguntó en susurros cuando la mujer se acercó a ella para ayudarla a quitarse los electrodos que le había colocado en la cabeza y en el pecho.Flora la observó con los ojos muy abiertos unos segundos, pero se esforzó por disimular sus emociones.—Están de espaldas a mí. No ven que tipo de registro realizo en la computadora —masculló la mujer muy bajo.—Ayúdame a destruir esta instalación —murmuró Tania mientras Flora le daba una mano para bajar de la camilla. Esta última se impactó por esa petición, aunque enseguida retomó su actitud relaja
Al despertar, se encontró en una habitación pequeña e iluminada, con paredes llenas de azulejos blancos. La puerta estaba apenas abierta y no había ningún tipo de guardia.A pesar de que sentía algunos dolores en el cuerpo, estos no eran intensos y hasta podía captar el latido de su esencia sobrenatural en su interior, algo que no experimentaba desde hacía semanas y echaba mucho de menos.Volver a captar esas sensaciones le produjo cierta inquietud. No quería moverse para que nadie se enterara, o la atacarían con decenas de inyecciones como lo habían hecho al llegar a la instalación.Era evidente que el brebaje que le había suministrado Iván en la sala de suturas despertó sus instintos, aunque no entendía por qué él se lo había dado y cómo lo había conseguido. Alguien debió enviarlo.Con lentitud se incorporó en la camilla dando ojeadas al exterior a través de la rendija que dejaba la puerta abierta. No veía movimientos afuera y sus oídos no percibían sonidos en las cercanías. La habí
Los hombres/bestias salieron enloquecidos de sus celdas. Destruían todo a su paso.Como Tania lo esperó, se dirigieron al comedor y el desastre fue épico. No dejaron nada en pie y, aunque varios guardias los atacaron con sus escopetas, no existía forma de tranquilizarlos. El nivel de veneno que tenían en su sangre era tan alto que los hacía inmunes a cualquier dolor.Ella corrió para mirar de cerca lo que sucedía mientras procuraba pasar desapercibida, estaba impactada con el desequilibrio mental que poseían esos sujetos. Habían perdido por completo la conciencia y el control de sus cuerpos y sensaciones. Los volvieron fuertes en extremo, pero tan irracionales que era imposible controlarlos. Actuaban movidos por una imperiosa necesidad, o por sus miedos.Destruían todo lo que hallaban a su paso y asesinaban al que se atravesara en su camino. Eran salvajes, implacables y muy crueles, nada perdonaban.Sus organismos se alteraban hasta tal punto que hasta sus apariencias cambiaban. Tania
Cada persona dentro de la instalación la veía de manera diferente, ya fuese con curiosidad, rabia o admiración. Nadie parecía inmune a su presencia.Tania procuraba ignorarlos mientras intentaba continuar con sus rutinas, sin levantar sospechas. Había escondido los brebajes que sacó de la farmacia en su habitación, dispuesta a usarlo cuando fuesen necesario. Tenía que estar un paso por delante de sus enemigos, así no la vencerían.No sabía qué había sucedido con su padre, qué pensaba de ella o de lo ocurrido, pero él ni se aparecía para lanzarle amenazas y advertencias, ni enviaba a sus hombres a tratarla con rudeza para que nunca olvidara quién tenía el control de la situación.Su nulo actuar le parecía sospechoso.Carlos continuaba rondándola, pero esta vez, se mantenía a una distancia prudencial. Ella sentía curiosidad por saber qué había sucedido cuando los descubrieron besándose, si le habían dado también a él un castigo o algún tipo de prohibición.Odió que la única afectada por
Tania tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no levantarse de la mesa y correr hacia Carlos, y arrancarle la cabeza de un manotazo. Él la observaba sonriente mientras jugueteaba con la chaqueta.La tomaba por el cuello y la apretaba como si lo hiciera en el cuello de Lucas, aquello era una declaración de guerra.La chica comprendió enseguida su plan. Él sospechaba que ella de alguna forma había recuperado sus capacidades sobrenaturales, esa era la única forma de haber sobrevivido a la golpiza que le propinaron.La provocaba para demostrar su teoría.Si Tania se dejaba llevar por su ira, agitaría en su interior su esencia de loba. Los sujetos que contenían aquel mal la captarían enseguida y enloquecerían. Así quedaba en evidencia ante el comandante Contreras.No podía seguir su juego, debía calmarse o perdería el beneficio que había alcanzado por haber ayudado a controlar la situación crítica con los hombres/bestias.Giró el rostro para no enfocarse más en él, pero necesitaba cen
Tania cumplió con su jornada de pruebas físicas sin inconvenientes. En esa ocasión no fueron tan desgastantes, pero sí, meticulosas. Querían saber todo de ella.Intentaba no esforzarse de más, para que ellos no notaran que su fuerza e instintos estaban recuperados casi en su totalidad.Al finalizar, quedó bastante cansada, aunque aquel trabajo le permitió percibir algo importante: la mayoría del personal médico había sido cambiado. No eran los mismos del día anterior.Solo Flora y dos especialistas más estaban entre sus conocidos, el resto eran caras nuevas y todos aparentaban ser personal con experiencia. No halló a ningún joven entre el grupo, eso le extrañó.—Mañana, antes del desayuno, te haremos algunas pruebas médicas —le informó Flora mientras ella se ataba las zapatillas.—¿Otras? —preguntó extrañada, hacía tan solo un par de días que le habían realizado infinidad de análisis.—Es por lo de…La mujer no pudo finalizar su explicación y bajó el rostro avergonzada. Tania entendió
Los recuerdos regresaron y con mayor fuerza. Tania no podía evitar sentir en su piel las sensaciones que aún le producía Lucas con sus atenciones, llevaba días sin estar cerca de él y era como si jamás se hubiesen separado.Tan solo cerraba los ojos y era capaz de rememorar en su cabeza el toque suave de sus labios y la perversidad de sus manos, que la atormentaban con sus caricias hasta hacerla enloquecer.Lloró una vez más con desconsuelo, prometiéndose a sí misma ser la última vez que lo hacía. Se sentía inútil al no saber cómo librarse de sus acosadores para ir por él.Estaba vivo, eso lo había sospechado desde siempre, pero ahora que lo confirmaba no sabía cómo reaccionar.Si se dejaba llevar por sus emociones insanas e incendiaba aquella instalación para escapar, no acabaría con el problema y necesitaba terminarlo de una vez por todas. Ya estaba cansada de vivir huyendo de esa gente.Como pudo se sentó, el cuerpo le dolía. Una vez más le habían dado una paliza y luego la encerra
Quizás, pasaron días. Tania perdió el control del tiempo por culpa de sus heridas. A diario la visitaban enfermeras para asearla y darle de comer, pero nada más. Solo en una ocasión recibió la visita de un especialista que evaluó su estado de salud y tomó algunas muestras de su sangre.Ella no se concentró en mejorarse en esa ocasión, la pena por lo sucedido la había embargado. Lo que Carlos le confesó le rompió el corazón.No podía dejar de imaginar a su madre encerrada dentro de una celda tan pequeña junto a varios machos alfa enloquecidos por causas externas, matándose entre ellos al tiempo que buscaban doblegarla.En su caso solo tuvo a cuatro hombres, a los que ella pudo manejar sin problemas por haber tenido la fortaleza necesaria. Su madre no contó con las mismas capacidades, y pudo haber estar rodeada por más.Era difícil no hacer conjeturas sobre lo que pudo haber vivido ese día y sobre la manera en que acabaron con ella. Aquello debió ser doloroso y desesperante.Esos pensam