Capítulo 34
Aunque cada día, físicamente, Tania se sentía agotada y adolorida, su espíritu comenzaba a experimentar un cambio positivo. Ya no se resignaba al simple hecho de soportar los malos tratos de la gente de SupraCorp, sino que empezó a prestar más atención a lo que hacían, a sus rutinas, a sus maneras de llevar a cabo sus investigaciones y a los comentarios que hacían durante las pruebas o a espaldas de sus supervisores.

Se percató de la existencia de tres grupos definidos: los que obedecían de manera ciega las instrucciones y vigilaban que otros también lo hicieran, como Carlos, los que obedecían aunque compartían en secreto con el grupo sus preocupaciones y opiniones, como Flora, la mujer que le dio la bienvenida al llegar a esa instalación, y los que actuaban siguiendo directrices sin comprender lo que allí sucedía, solo esperando la cristalización de las jugosas recompensas ofrecidas, sin ofrecerle lealtad a nadie, como el caso de los chicos que formaban parte del grupo que siempre se
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP