A parte de dar una imagen de éxito, poder sin límites y de atractivo intenso, como mis otros hermanos, hacia la sociedad... también quien me conocía más cercanamente sabía que era despiadado, podía ser demasiado cruel si era necesario para mis intereses personales y mi ira no tenía límites. Yo había sido criado así desde pequeño, principalmente, por mis padre. Él siempre me dijo aquella frase de " el fin justifica los medios", así que desde temprana empecé a utilizarla para cumplir cualquier deseo o necesidad que estuviese interesado en cumplir. En cambio, mis hermanos eran diferentes, yo sabía analizar a las personas muy bien como un verdadero depredador, y Adriano era un chico necesitado de afecto, el hermano invisible, al que mi madre sin comprender por qué no había dada tanto atención como a Marco y a mi. Y él... Marco... seguía siendo inocente y bueno, a pesar de haberse criado en la misma familia que yo, ambos éramos demasiado diiferentes. Para mi la bondad no era una cualidad,
Elisabeth era una prima lejana y yo no la recordaba, solo la había visto un par de veces en el pasado, cuando ella aún era un bebé. Cuando yo ya era adulto mi padre volvió a relacionarse con frecuencia con su familia, estando llevando a cabo negocios, aunque tarde en darme cuenta de que tipo, mi padre era especialmente silencioso cuando los tratos que llevaba a cabo eran demasiado oscuros. Recuerdo que ella aún era una niña, una adolescente muy bella, de piel canela y cabello negro espeso y largo, su mirada color miel me atrapó al instante como puede engatusarte una tranquila y apacible tarde de otoño.También fue muy fácil atraparla a ella, atraerla hacia mi gracias a su inocencia y bondad como una presa realmente fácil... yo como siempre solamente pretendía envoverla con mis juegos, seducirlas, utilizarla quizás unas cuantas veces para disfrutar de su belleza y luego desaparecer. Si me contuve al principio fue porque no quería destrozar los pactos existentes entre nuestras familias
Siempre había sido un hombre de éxito enfocándome meramente en los negocios que había heredado de mi padre, y que a la vez y había hecho crecer con muchos sacrificios y también con juegos sucios. Había sido criado de forma de hacer prevalecer mis intereses y no ser misericordioso con quien se entrometía en ellos o se ponía por mi camino. Por ello a competencia sabía que yo tenía las mejores propiedades lujosas tanto de venta como alquiler, junto con las inversiones en los bienes raíces, estuvo muy bien y siempre daba enormes beneficios, pero como hombre terriblemente ambicioso que era quise abarcar mucho. Por estos deseos sin precedentes llenos de oscuridad, no tardé en crear un gran sequito de hombres que trabajaban para mi y eran verdaderos acosadores de las competencias, amenazándoles, extorsionándoles para que nos vendieran sus mejores propiedades inmobiliares o incluso dañando a sus familiares si no accedían rápidamente a nuestras perversas e interesadas demandas. _Señor..._Di
Cuando vi a Jayden por primera vez yo aún era menor de edad, recuerdo que mi padre nos dio la noticia unos días antes y aquello me emocionó, fue una alegría, una verdadera sorpresa que jamás hubiese esperado con diecisiete años de edad. Pensé que quizás era una manera de que mis progenitores continuasen unidos y tuviesen realmente algo hermoso por lo que luchar. Su matrimonio llevaba frío y distante durante años, las muestras de amor eran cara a la galería y meramente una superficialidad social, pero yo sabía que llevaban años durmiendo en cuartos separados, ya que aunque su habitación no estuviese en la misma planta, sus horarios eran completamente distintos y practicamente parecían dos desconocidos que solo compartían el mismo techo dorado repleto de lujos.Siempre había escuchado ese extraño rumor familiar de que los hombres de nuestra familia no serían nunca capaces de amar con profundidamente o puramente a las mujeres, era una extraña historia que siempre esaba allí. Mi madre no
Italia ya no era para mi lo que había sido en el pasado, una parte de mí había muerto con aquella verdad. Un nuevo Marco había aparecido que nunca antes había conocido, dispuesto a decidirse por el mismo su futuro y de vengar a la mujer de la que se había enamorado y que desgraciadamente aún seguía amando. Yo estaba dispuesto a todo para zanjar aquel pasado repleto de secretos oscuros que se habían desvelado, y aquel primer día no llegué a mi casa donde mi padre me esperaba, si no que me dirigí directamente a Nápoles. Fuí hacia al apartamento en Sorrento en el que había averiguado que se encontraba la madre de Eli, ella, llamada Altagracia, había vuelto de la República Dominicana y se había instalado así en la tranquilidad de aquella vivienda justo enfrente de la Costa de Marfil.Pensé que jamás me recibiría pero no fue así, me hizo pasar y ambos nos sentamos en dos sillas blancas el uno frente al otro en una pequeña mesa desde la que observabamos el horizonte claro y el oceano cri
*Elisabeth*Cuando llegué a España me permití a mi misma que nunca volvería a dejarme caer, yo había tocado fondo, al pozo más oscuro que un ser humano podía llegar, había después de la violación perdido la esperanza, pero cuando me arrebataron a Jayden perdí completamente las ganas de vivir... nunca más me permitiría a mi misma estar así, hundida en el dolor, así que utilicé todo ese daño para impulsarme y recomponerme de nuevo y no fue demasiado fácil en aquel nuevo país, España, arrastrarme a mi misma para levantarme temprano durante las mañana a asistir a las clases del instituto, estudiar de nuevo y acostarme en la soledad de la habitación de la residencia, repleta de desconocidos también de familias ricas, a la que enviaron mi madre y mi padrastro, durante cada noche. Pero poco a poco comencé a conncebir lo que había ocurrido, todo por lo que había pasado, como algo borroso e incluso oscuro que parecía realmente lejano. Comencé a pensar que estar allí lejos de los que me habían
*Marco* Mi vida había sido aparentemente perfecta, pertenecer a la familia más poderosa y rica de la parte sur de Italia, tenía sus ventajas, por ejemplo siempre estar rodeado de amigos, aunque muchos de ellos fueron por interés o las relaciones fueran puramente superficiales, ser invitados a las mejores fiestas o reuniones, y estar rodeados de las mujeres más hermosas. Siempre tuve éxito con ellas, y sabía que era un chico atractivo podía gustar fácilmente, pero también era una realidad que muchas se habían acercado a mi principalmente por mi posición social y financiera. Cualquiera hubiese querido tener una vida parecida a la mía, rodeado de todo lo material que deseaba, dinero y frecuentes viajes familiares a donde deseasemos. En mi caso, no era como con el de mis hermanos, mi padre no tuvo que sobornar decanos parra conseguir tapar algún suspenso o falta de comportamiento, o directamente comprar por altos precios un título universitario como en el caso de mi hermano Savio. A mi s
La vida para mi nunca fue fácil, en la República Dominica, mi país de origen, pase demasiada miseria junto a mi familia, mi madre se quedó con sola conmigo y mis tres hermanas, cuando mi padre la abandono.No puede decir que nos abandono, ya que no tenía apenas recuerdos con él, aparte de los gritos por los golpes que le propinaba a mi mamá cuando volvía bebido a altas horas de la madrugada.A mi nunca me hizo nada, pero si super que a mi hermana mayor Margarita, una madrugada all llegar le hizo algo... mi madre lo descubrió, aquello fue el detonante para enfrentarlo, fue la primera vez que ella se defendió y cuando él se fue le dijo que jamás volviera por la casa. Así que sí que se fue para siempre, nunca más quiso saber de mi, ni de mis hermanas, aunque fue lo mejor, ya que nos habia abandonado mucho antes. Eramos insignificantes para el, puros objetos con los que manipular y danar a mi madre, ella nunca volvio a ser la misma, nunca volvía a casarse y no hubo interés en ningún hombre