El duelo en una ruptura amorosa.Se reporta que las consecuencias que se experimentan con mayor frecuencia tras la pérdida de una pareja son: tristeza, llanto, enojo, disminución de la autoestima, un pobre autoconcepto, ansiedad, altos niveles de estrés físico, conductas autodestructivas. No es un sentimiento único, sino más bien una completa suce- sión de sentimientos que precisan de cierto tiempo para ser superados, no siendo posible el acortar este período de tiempo.
Habían sido días muy agotadores, pero me daba gusto que todo estuviera listo para la noche del lanzamiento de la línea de ropa de nuestro cliente, si todo iba bien, las proyecciones de ganancias eran buenas. Nuestro cliente ya era conocido y tenía muy buenas ventas. Trabajar con los clientes en ocasiones era difícil y que si bien nos daban el presupuesto que disponían para organizar todo su evento, era difícil tener un margen de ganancia considerable, ya que esto dependía principalmente de las prendas. He de confesar que gracias a la sociedad con Samuel, nuestro gasto en cuanto a relación de las prendas había reducido considerablemente al adquirir las telas con un costo bajo.—Bueno, chicos, esta noche es el lanzamiento y tenemos todo listo.Soltó Raquel.—Deberías ir a vestirte.Soltó Verónica.—Sí, lo haré... Los veo allá.Debía irme antes que los demás porque debía estar junto a nuestro cliente desde él inició del evento. Sabía que sería una noche pesada y muy cansada socialmente.
Observé la hora que marcaba mi teléfono, percatándome que iba a tiempo para mi cena. Mientras el taxi se dirigía hacia el restaurante, saqué de mi bolso un pequeño espejo que solo sirvió para darme cuenta de que mis ojos se notaban ligeramente hinchados y mi nariz tenía una tonalidad roja. Raquel sacó del bolso un pequeño polvo de maquillaje que utilizó para cubrir su nariz que se notaba algo roja, sonrió porque sabía que por la hinchazón de sus ojos no podía hacer nada para ocultarlo, pero se sintió tranquila al ver que no era tan prominente. Suspiré al entrar al restaurante porque debía mostrar seguridad para poder entablar una conversación de negocios. Una vez que Raquel se acercara al recepcionista anunciando su reservación, fue dirigida hacia su mesa donde ya estaba el cliente. —Buenas noches. Saludó Raquel al acercarse a la mesa. El hombre alto y joven se levantó de la mesa. —Buenas noches, señorita. Echeverría. Siéntese. Pude notar sus ojos ligeramente castaños e inmedia
Raquel se levantó de la cama con un poco deprisa, al escuchar la alarma que sonaba al asomarse los primeros rayos del sol. Se sentía cansada por haber trabajado hasta tarde la noche anterior, pero sabía que debía tener fuerzas para el evento que habían organizado y más aún, por qué deseaba ganarle a Samuel a toda costa. Se despojó de la ropa y por primera vez en muchos días se sentía con un poco de ánimos, así que puso música a todo volumen y mientras se duchaba bailaba con mucha energía. Esa mañana me sentía bien, aunque debo ser honesta, aún me dolía lo de Alex, me dolía, pero me hice a la idea que lo nuestro ya había acabado cuando lo vi en aquel restaurante con Marcela y aunque mi corazón se destrozó, lo entendía… Obligaba a mi corazón a entenderlo. Raquel se vistió con un short corto deportivo en color negro y una camisa deportiva con el logo empresa. Las camisas fueron mandadas hacer diferentes ese año debido a que en esta ocasión su rival sería la empresa de Samuel Raquel ba
Rodeó mi cintura y aunque yo había decidido permanecer abrazada a él, sentí un sentimiento agridulce al pensar que después de ese pequeño momento quizás no volvería a tener esa oportunidad. Pilar haló a Raquel sutilmente para continuar con el partido, haciendo que Alexander, Raquel y Aurora se separaran. Aunque Aurora también nos abrazaba, en ese momento sentí como si solo fuéramos él y yo. Al retomar el partido tratamos que no nos metieran un gol y con mucho esfuerzo lo logramos. El sonido del silbato anunciando el final de partido se hizo escuchar y muy feliz Raquel brincó al saber que habían resultado ganadores. Estaba cansada, así que decidí tomar asiento para poder observar los demás juegos que se llevarían a cabo, coloqué mi pie en una de las gradas frente a mí para observar con más detenimiento mi rodilla que estaba lastimada y el curita frente a mí me sorprendió. —Felicidades. Soltó genuinamente Samuel aun ofreciendo el curita. —Gracias. Raquel ignoró el curita y sopló
Raquel se cubrió con las sabanas debido a que sentía un terrible frío. Por de debajo de las sabanas observó la hora en su celular, percatándose que eran las 6: 30 de la mañana.Ese día era importante para mí y para la empresa, y para mi mala fortuna estaba con fiebre, mi cuerpo me pedía descansar, pero no había trabajado tan duro como para abandonar, golpeé un poco mis mejillas tratando de tomar un poco de fuerzas y aunque esto no funcionó en lo absoluto, me dirigí al baño donde tuve que tomar una ducha fría para tratar de bajar la fiebre.Raquel estaba envuelta en una toalla mientras buscada dentro de un cajón algún medicamento para calmar su fiebre, resopló al ver solo medicamentos para la acidez.Raquel se colocó un vestido negro ajustado que llegaba por debajo de sus rodillas, combinó este con unas zapatillas del mismo tono y colocó un collar plata para que hiciera contraste con su vestimenta negra.La debilidad a duras penas dejó que me peinara lo más decente que pude, la coleta
Raquel expuso exitosamente su presentación y aunque por momentos sus náuseas querían traicionarla, logró ahuyentarlas mostrando una gran fuerza de voluntad.Al salir de la sala de conferencias sonrió al ver como Aurora y Alexander la esperaban ansiosos.—¡¿Cómo te fue?!Preguntó emocionada Aurora cuando Raquel se detuvo frente a ella.—Bien, bueno, eso creo... Solo queda esperar.Raquel disminuyo su sonrisa rápidamente.—¿Me permiten un momento?Raquel rápidamente se alejó de los dos chicos sin esperar la respuesta de estos ante su casi huida.—Se sintió mal, lo más probable es que...—Entiendo.Respondió Alexander preocupado por Raquel, ya que durante su relación ella no había enfermado de esa manera.Recargué mi mano en una de las paredes del baño y no puede evitar vomitar, no me dolía el estómago, así que supuse que era la fiebre y el mareo que estaban afectándome.Después de ese momento un poco vergonzoso porque claramente no estaba sola en ese baño, me enjuagué un poco antes de s
Raquel caminaba muy animada esa mañana, saludaba con una amplia sonrisa a cada uno de sus empleados, desde su recepcionista hasta su secretaria. Su cabello hacía resaltar sus rizos que esa mañana lucían extremadamente esponjados, pero no restándole el largo de estos. Raquel entró a la oficina donde estaban Verónica, pilar y Alexander en sus escritorios. —¡Buenos días, chicos! Saludó muy feliz Raquel Alexander admiró lo bien que el short de vestir le lucía dejando ver las hermosas piernas de Raquel. —Buenos días. Los tres chicos respondieron ante el saludo de Raquel, que solo caminó hacia su escritorio. —Veo que no ha llegado Sara. Soltó Raquel. —Tampoco Aurora, ¿habrá pasado algo? Preguntó preocupada Pilar. —Aurora me llamó esta mañana pidiéndome el día libre, ya que tiene que llevar a su niña al pediatra por su cita mensual, pero de Sara no se nada... No se preocupen, debe de estar aún dormida. Raquel se acercó al escritorio de Alexander y se inclinó un poco hacia él y son
Raquel suspiró un poco cansada debido a estar en la computadora por un largo tiempo, dirigió su vista hacia su muñeca que estaba decorado con un delicado reloj café. —Alex. Pronunció el nombre del chico que frotaba sus ojos, aparentemente también cansado. —¿Sí? —¿Estás listo? Él asintió suavemente mientras que Raquel se ponía de pie y guardaba su celular en su bolso. Alexander suspiró y también se puso de pie acercándose a Raquel, que lo esperaba. —Vamos. Soltó Alexander sonriendo tímidamente, mientras que Raquel sonreía dulcemente. —Chicas nos vemos más tarde. Raquel se despidió de las tres chicas para después irse junto a Alexander... —¿Aquí? Raquel observó el lugar cuando Alexander se estacionó frente a este. —¿Te molesta? Raquel dirigió su mirada hacia Alexander y negó con su cabeza. —No, solo que tenía mucho tiempo que no venía. —Me gusta este restaurante, hay alcohol y buena comida... También hace mucho que no vengo. Raquel sonrió. —Entonces, vamos... Sara rev