Luciana se encuentra frente a él y sobre todo… está despierta.

Erick se queda solo un instante, paralizado ante el alivio que siente al mirarla finalmente consciente, había temido en silencio que ella no abriera sus ojos de nuevo.

Su cuerpo se había acelerado, inyectando una dosis brutal de adrenalina al escuchar esas alarmas sonar constantemente.

Los aparatos encargados de registrar los latidos de Luciana habían dejado de registrarlos.

Erick sintió como si el alma se le hubiera salido del cuerpo y no pudo evitarlo, corrió… Corrió con toda la fuerza que tenía, era tal su desesperación que ninguno de los agentes o incluso Nikolai lo habían alcanzado, al abrir la puerta de la habitación donde se encontraba Luciana con el alma luchando por separarse de su cuerpo, se dio cuenta que estaba vacía.

— Luciana —susurra agarrando un aliento forzado— ¿Dónde estás?

Y ahí fue donde escuchó los gritos de ella, llenos de desesperación, de dolor y rabia.

Al abrir la puerta y haber visto hecho reali