NARRACION SEBASTIAN.
Mi mirada viaja por su rostro cuando me doy cuenta que no se ha movido en los últimos cinco minutos. Parece estar completamente perdida en sus pensamientos. Quisiera poder leerlos pero es completamente imposible. Isabella está completamente seria, lo ha estado desde ayer.
Tal vez esta triste por haberse separado una vez más de su hermana. No me interesa si la extraña. Debe de mantenerse tranquila y complaciente para mí... por eso la he traído. Para complacerme. No es mi maldita culpa lo que sucedió en el centro comercial, tampoco es mi maldita culpa que haya tenido que llenar el maldito centro comercial de sangre.
—Gatita— la llamo. Isabella voltea a verme y suspira. Su rostro está completamente pálido y a diferencia del otro día que fuimos a visitar a mis padres puedo percibir como ella no está usando ni una gota de maquillaje. No
NARRACION: ISABELLAUn gemido ahogado se escapa de mi garganta cuando el vuelve a sujetarme con las cuerdas de la gran cama negra. Sebastián suelta una pequeña sonrisa perversa que promete mucho para esta noche. Me mira fijamente y venda mis ojos con una clase de seda negra. Lo siento asegurarse de que no pueda ver ni un pequeño milímetro de luz.— ¿Estás viendo?—pregunta en un susurro. Su voz suena nuevamente caliente, sedienta y ansiosa por tocarme. Niego suavemente y puedo escuchar el pequeño sonido característico que hace cuando suelta una pequeña risa. — Bien, entonces disfruta— suelta.Sus palabras son como pequeñas promesas de lo que vendrá después. Sé que no me lastima
NARRACIÓN SEBASTIÁN.Cierro la carpeta y maldigo con fuerza al escuchar el teléfono sonar por quinta vez. Observo el número telefónico y me doy cuenta que Lucas está llamando. Contesto la llamada y gruño. Sé que me dira alguna estupidez.—¿Qué sucedió con mi mujer?—digo.—Ha escapado —dice Lucas.— no puedo encontrarla. Hablo enserio Sebastián la maldita Isabella ha escapado. Encontré tres guardias golpeados ¡Tres!Una sonrisa se escapa de mi rostro al escuchar las palabras de Lucas. Tres hombres golpeados ¿Por ella?—¿Estas segura qu
En la mañana me despierto nuevamente con esa maldita sensación de haber sido perseguida por todo un día. Tengo el cuerpo lleno de sudor y me siento completamente agitada, asustada. Nuevamente tenido ese sueño, ese sueño donde ese hombre de ojos verdes me persigue por una autopista.No le veo la cara al hombre pero lo único que sé es que debo de escapar. Cada vez que lo veo en mis sueños me provoca una extraña sensación de pánico y de terror. Siempre sueño con lo mismo, estoy caminando con una pierna lastimada por una larga autopista.— ¿Estas despierta?— escuchó la voz de una chica desde la puerta de mi habitación. Me siento en la cama y observo a la chica que está frente a mí. — perdón… olvidaba que debo de hablarle por se&ntild
NARRACIÓN SEBASTIÁNUno de los gemelos entra a mi habitación con una gran sonrisa en el rostro. Lo observo por un momento y alzo la ceja para después notar que está riéndose.— ¿Qué mierda?— le pregunto a Oscar mientras sonríe. Él niega por un momento y se cruza de brazos.— ¿No piensas darte cuenta?—me pregunta con una sonrisa burlona. — no debería decirte esto, pactamos que nadie diría una sola palabra sobre esto pero me harta.— ¿De qué mierda estás hablando?— le pregunto mientras me acerco a él.—No te pienso decir mucho Sebastián— dice mientras su rostro se vuelve completamente serio. Frunzo el ceño y gruño. Comienzo a molestarme con la idea de no saber toda la puta información. — ponte a pensar la información
NARRACION: ISABELLATal vez no debí haber dicho lo que ha sucedido. Tal vez he cometido un error pero sé que él tenía que saber lo que estaba ocurriendo. La noticia llegó a mi cuando Sebastián se fue de casa. La señora Cristina ha desaparecido. Creo que está destrozada.Estaba en la cocina cuando el teléfono comenzó a sonar. Sabía que no debía de contestar el teléfono de la casa pero aun así decidí hacerlo. Había una mujer llorando y por la voz pude reconocerla casi al instante. Ahora tengo a Sebastián frente a mí con el rostro completamente pálido.Lo veo mientras se sienta en el sofá de su oficina y voltea a verme. Juego nerviosa con mis manos y lo observo.
NARRACIÓN: SEBASTIÁNIsabella se ha mantenido completamente callada todo el día, parece estar pensativa y parece no encontrar la manera de acercarse a mí. Si estoy mal, lo tengo que admitir. Perdí a mi puto padre, a mi viejo, al hombre que me aguanto por mucho tiempo. Solo quiero estar solo en mi maldita habitación. No quiero que nadie me moleste pero parece que Isabella no lo entiende. Gruño al escuchar tres pequeños golpes sobre la puerta de mi habitación. Guardo silencio durante un momento y ella vuelve a tocar la puerta de mi habitación.—Sé que estás ahí— dijo ella al otro lado de la puerta. — voy a entrar.—No entres— digo.—Por favor...yo, necesito entrar. ¿Puedes dejarme pasar?— pregunta.—Mierda Isabella, pasa. —digo mientras estiro mis manos hacia mi cuello. La
NARRACIÓN: ISABELLALa puerta de mi habitación se abre, voltea verla y me encuentro con Sebastián completamente confundido. Su mirada se ve curiosa, comosi intentará analizarme por completo. No tengo tiempo de observarlo con claridad, Sebastián mira y con un rápido movimiento saca elcinturón de sus pantalones negros , se acerca a mí mientras crea una clase de esposas con su cinturón.Retrocedo un paso al darme cuenta que sus ojos están llenos de deseo, llenos lujuria. No tengo tiempo dehuir cuando me atrapa entre sus brazos y mi esposa con su cinturón.Jadeo levemente y me sorprendo por completo cuando Sebastián ataca mis labios con demasiada ansiedad. Me come por completa en un beso completamente apasionado que no pude tener. Me lleva hacia la pared mientras continúabesándose.
NARRACIÓN: SEBASTIÁN.Oscar abre la puerta del auto cuando me mira caminar hacia ellos con el rostro completamente fruncido. Lucas está esperando por mí dentro del auto y lo escucho maldecir mientras me mira. Subo al auto y me cruzo de brazos por completo. Oscar sube al auto y lo enciende casi al instante.Me tomo unos minutos viendo la ventana hasta que finalmente decido hablar.— ¿Por qué me han mentido todo este maldito tiempo?— les pregunto. Lucas voltea a verme y frunce el ceño. — mi padre me ha dejado una carta, me lo ha dicho todo ¡Siempre me mintieron!— les grito. —se supone que son mis amigos, mis compañeros, mis socios... ¿Por qué me han ocultado quien es Isabella en realidad?Escucho a Lucas