Para Julio Reyes, haber perdido tan valiosa información, le traería consecuencias lamentables, uno de sus cuatro hijos estaba robando hace muchos años dinero a la empresa, además querían sacarlo de la presidencia de la empresa para tomar el control de todo, estaba investigando por su propia cuenta quien o quienes estaban detrás de todo esto y esa información estaba consignada en ese sobre que había perdido. Tenía que organizar sus pensamientos, pensar con calma, ¿Dónde pudo dejar los documentos? Nadie, absolutamente nadie de la oficina y muchos menos de la familia podía enterarse de esto. Decidió llamar a la cafetería por si algún empleado había tomado el sobre, pero la respuesta fue no, sirvió un vaso de whisky y desde el segundo piso de la gran casa, donde se ubicaba su oficina privada, observaba toda la ciudad, preguntándose ¿Quién habría tomado sus documentos?
Pensando esto, entró una llamada a su teléfono móvil
— ¿Con el señor Julio Reyes?
— Si, con él.
— Tengo algo que le pertenece.
— ¡Dígame!
— ¡Un sobre que dice confidencial!
— ¡Si! Sí, ¿dígame dónde está?
— Nos vemos mañana a las 10 de la mañana en la cafetería donde los perdió.
— Ok, ok, ¿con quién tengo el gusto de hablar? Dijo Julio un tanto nervioso.
— Habla con Camila Ramírez.
— Ok, le agradezco. — dijo Julio Reyes, animado.
De camino a la cafetería, Camila pensaba en la jugosa recompensa que recibiría por la entrega del sobre, y en todo aquello que compraría para poder participar en la competencia de baile a nivel nacional. Al llegar a la cafetería, vio al señor, finamente vestido y observando su reloj, se notaba impaciente, pero antes de llegar hasta donde se encontraba él, fue hasta la encargada del establecimiento para preguntar si había vacantes.
— ¿Buen día, disculpen, habrá alguna vacante?
— ¡No, en este momento no tenemos nada! —Era terrible no encontrar un empleo, con tanta urgencia que tenía que conseguir uno.
— ¡Buen día, señor!.
— Toma asiento. —dijo con cortesía, levantándose de su silla y mostrando una silla frente a él. Camila se sentó y le extendió los documentos.
— Esto le pertenece.
— ¡Agradezco que me hayas devuelto estos documentos, son muy importantes para mí!. ¿Quieres algo de comer, beber?
— Si, por favor. — una mesera vino y tomó su orden— un refresco y dos panecillos— gracias. El señor Reyes por fin tenía los documentos en sus manos, los revisó muy rápidamente y notó que todo estaba en orden.
— ¿Leíste su contenido?
— Yo, yo, sí, tuve que hacerlo, no sabía a quién pertenecían.
— Ya no importa, ¿veo que estás buscando empleo?
— Sí, estoy buscando empleo. En ese momento interrumpió la mesera, trayendo consigo lo pedido.
— ¡Trabaja para mí! —¿si quieres? —Dijo Don Julio, con seguridad.
— ¡Si! ¡Sí, Quiero! Pero ¿Qué tipo de trabajo voy a realizar? – dijo mirándolo fijamente.
— Sé, mi asistente, necesito una y estoy buscando una.
— No tengo experiencia, pero si, si acepto.
— ¿Qué has estudiado?
— Contaduría
— ¿Cuántos años tienes?
— Tengo 20 años.
— ¡Eres muy joven! ¿Aún estás en la universidad?
— Ya he terminado, me gusta estudiar. Para Camila esta era una buena oportunidad, necesitaba trabajar, había estudiado con mucho sacrificio, su madre sustituta, desde pequeña le dijo que tenía que ganarse las cosas con su propio trabajo, y esta era la oportunidad perfecta para lograr independizarse de ella.
— ¡Estás contratada!, empezamos desde ya, —dijo mirando su reloj, —mañana tendrás tu contrato de trabajo listo y a trabajar. Toma, esta es mi tarjeta personal, aquí está la dirección y mi teléfono. Te espero, sé muy puntual, gracias por devolverlos. —Dijo mirando el sobre. Sacó dinero de su billetera y los depositó sobre la mesa, alejándose con prisa.
Camila, sin ser vista, tomó parte de los billetes, los guardó en su billetera y dejó solo el pago de lo que había consumido. La mesera corrió a la mesa y al ver que no habían dejado propina se enfadó.
De camino a casa, Camila estaba muy feliz, había conseguido un empleo con una de las personas más prestigiosas de la ciudad, necesitaba el empleo ahora más que nunca. Al cumplir la mayoría de edad prometió irse de la fundación que la vio crecer, su madre sustituta era una mujer muy distante con ella, la trataba de forma fría y la mayor parte del tiempo se mantenía alejada. Ella era la única que quedaba en la fundación siendo mayor de edad, las otras chicas eran niñas y otras eran adolescentes; ayudaba a su madre con el trabajo de la fundación y con el poco tiempo que le quedaba era profesora de baile de varias instituciones. El poco dinero que ganaba lo invertía en su carrera universitaria y en sus rutinas y prácticas de baile, quería ser la mejor bailarina del pop.
Camila pasó la noche pensando en su nuevo trabajo, quería tratar de olvidar lo que le había hecho Andrés, deseaba mantenerse ocupada y que mejor que con un trabajo de verdad. Con su primer pago buscaría un lugar para mudarse, un buen apartamento, que le permitiera sus prácticas de baile.
Llegó muy puntual a su cita con el señor Julio Reyes, aún faltaban 10 minutos para las 7 de la mañana, y él ya la estaba esperando. Reyes publicidad, tenía las oficinas al norte de la ciudad, era el edificio más alto e imponente, mucha seguridad por dentro, mucho lujo y elegancia, le gustaba donde trabajaría – Toma asiento, por favor. - Elegancia y buen gusto, irradiaba el señor Reyes, finamente vestido de negro, él, un hombre alto, de más 1.90, en su juventud debió ser un hombre muy guapo, a pesar de sus años era inevitable no mirarlo, su cabello lleno de canas, delicadamente afeitado, sus ojos azules la habrían enamorado unos 30 años antes. – Aquí tienes tu contrato laboral, quiero que lo leas con detenimiento y me digas qué opinas, estaré en una junta en la habitación contigua, vuelvo en 10 minutos.
Camila leyó el contrato de trabajo, no había nada malo, antes, por el contrario, su exagerado sueldo la dejaron con la boca abierta. Tenía que estar al tanto de todo lo que sucediera alrededor de su jefe inmediato, programación de sus reuniones, recibir la correspondencia, toma de notas, contestar las llamadas telefónicas, enviar correos, en fin, es un trabajo que podía hacer. Puso su firma con mucha confianza y se dispuso a trabajar, al termino de la reunion, le entregó a su jefe, el documento ya firmado. Su escritorio se encontraba al frente del señor Reyes, una computadora, un teléfono, pisa papel, muchos lapiceros y una agenda la esperaban, tomó nota de cada detalle que debía realizar, sobre todo de revisar minuciosamente la contabilidad que le enviaban a su jefe.
Al día siguiente su madre la interrogó. — ¿Dónde estuviste ayer todo el día?
— En mi nuevo empleo, te dije que había conseguido empleo y pues, estoy trabajando.
— Y... ¿se puede saber dónde trabajas?
— Trabajo en Reyes Publicidad. Camila no notó el gesto de sorpresa que se formó en la cara de su madre.
— ¿Qué haces allí? – dijo con nerviosismo.
— Soy la asistente de un alto ejecutivo. El sueldo es muy bueno, ahora ya me voy, debo ser muy puntual si quiero conservar mi puesto de trabajo.
¡No puede ser! – dijo enojada Gladis, — tengo que averiguar para quién es que trabaja esa niña.
Camila estaba muy contenta con su trabajo, pronto recibiría su primer pago y ya estaba en busca de su apartamento. Se había alejado de sus amigas, no contestaba llamadas y evadía verse con ellas, no quería que supieran lo que había sucedido, además ahora trabajaba en la empresa Reyes Publicidad, que pertenecía a la familia de las personas que la habían humillado y ultrajado. Luego de ser abusada por Andrés y vilmente humillada por David, Nani y María Antonia, se juró hacerles pagar cada lágrima que derramo y cobrar lo que le hicieron, pero no pensó que las cosas serían tan fáciles como se le estaban dando, ahora trabajando para el señor Reyes, abuelo de sus abusadores, no dudaría en ganar terreno con su jefe, para llegar hasta ellos, no había pensado de qué manera les cobraría lo que le habían hecho, de lo que sí estaba segura, era que pagaran bien caro su maldad.
Cientos de llamadas y mensajes esperaban en el móvil de Camila, había faltado a las prácticas del último mes, se acercaba la semifinal y tenían que estar preparados para competir. La competencia era ardua y estresante, pasos de baile coordinados, ritmo y mucha concentración eran parte de los entrenamientos.
Viernes por la tarde, acabando de salir de su trabajo, Camila, se dirigía a casa, pero al sentir que su móvil no paraba de sonar, decidió contestar.
— ¡Hola, Jefferson!
— ¡Camila! ¿Qué pasa contigo? ¡Estamos en la semifinal y tú, totalmente desaparecida!
— Estaré en los entrenamientos de hoy, nos vemos luego. — Jefferson, tenía toda la razón, ella había evadido los ensayos y necesitaba estar al 100 % para poder ganar las semifinales. Se había metido de lleno en su nuevo trabajo, le pagaban bien y trabajaba en aquello que había estudiado, además su salario lo tenía destinado para muchos planes.
— ¡Hasta que por fin te dignaste venir a los entrenamientos!
— Yo..., estaba muy ocupada. — dijo Camila sin ánimo.
— ¿Ocupada en qué? — continuó preguntando, Andrea.
— Tengo un empleo nuevo, y quiero hacer las cosas bien.
— Ya dejemos de perder el tiempo, a lo que vinimos. — gritó, Jefferson. Camila estaba bastante desconcentrada y perdía el ritmo con facilidad, haciendo que sus compañeros se molestaran.
— ¿Qué pasa contigo? ¡Te has vuelto torpe! — dijo molesta Juliana.
— Disculpen chicos, yo, voy a continuar la práctica en mi casa, y mañana nos vemos, les prometo que no volverá a pasar.
Todos estaban muy confundidos, Camila era la mejor bailarina del grupo, siempre se mantenía concentrada y llena de energía para los entrenamientos, algo le estaba pasando, de eso estaban seguros, Andrea y Juliana, sus mejores amigas, querían averiguar lo que sucedía con ella.
La frustración de María Antonia, al no tener el amor de David, la tenían de muy mal humor, David simplemente no la amaba, la veía como otra prima más, él tenía su novia, Nani, y pronto se realizaría la boda; Nani, hija de importantes empresarios del país, se veían muy enamorados. David era un don Juan, su pasión eran las mujeres hermosas, el dinero, los costosos autos, vivir la vida de un millonario y sus padres siempre le dieron todo lo que quiso. Los Reyes eran una de las familias más adineradas de la capital del país, sus propiedades eran muchas y de gran valor, mientras los reyes, hijos trabajaban para sacar a flote los negocios de la familia, los reyes, nietos se dedicaban a gastar a manos llenas.
— ¡...No puedes marcharte! ¿Quién me va a ayudar con las chicas?
—¡No lo sé madre!, ya acabó mi tiempo en la fundación, tengo un buen empleo y puedo pagar mis gastos. Mamá, Gladis, como las chicas la llamaban, no estaba muy contenta por la partida de Camila, ya que la joven la ayudaba con todos los quehaceres de la fundación, era casi una empleada, Camila tenía razón, al cumplir la mayoría de edad debió dejar la fundación, pero como no tenía adonde ir, ni familiares cercanos, optó por quedarse y ayudar con la crianza de las niñas que iban llegando. Ahora ya era independiente, y tenía un lugar donde ir, estaba sola, pero se sentía mejor. El alquiler de su apartamento era un poco elevado por estar ubicado al norte de la ciudad, pero era muy cómodo, además estaba relativamente cerca de su trabajo, con eso si madrugaba se ahorraba lo del transporte, y así poder comprar los muebles, ya que solo tenía la cama y una cafetera. Luego de salir de su trabajo, asistía juiciosamente a los entrenamientos de su rutina de baile, sus amigas la interrogaron, sobre lo que le sucedía, pues parecía estar siempre distante.
Por fin llegó el día, para demostrar quienes eran los mejores bailarines, la semifinal fue transmitida por las redes sociales y por los canales de entretenimiento, ya que cientos de jóvenes se enfrentarían para ganar el cupo a la final. Colegios, universidades, instituciones, y cualquier grupo con capacidad para bailar se presentó y todos hicieron su mayor esfuerzo.El grupo Calidad, ocupó el segundo puesto y se metió entre los 5 finalistas para competir con los mejores a nivel mundial, cosa que no se esperaban, ya que el nivel de todos era muy competitivo. Mientras el grupo festejaba este triunfo, Camila pidió un taxi y salió del lugar sin ser vista, no estaba con ánimos de festejar nada, al llegar a su apartamento se tumbó en la cama y pronto se quedó dormida, estaba exhausta, había practicado y practicado para que las cosas le salieran bien y gracias a su esfuerzo y el esfuerzo de todos, consiguieron el segundo lugar, la competencia fue bastante reñida y estaban grupos muy profesio
Una larga y placentera ducha, luego un rico y sencillo almuerzo, se vistió con unos Jeans azules, una ajustada blusa blanca, un blazer negro, hoy no llevaría zapatos de tacón como lo hacía para ir a la oficina, calzó unos tenis blancos, su bolso de mano, su cabello suelto le daban una apariencia más joven, su infaltable móvil, y su agenda para anotar todos los pendientes. No podía creer que ese auto lo estuviera conduciendo ella, era un Mazda 6 color rojo, un auto superelegante, que atraía varias miradas, sobre todo de las personas de su antiguo barrio que, al verla conducir, murmuraban todo tipo de cosas. Ahora su elegante auto la llevaría a las afueras de la ciudad, para reunirse con su jefe y el Dr. Tomás.— Buenas tardes. — Los caballeros, en todo el sentido de la palabra, se levantaron de sus sillas cuando ella se acercaba.Para el señor Julio, saber que todos sus hijos y su esposa, se habían confabulado para sacarlo de en medio de todos los negocios fue una sorpresa, pensaba que
El nerviosismo se había apoderado de todos, ya que nunca se habían subido a un avión, además de la preocupación por la competencia, en esta oportunidad se presentaba lo mejor de lo mejor, esto suponía un esfuerzo muy grande por parte del grupo. Todo pasó sin contratiempos y pronto estuvieron fuera del avión y de camino al hotel, a la llegada el personal del hotel los atendió de la mejor manera, tomaron su almuerzo en el restaurante, la comida era abundante y exquisita, los hacían sentir como verdaderos reyes, en su equipaje llevaban los uniformes de la competencia que se llevaría a cabo al día siguiente en las horas de la mañana, solo eran 10 grupos los que se disponían a participar, los jueces decidían en ese mismo día, después de la participación de todos, quienes ocuparían los primeros tres lugares en la competencia. Esa noche se reunieron y conversaron de lo bueno que la estaban pasando, decidieron salir y dar un paseo por los alrededores del hotel, esto era como vivir un hermoso
No le quedaban dudas a Tomás que Andrés la había tomado por la fuerza, el nerviosismo de ella al verlo, y lo peor, ahora se había dedicado a acosarla, la perseguía a todas partes, esperando el momento oportuno para atacarla de nuevo. Estaba en una encrucijada ahora, Camila al verlo se ponía muy mal, y si se enteraba de que esté la estaba siguiendo, se tornaría aún más nerviosa. Para David y Nani, la fecha de la boda estaba muy cerca, estaban muy emocionados y enamorados, eso se notaba en cómo se demostraban el amor que sentían el uno por el otro. Nani decidió con sus amigas organizar la despedida de soltera, y David, también con sus amigos, organizo su última fiesta de soltero, pero Nani sabía que, si David salía con sus amigos, era para buscar mujerzuelas y engañarla, por esta razón decidió que saldrían a divertirse todos juntos. Juliana y Andrea decidieron sacar a Camila de su rutina, ya que ella últimamente solo se dedicaba al trabajo, además se había vuelto una persona muy calla
A pocos días, para que se llevara a cabo la boda entre Nani Uribe y David Reyes, las familias estaban muy nerviosas y atareadas con tanto por hacer, ya solo faltaba ultimar unos pocos detalles y todo estaría perfecto. Perfecto para muchos, pero no para David, sentía que no estaba preparado para casarse, que estaba muy joven y deseaba seguir disfrutando de su soltería, sus padres casi que lo habían obligado a casarse con Nani. Los padres de Nani, eran personas muy adineradas e importantes en el país, siempre estuvieron de acuerdo con la relación que había entre los dos jóvenes. David se sentía bien con ella, la conocía lo suficiente como para saber que sería una buena esposa, pero no todavía, para Nani, David significa todo, su mundo giraba en torno a él, se sentía la mujer más afortunada cuando él, la llevaba de la mano, no se imaginaba estar sin él.Camila se mantenía ocupada entre su trabajo en la oficina y los ensayos en la pasarela Mi Moda, el contrato era por poco tiempo
La llegada de Andrés Reyes al salón de práctica alegró a los muchachos, era un hombre muy adinerado y buscarían que él los patrocinara. Jefferson salió a su encuentro.— Vaya, ¿Qué te trae por aquí?— ¡Quise disculparme con ustedes por lo de la otra noche!— Disculpas aceptadas. —dijo Jefferson, hablando por todo el grupo.— Quiero contratar al grupo para un show, ¿con quién tengo que hablar? — Lo estás mirando, soy el dueño del grupo.— Pagaré muy bien, necesito un rato de diversión y tengo mucho dinero.— Hay que hacer el contrato, lo firmas, depositas el dinero y listo, solo tienes que decir cuando quieres tu baile. — dijo Jefferson animado.— Ya traje el contrato ¿Quién es el representante legal?—Es Camila. — Jefferson hizo un gesto de desagrado.— has que Camila lo firme y deposito el dinero. Extendió el contrato para que Jefferson lo leyera, pero este solo vio la gran cifra que pagaría Andrés.— ¿Es cierto esto? ¿Nos pagarás $ 100.000.000, por un show?— Sí, pagaré cien millon
La boda entre Nani y David, se había aplazado a causa del coma del señor Julio, David amaba a su abuelo y prefirió posponer la boda y esperar que las cosas mejoraran para continuar con los planes que hasta ahora tenían, pero ya no tenían por qué esperar mucho, ya que recibieron la buena noticia de la clínica que el señor Julio Reyes, se había despertado. Para la familia era una alegría inmensa, puesto que, hasta ahora, el único que podía tomar las decisiones en la empresa era él.— ¿Dónde está Camila? – fue la pregunta, que hizo Julio Reyes al despertar, preguntar por la joven. Para sus hijos y nietos fue una gran sorpresa, cuando los médicos preguntaron sobre la joven que insistentemente el señor Julio Reyes solicitaba. Para David, María Antonia, Andrés y sus otros nietos, saber que su querido abuelo, Preguntaba y solicitaba la presencia de Camila, era muy extraño, ¿de dónde conocía él a la joven? ¿Será cierto lo que dicen de ella? - se preguntaban.Para Camila, al recibir la noticia
A Nani, no le quedaban dudas, de que la culpable de esto era Camila, y sabía que esta la odiaba por lo sucedido aquella noche en que Andrés abusó de ella, ahora se estaba vengando y David había caído en su juego. Simplemente, esto no se quedaría así, los padres de Nani, harían cualquier cosa por ver feliz a su hija, Nani, pidió una sola cosa a sus padres, acabar con Camila y con todo a su alrededor, sin perder tiempo. Camila, sabía que esto le traería muchos problemas con todos, tanto con la familia Reyes, como con la familia Uribe. Ahora era culpada por lo ocurrido en la boda, estaba más que segura, que no era su culpa, no tenía nada que ver con lo que había pasado, decidió no prestar tanta atención al asunto e ignorar lo que los medios decían de ella. Pero una cosa pensaba ella y otra Nani, quien no perdió tiempo y decidió actuar de inmediato.Una llamada entró al móvil de David, no deseaba hablar en este momento, pero era insistente. — ¡David! ¡Me las vas a pagar, tú y esa perra!