Angelina trataba todavía de tranquilizar su pecho y disimular todo lo que tenía por dentro por culpa del patán de su marido, ¿Cómo se había atrevido a besarla de esa forma? ¿Cómo? Inspiró profundo e intentó concentrarse en la conversación con Sofi, al fin de cuentas parecía ser importante para sobrevivir en aquella estúpida jaula de oro.
— Mmm… entonces, son tres lugares prohibidos ¿Eh? El desván, el despacho cuando él esté en reuniones de “negocios” — Dijo con sarcasmo haciendo las comillas en el aire con sus dedos — y el cobertizo, ¿Qué habrá en el cobertizo?
La chica hizo caso omiso a su pregunta, como si no la hubiera escuchado y Angelina que era bastante intuitiva lo notó, pero lo dejo pasar para no acorralarla, estaba sola en la enorme propiedad y necesitaba una aliada, e incluso un
Angelina estaba anonadada, ¿Cómo se le ocurría a ese bestia de Adriano a mover sus cosas de habitación sin consultarle? ¿Acaso no era suficiente haberla llevado a la fuerza a su casa como para ahora llevarla a la fuerza también a su habitación? ¡Estaba realmente loco si creía que ella aceptaría el cambio y que iba a pasar una noche siquiera junto a él!La ex novicia caminó con rapidez hacia dentro, sin siquiera dirigir la mirada hacia el cobertizo, y subió por las escaleras directo a su habitación. Empujó la puerta y en efecto, tal como Sofi le había dicho, mientras ella daba un paseo por la propiedad, sus cosas fueron mudadas al lado.Abrió el closet y estaba vacío, la cama no tenía sábanas ni cobertores, en la sala de baño no había paños ni tampoco estaba el albornoz, todo había desaparecido.Se
Adriano acaba de darle órdenes como si fuera una niña y la había dejado ahí sola en la terraza, además de lo incómodo que había sido aguantarse la insolencia de la tal Livia. Angelina se limpió la cara de nuevo en cuanto Adriano se alejó, parecía que estaba destinada a pasar el resto de sus días llorando, eso era claro. — ¿Y ahora qué haré? — Susurró para sí misma — ¡No puede ser que me convertiré en la dama de compañía de un maníaco narcisista! ¡Y su juguete nuevo para exhibir delante de sus amigotes delincuentes! La chica se llevó ambas manos a la cara. — ¡Santa Madona! Ayúdame a ser fuerte, ¡Necesito ser más fuerte que nunca! — Rogó en una corta plegaria. Sofi estaba esperando tras bastidores, como le había prometido, y en cuanto Angelina se quedó sola, se apresuró a acercarse de nuevo a ella. — Señora, ya es muy tarde, aprovechemos que el señor ya se fue a atender a sus invitados y que no hay moros en la costa para que se arregle. — ¡Ay, Sofi! ¡Estaría perdida sin ti! — Dijo
Angelina sintió sobre ella las miradas de todos los asistentes a la cena, no sabía cómo, pero Adriano se las había arreglado para tener el salón hermosamente decorado con flores y luces en un derroche de elegancia y distinción únicos. — Señora, baje — Sofi le susurró por detrás recordándole que debía bajar las escaleras, porque era claro que Angelina estaba en pausa, en neutro, sin saber qué carajos hacer — Solo baje, el señor le tomara la mano en cuanto llegue al descanso. La voz de Sofi activó el cerebro de la chica y esta movió un pie y luego el otro en una sucesión de movimientos mecánicos mientras se sujetaba de la baranda para no dejarse caer, era impresionante como la sala en pleno había dejado de hablar solo para mirarla a ella, o eran gentes muy curiosas, o Adriano estaba ejerciendo algún tipo de influjo sobre ellos para que la quisieran mirar de esa manera. Continuó bajando escalón por escalón con el bendito en la boca y un frío recorriendo su estóm
Adriano miró horrorizado como Angelina intentaba controlarse para no hacer un espectáculo y tomándola con fuerza del brazo, la sacó rápidamente del comedor antes de que devolviera todo delante de la gente.— ¡Sofi, llévala arriba antes de que…! — ¡Demasiado tarde! La chica soltó sobre el elegante frac de Adriano lo poco que tenía dentro, bañándolo por completo.Adriano maldijo por lo bajo.El tiempo se detuvo para la pelirroja que se sentía como una completa estúpida, ahora sí que la iba a odiar mucho más de lo que ya la odiaba, acababa de darle una razón más para detestarla.— ¡Lo siento, lo siento en verdad! — Se disculpó mientras rompía en llanto ante la vista de Adriano, de Sofi y de otro par de hombres de confianza de Adriano.— ¡Señora, tranquila, tran
— ¡Vengan por mí! Necesito que me saquen de aquí inmediatamente o los perros de Adriano van a destrozarme — Vico dijo con voz urgida al hombre que lo escuchaba desde el otro lado de la llamada. — Señor, estamos muy cerca, ¿Pudo hacer lo que se proponía? Vico sonrió maliciosamente en la oscuridad y la espesura de la noche. — ¡Más que eso, hombre, más que eso! Lo he dejado con una espina clavada en medio de los sesos que le quitará la tranquilidad y lo volverá loco, y luego cuando haga mi jugada él sabrá sin lugar a dudas que he sido yo. — Entonces le fue muy bien, señor — El otro lo alabó con lisonjas. — Yo no diría que bien, ¡Diría que me fue excelente! Ya verás que ese idiota me pagará todo lo que me debe y con intereses, y además, tal vez me quede con un bono de regalo. — ¿Un bono de regalo? — Sí, una muy sexi, con largas y hermosas piernas y una cabellera encendida en fuego mi amigo, ¡Es que me prendo de solo imaginármela en mi cama! — ¿Y de dónde sacaría usted una belleza c
— Señor, entonces usted ya tiene planeado todo lo que va a hacer, ¡He! — el hombre de confianza de Vico le dijo en cuanto lo sacaron del carro del catering. — Por supuesto, sabes que yo nunca pierdo mi tiempo, si he dicho que le sacaré hasta el último centavo a ese idiota es porque lo haré — Aseguró con firmeza, convencido de que lograría su cometido — Comenzaré por hacer que me regrese las gemas y para ello tomaré la más preciada pieza de su colección — Sonriendo entre dientes mientras se relamía los labios y se ajustaba la entrepierna del pantalón — ¡Ya lo verás! Les he dejado un regalito de bodas como muestra de lo que soy capaz de hacer, después de hoy estarán temiendo hasta de su propia sombra. En el terreno de la mansión, los hombres de seguridad continuaban con la búsqueda, uno de los sabuesos olfateó algo y los hombres siguieron la pista falsa alejándose cada vez más de la casa grande, pero llegados a un punto muerto en el que los perros comenzaron a dar vueltas en círculos,
Adriano mantuvo esa sonrisa que solía quitarle el habla a más de una sabiendo que estaba dispuesto a lo que fuera por ella.—No me importa si tengo que dormir sobre el heno de los caballos otra vez, lo haría por ti, repetiría todo otra vez para conocerte, incluso el tema de la mier*da de caballo.Ella se rio ruidosamente, hacía mucho que no se reía de esa forma, tan libre y tan gustosa, tenía su gracia el tema de los desechos de los animales, ella pensó que había sido una especie de venganza anticipada.—Era necesario en ese momento, y se dice: “ Gracias Angelina por salvarme de que la policía me atrapara ” — Dijo imitando el tono profundo de la voz de Adriano.Él continuó riendo y prosiguió con la frase en su propia voz:—“¡Gracias Angelina por salvarme la vida, gracias por bañarme con mier*da de caballo y gracias por hacerme dormir en el suelo en mi propia habitación, ahora mismo amor mío!”—No necesitas dormir en el suelo, ahí hay un sofá cómodo — Dijo señalando a la esquina en don
El sonido de la explosión estremeció la tierra, haciendo que todos se lanzaran al suelo mientras el polvo caía del techo del bunker. Los sollozos de las mujeres llenaron el espacio mientras los hombres intentaban no parecer unos tontos.— ¡Madre santa! ¿Qué fue eso? — Clamó el chef que estaba en medio de los demás empleados y a quien poco le importaban los códigos de los mafiosos y sus clanes, ¡Al diablo con las pantallas! ¡Si pensaban que era un gallina que más daba! — ¿Allá afuera cómo están?— ¡Estamos bien! La explosión fue el en hangar, parece que están bloqueando las vías de escape, no se preocupen, no fue cerca — Alguien respondió con voz trémula.— ¡Pero tembló la tierra como si lo fuera! — Livia respondió de mala gana, parecía que todo el tiempo tenía que estar poniendo en duda lo que los demás decían.— ¡Alguien debe ir por los señores! — Sofi dijo con un nudo en la garganta, se estaba llevando muy bien con Angelina, y ambas se necesitaban la una a la otra, Sofi había encont