Capítulo 54

Era ridículo que ahora tuviese la mente ocupada con pensamientos en lo absoluto referentes al trabajo. Era ridículo que ahora tuviese casi siempre una sonrisa tonta en los labios. Era inaceptable que sintiese un burbujeo dentro del estómago cada vez que imaginaba el rostro abochornado de cierta mujer.

Santiago no estaba habituado a los sentimientos que ahora tenía, que ahora sentía. No estaba contento con sentirse como un adolescente hormonal y no estaba a gusto con las cosas que hacía por las noches. Solo su mano no alcanzaba para aliviarlo del estrés que cargaba, necesitaba la compañía de una mujer casi con desesperación. Quería y ansiaba tener sexo, pero cuando su mente le recordaba que ahora se encontraba intentando establecer una relación con cierta mujer de ojos color avellana, recurría a un propio trabajo manual. Dios, no sabía hasta cuándo podría continuar d

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP