Luka«Quiero el divorcio» es lo único en lo que logro enfocarme y esa frase se repite una y otra vez en mi mente, desestabilizando mi equilibrio y derrumbando la máscara de frialdad que me he encargado de mantener frente al resto del mundo; pero ya no más, no logro sostener el peso que se instala sobre mis hombros y me desbordo por completo, dejando fluir el torrente de emociones que solo Alina logra evocar con su presencia.Las palabras de mi aún esposa despiertan un monstruo dormido en ni interior, una parte primitiva de mi corazón que no creí llegar a sentir por alguien. La furia me ciega y para cuando soy consciente de mí mismo, mis manos apresan a la mujer por la que, ahora sé, daría la vida. Su cuerpo yace bajo el mío en el sillón, pero ella no se inmuta, me observa sin emoción en esos ojos por los que mataría y no logro controlar el impulso de expresarle de la única manera que conozco, todo lo que me hace sentir y que no me gusta, que me hace sentir débil y expuesto.—¡Mai!, es
LukaLos meses han pasado más rápido de lo que me hubiese gustado y, aunque Alina no ha vuelto a mencionar lo del divorcio, eso no ha sido un consuelo para mí; aún dormimos en habitaciones separadas y permanecemos sin hablarnos, bueno, yo hablo, pero ella no me responde.Me duele ver la manera en que se comporta con total normalidad con todos en la casa, excepto conmigo, pero lo que más me mata es haber sido testigo de lo mucho qua ha cambiado su cuerpo durante estos meses; mi hijo ha crecido en su interior haciéndola lucir hermosa, y me lamento el no haber podido acompañarla en ese proceso, el no poder tocarla cuando se me antoje —que es siempre—, y tener que asimilar que me ha sacado de su vida tan fácilmente que me cuestiono si alguna vez sintió algo por mí.Conforme pasan los días, cada vez se acerca más el nacimiento de nuestro hijo; la noto cansada, a veces deprimida y quisiera ser el consuelo que necesita ahora más que nunca, me encantaría poder ser el hombro en el que se refug
LukaLlego al hospital después de los 30 minutos más largos de mi vida. Entro apresurado en busca de alguien que me dé razón de mi esposa y de mi hijo, pero, al ser su único familiar, la sala se encuentra vacía y me dirijo a la recepción para preguntar en dónde la tienen.—La señora Alina Provenzano… sufrió un desmayo, está embarazada —balbuceo más nervioso que nunca en mi vida y la joven de recepción me observa embobada; debo parecerle muy gracioso, pero me vale una mierda, lo único que me importa es saber lo que sucede con mi familia—. ¿Dónde está?, ¿están bien ella y mi hijo?—Calma, señor —pide la enfermera—. Su esposa ha sido llevada a la sala de parto, es la única información que puedo darle hasta ahora, lo siento.—Quiero entrar, debo estar a su lado —ordeno, pero más bien suena como una súplica.—Perdón, señor Provenzano, pero es imposible —se disculpa la mujer, su voz suena atemorizada al saber que para mí no hay puertas cerradas en este hospital. Estoy por refutar y encañona
AlinaMe llena de vergüenza el teatro que obligué a los doctores a fingir, pero el saber que Luka me ha elegido a mí por encima de su heredero me ha dado la paz que necesitaba para poder quedarme a su lado. Sé que no debí hacerle eso, me siento una loca por haber mentido con respecto a la salud de mi hijo y hacerlo elegir entre uno y otro, la verdad, no sabía en lo que estaba pensando, pero, lo hecho, hecho está.Confieso que me agrada la atención que he recibido de él durante estos días, el cuidado con el que trata a nuestro hijo y el respeto que ha mostrado para mí, me ha llevado a tomar la decisión de perdonarlo; ya estoy cansada de fingir que no me importa, que lo odio, cuando obviamente no es así.Luka llegó para cambiar mi vida en todos los sentidos, pero nunca creí que fuera posible enamorarme de él como lo estoy ahora. Sus cuidados me llenan de ternura, y me veo regresando a su vida y a sus brazos para siempre. Me muero por que formemos una familia con nuestro hijo y me arrepi
Luka Ha pasado un mes desde que regresamos del hospital con nuestro pequeño Leonardo en brazos y han sido los más perfectos días de toda mi vida. Alina y yo hemos retomado nuestra relación, cada vez la siento más feliz y entregada a mí que antes, asimismo, yo he puesto todo de mi parte para cuidar de ellos como se lo merecen.—¿Tienes todo listo? —pregunto al entrar a la habitación. Recién regreso del cuartel, justo me acabo de encargar de dejar todo en orden y de dar instrucciones a Marco sobre los siguientes días en los que mi familia y yo visitaremos Sicilia—. Mi madre nos espera con ansias, se muere por conocer a este pequeñito —digo tomando en brazos a Leonardo, mientras que Alina termina de guardar sus cosas en la maleta.—Estoy nerviosa —confiesa—. ¿Y si no le caigo bien a tu madre? —cuestiona con nerviosismo.—Es una mujer muy especial, lo admito, y si no le caes bien te lo hará saber —espeto sinceramente—. Pero no creo que sea el caso, eres perfecta —musito acercándome a darl
Salvada por la mafiaCapítulo 35 (40 Buenovela)Luka—Intenté decirte que no era nada grave, pero cortaste la llamada, lo siento si interrumpí algo importante… —se disculpa Alina en cuanto entro a la habitación donde yace nuestro hijo. Apenas la veo me lanzo sobre sus labios tomándola por sorpresa, tarda unos segundos en corresponder, pero lo hace con las mismas ganas con las que la devoro sus dulces labios que tanto he extrañado.El beso es demandante y tierno, lleno de hambre; trato de recuperar en estos momentos el tiempo que he perdido lejos de ella, pero es imposible, así que le demuestro todo lo que siento en este simple gesto, esperando que lo entienda sin necesidad de palabras. Poco a poco va bajando la intensidad, sus labios se deshacen como mantequilla entre los míos y sus dedos se apuñan en mi cabello, deseando llevar esto a otro nivel. Sin embargo, el llanto de nuestro hijo nos hace separarnos sin mucho ánimo. El pequeño Leonardo se encuentra en su cuna y su semblante hace
LukaEl ultimátum de Roxanne me hace reír, pero debo fingir que acepto el trato con tal de distraerla por un tiempo; cuando tenga el control total de mi mafia simplemente romperé el contrato.—Está bien, como quieras —acepto indiferente, aunque por dentro mis ganas de ahorcarla no hacen más que incrementar con cada segundo que transcurre lejos de mi familia.—Tu palabra no me sirve, cariño. —La enfermera trata de entregarle al niño, pero esta lo rechaza disimuladamente. Se reacomoda en la cama antes de continuar—, necesito que firmes un acuerdo donde te comprometes a casarte conmigo inmediatamente después de tu divorcio, llamaré a un notario y lo haremos todo por escrito —decreta sin titubeos.Mi sonrisa ladina la hace rodar los ojos. Es increíble todo lo que una mente malvada es capaz de maquinar con un poco de tiempo de ocio. Sus palabras no me afectan en lo más mínimo, por ello no tengo problema con hacer lo que me pide; hablo a mi notario de confianza y espero a que llegue al hosp
AlinaArrugo el papel entre mis manos y estoy por enviar todo al carajo, cuando Leonardo comienza a llorar en brazos de Chiara; lo tomo para intentar calmarlo, pero al verlo mi cuerpo encuentra la calma que necesito para pensar con claridad. Debo hablar con Luka, sin importar lo que ese informe diga, necesito escuchar lo que tiene para decir.No soy una mujer irracional, ya no más. Los errores que he cometido en nombre de la impulsividad me han enseñado que a veces hasta las cosas más desagradables tienen una explicación. Debo plantar los pies en la tierra y enfrentar el hecho de que, si esto es lo que él quiere, si vamos a separarnos, no saldré huyendo de su vida cuando ya sabía que la separación entre nosotros era inevitable. El acuerdo matrimonial ahora sale sobrando, tenemos un hijo y sería una tonta si me niego a la idea de que Luka será parte de mi vida de ahora en adelante. Vuelvo al interior de la casa y por largo rato no hago otra cosa que esperar a Luka y pensar en todas l